197 - 211 Cuidando.indd 197 Amparo Montalvo-Prieto1 Inna E. Flórez-Torres2 Diana Stavro de Vega3 Cuidando a cuidadores familiares de niños en situación de discapacidad 1 Magíster en Enfermería con Énfasis en Cuidado al Paciente Crónico. Especialista en Enfermería Médico-quirúrgica. Docente. Universidad de Carta- gena. Facultad de Enfermería. Centro Cr 6 36 -100 Calle de la Universidad. Cartagena- Bolívar. Colombia. denfermeria@unicartagena.edu.co 2 Magíster en Enfermería con Énfasis en Cuidado al Paciente Cardiovascular. Especialista en Enfermería Médico-quirúrgica. Docente. Universidad de Cartagena. Facultad de Enfermería. Centro Cr 6 36 -100 Calle de la Universidad. Cartagena - Bolívar. Colombia. iflorezt@unicartagena.edu.co 3 Especialista en Epidemiología. Docente. Universidad de Cartagena. Facultad de Enfermería. Centro Cr 6 36 -100 Calle de la Universidad. Carta- gena - Bolívar. Colombia. dianastavro@gmail.com Recibido: 19 de marzo de 2008 Aceptado: 12 de septiembre de 2008 RESUMEN Objetivo: evaluar la efectividad del programa Cuidando a los Cuidadores, diseñado para fortalecer la habilidad de cuidado de los cuidadores familiares de niños en situación de discapacidad en la ciudad de Cartagena, Colombia. Método: estudio cuasiexperimental, muestra intencional de 47 cuidadores para dos grupos, el experimental conformado por 27 y el control por 40. Se evaluó la habilidad de cuidado de ambos grupos con el instrumento Inventario de Habilidad de Cuidado (CAI), de Ngozi O. Nkongho, autorizado y validado en su versión en español. Con el grupo experimental se desarrolló el programa Cuidando a los Cuidadores. Resultados: se describen y comparan las características sociodemográficas y de relación de cuidado de cada uno de los grupos de cuidadores estudiados. Ambos grupos presentan una alta habilidad de cuidado en la preprueba y en la posprueba, en especial en el grupo experimental. Conclusiones: el análisis estadístico reveló que el programa Cuidando a los Cuidadores no afectó la habilidad de cuidado de los par- ticipantes del estudio. Los participantes mostraron desde el inicio una alta habilidad de cuidado, la mayoría cuida desde el momento del diagnóstico. El valor fue la dimensión donde se obtuvo la más baja puntuación al iniciar y finalizar el programa. PALABRAS CLAVE Cuidadores, evaluación, enfermedad crónica, discapacidad. (Fuente: DeCS) Caring for Family Care-Givers who are Responsible for Disabled Children ABSTRACT Objective: To assess the effectiveness of the “Caring for Caregivers” Program, which is designed to reinforce the ability of family caregivers in the city of Cartagena (Colombia) who attend to disabled children. AÑO 8 - VOL. 8 Nº 2 - CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 2008 197-211 198 AÑO 8 - VOL. 8 Nº 2 - CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 2008 197-211 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 Method: This is a quasi-experimental study with an intentional sample of 47 caregivers divided into two groups: 27 in the experimen- tal group and 40 in the control group. The ability of both groups to provide care was assessed with the authorized and validated Spanish version of Ngozi O. Nkongho’s Caring Ability Inventory (CAI). The “Caring for Caregivers” Program was developed with the experimental group. Results: The socio-demographic characteristics and the care relationship are described and compared for each group of caregivers. Both groups demonstrated considerable ability for care in the pre-test and the post-test, particularly the experimental group. Conclusions: The statistical analysis showed the “Caring for Caregivers” Program had no effect on the caring ability of those who took part in the study. They demonstrated a high degree of caring ability from the beginning; most of them had provided care from the moment of diagnosis. Value was the dimension with the lowest score at the start and at end of the program. KEY WORDS Caregivers, assessment, chronic illness, disability. Cuidado a cuidadores familiares de meninos em situação de discapacidade RESUMO Objetivo: avaliar a efetividade do programa Cuidado a Cuidadores, planejado para melhorar a capacidade de cuidado dos cuidadores familiares de meninos em situação de discapacidade na cidade de Cartagena. Método: estudo quase experimental, amostra intencional de 47 cuidadores para dois grupos: o experimental, conformado por 27, e o de controle, por 40. Foi avaliada a habilidade de cuidado dos dois grupos com o instrumento Inventário de Habilidade de Cuidado (CAI), de Ngozi O. Nkongho, autorizado e validado em sua versão em espanhol. O programa Cuidado a Cuidadores foi desenvolvido com o grupo experimental. Resultados: são descritas e comparadas as características socio-demográficas e de relação de cuidado de cada grupo de cuidadores estudados. Os dois grupos apresentam grande habilidade de cuidado na pré-proba e na pós-proba, sobretudo no grupo experimental. Conclusões: a análise estatística indicou que o programa Cuidado a Cuidadores não afetou a habilidade de cuidado dos participantes no estudo. Desde o começo mostraram grande habilidade para o cuidado. A maioria cuida desde o diagnóstico. A mais baixa qualificação foi obtida no valor ao começo e ao final do programa. PALAVRAS-CHAVE Cuidadores, avaliação, doença crónica, discapacidade. 199 Cuidando a cuidadores familiares de niños en situación de discapacidad Amparo Montalvo-Prieto, Inna E. Flórez-Torres, Diana Stavro de Vega Introducción El vivir con una enfermedad crónica discapacitante hace referencia a la experiencia de padecer un trastorno orgánico y funcional que provoca alteraciones en las funciones o estructuras corporales, y algún grado de limitación en la actividad de la persona, lo que puede requerir de largos periodos de cuidado, tratamiento paliativo y control, por lo cual la persona debe modificar su estilo de vida (1). La discapacidad que afecta a la población, sobre todo a la infantil, se constituye en un problema de salud pública, si se considera el impacto negativo que determina sobre el niño, la familia, la comunidad y los enormes recursos que deben ser destinados para dar respuesta a esas necesidades especiales que surgen como consecuencia de la misma (2). La discapacidad ha sido vista como un término genérico que incluye déficit, deficien- cias o alteraciones en las funciones o estructuras corporales, limitaciones en la actividad y restricciones en la participación, que indican los aspectos negativos de la interrelación entre un individuo (con una condición de salud) y sus factores contextuales (3). Limita la integración social de las personas, afecta el reconocimiento, el desarrollo de las activida- des y funcionalidades como individuos pertenecientes a la sociedad. En el departamento de Bolívar, y en la ciudad de Cartagena, Colombia, no hay esta- dísticas que permitan conocer el número de personas en situación de discapacidad. Se presenta subregistro en lo referente a los pacientes crónicos, lo que impide conocer la dimensión del problema. Al no conocer el número y tipo de afección que presentan estas personas se hace menos visible la situación de sus cuidadores y la experiencia de cuidado (4). En Cartagena, la Fundación REI busca la rehabilitación integral de las personas dis- capacitadas de todas las edades. La población beneficiada corresponde a niños y adultos con escasos recursos económicos, que presentan discapacidad física, cognitiva, sensorial, multidéficit, o están en riesgo de adquirir una discapacidad. Agrupa un sector de la pobla- ción que presenta algún tipo de discapacidad, brinda asistencia a los niños con déficit en la esfera cognitiva, auditiva, visual, de habla, de lenguaje y de destreza motora. En el cuidado de los niños con algún grado de discapacidad la responsabilidad la asu- me su familia. La condición de los cuidadores de los niños en situación de discapacidad que asisten a los programas de la Fundación REI es similar a la de los cuidadores de otras regiones de Colombia y de América Latina (5, 6, 7). Se denomina cuidador familiar a la persona que tiene un vínculo de parentesco o cer- canía y asume la responsabilidad del cuidado de un ser querido que vive con enfermedad crónica y participa en la toma de decisiones, y supervisa y apoya la realización de las actividades de la vida diaria para compensar la disfunción existente en la persona con la enfermedad (8). Los cuidadores familiares son en su mayoría mujeres de edad intermedia, menores que el receptor del cuidado, con estados civiles variados, algunas empleadas y otras amas de casa, con niveles de educación y socioeconómicos heterogéneos, quienes por lo general cuidan al ser querido desde el momento de su diagnóstico y llevan cuidán- dolo más de seis meses. Estas personas sienten que la actividad ocupa la mayor parte del día y, por lo general, desconocen el rol que asumen (8). La discapacidad que afecta a la población, sobre todo a la infantil, se constituye en un problema de salud pública, si se considera el impacto negativo que determina sobre el niño, la familia y la comunidad. 200 AÑO 8 - VOL. 8 Nº 2 - CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 2008 197-211 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 El cuidador experimenta cambios im- portantes en el desempeño de sus roles habituales; el grado de compromiso de- pende de la demanda de cuidado que el paciente requiere, así como de las carac- terísticas del cuidador. En la forma como el cuidador se adapta a estos cambios influyen factores específicos como sus ca- racterísticas personales, la severidad de la enfermedad del paciente, y los ajustes que debe hacer en su estilo de vida y en el rol familiar para satisfacer las demandas de cuidado (9). En diferentes contextos se han docu- mentado las implicaciones de la experien- cia de cuidado de los cuidadores sobre su calidad de vida, relacionadas con el estrés permanente al que se ven sometidos, alte- raciones de la salud física en general, del patrón del sueño, fatiga, incertidumbre, depresión y ansiedad, aislamiento social, alteración de la ejecución habitual del rol, y la percepción de la falta de soporte so- cial y de apoyo de los sistemas de cuidado de la salud (6, 10, 11, 12, 13). Ngosi Nkongo identificó conceptual- mente que el cuidado es multidimensional, con componentes cognoscitivos y de acti- tud, en donde el potencial para cuidar está presente en todos los individuos, es cuan- tificable y se puede aprender. Así mismo, la habilidad de cuidado es el potencial que tiene la persona adulta que incluye di- mensiones cognoscitivas y actitudinales, identificadas y medidas con indicadores de conocimiento, valor y paciencia; la ha- bilidad, vista así, puede evaluarse a través de la comunicación directa con cada per- sona (14). Los cuidadores familiares, como una fuente importante de cuidado informal, experimentan situaciones ignoradas tanto por el actual sistema de seguridad social como por la familia, ya que no cuentan con un servicio oportuno y eficiente para el fortalecimiento de la habilidad de cui- dado en casa y el reconocimiento de la la- bor que cumplen. Estas situaciones le han permitido a enfermería la indagación de algunos aspectos básicos como la carac- terización, la importancia de su labor, las necesidades, la calidad de vida y la forma de vivir esa experiencia (8). El programa Cuidando a los Cuidado- res aborda el estudio de estas condicio- nes, lo que le ha permitido formular algu- nas sugerencias para las enfermeras que cuidan personas con enfermedad crónica en el ambiente hospitalario y comunitario (8). Este programa pretende que el cuida- dor descubra su experiencia de cuidado y la analice, identifique sus potencialida- des y limitaciones, las ganancias que el proceso de ser cuidador le genera, y se empodere dentro de su rol. Consta de una sesión de inducción general y tres módu- los que trabajan temas de conocimiento, valor y paciencia (15). El objetivo del presente estudio es eva- luar la efectividad del programa Cuidando a los Cuidadores, diseñado para fortalecer la habilidad de cuidado de los cuidadores familiares de niños en situación de disca- pacidad, en la ciudad de Cartagena. Materiales y métodos Se desarrolló un estudio de tipo cua- siexperimental durante los años 2006 y 2007. La población la conformaron los cui- dadores familiares de niños en situación de discapacidad que asistían a los progra- mas desarrollados por la Fundación REI, de la ciudad de Cartagena. La muestra fue seleccionada en forma intencional, tenien- Ngosi Nkongo identificó conceptualmente que el cuidado es multidimensional, con componentes cognoscitivos y de actitud, en donde el potencial para cuidar está presente en todos los individuos, es cuantificable y se puede aprender. 201 Cuidando a cuidadores familiares de niños en situación de discapacidad Amparo Montalvo-Prieto, Inna E. Flórez-Torres, Diana Stavro de Vega do en cuenta los siguientes criterios: cui- dadores familiares principales de niños en situación de discapacidad, usuarios de la institución, que aceptaran participar en la investigación firmando su consentimiento. Los sujetos seleccionados fueron distri- buidos en forma no aleatoria a los grupos de intervención y control, teniendo como criterio la periodicidad con que asistían a la institución. De esta forma, el grupo experimental estuvo constituido por 27 cuidadores de niños en situación de disca- pacidad, que cumplían cada semana con este criterio, y el grupo control por 40, que asistían con una frecuencia menor. Para la caracterización se aplicó la en- cuesta Caracterización de los cuidadores, diseñada por el Grupo de cuidado del pa- ciente crónico de la Universidad Nacional de Colombia, el cual consta de 13 ítems que evalúan datos sociodemográficos y de relación de cuidado. La habilidad de cuida- do se midió con el Inventario de la habili- dad de cuidado (CAI) de Ngozi O. Nkongho (14), herramienta integrada por 37 ítems con respuesta tipo lickert, y se compone de tres subescalas: conocimiento, valor y paciencia. Las respuestas van de 1 a 7, con los puntajes más altos indicando mayor gra- do de habilidad de cuidado para un ítem positivamente formulado; para los ítems negativamente formulados el puntaje se invierte. Las respuestas a los ítems se su- man para cada subescala, dando un pun- taje total para cada una de ellas. El instru- mento arroja un puntaje para la habilidad total y para cada uno de sus componentes. La subescala “conocimiento” consta de 14 ítems, la de “valor” de 13 ítems y la de “pa- ciencia” de 10. Su validez de 0,80, y confia- bilidad de 0,84, fue ratificada con pruebas psicométricas en población colombiana. A ambos grupos se les evaluó su habi- lidad de cuidado, en el grupo experimental se implementó el programa Cuidando a los Cuidadores y, una vez finalizado éste, se aplicó nuevamente el CAI; a los partici- pantes del grupo control se les administró el mismo instrumento en dos momentos diferentes, aunque éstos no fueron ex- puestos a la intervención. El programa Cuidando a los cuidado- res, tuvo una inducción general en donde se establecieron los grupos para trabajar, se hizo una sensibilización y se entregó el material que se debía utilizar. En el módu- lo de la dimensión conocimiento se desa- rrollaron los temas, la experiencia de ser cuidador, la experiencia del receptor de cuidado y el conocimiento que se requiere para comprender y facilitar el rol de cui- dador. En el módulo relativo al valor se trabajaron los temas, las ganancias del proceso de cuidado a personas con enfer- medad crónica, las habilidades sociales y la importancia de que el cuidador se em- podere de su función y de la toma de deci- siones en la tarea de cuidar. La temática del módulo de la paciencia contempló esta cualidad como una característica esencial para el cuidador, la experiencia de crecer siendo cuidador y el hecho de que un cui- dador hábil piensa en el futuro. Al finalizar cada uno de los módulos los participantes realizaron una evaluación escrita (15). La información obtenida mediante la encuesta fue procesada y organizada para describir las características generales de los participantes. Los datos obtenidos con la aplicación del CAI fueron clasificados ini- cialmente en una de dos categorías: baja y alta habilidad de cuidado. Se consideraron las puntuaciones tanto globales en el CAI como en cada una de las tres dimensio- nes. Se realizó un análisis descriptivo en En el módulo de la dimensión conocimiento se desarrollaron los temas, la experiencia de ser cuidador, la experiencia del receptor de cuidado y el conocimiento que se requiere para comprender y facilitar el rol de cuidador. 202 AÑO 8 - VOL. 8 Nº 2 - CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 2008 197-211 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 cada grupo con respecto a las dimensio- nes objeto de estudio, utilizando medidas de tendencia central y dispersión. Para establecer si la distribución de los datos obtenidos era normal se utilizó el test de Kolmogorov-Smirnov, y para comparar los resultados de preprueba y posprueba entre los dos grupos se aplicó la prueba t student, asumiendo como significativos los valores de p inferiores a 0,05. Además, se aplicó la prueba chi cuadrado para probar las diferencias entre las proporciones ob- tenidas con los dos grupos con respecto a la habilidad de cuidado. La investigación conservó los paráme- tros éticos para estudios con seres huma- nos incluyendo el consentimiento informa- do, la participación voluntaria, el manejo confidencial de la información, el empleo de la evidencia disponible para la interven- ción terapéutica a los cuidadores familia- res, y la autorización para el uso de los ins- trumentos y de las instancias pertinentes. La información del estudio se consideró importante para cualificar el cuidado de enfermería y la investigación sin riesgos previsibles para los participantes. De ser identificado lo contrario, el estudio sería ajustado o suspendido. El costo-beneficio contempló el empleo de los recursos hu- manos para la investigación, al igual que los recursos financieros, que se justifica- ron por el fortalecimiento de la habilidad de cuidado de los cuidadores mediante la implementación del programa, el reconoci- miento de los cuidadores y de su labor, y la conformación como grupo de apoyo. Para la Fundación REI representó una fortaleza el reconocer en los cuidadores la necesi- dad de apoyo y respaldo institucional. En el campo ambiental se consideró un estudio de impacto neutro que, aunque no abordó aspectos relativos al medio, se espera que al reunir cuidadores de per- sonas con enfermedad crónica puedan surgir propuestas tendientes a evitar ba- rreras ambientales y riesgos innecesarios para este grupo. Resultados Características generales de los cuidadores Género del cuidador Porcentaje Masculino 6 Femenino 94 Total 100 Edad del cuidador 17 años o menos 1 Entre 18 y 35 años 52 Entre 36 y 59 años 45 60 años o más 1 Total 100 Sabe leer y escribir el cuidador Sí 97 No 3 Total 100 Escolaridad del cuidador Primaria completa o incompleta 25 Bachillerato completo o incompleto 57 Técnico o más 18 Total 100 Estado civil del cuidador Soltero(a) 24 Casado(a) 21 Separado(a) 10 Viudo(a) 1 Unión Libre 43 Total 100 Ocupación del cuidador Hogar 76 Empleado(a) 4 Trabajador independiente 15 Estudiante 1 Otros 3 Total 100 Estrato del cuidador Estrato 1 67 Estrato 2 28 Estrato 3 4 Total 100 Tabla 1. Características sociodemográficas de los 67 cuidadores La información del estudio se consideró importante para cualificar el cuidado de enfermería y la investigación sin riesgos previsibles para los participantes. 203 Cuidando a cuidadores familiares de niños en situación de discapacidad Amparo Montalvo-Prieto, Inna E. Flórez-Torres, Diana Stavro de Vega Del total de los 67 cuidadores, el 94% es de género femenino, el 6% correspondió al género masculino. El 53% de los partici- pantes tienen 35 años o menos, mientras que el 46% tiene 36 años o más. Aunque la mayoría sabe leer y escribir (97%), es preciso advertir que un 25% cuenta con primaria (completa o incompleta); el 57% tiene bachillerato (completo o incomple- to), y el 18% tiene una formación técnica o un nivel superior. En cuanto al estado civil el mayor grupo de participantes se encuentran en unión libre (43%), seguido por los participantes solteros que agrupan al 24%, y casados el 21%. La mayoría de los cuidadores está dedicada al hogar (76%), el 15% corresponde a trabajado- res independientes. Con relación al estrato socioeconómi- co, el 67% de los cuidadores pertenece al estrato 1, seguido del estrato 2 que equivale al 28%. En cuanto al tiempo de experiencia como cuidador, el 78% lleva más de 37 meses dedicado a su tarea de cuidado, y el 91% de los cuidadores cuida al paciente desde el momento del diag- nóstico. Con respecto al tiempo de dedi- cación, el 61% reportó 24 horas al día, mientras que el 37% de los cuidadores le dedica diariamente al cuidado del pacien- te entre 7 y 23 horas. Las características de cada uno de los grupos se presentan en la tabla 2. Tabla 2. Características sociodemográficas de acuerdo con los grupos de estudio CARACTERÍSTICAS Experimental % Control % Género Masculino 0 10 Femenino 100 90 Total 100 100 Edad 17 años o menos 3,7 0 Entre 18 y 35 años 40,74 60 Entre 36 y 59 años 51,86 40 60 años o más 3,7 0 Total 100 100 Sabe leer y escribir No 0 2,5 Sí 100 97,5 Total 100 100 Escolaridad Primaria completa o incompleta 22,22 27,5 Bachillerato completo o incomp. 37,03 70 Técnico o más 40,75 2,5 Total 100 100 Estado civil Soltero(a) 11,11 32,5 Casado(a) 22,22 20 Separado(a) 22,22 2,5 Viudo(a) 3,7 0 Unión Libre 40,75 45 Total 100 100 Ocupación Hogar 81,48 72,5 Empleado(a) 0 7,5 Trabajador independiente 11,11 17,5 Estudiante 0 2,5 Otros 7,5 0 Total 100 100 Estrato del cuidador Estrato 1 74,08 62,5 Estrato 2 22,22 32,5 Estrato 3 3,7 5 Total 100 100 Con respecto al tiempo de dedicación, el 61% de los cuidadores reportó 24 horas al día. 204 AÑO 8 - VOL. 8 Nº 2 - CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 2008 197-211 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 Los resultados de la habilidad de cui- dado total y por dimensiones, en los dos Control n=40 Experimental n=27 Preprueba Posprueba Preprueba Posprueba % % % % Baja habilidad de cuidado 48 30 41 11 Alta habilidad de cuidado 52 70 59 89 Bajo conocimiento 5 8 15 0 Alto conocimiento 95 92 85 100 Baja paciencia 2 2 0 0 Alta paciencia 98 98 100 100 Bajo valor 93 95 93 81 Alto valor 7 5 7 19 Total 100 100 grupos de cuidadores antes y después de la intervención, se presentan en la tabla 3. Tabla 3. Habilidad de cuidado de los participantes de los grupos control y experimental en las dos pruebas *CAI General Conocimiento Paciencia Valor *P=0,24. Según el puntaje obtenido en el CAI general, la habilidad de cuidado de los cuidadores se reporta como alta en la pre- prueba en ambos grupos, 52% en el grupo control y 59% en el experimental. En el análisis a través de la prueba chi cuadrado no se encontraron diferencias estadística- mente significativas entre la ocurrencia de la habilidad observada en los dos gru- pos (P=0,24), es importante resaltar que para las otras dimensiones no fue posible aplicar la prueba. De acuerdo con los resultados ante- riores, la habilidad general de cuidado contrasta con las habilidades específicas que miden las dimensiones conocimiento, paciencia y valor. Del grupo control, 48% de los participantes presentaron baja ha- bilidad en el CAI general, 5% puntuaron con un bajo nivel de conocimiento, 2% con un bajo nivel de paciencia y 93% con un bajo nivel de valor. En el grupo experimen- tal, 41% de los cuidadores presenta baja habilidad en el CAI general, 15% puntúa un bajo nivel de conocimiento y 93% re- vela un bajo valor. La dimensión “valor” se encontró más afectada en los partici- pantes en ambos grupos. Con relación al conocimiento y la paciencia, la mayoría de los cuidadores iniciaron el estudio con una alta habilidad de cuidado. De acuerdo con los datos del CAI ge- neral, en el grupo experimental se obser- va que posterior a la intervención, el 89% mejoró su puntuación en la habilidad de cuidado. En la dimensión valor se presentó un aumento en el 19% de los cuidadores. En la paciencia, el 100% de los cuidadores mantuvieron un alto nivel. En la dimensión conocimiento el 100% de los cuidadores presentaron un alto nivel. De acuerdo con los resultados anteriores, la habilidad general de cuidado contrasta con las habilidades específicas que miden las dimensiones conocimiento, paciencia y valor. 205 Cuidando a cuidadores familiares de niños en situación de discapacidad Amparo Montalvo-Prieto, Inna E. Flórez-Torres, Diana Stavro de Vega Figura 1. Representación de la habilidad de cuidado general de los dos grupos en la preprueba y en la posprueba La figura 1 representa la distribución del CAI total del grupo experimental en la preprueba. Los cuidadores en el CAI total tuvieron puntuaciones que van desde 155 hasta 233 aproximadamente, lo que signi- fica que el 50% tuvo puntajes inferiores a 195, y el 25% de los cuidadores obtuvo los mínimos y los máximos puntajes. A partir de esta información de la preprueba en los dos grupos del estudio se puede apreciar que la principal diferencia tiene que ver con la mayor longitud de la línea vertical del grupo control, lo que significa que este grupo inició con una mayor dispersión que el grupo experimental. Por otra parte, al comparar los diagramas de caja que re- presentan los resultados de la segunda aplicación del CAI general en ambos gru- pos, se puede observar que la barra negra horizontal parte en dos cada diagrama de cajas y es más alta en el grupo experimen- tal que en el grupo de control. En este sentido, se observa un leve aumento en las puntuaciones máximas obtenidas por el grupo experimental en la posprueba al comparar los extremos superiores de los dos diagramas de este grupo, mientras que aparece una conside- rable baja en las puntuaciones máximas del grupo control en la posprueba. Hubo un notable cambio en el grupo experimen- tal como se puede constatar al ver que aumentaron en la posprueba las puntua- ciones mínimas, mientras que tal cambio es ligero en el grupo control. Sin embargo, no se encontró evidencia estadística su- ficiente para establecer que el programa Cuidando a los Cuidadores aumentó signi- ficativamente la habilidad de cuidado. No se encontró evidencia estadística suficiente para establecer que el programa Cuidando a los Cuidadores aumentó significativamente la habilidad de cuidado. 206 AÑO 8 - VOL. 8 Nº 2 - CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 2008 197-211 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 Figura 2. Representación de las puntuaciones en la dimensión del valor de los dos grupos en la preprueba y en la posprueba Las puntuaciones en la dimensión va- lor se encontraron relativamente bajas, oscilando entre el 22 y el 90%. Por otra parte, sobresale el considerable aumento en las puntuaciones máximas del grupo experimental, al constatar la mayor longi- tud del diagrama de caja de la posprueba. En la segunda medición de la habilidad de cuidado hubo cuidadores en los dos grupos que aumentaron su valor, siendo mayor en los cuidadores del grupo control. No obstante, no se encontró evidencia es- tadística suficiente para establecer que el programa Cuidando a los Cuidadores aumentara significativamente el valor de estos últimos. Figura 3. Representación de las puntuaciones en la dimensión del conocimiento de los dos grupos en la preprueba y en la posprueba No se encontró evidencia estadística suficiente para establecer que el programa Cuidando a los Cuidadores aumentara significativamente el valor de estos últimos. 207 Cuidando a cuidadores familiares de niños en situación de discapacidad Amparo Montalvo-Prieto, Inna E. Flórez-Torres, Diana Stavro de Vega En esta dimensión se presentaron pun- tuaciones altas en ambos grupos y pruebas. Las puntuaciones mínimas oscilan entre 60 y 70, y la máxima fue 100. Se observa que el límite inferior de los diagramas de caja de la posprueba es superior al encontrado en la preprueba. Los principales cambios en las puntuaciones del grupo experimental están concentrados en el aumento de las puntuaciones mínimas, considerando que éstas estaban inicialmente alrededor de los 63 puntos y pasaron a 73. Este cambio no se observa en el grupo control, pero la diferen- cia no fue estadísticamente significativa. Figura 4. Representación de las puntuaciones en la dimensión de la paciencia de los dos grupos en la preprueba y en la posprueba En la dimensión paciencia se observa que los cuidadores del grupo control pre- sentan en la preprueba puntuaciones más bajas que el grupo experimental. Al revi- sar la posprueba hubo un aumento con- siderable en las puntuaciones mínimas de los cuidadores del grupo control. En los dos grupos se encontró semejanza en las pun- tuaciones máximas de los cuidadores. Discusión Al comparar el género de los grupos de cuidadores se encontraron diferencias. En el grupo control hubo representación del género masculino, a diferencia del grupo experimental donde todas las cuidadoras fueron mujeres. Similar a lo reportado en la literatura, el rol de cuidador es asumido por la mujer (16, 17, 18, 19, 20). Históricamente a la mujer se le ha asignado el papel de cui- dadora aduciendo condiciones inherentes a su naturaleza que la preparan para cuidar y ser más abnegada (5). En el entorno co- lombiano es frecuente que los familiares, en especial las mujeres, asuman el papel de cuidadores de los enfermos crónicos, mucho más si éste es un niño (21). En el entorno colombiano es frecuente que los familiares, en especial las mujeres, asuman el papel de cuidadores de los enfermos crónicos, mucho más si éste es un niño. 208 AÑO 8 - VOL. 8 Nº 2 - CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 2008 197-211 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 En cuanto a la edad, la mayor con- centración de cuidadores del grupo expe- rimental se encuentra en el rango de los 36 a 59 años, y en el grupo control entre 18 a 35 años. Este hallazgo es referido en la literatura como las dificultades de una generación intermedia o “sándwich” sobre la cual recae, además de la crianza de los hijos, el cuidado de las personas depen- dientes y mayores (8, 22). A su vez, Griffin anota que los cuidado- res familiares son en su mayoría mujeres de edad intermedia, quienes cuidan al ser querido desde el momento de su diag- nóstico, y llevan cuidándolo más de seis meses. En el presente estudio, el rol de cuidador es asumido principalmente por la madre dado que los sujetos de cuidado son niños que viven en situación de disca- pacidad (23). Los datos obtenidos en el presente estudio reportan desde su inicio una alta habilidad de cuidado de los cuidadores en ambos grupos; este hecho podría estar relacionado con el tiempo que los cuida- dores han dedicado a la tarea de cuidar a los niños en situación de discapacidad; una entrega casi absoluta, a pesar de no ser los únicos cuidadores. Dadas las ante- riores características se podría interpre- tar, como lo reporta Venegas, como una fortaleza, ya que entre más tiempo se ten- ga como cuidador se esperaría una mayor habilidad (24). A pesar de que en los resultados obte- nidos en cuanto a la habilidad de cuidado de los cuidadores hubo cambios en los dos grupos, éste fue importante en el grupo experimental, lo anterior se encuentra re- ferido en la literatura por Sánchez; la ex- periencia de ser cuidadora de una persona en situación de enfermedad crónica es vi- vir de una manera diferente, modificando las funciones a las que se está acostum- brado, tomando decisiones, asumiendo responsabilidades y realizando tareas y acciones de cuidado físico, social, psico- lógico y religioso, para atender las necesi- dades cambiantes de la persona cuidada, en las que progresivamente se va adqui- riendo habilidad hasta superar muchas veces a los más conocedores (17). Con relación a las dimensiones de co- nocimiento y paciencia el estudio reportó que los cuidadores presentaron una alta puntuación. Algunos autores han referido que la paciencia y el conocimiento perti- nentes en la relación personal de cuidado se encuentran disponibles en cualquier cuidador potencial, y se desarrollan de manera casi “natural” a lo largo de la experiencia, en virtud del vínculo entre cuidador y sujeto cuidado, mientras que el valor puede constituir una cualidad que requiere condiciones particulares para su desarrollo. En la dimensión valor se encontraron puntuaciones bajas en ambos grupos ini- cialmente. En la segunda medición en los dos grupos hubo cuidadores que aumenta- ron su puntuación. El grado de valor puede estar afectado por el conocimiento limita- do que se tiene en cuanto a las interven- ciones como cuidador, lo cual restringe y genera un estado de incertidumbre frente a las experiencias de cuidado (25). A través del desarrollo de los diferen- tes talleres se evidenciaron los cambios generados en las cuidadoras al desper- tarles intereses, motivaciones hacia su propia valoración como seres humanos que tienen a su cargo una labor no reco- nocida por su pareja, familia e incluso por ellas mismas, quienes por su edad y su Otro de los cambios observados fue el hacer evidente su necesidad de autocuidado, como también asignar responsabilidades a su familia en el rol de cuidador, y el poder reconocer y orientar las necesidades de afecto de los otros miembros de su familia. 209 Cuidando a cuidadores familiares de niños en situación de discapacidad Amparo Montalvo-Prieto, Inna E. Flórez-Torres, Diana Stavro de Vega condición de género requieren del recono- cimiento social que les permita el desem- peño de roles en espacios diferentes al de cuidador. Otro de los cambios observados fue el hacer evidente su necesidad de autocuida- do, como también asignar responsabilida- des a su familia en el rol de cuidador, y el poder reconocer y orientar las necesida- des de afecto de los otros miembros de su familia. Esto es similar a lo reportado por Giraldo y Franco (26) quienes indican que el cuidado familiar y ser cuidador o cuida- dora pasa inadvertido o invisible no solo para las personas que no tenían relación directa o indirecta con ello, sino aún para las mismas cuidadoras. Los resultados obtenidos en el presen- te estudio contrastan con los hallazgos de Barrera y cols. (20), quienes en un estudio que evaluó la efectividad del programa cuidando a los cuidadores, el cual incluyó la participación de cuidadores de perso- nas adultas con enfermedad crónica, re- portan un incremento en la habilidad de cuidado y en cada una de las dimensiones, en los grupos experimental y control, pos- terior a la implementación del programa. Sin embargo, las narrativas de quienes participaron en el programa señalan un cambio más significativo que el reflejado por los datos numéricos de la aplicación del CAI. Conclusiones • Los cuidadores del grupo experimental y del grupo control mostraron desde el inicio una alta habilidad; puede resul- tar útil considerar que en su mayoría los cuidadores le han dedicado a esta tarea una entrega casi absoluta, a pe- sar de no ser los únicos cuidadores. • Los participantes del grupo experimen- tal claramente mejoraron en términos generales sus puntuaciones en la ha- bilidad de cuidado. El grupo control presentó cambios favorables a pesar de no participar en el programa. • La dimensión valor presentó las más bajas puntuaciones iniciales y, a su vez, fue la que se mostró más insen- sible a la intervención del programa. • No existe evidencia suficiente para con- cluir que el programa Cuidando a los Cuidadores aumentara significativamen- te el nivel de conocimiento, de valor y de paciencia de los cuidadores de la ciudad de Cartagena. Recomendaciones • A pesar de ser el único instrumento dis- ponible en nuestro medio para medir la habilidad de cuidado de los cuidadores, se evidenció la necesidad de diseñar, proponer y evaluar un instrumento que sea de fácil manejo y comprensión para los futuros investigadores en nuestro medio. • Para explicar los hallazgos relativos a la dimensión valor se recomienda no desestimar la posibilidad de proble- mas metodológicos asociados con el instrumento. • Idealmente, futuros estudios deben contar con grupos de participantes cuya habilidad de cuidado sea clara- mente insuficiente y pueda por tanto verse favorecida con la intervención prevista. Agradecimientos Al Grupo de Cuidado al Paciente Cróni- co de la Universidad Nacional por su apo- yo al desarrollo de la investigación en la Costa Atlántica. La dimensión valor presentó las más bajas puntuaciones iniciales y, a su vez, fue la que se mostró más insensible a la intervención del programa. 210 AÑO 8 - VOL. 8 Nº 2 - CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 2008 197-211 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 REFERENCIAS 1. Barrera L, et ál. La habilidad de cuidado de los cui- dadores familiares de personas con enfermedad crónica. Invest. educ. enferm 2006; 24 (1): 36-46. 2. Organización Mundial de la Salud. Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías (CIDDM); 1980. Disponible en http:// portal.educ.ar/debates/eid/docenteshoy/grupos- heterogeneos/discapacidad-y-singularidad.php [Fecha de consulta: febrero de 2007). 3. Departamento Nacional de estadísticas. Disponible en http:// www.discapacidad.gov.co/estadisticas/ capacitacion.doc [Fecha de consulta: febrero de 2007). 4. Montalvo A, Flórez I, Stavro D. Una mirada a la ex- periencia de cuidado de los cuidadores de niños en situación de discapacidad de la ciudad de Cartage- na. Rev. Unicarta 2007; 105 (1): 73-78. 5. Barrera L. El cuidado del cuidador que afronta en- fermedades crónicas. En: Cuidado y práctica de en- fermería. Bogotá: Unibiblos; 2000. p. 223-225. 6. Merino S. Calidad de vida de los cuidadores fami- liares que cuidan niños en situación de enferme- dad crónica. Avances en Enfermería 2004; 22 (1): 39-46. 7. Blanco D. Habilidad de cuidado de los cuidadores principales de niños en situación de enfermedad crónica que consultan en la clínica Colsánitas. Avances en Enfermería 2007; 25 (1): 19-32. 8. Pinto N, Barrera L, Sánchez B. Reflexiones sobre el cuidado a partir del programa “Cuidando a los cui- dadores”. Aquichan 2005; 5 (1): 128-137. 9. Pinto N. El reto de los cuidadores familiares de per- sonas en situación crónica de enfermedad. En: Cui- dado y práctica de enfermería. Bogotá: Unibiblos; 2000. 172-183. 10. Álvarez B. Comparación de la calidad de vida de cuidadores familiares de personas que viven con el VIH/sida y reciben terapia antirretroviral con la calidad de vida de los cuidadores familiares de per- sonas con el VIH/sida y no reciben terapia antirre- troviral de Honduras. Avances en Enfermería 2004; 22 (2): 6-18. 11. Moreno ME, Nader A, López C. Relación entre las ca- racterísticas de los cuidadores familiares de pacien- tes con discapacidad y la percepción de su estado de salud. Avances de Enfermería 2004; 22 (1): 27-38. 12. Escuredo B. Cuidadores informales, necesidades y ayudas. Rol de enfermería 2001; 24 (3): 26. 13. Giraldo C, Franco G. Calidad de vida de los cuida- dores familiares. Aquichan 2006; 6 (1): 38-56. 14. Nkongho N. The caring ability inventory. En: Stric- klan OL, Waltz CF. Measurement of nursing outco- mes: Measuring client self-care and coping skills. New York: Springer; 1990. pp. 3-16. 15. Sánchez B, Barrera L, Pinto N. Colciencias y Univer- sidad Nacional de Colombia. Programa “Cuidado a los cuidadores”; 2004. 16. Zabala M, et ál. Características sociodemográficas de los cuidadores de ancianos. En: Simposio Antro- pología de la vejez. Chile; 2001. 17. Sánchez B. Habilidad de cuidado de los cuidadores de personas en situación de enfermedad crónica. En: Grupo de cuidado. El arte y la ciencia del cuida- do. Bogotá: Unibiblos; 2002. p. 373-855. 18. Barrera L, Pinto N, Sánchez B. Habilidad de cuidado de cuidadores familiares de personas con enferme- dad crónica: comparación de géneros. Actualiza- ciones en Enfermería 2006; 9 (2): 9-13. 19. García et ál. El impacto de cuidar en la salud y la ca- lidad de vida de las mujeres. Disponible en: http:// www.scielosp.org/scielo.php. 18 (supl. 2): 83-92. [Fecha de consulta: abril de 2008]. 20. Barrera L, Pinto N, Sánchez B. Evaluación de un programa para fortalecer a los cuidadores familia- res de enfermos crónicos. Revista de Salud Pública 2006; 8 (2): 141-152. 21. Díaz L. Cómo perciben los cuidadores la situación crónica de enfermedad del niño. En: El arte y la ciencia del cuidado. Bogotá: Unibiblos; 2002. p. 227-229. 22. Sánchez B. La cronicidad y el cuidado familiar, un problema de todas las edades: los cuidadores de ancianos. Avances en enfermería 2004; (22): 153-59. 23. Griffin, M. Cuidando a los cuidadores: el rol de en- fermería en un establecimiento corporativo. Geriar Nurs 1993; 14 (4): 200-204. 211 Cuidando a cuidadores familiares de niños en situación de discapacidad Amparo Montalvo-Prieto, Inna E. Flórez-Torres, Diana Stavro de Vega 24. Venegas B. Habilidad del cuidador y funcionalidad de la persona cuidada. Rev. Aquichan 2006; 6 (1): 133-147. 25. Montalvo A. Los cuidadores de pacientes con Al- zheimer y su habilidad de cuidado en la ciudad de Cartagena. Avances en Enfermería 2007; 25 (2): 90-100. 26. Giraldo C, Franco G. Calidad de vida de los cui- dadores familiares. Rev. Aquichan 2006; 6 (1): 38-53.