DEPARTAMENTO DE DESARROLLO RURAL Agronomfa Colombiana, 1998 Volumen XV No. 2, 3 pago 204-210 COMPETITIVIDAD Y ADMINISTRACION AGROPECUARIA* Competitiueness and farm business management Nilson López Soto' RESUMEN La competitividad de las naciones y de las empresas, constituye un tema de particu- lar importancia en la actualidad; inclusive, en el caso del sector agropecuario en nues- tro país, parecería desplazar por momentos como preocupación central, la ya larga crisis sectorial. En esta oportunidad se hace un análisis del concepto de competitividad, de los factores que inciden sobre ella y de la controversia que genera en sus alcances. En seguida, por un interés específico se par- te de la base de que la Administración Agropecuaria influye sobre la competitividad, se hace un breve análisis del uso de la pri- mera en el país, se ilustran los casos de flo- res y café, así como alguna referencia a otros rubros de producción. Varios estudios de especialistas y aún de países, reconocen la importancia de la gestión empresarial y del incremento de la productividad laboral, para mejorar la competitividad de las empresas agropecuarias. Por último, se miran las polí- ticas y acciones recientes del gobierno y del sector privado, con el fin de promover una cultura empresarial y poner en marcha los denominados "Acuerdos Sectoriales de Competitividad" . • Recibido en Octubre de 1998 1 Profesor Titular Facultad de Agronomía- Universidad Nacional de Colombia. Elaborado para la Revista Agronomía Colombiana y "El Encuentro Nacional de Facultades de Administración de Empresas Agropecuarias", Universidad Santo Tomas, Bucaramanga, Septiembre, 1998. Palabras claves: Desarrollo, empre- sas, productividad, acuerdos sectorlales. SUMMARY The competitiveness 01 nations and enterprises is a subject 01 particular importance at the present time; in our country 01the agricultural sector competitiveness is considerated key for the development. This article presents an analysis 01 competitiveness and its relation with Farm Business Management; our argument is that the second influences in the first by trying to achieve the objetive of increasing productivity and prolits 01 the agricultural enterprises. Likewise, a briel analysis is pursued on the situacion 01F.B.M.in this country and forthat purpose case studies of flowers, colee and other crops management. Finally, govermment and private sector policies and programs on these areas are examined. Key words: Development, enterprises, productivity, sectorial accords. INTRODUCCION El nuevo contexto internacional de apertura de los mercados y de economías global izadas, exige que las empresas y los países incrementen su eliciencia producti- va, a partir de un adecuado aprovecha- miento de sus ventajas comparativas natu- rales, y de las creadas con base en el me- joramiento de la tecnología y el recurso humano. La competitividad, entendida generalmente como la capacidad de acce- der a los mercados internacionales, irnpli- 204 ca un correcto manejo de los diversos fac- tores externos e internos que influyen so- bre la actividad que desarrollan las em- presas agropecuarias. Un factor muy importante relacionado con el uso eficiente de los recursos internos de la empresa, es la Administración Agropecuaria. En el país su utilización es disímil y ha tenido clara desventaja en su adopción como técnica, frente, por ejemplo, a las productivas y preventivas de plagas y enfermedades. Varios gremios y especialis- tas, nosotros mismos, hemos defendido la necesidad de las prácticas administrativas para un mejor desempeño de las empresas y su avance hacia niveles adecuados de competitividad, no sólo externa sino también interna; algunas políticas y acciones del Go- bierno de Samper se plantearon en direc- ción a lograr realizaciones en este campo, con resultados que se espera sean positi- vos. ALCANCES DE LA COMPETITIVIDAD Un tema que ha cobrado mucha rele- vancia en los últimos años - en particular en esta década y en el marco de una economía global izada- es el de la competitividad agropecuaria. Inclusive se tiene la impre- sión de que ha desplazado a otro que es recurrente y real: la crisis persistente, con tendencia al agravamiento, en que se en- cuentra sumido el sector desde comienzo de los ochenta, y en el cual reactivaciones coyunturales o la prosperidad reconocida de algunos de subsectores, no han sido sufi- cientes para superar una situación que cada día se torna más difícil. Tal vez, el uno se ligue necesariamen- te al otro; es decir, mejorando la competitividad sectorial se puede posibilitar 2 Lo anotado hasta aquí sobre la competitividad, en parte, se basa en Barberi (1995), quien hace una presentación extensa del tema y acota sobre el recurso humano: "La formación de las carreras agropecuarias está muy orientada al manejo de los aspectos técnicos y muy poco a aquellos de carácter empresarial. .." una salida a la crisis, entre otras razones porque incrementos en eficiencia producti- va tendrían incidencia positiva en el merca- do interno y facilitarían el acceso a los exter- nos. Ahora, qué implica este concepto en boga? Algunos lo definen como la capaci- dad de inserción y participación sostenida en los mercados internacionales; a este en- foque estrictamente económico, a juicio de otros analistas, deben añadirse elementos de tipo social y ambiental, este último en el plano de la sostenibilidad; hay discusión sobre quien tiene la responsabilidad pri- maria de impulsarla (Estado, empresas), la bondad de las ventajas creadas sobre las comparativas, las variables más impor- tantes (internas y externas) que afectan a las empresas en este campo; igualmente sobre la conveniencia de colocar el mer- cado internacional como el objetivo cen- tral y tomar como criterio único, productivi- dad costo. Cuando se miran los factores que inci- den sobre la competitividad parece haber menos desacuerdo. Aun más, son los mis- mos que han afectado el desarrollo general del sector y han sido, en uno u otro grado, fuentes de crisis o de crecimiento. Cualquier estrategia de competitividad que busque mejorar posiciones en los mercados exter- nos, consolidar los internos y reconvertir al- ternativas de producción ineficientes, debe tener en cuenta condiciones internaciona- les derivadas de mercados agrícolas subsidiados, precios a la baja y mecanis- mos neoproteccionistas de las potencias; condiciones internas derivadas de las políti- cas macroeconómicas (tasa de cambio, ta- sas de interés, comportamiento de ahorro privado y su reflejo en los niveles de inver- sión), la violencia, la infraestructura econó- mica, las políticas de comercio exterior e in- tegración, la organización institucional del sector público, la capacidad tecnológica, la calidad del recurso humano, el mercadeo y la capacidad productiva. Habría que añadir las características propias e intrínsecas de los productores y sus empresas, quienes en la materia que nos ocupa tienen el reto de dejar de ser sólo lo primero y convertirse en empresarios." 205 Por otro lado y a nivel de finca en el país" , los principales factores que directa o indirectamente afectan la competitividad de la producción agropecuaria serían la cali- dad de los suelos, la infraestructura, el pa- quete tecnológico, las interacciones (entién- dase como diversificación y/o asociación de rubros), los costos de oportunidad de los fac- tores y la oferta tecnológica. En este trabajo, y en relación a la administración, se puntua- liza que "... El productor no encuentra nin- gún apoyo en los asistentes técnicos ni en la Universidad para mejorar su sistema de toma de decisiones. Se basa tan solo en su expe- riencia y pobre predicción del comportamien- to de los mercados. Con mejores herramien- tas e información, su competitividad sería mejorada notoriamente". También, es evi- dente que, en este caso se preferencian as- pectos internos de las empresas, pero, im- plícitamente, debe asumirse que los exter- nos existen y tienen un determinado grado de importancia. Visto lo anterior, es preciso insistir: ¿competitividad (debería leerse rentabili- dad?) no es lo mismo que crecimiento y desarrollo sectorial? Mirando los factores que inciden sobre la primera y las bases en que se fundamentan las usualmente reco- nocidas como hipótesis causales del proble- ma agrario en el país' se encuentra más de una identidad entre los primeros y las se- gundas. De pronto estamos "ad-portas" de alguna de las modas, que en forma recu- rrente, aparecen como panacea de solu- ción; un poco más de lo mismo con distin- tas palabras, para problemas viejos y reciclaje de algunas recetas de escaso éxito en el pasado. 3 Véase Posada (1994). 4 Un análisis de estas hipótesis se encuentra en López (1995). 5 Una discusión sobre el particular puede consultarse en IICA (1996). El estudio específico de Herford y Espinal presenta cálculos y estadísticas sobre competitividad agrícola: algodón, papa, y sorgo (Valles Interandinos) son competitivos; maíz y sorgo (Región Caribe) no . lo son; en un punto intermedio están arroz, arroz riego, cebada y soya. (V.i.). En otro plano, tampoco se va a resol- ver aquí lo que muchos reconocen como "confusión conceptual" sobre el término competitividad y menos si lo más indicado es abordarla, por ejemplo, a través de "indicadores holísticos" 5. En cualquier caso, nadie puede desconocer que una competitividad adecuada siempre estará li- gada en el sector agropecuario, a mejores resultados económicos y sociales dentro de un esquema de uso eficiente de los recursos productivos internos y de una buena gestión de variables externas ligadas al entorno; en este propósito, a nuestro juicio, a la adminis- tración agropecuaria le compete un papel protagónico. ADMINISTRACION AGROPECUARIA Definir la administración agropecuaria, no es difícil; es aceptado, que se trata de la aplicación de los elementos, principios y pro- cedimientos administrativos para un uso y combinación más eficiente de los recursos productivos (tierra, capital, trabajo) de que dispone la finca, con el fin de obtener los máximos beneficios económicos y sociales en forma continua; y sostenible, debe añadir- se hoy en día. Lo que no ha sido fácil en el país es su difusión, incorporación y aplica- ción, como instrumento básico de producción a nivel de la firma, si se compara, por ejem- plo, con las innovaciones tecnológicas; natu- ralmente hay excepciones, en particular por el lado de los distintos tipos de empresas co- merciales modernas ubicadas en el sector. Esto, que se acaba de anotar, es más bien una percepción empírica no sustentada en investigaciones específicas, dado que, como se sabe, los trabajos en esta área y, en general, los microeconómicossectoriales, son relativamente escasos. Aparte de las alusio- nes ya consignadas en Barberi y Posada, se harán algunos comentarios sobre dos rubros de reconocida importancia: flores y café. Al- gunas tesis desarrolladas en la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá, han mostrado que. para muchos productores de flores su pro- blema principal es el administrativo y le dan mención especial al manejo de personal (el 206 renglón más alto de costos en esta actividad es mano de obra, con un 43% del total); se considera que no deben escatimarse esfuer- zos para mejorar el clima interno de las em- presas, perfeccionar las habilidades de los tra- bajadores, buscar niveles adecuados de esta- bilidad - existe una alta rotación de personal en la actividad- aumentar el bienestar social, etc, pues todo ello contribuye a un mejor logro de los objetivos que persigue la empresa com- petitiva y equilibrada, en el mundo moderno. En el caso del café, los precios inter- nos ligados a un mercado exterior sin cuotas, la revaluación, y en época más reciente, la Broca (Hipothenemus hampel), han sido se- ñalados como las causas más importantes de la aguda crisis en que se debate el grano; no todos pensamos así y, sin desconocer la incidencia de los factores señalados, existen otros que tienen gravitación en el asunto. Por ejemplo, la administración; algún conocimien- to directo del problema y discusiones que se han sostenido, en más de una oportunidad con especialistas de Fedecafé, muestran que en la finca cafetera se presenta un "vacío" en el área administrativa, que se traduce en la ausencia de prácticas de planificación, ca- rencia de mecanismos de control (registros) y, en general, poco uso de prácticas adminis- trativas, en especial, en lo que respecta al factor trabajo (también aquí un alto compo- nente de los costos de producción)" Esta apreciación es compartida por al- gunos analistas, para quienes "la caficultura tiene crisis de eficiencia ... la caficultura ac- 6 Véase López y Ramírez (1992). Aunque de otro lado, un supuesto en épocas pasadas era que se trataba de un negocio ''fácil'', el cual no exigía mayor eficiencia en la labor de gestión. 7 Vallejo (1995). El Centro Regional de Estudios Cafeteros y Empresariales (CRECE) por encargo de Fedecafé y el Gobierno Nacional, ha venido elaborando un programa de reestructuración económica de la actividad cafetera. Un avance de Leibovich y Barón (1997) muestra con análisis estadísticos, los importantes efectos positivos sobre la productividad, del trabajo y el nivel educativo (asociado con gestión del productor). tual, poco eficiente, debe ceder el paso a otra muy eficiente, en lo técnico y administrativo, si quiere subsistir en el nuevo contexto mun- dial. .. la caficultura ineficiente actual debe desaparecer y transformarse en una caficultura con mentalidad empresarial y com- petitiva'? En el mismo sentido, otros conoce- dores de la caficultura nacional insisten en que, por encima de cualquier otra considera- ción, la única manera de obtener más y mejo- res rendimientos en las fincas, es adminis- trarlas bien. La parte institucional parece entenderlo así y ha promovido programas específicos de Administración Rural en algu- nos comités departamentales. En otros rubros, también, puede existir una preocupación similar. Para los cerealistas, según Fenalce, constituye una prioridad incluir programas de desarrollo empresarial como parte de la oferta de inves- tigación, con el fin de modernizar y elevar la competitividad de sus productos; esto es in- teresante porque aquí existen muchos pe- queños productores campesinos que han usado poco la técnica de la administración. En el caso de los ganaderos, Fedegan y el Fondo Nacional del Ganado, están promo- viendo cursos de capacitación en el área para los productores de diferentes regiones del país; en este caso el escenario es distinto, pues se trata en buena parte de grandes ex- plotaciones, que en el pasado - y por razones bien conocidas - han sido poco propensas a la modernización de la producción. En fin, podrían presentarse consideraciones simila- res sobre otros renglones productivos; pero igual debe ponerse de presente lo importan- te que ha sido el uso de esquemas adminis- trativos eficientes, en el alto grado de desa- rrollo - y competitividad, valga la similitud - de actividades como la caña de azúcar, la palma africana, el banano, la avicultura y. el arroz, entre otros. No sobra una referencia sobre lo que pasa en otros países; por ejemplo, en Chile, de cuyo modelo económico nuestros dirigen- tes han copiado más de una propuesta. En un diagnóstico y proyección futura de la agri- cultura de ese país (un poco similar a lo que fue el trabajo de la Misión de Estudios del 207 Sector Agropecuario en 1990 y la más re- ciente Misión Rural 1997-1998) se afirma que "dado el comportamiento esperado de variables externas que influyen sobre (nues- tra) agricultura, ésta enfrenta una perspecti- va de cambio estructural profundo; lo anterior implica esfuerzos para aumentar la competitividad de las empresas, lo cual trae consigo cambios económicos y sociales im- portantes. La capacidad de gestión empre- sarial, la innovación tecnológica, el incre- mento de la productividad laboral, el apro- vechamiento de economías de tamaño, la in- tegración comercial, son entre otros, los fac- tores esenciales para alcanzar la competitividad requerida" (subrayados mios)", Cualquier parecido con Colombia no es mera coincidencia; es totalmente válido. POLlTICAS y ACCIONES En gracia de discusión se puede acep- tar que el término competitividad es un obje- tivo y una expresión representativa de desa- rrollo sectorial adecuado, en el marco de una economía que tiende a global izarse. La polí- tica normativa en el país se encuentra defini- da por el CONPES en el documento "Política de competitividad agropecuaria, pesquera y torestal'"': allí se citan obstáculos a la competitividad del sector agropecuario - no muy diferentes a lo incluido atrás sobre el particular- identificados como inseguridad, deficiente infraestructura económica, patrón de producción ineficiente, deterioro de la in- versión y la capacidad productiva, deficien- cias en el sistema de investigación y desa- rrollo tecnológico, inadecuada calificación de mano de obra; a renglón seguido, se plan- tean los objetivos y las estrategias. El pri- mero y fundamental es lograr y afianzar la competitividad a mediano y largo plazo de la producción sectorial. Las segundas busca- rán recuperar un clima social más pacífico, equitativo y solidario; desarrollar una políti- ca sectorial que cree y consolide ventajas 8 El Mercurio (1995) 9 DNP: UDA - Minagricultura (1995). Es claro que se hace referencia al cuatrienio 1994-1998. competitivas, proteja actividades eficientes, pero expuestas a distorsiones del mercado y apoye la reconversión de sectores no com- petitivos; concertar con el sector privado "Acuerdos Sectoriales de Competitividad"; desarrollar una infraestructura económica adecuada. Lo anterior es instrumentado a través de programas sectoriales, que se pueden calificar como convencionales y ya han sido utilizados en el pasado con diversos resul- tados; tal vez, lo nuevo es la denominada "agricultura ecológica" y un énfasis mayor en la capacitación de recursos humanos, en la cual se destaca "desarrollar la capacidad de gestión técnica y empresarial de los pro- ductores agropecuarios". Igual, la relevan- cia dada a los mencionados acuerdos sec- toriales, por productos, cadenas productivas y regiones; se anota que, en el corto plazo, se firmarán los de los subsectores acuícola y bananero. Parece claro, por todo lo anotado, que en un proceso de promoción y alcance de competitividad sectorial, a la Administración Agropecuaria -junto a otros factores conoci- dos y más atendidos en el pasado- sí le co- rresponde cumplir un papel importante. ¿Cómo lograrlo?; he ahí el problema. Ade- más, porque no es la primera vez que se plantea esta necesidad y los avances logra- dos son restringidos. Existen limitaciones por el lado de la mentalidad, la capacidad y la racionalidad de muchos productores; efec- tivamente, la formación universitaria en este campo para los profesionales agropecuarios no es la mejor, a pesar de los esfuerzos que se réalizan, entre otras razones, por la mis- ma displicencia con la cual algunos estu- diantes miran este tipo de conocimientos; la explosión de carreras profesionales y tecno- lógicas en el área, tampoco, parece que haya representado una contribución relevante; la parte institucional -léase Ministerio de Agri- cultura, institutos especializados, algunos gremios- rezagada y con aportes mínimos en investigación, transferencia y adopción; en fin, seguramente habrá más razones, en las cuales a todos nos caben responsabili- dades. 208 En las propuestas actuales para mejo- rar los sistemas administrativos en el sector, se le da mucho énfasis a la capacitación de personal y al impulso de una cultura empre- sarial. En el denominado "Comité de For- mación y Control de la Competitividad", se considera que debe ser prioritario promover, al interior de las empresas, en los progra- mas del Sena y ONG relacionadas, la forma- ción de profesionales en gerencia de recur- sos humanos y organizacional; crear incen- tivos directos por parte del Gobierno para el efecto; favorecer, en general, una actitud abierta hacia el conocimiento de la ciencia y la tecnología, en los distintos niveles de la empresa. Los cursos de capacitación son un buen instrumento, a no dudarlo, y ya se han usado en el pasado; pero no es suficiente. Las universidades deben revisar los planes de estudio de las carreras pertinentes, para adaptarlos a las nuevas realidades y tener en cuenta las perspectivas y escenarios fu- turos. Difundir una cultura empresarial es tarea compleja, dada la alta heterogeneidad de los productos nacionales; más si éste ha sido, como ya se anotó, institucionalmente un factor relegado, yeso es fácil comprobar- lo cuando en los programas de transferen- cia de tecnología (los anteriores y en las ac- tividades actuales de PRONATA, UMATA, URPA, etc.) nunca se incluye este compo- nente. Además, es difícil que haya transfe- rencia cuando se hace muy poca investiga- ción en el área (estudios microeconómicos, análisis de costos, tendencias de mercados, caracterización administrativa de las empre- sas, etc.). En otras restricciones conocidas, son pocos los avances logrados; es el caso, por ejemplo, de la necesidad de un sistema de información de precios agropecuarios opor- tuno y eficiente (un nuevo ensayo, el SIPSA, es relativamente reciente); y si seguimos por este camino, volveremos al comienzo: la cri- sis agropecuaria y su solución, son en la 10 Algunos realizados hasta la fecha son oleaginosas, leche y arroz. práctica un problema de competitividad a diferentes niveles y, en su análisis, deben in- corporarse variables estructurales, políticas (macroeconómicasy agrarias) y sociales. Hacia el futuro, es preciso insistir en la necesidad de propiciar cambios en los pa- trones tradicionales de comportamiento de muchos productores; crear conciencia sobre las características del nuevo escenario eco- nómico (apertura, incidencia de los precios internacionales, más mercado y un Estado distinto); incentivar el uso en la empresa de algunos instrumentos de gestión y de mer- cados (planeación estratégica, evaluación de proyectos de inversión, manejo adecua- do de personal, inteligencia de mercados); difundir información sobre las características de las cadenas agroindustriales, manejo de postcosecha y técnicas de transformación (valor agregado) de la producción en la fin- ca, entre otros tópicos. También, insistir en la urgencia de investigación institucional en el área -a propósito, incluidos los estudios de competitividad de rubros agrícolas, pe- cuarios, piscícolas y torestales'"- pero con- tando para el efecto con la colaboración y participación de los productores, usualmen- te reacios a este tipo de actividad. Otra vez, en el plano de las modas, desmistificar el uso del computador, como panacea o punto de partida para la solución de los problemas administrativos; es un instrumento más, ter- minal si se quiere, que se debe usar con otros de los citados, sobretodo en el campo de las redes de información. Por último, una acotación breve sobre los mencionados "Acuerdos Sectoriales de Competitividad" planteados desde Junio de 1995; ellos son, a no dudarlo, un mecanis- mo interesante, pero, en la práctica, no se sabe hasta qué punto han resultado operativos y se han puesto en marcha. En Marzo 11de 1996, se firmó un acta de com- promiso entre el Gobierno y el sector priva- do, por medio de la cual acuerdan diseñar e impulsar estrategias que lleven al sector agropecuario y agroindustrial a mejorar su competitividad; al parecer el avance de la propuesta ha sido lento, dado el gran núme- ro de agentes involucrados. Es de esperar 209 que los resultados no se enmarquen dentro de la evaluación hecha por la Asociación Bancaria en el sector industrial sobre este particular: "... los acuerdos sectoriales de competitividad, establecidos con el fin de concretar en metas y compromisos los ins- trumentos de la política industrial, han sido apenas pactos de buenas intenciones; en ellos sobresale la debilidad de las acciones, tanto públicas como privadas, ante la falta de coordinación y de compromisos de parte de los firmantes con las metas de largo pía- zo"!". De todas formas, las informaciones recientes destacan la firma de los acuerdos de las cadenas de alimentos balanceados y el arroz; se están negociando los de lácteos, papa, oleaginosas, pesca y forestal. BIBILlOGRAFIA BARBERI, F. Elementos para una es- trategia de competitividad en el sector Agropecuario Colombiano. Santafé de Bo- gotá: Fundagro, 1995. DNP: UA-MINAGRICULTURA. Políti- ca de competitividad agropecuaria, pesquera y forestal (DOC. CONPES 2786). Santafé de Bogotá, 1995. EL MERCURIO. "Agenda para el desa- rrollo de la agricultura y la ruralidad chilenas". Santiago de Chile, Diciembre 11, 1995. 11 La República (1997). IICA. et al. Política agrícola. La bús- queda de la competitividad, sostenibilidad y equidad. Santafé de Bogotá: IICA, 1996. LA REPUBLlCA. "Política industrial. Soluciones de papel". Santafé de Bogotá, Enero 25, 1997. LEIBOVICH, J. y C. BARON. Determi- nantes de la productividad cafetera en finca. Santafé de Bogotá: CEDE - U. de los Andes, Agosto, 1997. 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