UN PUNTO DE VISTA SOBRE EL SENTIDO DE LA . EDUCACION EN EXTENSION Una concepción de extensión plantea que el objetivo del agente de cambio al establecer sus relaciones con la comunidad en la labor de extensión, es el intentar reemplazar los conocimientos de los campesinos por losdel extensionistas y/o de la entidad que realiza la extensión. En la medida que los pequeños agricultores reemplacen formas empíricas de laborar la tierra por formas técnicas, necesa- riamente estos cambios de calidad en el pro- ceso de enfrentamiento con la realidad pro- vocarán modificaciones· en los resultados. Como en esta labor se pretende básicamente sustituir una forma de conocimiento por otra, es decir, que están en juego formas de conocimiento, no se debe dejar de lado una relfexión crítica. Al respecto Freire plantea que existen dos' formas de llegar al conocimiento, una la ban- caria, a través de la cual un sujeto, transfor- mado en objeto, recibe dócil y pasivamente los contenidos que otro le transfiere, trans- mite o imponen y otra, la problematizadora, que implica acción transformadora sobre la realidad, en la cual hay una búsqueda cons- tante de las causas esenciales y condicionan- tes de los procesos que se dan en el mundo real y de donde resulta la crítica y lo nuevo. Según esto la concepción tradicional de * Profesor Asistente, Departamento de Desarrollo Rural. Facultad de Agronomía. Universidad Na- cional de Colombia. Henry Polanco Rodríguez* extensión podría ser clasificada como educa- ción bancaria, porque si alguien busca real- mente el conocimiento, que conlleva el diá- logo de los sujetos entorno a un hecho real, no hace extensión yen el caso de que esté na- ciendo no proporciona las condiciones p.ar~ este conocimiento, puesto que su acción es la de extender conocimientos a quienes no los tienen, eliminando la capacidad crítica, creativa y de organización de la comunidad. En este proceso de extensión lo máximo que se puede hacer es mostrar los contenidos ex- tendidos, sin revelar la presencia nueva y no permitiendo el verdadero conocimiento. El hombre es un ser ubicado en sus rela- ciones con el mundo y a través de su acción sobre él se encuentra definido por los resul- tados de su propia acción. Actuando trans- forma, transformando crea una realidad que a su vez condiciona su forma de actuar. Por esta razón no es posible separar el hombre de su comunidad. El hombre en el dominio de la opinión se da cuenta de la presencia de las cosas, pero no hay una comprensión que resulte de la precepción de las mismas. Igual cosa sucede con el pensamiento mágico, que frecuente- mente es la forma como el campesino recibe un hecho de la realidad, lo percibe pero no lo comprende en su esencia y en su relación con los demás que lo rodean. En algunas regiones los campesinos se en- cuentran más adheridos al mundo natural 57 Agronomía Colombiana que insertados críticamente en él. Están tan adaptados al mundo que se sienten más co- mo parte de él que como sus transformado- res. En lo referente al proceso educativo no es en la equivocación gnoseológica del vocablo extensión como se .colabora con los campesi- nos sino cuando se reemplaza su conducta mágica por una forma crítica de actuar. No puede ser la extensión mecanicista la que cambie la forma de percibir el mundo. La labor básica del profesional-educador es intentar la superación del conocimiento sensible de la realidad por un conocimiento que partiendo de lo sensible alcance la razón de la realidad. El reemplazo del proceder empírico por el proceder técnico-mecanicista conlleva tarn- bién la aliehación del individuo. La concepción tradicional de extensión tiene otra característica: la invasión cultural. Toda invasión en lo humano implica un suje- to que irrumpe en el espacio histórico-cultu- ral de otros sujetos, partiendo de la concep- ción del mundo que le da a su espacio histó- rico-cultural. El primero actúa y los segundos tienen la ilusión de actuar en el proceder del primero, el invasor piensa en torno de los segundos pero no con ellos, llevándolos por el camino de la domesticación. Aunque no todos los extensionistas hacen invasión cultural, no se puede desconocer la connotación de la invasión cultural en el tér- mino extensión. Aquí se le presenta un dile- ma al agente de cambio, frente al cual debe. ser lúcido y crítico; si transforma sus cono- cimientos especializados y sus técnicas en algo estático y lo extiende mecánicamente a los campesinos invade su cultura; su concep- ción del mundo estará de acuerdo con el concepto tradicional de extensión y negará al hombre como ser de decisión. Por el con- 58 trario, si el extensionista permite la toma de conciencia del campesino a través del diálogo no lo. invade, ni lo conquista, sino que am- pi ía la concepción del término extensión. Para muchos agentes de cambio el diálogo no es posible porque sus resultados son len- tos, dudosos y demorados; para otros es un problema dialogar con los campesinos sobre técnicas que no conoce. Estas aseveraciones revelan en el acto de depositar contenidos en conciencias archiveras; expresando el no creer en el hombre sencillo, subestimando su poder de reflexionar y por .consiquiente ab- solutizando la ignorancia. Pero basta consi- derar que el hombre es un ser de permanen- tes relaciones con el mundo, que lo transfor- ma a través de su acción en el trabajo, para reconocerlo como ser que conoce, aunque el conocimiento se de a diferentes niveles de opinión, de magia o de razón. De esta manera no hay absolutización de la ignorancia o del saber. Además, los campe- sinos no son reacios al diálogo porque sean campesinos, sino porque lo están siendo en una estructura que obstaculiza el diálogo. Lo que se pretende con el diálogo es la problematización del propio conocimiento en sus relaciones con la realidad concreta donde se genera y sobre la cual incide para comprenderla mejor, para explicarla y para transformarla . . La educación para ser auténtica tiene que lograr la toma de conciencia que se opera en los hombre mientras actúan. La toma de conciencia resulta del enfrentamiento con la realidad concreta que se presenta como una objetivación. El educador en un proceso de concientiza- ció n tiene derecho a sus interpretaciones, lo que no tiene derecho es a imponerlas, si lo intenta estará manipulando, estará cosifican- do y al cosificar establecerá una relación de domesticación. La tarea del extensionistas es la de problematizar al campesino el conte- nido de que lo mediatiza y no la de disertar sobre él, la de donarlo, la de extenderlo, la de entregarlo como si se tratara de algo ela- borado y acabado. El contenido de la educación problemati- zadora no puede estar disociado de las condi- ciones de existencia de los campesinos, de su cultura, de sus creencias y de sus formas de organización. Debe partir del nivel en que ellos se encuentran, de sus necesidades, y no del que le parezca al extensionista. Los agen- tes de cambio cuya labor les exige la capaci- tación técnica de los campesinos no pueden dejar de ver en esta un proceso funcional. El esfuerzo de la educación en extensión se debe centrar en proporcionar la toma de conciencia de la realidad en que y con la que están trabajando campesinos, investigadores y extensionistas. Se debe centrar en el proce- so activo donde se definen los problemas de la producción campesina, en su análisis y en el planteamiento de las soluciones de los mis- mos, con la participación permanente y acti- va de los que en ella intervienen. El conoci- miento no se extiende del que sabe al que no Educación y extensión , sabe; se constriye en las relaciones hombre- mundo y se perfecciona en la problematiza- ción crítica de dichas relaciones. Por eso la labor del agente de extensión no se puede limitar al adiestramiento o entrenamiento de los campesinos en las técnicas de arar, sem- brar, cosechar, etc., pues sólo se logrará ma- yor rentabilidad del trabajo pero no se edu- cará al campesino como persona. La magnitud de las actividades de la exten- sión se reduce en la medida que la investiga- ción se plantea sobre los problemas reales de comunidad y no sobre los problemas que el investigador quiere incorporar a la misma. Es' fácil en estas últimas circunstancias investigar y culpar de la deficiente adopción de los re- sultados de la investigación al sistema de extensión, cuando la situación real es, en- tre otras, el desface de lo que se investiga con las necesidades de la comunidad. BIBLlOGRAFIA Freire, Paulo, s.f. Pedagogía del Oprimi- do. Ed. América Latina. Bogotá, Colom- bia. 59