73 - 92 Cuidando al Cuidador.indd 73 Cuidando al cuidador: efectos de un programa educativo 1 Enfermero. Candidato a Doctor en Ciencias de la Educación. Magíster en Enfermería con Énfasis en Cuidado al Paciente Crónico, Especialista en Pedagogía para el Desarrollo del Aprendizaje Autónomo Docente Universidad de Cundinamarca. Carrera 19 # 24 – 209. Girardot. Colombia. jcda68@gmail.com 2 Enfermera. Magíster en Enfermería con Énfasis en Cuidado al Paciente Crónico. Especialista en Gestión en Gerontología, Docente. Universidad de Cundinamarca. Carrera 19 # 24 - 209. Girardot. Colombia. cruzrojasmv1@hotmail.com Recibido: 29 de agosto de 2008 Aceptado: 1º de febrero de 2009 RESUMEN El presente estudio muestra los resultados de la investigación “Efectos del programa `Cuidando al cuidador´ en un grupo de cuida- dores familiares de los municipios de Girardot y Flandes vinculados a la Universidad de Cundinamarca, adelantada en un período de 12 meses. Objetivo: evaluar la efectividad del programa desarrollado por la Universidad Nacional de Colombia, en cuidadores familiares de personas con enfermedad crónica, en las citadas ciudades de los departamentos de Cundinamarca y Tolima, Colombia. Método: se utilizó el Inventario de Habilidad de Cuidado (CAI -Care Ability Inventory) propuesto por Ngozi O. Nkongho, y se aplicó como pre y posprueba. El estudio es cuasiexperimental y se realizó con 72 cuidadores familiares, que se distribuyeron en dos grupos; uno de control, formado por 35 personas, y otro experimental, integrado por 37 cuidadores. Resultados: los hallazgos señalan la efectividad del programa para desarrollar las dimensiones de conocimiento y paciencia en el grupo experimental. La dimensión de valor permaneció inmodificable tanto en el grupo de control como en el experimental, lo cual indica que el programa no fue efectivo para incrementar el valor como dimensión de cuidado. PALABRAS CLAVE Habilidad de cuidado, cuidadores familiares, enfermedad crónica. (Fuente: DeCs, Bireme). Caring for the Caregiver: Effects of an Educational Program ABSTRACT This study examines the results of a 12-month research project entitled Effects of the ‘Caring for Caregivers’ ¨Program on a Group of Family Caregivers in the Cities of Girardot and Flandes in Association with the University of Cundinamarca. Objective: Assess the effectiveness of the aforementioned program, which was conducted by the National University of Colombia for family caregivers of chronically ill persons in the aforementioned cities in the Departments of Cundinamarca and Tolima (Colombia). Method: The Care Ability Inventory (CAI) proposed by Ngozi O. Nkongho was applied as a pre and post-test. The study is quasi- experimental and involved 72 family caregivers distributed into two groups: a control group made up of 35 persons and an experimental group of 37 caregivers. AÑO 9 - VOL. 9 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2009 73 - 92 Juan Carlos Díaz-Álvarez1 María Victoria Rojas-Martínez2 74 AÑO 9 - VOL. 9 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2009 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 Results: The findings demonstrate the effectiveness of the program in helping the experimental group to develop know-how and patience. The value aspect remained unchanged in both the control group and the experimental group, which indicates the program was not effective in terms of increasing value as a dimension of care. KEY WORDS Care ability, family caregivers, chronic illness. (Source: MeSH, Bireme). Cuidar ao cuidador: efeitos de um programa educativo RESUMO Neste estudo mostram-se os resultados da pesquisa Efeitos do programa ‘Cuidar ao cuidador’ em um grupo de cuidadores familiares nos municípios de Girardot e Flandes, vinculados à Universidade de Cundinamarca levada a cabo durante 12 meses. Objetivo: avaliar a efetividade do programa desenvolvido pela Universidade Nacional de Colômbia em cuidadores familiares de pes- soas com doença crônica, nas ditas cidades do departamentos de Cundinamarca e Tolima, Colômbia. Método: foi utilizado o instrumento Inventario de habilidade de Cuidado (CAI; Care Ability Inventory), proposto por Ngozi O. Nkongho. Foi aplicado como pré e pós-prova. O estudo, quase-experimental, foi realizado com 72 cuidadores familiares distribuídos em dois grupos: um de controle, constituído por 35 pessoas, e outro experimental, formado pelos 37 cuidadores restantes. Resultados: os achados assinalam a efetividade do programa para desenvolver as dimensões de conhecimento e paciência no grupo experimental. A dimensão de valor permaneceu invariável no grupo de controle e no experimental. Isso mostra que o programa não foi efetivo para aumentar o valor como dimensão de cuidado. PALAVRAS-CHAVE Habilidade de cuidado, cuidadores familiares, doença crônica. (Fonte: DeCs, Bireme). 75 Cuidando al cuidador: efectos de un programa educativo Juan Carlos Díaz-Álvarez, María Victoria Rojas-Martínez Introducción El presente artículo responde a un interés significativo para la disciplina de enferme- ría. Incluye la realización del programa “Cuidando al cuidador” propuesto por docentes de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia, donde se aborda una población vulnerable de cuidadores de personas con enfermedad crónica para validar un programa de cuidado formulado en el medio colombiano y latinoamericano. El programa “Cuidando al cuidador” pretende fortalecer la habilidad de cuidado a través de la aplicación de un proceso educativo estructurado en nueve sesiones grupales para cada uno de los grupos: experimental y de control. Según Ngozi O. Nkongho (1), el cuidado compromete la participación humana, y con ella el cuidador desarrolla habilidades en el cuidado de su familiar y de sí mismo. Siempre ha existido la figura de cuidador como un imaginario en la dinámica familiar. Este rol, generalmente atribuido a la mujer, le permite desarrollar habilidades para el cuidado de los miembros familiares; sin embargo, su labor tiene poco reconocimiento tanto en el contexto de su desarrollo como en el sector salud. Ser cuidador familiar de una persona con enfermedad crónica lleva implicaciones, familiares, sociales, mentales, económicas y espirituales que merecen la atención y el reconocimiento centrado en el cuidado y auto- cuidado de la salud de las personas y colectivos. Reconocer a los cuidadores familiares orienta al profesional de enfermería en la com- prensión de cómo y qué debe reforzar para apoyar a este grupo. Abordar la dimensión del conocimiento requiere explorar las debilidades y potencialidades humanas. La dimensión de paciencia es poco tangible e implica entrar en experiencias previamente aprendidas y esperar nuevas vivencias, sin saber con exactitud lo que se obtendrá. Por su parte, la dimensión de valor tiende a compaginarse más con la dinámica familiar que el cuidador maneja, al igual que con los grupos de apoyo que presente; por tanto, esta dimensión se relaciona en gran parte con factores externos que apoyan al cuidador. Todavía falta reconocer aspectos de la dinámica familiar de acuerdo con la cultura y la región, para individualizar el cuidado y llegar a desarrollar propuestas generales que partan de las necesidades sentidas en el cuidador y su familiar enfermo. El estudio consideró aspectos éticos referentes al consentimiento informado, la participación voluntaria y el manejo con- fidencial de la información. Objetivo general: evaluar la efectividad del programa “Cuidando al cuidador” para el desarrollo de habilidades de cuidado en cuidadores familiares de personas con enferme- dad crónica en las ciudades de Girardot (Cundinamarca) y Flandes (Tolima). Materiales y métodos: el estudio tiene un diseño cuasiexperimental, desarrollado en 72 cuidadores familiares de personas con enfermedad crónica, donde se pretendió evaluar el impacto del programa “Cuidando al cuidador” sobre la habilidad de cuidado de 37 cuida- dores, e incluyó un grupo de control compuesto por 35 cuidadores. El estudio se desarrolló durante un año, entre marzo de 2007 y marzo de 2008. Los criterios de inclusión eran: ser cuidador familiar, mayor de 18 años, con experiencia en el cuidado superior a tres meses, Ser cuidador familiar de una persona con enfermedad crónica lleva implicaciones, familiares, sociales, mentales, económicas y espirituales que merecen la atención y el reconocimiento centrado en el cuidado y autocuidado de la salud de las personas y colectivos. 76 AÑO 9 - VOL. 9 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2009 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 con comunicación oral adecuada, con nivel de dependencia según escala de PULSES, igual o mayor a 8 puntos. El principal instrumento fue el propues- to por la enfermera afroamericana Ngozi O. Nkongho (1), denominado Inventario de Habilidad de Cuidado (CAI, Care Ability In- ventory), el cual permite cuantificar la habi- lidad de cuidado que una persona tiene con otra cuando la cuida. El instrumento está formado por 37 ítems graduados en esca- la de Licker de 7 puntos (donde 1 significa absoluto desacuerdo y 7 significa acuerdo absoluto), distribuidos en tres subescalas: 14 preguntas para la dimensión de conoci- miento; 13 para la dimensión de valor y 10 para la dimensión de paciencia. El instru- mento tiene confiabilidad de 0,84 y validez de 0,80, probada a través del Coeficiente Alfa de Cronbach. Otros instrumentos de apoyo para la recolección de información fueron: Perfil Pulses: es una escala de 4 pun- tos que permite medir la funcionalidad de la persona enferma en términos de: estabilidad de la patología, utilización de miembros superiores, capacidad de locomoción y traslado, capacidad sen- sorial, eliminación y actividad social, según lo esperado. Cuando el enfermo es funcional, en la escala se señalan números pequeños, y cuando es de- pendiente, se marcan números altos, el resultado final se obtiene sumando los puntos señalados en el instrumento. Instrumento de caracterización de los cuidadores familiares de personas con enfermedad crónica: ayuda de- terminando las características de los cuidadores familiares. Fue elaborado por el Grupo de Cuidado al Paciente Crónico de la Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional de Colom- bia, Bogotá, en 2002. De acuerdo con los fines de la inves- tigación, la siguiente fue la definición operativa de conceptos: Habilidad de cuidado del cuidador fa- miliar: definido como el potencial de cuidado que tiene la persona adulta que asume el rol de cuidador principal de un familiar que padece de enferme- dad crónica. La habilidad de cuidado incluye la dimensión cognoscitiva y la actitudinal, que son identificadas y me- didas según los indicadores de cono- cimiento, valor y paciente propuestos por Ngozi O. Nkongho en 1999. La ha- bilidad y sus dimensiones se miden con el instrumento denominado Inventario de Habilidad de Cuidado (CAI), median- te entrevista directa, y su percepción puede ser descrita. Cuidador familiar: es la persona adulta con vínculo de parentesco familiar que asume responsabilidad en el cuidado de un ser querido que vive situación de enfermedad crónica, y que partici- pa en la toma de decisiones y super- visa y colabora en las actividades de la vida diaria para compensar la dis- función existente o apoyar la persona cuidada. Persona con enfermedad crónica: es quien experimenta algún trastorno orgánico y funcional que genera disca- pacidad y requiere largos períodos de cuidado, tratamiento paliativo o con- trol, por lo cual debe modificar su es- tilo de vida. El enfermo crónico recibe soporte y ayuda del cuidador familiar Los participantes fueron asignados a conveniencia a uno de los dos grupos de estudio, que para el grupo control corres- pondió a 35 cuidadores y para el grupo Cuidador familiar es la persona adulta con vínculo de parentesco que asume responsabilidad en el cuidado de un ser querido que vive situación de enfermedad crónica. 77 Cuidando al cuidador: efectos de un programa educativo Juan Carlos Díaz-Álvarez, María Victoria Rojas-Martínez experimental a 37. A todos los participan- tes se les evaluó la habilidad de cuidado con el CAI, en dos momentos diferentes, correspondientes a la primera y última se- sión de las nueve programadas, cumplien- do así con una preprueba y una postrueba como parte del desarrollo del programa “Cuidando al cuidador”. A los participan- tes del grupo de control no se les expuso a intervención. La conformación de los grupos requirió de identificación de los cuidadores familia- res en los municipios de Girardot y Flan- des. Entre las limitantes para el desarrollo investigativo estuvo la dificultad de los cui- dadores para su desplazamiento, relacio- nadas con la condición del familiar enfermo y situaciones económicas propias, por lo cual se necesitó como estrategia, tras gran difusión del servicio por parte de la Univer- sidad de Cundinamarca, formar pequeños grupos de trabajo, de entre seis y ocho participantes, los cuales fueron motivados permanentemente para su asistencia y puntualidad. Una vez se terminaba el pro- grama con un grupo, se conformaba otro, repitiéndose el proceso. La información obtenida mediante el CAI fue procesada y organizada para describir las caracterís- ticas generales de los participantes. Los datos se clasificaron en una de dos ca- tegorías: “baja” y “alta” habilidad de cui- dado. Se consideraron las puntuaciones, tanto globales en el CAI como las de cada una de las tres dimensiones (conocimien- to, valor y paciencia); posteriormente, se procedió a hacer el análisis general de los datos de los dos grupos, tanto en la preprueba como en la posprueba, y a con- tinuación se implementaron algunos pro- cedimientos estadísticos para determinar la validez de las conclusiones formuladas del primer análisis y para precisar los al- cances de hallazgos establecidos. Resultados Características generales de los participantes Aunque la mayoría de los participan- tes son de género femenino, en la Tabla 1 puede apreciarse que la proporción de cuidadores masculinos en el grupo de con- trol duplica a la del grupo experimental (11% vs. 5%). Respecto de sus edades, la información general muestra que el 57% de los participantes se encuentran en el rango de 36 a 59 años y que el 26% tiene 60 años o más. Igualmente, respecto de sus edades no existen notables diferen- cias en la distribución en ambos grupos. Respecto al grado de escolaridad, puede verse que hay mejores niveles educativos en el grupo experimental, si se considera que prácticamente la mitad de estos cuida- dores cuenta con bachillerato (completo o incompleto), mientras que este porcentaje en el grupo de control es apenas del 29%, ya que más de la mitad de los cuidadores de este grupo cuentan con un menor nivel educativo (el solo 54% tiene primaria, completa o incompleta). También aparecen diferencias considerables en el estado civil de los cuidadores, según el grupo al que fueron asignados: en el grupo de control hay una mayor representatividad de los solteros (43%) y en el grupo experimen- tal, de los casados (41%). Esta situación contrasta, por su parte, con la condición de unión libre, en la que se semejan los dos grupos. De acuerdo con la ocupación de los par- ticipantes, puede apreciarse que en ambos grupos la mayoría se encuentra dedicada al hogar (el 71% del grupo de control y el 68% del grupo experimental). Puede ad- vertirse que mientras en el grupo control no hay empleados, el 11% del grupo ex- Entre las limitantes para el desarrollo investigativo estuvo la dificultad de los cuidadores para su desplazamiento, relacionadas con la condición del familiar enfermo y situaciones económicas propias. 78 AÑO 9 - VOL. 9 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2009 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 perimental lo está. Adicionalmente, aunque en términos de frecuencias no es conside- rable, se detecta que la proporción de es- tudiantes en el grupo de control triplica la del grupo experimental (9% vs. 3%). Por último, si se atiende al estrato de los cuida- dores, se puede constatar que mientras la mayoría del grupo experimental pertenece al estrato 3 y 4 (51%), la mayoría del gru- po de control pertenece al estrato 1 (34%) y al estrato 2 (40%). Reconocer las dife- rencias reportadas en la asignación de los cuidadores a cada uno de los dos grupos de estudio es importante, por cuanto estas pueden tener una incidencia en los resulta- dos obtenidos en su habilidad de cuidado. Tabla 1 Características sociodemográficas de los cuidadores familiares en los grupos de control y experimental. Género del cuidador Masculino 4 11 2 5 6 8 Femenino 31 89 35 95 66 92 Total 35 100 37 100 72 100 Edad del cuidador 17 años o menos 1 3 0 0 1 1 Entre 18 y 35 años 6 17 5 14 11 15 Entre 36 y 59 años 19 54 22 59 41 57 60 años o más 9 26 10 27 19 26 Total 35 100 37 100 72 100 Escolaridad del cuidador Primaria completa o incompleta 19 54 12 32 31 43 Bachillerato completo o incompleto 10 29 18 49 28 39 Técnica o más 6 17 7 19 13 18 Total 35 100 37 100 72 100 Estado civil Soltero(a) 15 43 10 27 25 35 Casado(a) 8 23 15 41 23 32 Separado(a) 1 3 3 8 4 6 Viudo(a) 5 14 3 8 8 11 Unión libre 6 17 6 16 12 17 Total 35 100 37 100 72 100 Ocupación del cuidador Hogar 25 71 25 68 50 69 Empleado(a) 0 0 4 11 4 6 Trabajo independiente 5 14 6 16 11 15 Estudiante 3 9 1 3 4 6 Otros 2 6 1 3 3 4 Sin información 0 0 0 0 0 0 Total 35 100 37 100 72 100 Estrato del cuidador Estrato 1 12 34 8 22 20 28 Estrato 2 14 40 10 27 24 33 Estrato 3 9 26 17 46 26 36 Estrato 4 o más 0 0 2 5 2 3 Total 35 100 37 100 72 100 Fuente: Resultados de la investigación: cálculos de los autores basados en la encuesta de caracterización del cuidador. Características sociodemográficas Control Experimental General Frec. % Frec. % Frec. % Al comparar la edad del paciente respecto de la del cuidador, se aprecia que en cada grupo el mayor porcentaje está dado por los cuidadores de pacientes mayores que ellos mismos. 79 Cuidando al cuidador: efectos de un programa educativo Juan Carlos Díaz-Álvarez, María Victoria Rojas-Martínez Características del cuidado y la atención de los cuidadores Al examinar la información expuesta en la Tabla 2 sobre la relación de los cuida- dores con la persona en situación de enfer- medad crónica, se encontró que la mayoría de cada grupo cuida a la persona desde el diagnóstico (83%, en general). Tampoco aparecen diferencias notables al atender la información acerca del tiempo que llevan como cuidadores: se aprecia que el 80% de los cuidadores del grupo de control y el 84% del grupo experimental tienen una experiencia superior a 37 meses como cuidadores. Sin embargo, al mirar las ho- ras diarias de cuidado, se puede sostener que los del grupo experimental perciben que dedican más tiempo diario a su labor: por una parte, se encuentra una diferencia de 7 puntos favorable a los del grupo ex- perimental que se dedican las 24 horas al cuidado y, por otra, una diferencia de 10 puntos entre los que se dedican entre 13 y 23 horas. Se estableció que el 69% de los parti- cipantes del grupo de control no cuenta con apoyo de otros familiares para ejecutar el cuidado, en tanto que el grupo experimen- tal registra apenas el 30%. La diferencia entre los grupos equivale a 39 puntos; sin embargo, llama la atención que la relación se vuelve inversa, pues el 31% del grupo control, comparado contra el 70% del gru- po experimental, reciben soporte familiar y no existe exclusividad para el cuidado. Esta es, pues, una de las variables en las que se diferencian de manera destacable los dos grupos relacionados. De acuerdo con el parentesco que guarda el cuidador con la persona cuidada, reaparecen el tipo de diferencias que se vienen registrando. Mientras que en el gru- po de control los cuidadores que son ma- dre o padre del paciente agrupan al 17%, en el grupo experimental este porcentaje asciende al 41%. En la misma Tabla 2 pue- de reconocerse adicionalmente que en el grupo de control hay una cantidad relati- vamente importante de cuidadores que al parecer no tienen una relación familiar con el paciente, la cual alcanza a triplicar a la correspondiente del grupo experimental (34% vs. 11%). En general se pudo cons- tatar lo reportado en la literatura, pues en ambos grupos se reconoce que el mayor porcentaje de los cuidadores son hijos(as) 32%, seguido por madre/padre 29%. Finalmente, al comparar la edad del paciente respecto de la del cuidador, se aprecia que en cada grupo el mayor por- centaje está dado por los cuidadores de pacientes mayores que ellos mismos: el 46% del grupo de control y el 62% del gru- po experimental, lo cual se explica porque la mayoría de los cuidadores son hijos de los enfermos crónicos. De todas maneras hay una diferencia importante entre los dos grupos, que alcanza los 16 puntos por- centuales, diferencia que está acompaña- da por la mayor proporción de cuidadores del grupo de control que tienen el mismo rango de edad que los pacientes a quienes cuidan y es cuatro veces mayor que la pro- pia del grupo experimental (20% vs. 5%). Resultados en la preprueba del grupo control y del grupo experimental (primera aplicación del CAI) En la Tabla 3 se exponen los resulta- dos iniciales de la habilidad de cuidado de los participantes en la primera aplicación del CAI, que sirvieron como preprueba. Al Se estableció que el 69% de los participantes del grupo de control no cuenta con apoyo de otros familiares para ejecutar el cuidado. 80 AÑO 9 - VOL. 9 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2009 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 Género del cuidador Masculino 4 11 2 5 6 8 Femenino 31 89 35 95 66 92 Total 35 100 37 100 72 100 Cuida a la persona desde el momento del diagnóstico Sí 29 83 31 84 60 83 No 6 17 6 16 12 17 Total 35 100 37 100 72 100 Tiempo que se lleva como cuidador De 0 a 6 meses 1 3 3 8 4 6 De 7 a 18 meses 4 11 3 8 7 10 De 19 a 36 meses 2 6 0 0 2 3 37 o más meses 28 80 31 84 59 82 Sin información 0 0 0 0 0 0 Total 35 100 37 100 72 100 Horas diarias dedicadas al cuidado 6 o menos horas 3 9 7 19 10 14 Entre 7 y 12 horas 14 40 5 14 19 26 Entre 13 y 23 horas 6 17 10 27 16 22 24 horas 12 34 15 41 27 38 Total 35 100 37 100 72 100 Se es el único cuidador Sí 11 31 26 70 37 51 No 24 69 11 30 35 49 Sin información 0 0 0 0 0 0 Total 35 100 37 100 72 100 Relación con la persona cuidada (rol) Esposo(a) 3 9 3 8 6 8 Madre/padre 6 17 15 41 21 29 Hijo(a) 10 29 13 35 23 32 Abuelo(a) 3 9 1 3 4 6 Amigo(a) 1 3 1 3 2 3 Otro 12 34 4 11 16 22 Sin información 0 0 0 0 0 0 Total 35 100 37 100 72 100 Edad del paciente Mayor que el rango de edad del cuidador 16 46 23 62 39 54 Del mismo rango de edad del cuidador 7 20 2 5 9 13 Menor que el rango de edad del cuidador 12 34 12 32 24 33 Sin información 0 0 0 0 0 0 Total 35 100 37 100 72 100 Características del cuidado Control Experimental General Frec. % Frec. % Frec. % Tabla 2. Características del cuidado y la atención de los cuidadores familiares según su distribución en grupos control y experimental. Fuente: resultados de la investigación: cálculos de los autores basados en la encuesta de caracterización del cuidador. Se pudo constatar lo reportado en la literatura, pues en ambos grupos se reconoce que el mayor porcentaje de los cuidadores son hijos(as), seguido por madre/padre. 81 Cuidando al cuidador: efectos de un programa educativo Juan Carlos Díaz-Álvarez, María Victoria Rojas-Martínez respecto deben hacerse varias observacio- nes. Se encuentra que en la línea de base ambos grupos presentan puntuaciones semejantes, lo cual constituye una carac- terística favorable para hacer las debidas comparaciones y evaluar los cambios es- perados. Nótese que en el CAI general 16 participantes del grupo de control y 15 del grupo experimental puntuaron con una baja habilidad general; en la dimensión del valor se presenta baja puntuación: 32 del grupo de control y 33 del grupo experi- mental. En la dimensión del conocimiento, todos los cuidadores del grupo de control tuvieron alta puntuación inicial y en el gru- po experimental hubo solo cinco cuidado- res con baja puntuación. Por su parte, en la dimensión de la paciencia, como en la del conocimiento, los dos grupos obtuvieron alta puntuación en la primera medición. Puede señalarse que, al juzgar los datos por dimensiones, se destaca la que atañe al valor de los cuidadores, puesto que 65 de los 72 participantes iniciaron con una baja puntuación en esta dimen- sión –situación que contrasta con lo obte- nido en las dimensiones del conocimiento y la paciencia–. En otras palabras, los cui- dadores, en general, antes de cualquier intervención cuentan con un conocimiento y una paciencia favorables y suficientes, mientras que el valor es la dimensión de la habilidad de cuidado menos adecuada. A partir de estos resultados la interven- ción del programa a los 33 cuidadores del grupo experimental deberán incrementar la puntuación en el desarrollo de las habi- lidades de cuidado para las dimensiones de conocimiento, valor y paciencia. Tabla 3. Habilidad de cuidado de los cuidadores familiares según su distribución en gru- pos control y experimental en la primera aplicación del CAI o preprueba. Fuente: resultados de la investigación. Cálculos de los autores basados en CAI. Habilidad del cuidado Control Experimental Preprueba Baja habilidad de cuidado 16 15 Alta habilidad de cuidado 19 22 Bajo valor 32 33 Alto valor 3 4 Bajo conocimiento 0 5 Alto conocimiento 35 32 Baja paciencia 2 2 Alta paciencia 33 35 Total 35 37 CAI general Valor Conocimiento Paciencia Según las observaciones precedentes, el diseño y los datos iniciales de la pre- prueba posibilitan someter a análisis las siguientes preguntas investigativas: 1. Después del programa, ¿aumenta el número de participantes del grupo ex- perimental con una alta habilidad de cuidado general en el CAI? 2. Después del programa, ¿aumenta el número de participantes del grupo ex- perimental con una alta puntuación en la dimensión del valor del CAI? 3. Si mejora la habilidad de cuidado de los participantes del grupo experimen- tal, ¿este resultado aparece por igual en las tres dimensiones o la interven- Los cuidadores, en general, antes de cualquier intervención cuentan con un conocimiento y una paciencia favorables y suficientes, mientras que el valor es la dimensión de la habilidad de cuidado menos adecuada. 82 AÑO 9 - VOL. 9 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2009 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 ción revela un impacto diferencial en alguna de ellas? 4. En una segunda aplicación del CAI, ¿se conserva la habilidad de cuidado de los participantes del grupo de control? 5. Si no se conserva la habilidad de cui- dado de los participantes del grupo de control, ¿su habilidad de cuidado au- menta o disminuye? Si aumenta o dis- minuye, ¿lo hace de la misma forma en las tres dimensiones? 6. ¿Los posibles cambios encontrados en la habilidad de cuidado de los par- ticipantes pueden atribuirse a la inter- vención recibida? Resultados en la posprueba del grupo control y del grupo experimental (segunda aplicación del CAI) y comparación con la preprueba La Tabla 4 incorpora los datos sobre la habilidad de cuidado de los participantes en la segunda aplicación del CAI, la cual corresponde, para los del grupo experi- mental, a la posprueba realizada una vez terminado el programa “Cuidando al cuida- dor”. La inspección visual de los resultados obtenidos ofrece una primera aproxima- ción. Veamos: Antes de cualquier comparación, con- sidérense los tres primeros interrogantes que atañen a los resultados del grupo experimental. A juzgar por los datos del CAI general, consolidados en la Tabla 4, se muestra que, después de la interven- ción, nueve de los cuidadores aumentaron su puntuación en la habilidad de cuidado general. En efecto, en la primera aplica- ción o preprueba, 22 participantes tuvie- ron una alta habilidad de cuidado general, y en la segunda aplicación o posprueba, después de la intervención, aparecen 31 con alta habilidad de cuidado general. De esta manera, el primer interrogante debe responderse afirmativamente, señalando que después de la intervención 9 de los 15 (60%) cuidadores de este grupo me- joraron su habilidad de cuidado general. Sin embargo, después de la intervención decreció en uno el número de participan- tes del grupo experimental que tenía una alta puntuación en la dimensión del valor; en efecto, como puede verse, después del programa “Cuidando al cuidador” el núme- ro de participantes con puntuación alta en el valor pasó de cuatro a tres, y los cuida- dores de los que se esperaba que mejora- ran en la dimensión del conocimiento y de la paciencia mostraron una puntuación fa- vorable después de la intervención. Puede verse que los cinco cuidadores que en la preprueba tuvieron baja puntuación en la dimensión del conocimiento y los dos con baja puntuación en la dimensión de la pa- ciencia lograron en la posprueba una alta calificación en la segunda medición. La descripción anterior responde no solo el segundo sino el tercer interrogan- te, que se pregunta por el posible impacto diferencial de la intervención en las tres di- mensiones de la habilidad de cuidado de los cuidadores del grupo experimental. Otra forma de describir la cuestión es conside- rar que en la dimensión del conocimiento se registró un cambio favorable absoluto: los cinco participantes que en la primera evaluación revelaron un bajo conocimien- to cambiaron su puntuación después del programa y obtuvieron un resultado de alto conocimiento. Algo semejante se en- contró en la dimensión paciencia, puesto que los dos participantes que inicialmente obtuvieron una baja puntuación, poste- riormente, en la segunda evaluación, ob- tuvieron una alta puntuación; es decir, se Los cinco participantes que en la primera evaluación revelaron un bajo conocimiento cambiaron su puntuación después del programa y obtuvieron un resultado de alto conocimiento. 83 Cuidando al cuidador: efectos de un programa educativo Juan Carlos Díaz-Álvarez, María Victoria Rojas-Martínez obtuvo un logro del 100%. En este sen- tido, puede afirmarse que la intervención tuvo un efecto positivo en las dimensiones del conocimiento y de la paciencia y que prácticamente no lo tuvo en la dimensión del valor. Las preguntas investigativas 4 y 5, an- teriormente expuestas, se ocupan de los resultados de los participantes del gru- po de control. La primera indaga si hubo cambios o se mantuvo la distribución ini- cial de la habilidad de cuidado de los 35 participantes. Al comparar la preprueba y la posprueba puede verse que en el CAI general aumentaron dos participantes con alta habilidad general de cuidado en su segunda evaluación. En otras palabras, puede advertirse que tanto con la interven- ción como sin ella aumentó el número de cuidadores con una alta habilidad general de cuidado, cuando fueron evaluados nue- vamente, el cual fue más significativo para el grupo experimental. En el grupo control hubo un cuidador que vio afectada negativamente su pun- tuación en la dimensión del valor. En la Tabla 4 puede verse que, de los tres que tuvieron en la preprueba una alta puntua- ción, quedaron dos en la posprueba. Por su parte, la dimensión del conocimiento quedó intacta y los 35 cuidadores de este grupo conservaron su alta puntuación en el conocimiento, y así también, en la di- mensión de la paciencia, los cuidadores conservaron sus puntuaciones iniciales de la preprueba: 33 con alta paciencia y dos con baja paciencia. De lo anterior se con- cluye que en el grupo de control se obser- vó en las dos mediciones una estabilidad en los resultados y un resultado desfavo- rable en la dimensión del valor para uno de los cuidadores. Tabla 4. Habilidad de cuidado de los cuidadores familiares según su distribución en gru- pos control y experimental en la segunda aplicación del CAI o preprueba y comparación con la habilidad medida en la preprueba. Fuente: resultados de la investigación. Cálculos de los autores basados en CAI. Habilidad del cuidado Control Experimental Preprueba Posprueba Preprueba Posprueba CAI general Baja habilidad de cuidado 16 14 15 6 Alta habilidad de cuidado 19 21 22 31 Valor Bajo valor 32 33 33 34 Alto valor 3 2 4 3 Conocimiento Bajo conocimiento 0 0 5 0 Alto conocimiento 35 35 32 37 Paciencia Baja paciencia 2 2 2 0 Alta paciencia 33 33 35 37 Total 35 35 37 37 La descripción anterior señala, enton- ces, que se encontró, como se esperaba, una relativa estabilidad en los resultados del grupo de control y cambios favorables relativamente importantes en los resulta- dos del grupo experimental. Se encontró una relativa estabilidad en los resultados del grupo de control y cambios favorables en los resultados del grupo experimental. 84 AÑO 9 - VOL. 9 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2009 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 Análisis estadístico de los efectos de la intervención de enfermería en el grupo experimental para el desarrollo de la habilidad de cuidado en cuidadores familiares En este apartado se presenta un análisis estadístico dedicado a los resul- tados de los dos grupos (control y expe- rimental) en las dos aplicaciones del CAI (preprueba y posprueba) considerando sus puntuaciones en el CAI general, en de cada una de las tres dimensiones (el valor, el conocimiento y la paciencia de los cuidadores). El tratamiento estadístico se basó en las puntuaciones originales o “da- tos brutos” tanto del CAI general como de las tres dimensiones. Para explorar si el programa “Cuidan- do al cuidador” tuvo efecto positivo en las habilidades de cuidado general de los par- ticipantes del grupo experimental, se gra- ficaron los diagramas de caja (box plots) asociados para ambos grupos (control y experimental), los cuales se presentan en la Figura 1, en la que se aprecia (de iz- quierda a derecha) la distribución del CAI total del grupo control en la preprueba, y se observa en este grupo mayor variabili- dad, en tanto que en la segunda evaluación este disminuyó su variabilidad inicial. Al atender las barras horizontales que se encuentran cerca de los 190 pun- tos, se puede observar que la distribución de los puntajes de las dos mitades (vale decir, de cada 50%) de cuidadores fue el mismo en las dos mediciones de la habili- dad de cuidado. No obstante, en esta mis- ma figura se detecta que disminuyeron las puntuaciones máximas y no aumentaron las puntuaciones mínimas. Nótese que el extremo del box plot de la preprueba es más alto que el de la posprueba, y los ex- tremos inferiores de los box plots están a la misma altura. Ahora bien, al ver la representación de los datos del grupo experimental, se al- canza a detectar un aumento en sus pun- tuaciones mínimas y, también, que el 50% de los cuidadores elevaron ligeramente sus puntuaciones (compárense los ex- tremos de los dos box plots y la altura de cada barra horizontal, respectivamente). Al comparar los dos box plots del grupo expe- rimental con los del grupo de control, se destacan semejanzas para ambos grupos en la preprueba, y aunque el grupo experi- mental inició con puntuaciones ligeramente inferiores, se denota que en la posprueba aumentan las puntuaciones. Figura 1. Representación de la habilidad de cuidado general para los grupos de control y experimental en la preprueba y en la posprueba. En la Figura 1 puede identificarse el aumento en las puntuaciones mínimas obtenidas por el grupo experimental en la posprueba frente a aquellas obtenidas por los cuidadores del grupo de control. Es de- cir, parece existir una incidencia positiva del programa “Cuidando al cuidador” en 85 Cuidando al cuidador: efectos de un programa educativo Juan Carlos Díaz-Álvarez, María Victoria Rojas-Martínez las habilidades de cuidado de los cuidado- res involucrados en este programa en la Universidad de Cundinamarca. Para con- cluir que este aumento es significativo, se debe descartar que tal diferencia se deba a errores experimentales. Para ello, se pro- cedió a aplicar la prueba t para dos mues- tras con respecto a las diferencias entre los valores en el CAI total de la posprueba y la preprueba. Dado que un buen uso de la prueba t requiere que las distribucio- nes poblacionales de probabilidad –de las cuales fueron extraídos los dos grupos de cuidadores, a los que se les evalúo el CAI total antes y después de la aplicación del programa al grupo experimental– sean normales, se aplicó el test de Kolmogo- rov-Smirnov para evaluar si la muestra de diferencias entre las puntuaciones de la posprueba y la preprueba en el CAI to- tal –tanto de los 37 cuidadores del grupo experimental como de los 35 del grupo de control– presenta un comportamiento nor- mal. Para este test estadístico se acepta- ron valores p respectivos de 0,813 y 0,707. Las diferencias entre la posprueba y la pre- prueba del grupo experimental y el grupo de control presentan un comportamiento normal. A continuación se procedió a eva- luar la siguiente hipótesis estadística: La hipótesis nula afirma que el promedio de las diferencias entre las puntuaciones de la posprueba y la preprueba del grupo expe- rimental es igual al promedio de las diferen- cias entre las posprueba y la preprueba del grupo de control. Por su parte, la hipótesis alternativa nos afirma que tales promedios difieren significativamente. Desde luego, la idea es aceptar la hipótesis alternativa, pues si ella no fuera aceptada se conclui- ría que el programa “Cuidando al cuida- dor” no logra aumentar significativamente la habilidad de cuidado de los cuidadores de la Universidad de Cundinamarca. Con una confianza del 95%, la estadística de prueba3 usada para probar la hipótesis estadística antes planteada fue: Al evaluar la anterior hipótesis, con un valor asociado a la estadística de prueba T de 4,128 y un valor p menor de 0,001, se encontró evidencia estadística suficiente para ser aceptada la afirmación hecha en la hipótesis alternativa; es decir, en este estudio existe evidencia suficiente de que el promedio de las diferencias de las pun- tuaciones del CAI total entre la posprueba y la preprueba del grupo experimental es diferente al promedio de las diferencias de estas puntuaciones, pero ello sucede entre la posprueba y la preprueba del grupo de control. Ahora bien, dado que la media de las diferencias entre las pos- pruebas y prepruebas del grupo experi- mental es mayor (14,78) que la media de las diferencias del grupo control (-1,43), se concluye que el programa “Cuidando al cuidador” aumentó significativamente la habilidad general de cuidado (CAI total) de los cuidadores estudiados en la Universi- dad de Cundinamarca. El anterior análisis estadístico se implementó de manera se- mejante para los datos obtenidos en cada una de las tres dimensiones constitutivas del CAI. 3 Esta estadística de prueba también será la usada para evaluar las hipótesis asociadas a las diferencias en en- tre las puntuaciones de las post-prueba y las preprueba de las dimensiones valor, conocimiento y paciencia, las cuales se presentan enseguida. El programa “Cuidando al cuidador” aumentó la habilidad general de cuidado de los cuidadores estudiados en la Universidad de Cundinamarca. 86 AÑO 9 - VOL. 9 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2009 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 La Figura 2 muestra los box plots que representan las puntuaciones en la dimen- sión del valor. El lector puede advertir que se encuentran puntuaciones relativamente bajas que oscilan entre el 12%, aproxima- damente (véase el extremo inferior del box plot del grupo de control en la posprue- ba), y que no superan el 80%. Más aún, puede apreciarse que más de la mitad de los cuidadores de los dos grupos en los dos momentos no superan los 60 puntos. Igualmente, existe aumento en la pos- prueba de los cuidadores del grupo expe- rimental; sin embargo, también se aprecia que hubo cuidadores de este grupo que disminuyeron sus puntuaciones mínimas, tal como lo revela la más baja altura del extremo inferior del box plot de la pos- prueba, al compararlo con el equivalente de la preprueba. Por su parte, en el grupo de control decrecen claramente tanto las mínimas puntuaciones como las puntua- ciones del 50% de los cuidadores con más baja puntuación. Por su parte, la dimensión del valor presenta un comportamiento normal al aplicársele el test estadístico de Kolmogorov-Smirnov, y se aceptaron valo- res de perspectiva de 0,987 y 0,143, que los diferencia entre las puntuaciones de la posprueba y las de la preprueba. Una vez aceptado el supuesto de nor- malidad requerido para ser usada la prue- ba t con dos muestras independientes, se procedió a evaluar, con una confianza del 95%, la siguiente hipótesis estadística. La hipótesis nula afirma que el prome- dio de las diferencias entre las puntuacio- nes de la posprueba y la preprueba en la dimensión de valor del grupo experimental es igual al promedio de las diferencias en- tre la posprueba y la prepruebas del grupo control. Al evaluar la anterior hipótesis con un valor asociado a la estadística de prue- ba de 2,559 y un valor p de 0,013, se en- contró evidencia estadística suficiente para ser aceptada la afirmación hecha en la hi- pótesis alternativa; es decir, en este estu- dio existe evidencia suficiente para concluir que el promedio de las diferencias de las Figura 2. Representación de la habilidad de cuidado en su dimensión de valor para los grupos control y experimental en la preprueba y en la posprueba. La dimensión del valor presenta un comportamiento normal al aplicársele el test estadístico de Kolmogorov-Smirnov. 87 Cuidando al cuidador: efectos de un programa educativo Juan Carlos Díaz-Álvarez, María Victoria Rojas-Martínez puntuaciones de la dimensión valor entre la posprueba y la preprueba del grupo ex- perimental es distinto del promedio de las diferencias de estas puntuaciones, pero ello sucede entre la posprueba y la pre- prueba del grupo de control. Ahora bien, dado que la media de las diferencias entre la posprueba y la preprueba del grupo ex- perimental es mayor (4,08) que la media de las diferencias del grupo control (-3,97), se concluye que el programa “Cuidando al cui- dador” aumentó significativamente el valor de los cuidadores asistentes al programa en la Universidad de Cundinamarca. Ahora bien, en lo que concierne a la dimensión del conocimiento, la Figura 3 re- presenta gráficamente con los box plots el comportamiento de los cuidadores de los dos grupos en esta dimensión del CAI. Por una parte, se aprecia que en los dos mo- mentos ambos grupos de cuidadores pre- sentaron puntuaciones relativamente altas (salvo por un dato atípico, al que se aludirá más adelante). Las mínimas puntuaciones iniciales mejoraron en los dos grupos, aunque es mayor el aumento de los cuida- dores del grupo experimental (nótese, sin embargo, que en su preprueba sus pun- tuaciones mínimas fueron inferiores a las del grupo de control). También puede esta- blecerse que las puntuaciones del 50% de los cuidadores, representados en la parte superior de la barra horizontal del grupo experimental, fueron especialmente sensi- bles al aumento, en contraste con las ho- mólogas del grupo de control, que apenas exhiben un tenue aumento. En este grupo las puntuaciones aumentaron en mayor medida que para las del grupo de control. Compárense para ello las alturas de las lí- neas negras horizontales de los cuatro box plots. Al comparar los dos grupos, se puede identificar mayor homogeneidad del grupo de control en los dos momentos del tiempo y mayor sensibilidad del grupo experimen- tal, expresada en cambios favorables en la dimensión del conocimiento, como los que se acaban de exponer. En la Figura 3 se grafica un dato atí- pico4 obtenido de un cuidador del grupo experimental en la primera medición de la preprueba. Como en las dimensiones anteriores, se empleó el test de Kolmo- gorov-Smirnov, aceptándose valores p respectivos de 0,997 y 0,451, de modo que las diferencias entre la posprueba y la preprueba de las puntuaciones, en la dimensión conocimiento del grupo experi- mental y del grupo control, presentan un comportamiento normal. 4 En estos box plots extraídos del paquete esta- dístico SPSS, un dato atípico se ilustra mediante elipses y los extremos mediante asteriscos. Así mismo, un dato atípico es aquel que se aleja del comportamiento de las puntuaciones del grupo. Por ejemplo, si se observa en la Figura 1 el box plot de las puntuaciones en la preprueba del grupo control, se pueden detectar cuatro datos atípicos los cuales representan igual número de cuidadores; específicamente, estos cuatro cuida- dores puntuaron en la preprueba por debajo de 100 puntos mientras que el resto de cuidadores del grupo control puntuaron en la preprueba va- lores iguales o superiores a 160. Complementa- riamente, un dato extremo es aquel que se aleja exageradamente del comportamiento del grupo y el cual, en la mayoría de los casos, ameritaría ser revisado para ver si es efectivamente esa la puntación o, si por el contrario, se cometió algún tipo de problema en la obtención del mismo. Figura 3. Representación de la habilidad de cuidado en su dimensión de conocimien- to para los grupos de control y experimental en la preprueba y en la posprueba. 88 AÑO 9 - VOL. 9 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2009 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 Una vez aceptado el supuesto de nor- malidad requerido para ser usada la prue- ba t para dos muestras independientes, se procedió a evaluar, con una confianza del 95%, la siguiente hipótesis estadística. La hipótesis nula afirma que el prome- dio de las diferencias entre la posprueba y la preprueba, en la dimensión conocimiento del grupo experimental, es igual al prome- dio de las diferencias entre la posprueba y la preprueba del grupo de control. Al evaluar la anterior hipótesis, con un va- lor asociado a la estadística de prueba de 3,403 y un valor p de 0,001, se encontró evidencia estadística suficiente para ser aceptada la afirmación hecha en la hipó- tesis nula, es decir, que en este estudio existe evidencia suficiente para concluir que el promedio de las diferencias de las puntuaciones de la dimensión conocimien- to entre la posprueba y la preprueba del grupo experimental es distinto al promedio de las diferencias de estas puntuaciones, pero entre la posprueba y la preprueba del grupo de control. Ahora bien, dado que la media de las diferencias entre la posprue- ba y la preprueba del grupo experimental es mayor (5,97) que la media de las dife- rencias del grupo control (1,29), se conclu- ye que el programa “Cuidando al cuidador” aumentó el nivel de conocimiento de los cuidadores. Figura 4 Representación de la habilidad de cuidado en su dimensión de paciencia para los grupos de control y experimental en la preprueba y en la posprueba. Respecto del comportamiento esta- dístico que exhiben los datos de los dos grupos de participantes en la dimensión de la paciencia, la Figura 4 muestra los box plots de la preprueba y de la pos- prueba. De esta figura se pueden extraer varias observaciones. Nótese que en am- bos grupos y en los dos momentos se con- servan puntuaciones que no superan los 70 puntos. Sin embargo, para la segunda evaluación los dos grupos de cuidadores aumentan considerablemente las puntua- ciones mínimas. Si se acepta que las pun- tuaciones mínimas de los del grupo expe- rimental fueron especialmente bajas, es destacable el aumento que mostraron en su segunda evaluación, después de la in- tervención. A diferencia del grupo de con- trol, en el grupo experimental se presentó un aumento relativamente leve, en las El programa “Cuidando al cuidador” aumentó el nivel de conocimiento de los cuidadores. 89 Cuidando al cuidador: efectos de un programa educativo Juan Carlos Díaz-Álvarez, María Victoria Rojas-Martínez puntuaciones del 50% de los cuidadores, que se encuentra demarcado por la par- te superior de la barra negra horizontal. En síntesis, se detectó una sensibilidad específica en el grupo experimental y, en varios aspectos, una relativa constancia en el grupo de control con respecto de lo obtenido en la dimensión de la paciencia. Además, en la Figura 4 aparecen tres datos atípicos en las puntuaciones del grupo con- trol. Puede verse que todos se encuentran por debajo de las puntuaciones generales del grupo y que uno surge en la preprueba y dos en la posprueba. Al aplicar el test de Kolmogorov-Smir- nov, se aceptaron valores respectivos de 0,852 y 0,342, y se vio que las diferencias entre la posprueba y la preprueba de las puntuaciones en la dimensión paciencia presentan un comportamiento normal. Una vez aceptado el supuesto de normalidad requerido para ser usada la prueba t con dos muestras independientes, se procedió a evaluar, con una confianza del 95%, la siguiente hipótesis estadística. La hipótesis nula afirma que el promedio de las diferencias entre las puntuaciones de la posprueba y la preprueba en la dimensión paciencia del grupo experimental es igual al promedio de las diferencias del grupo con- trol. Al evaluar la anterior hipótesis con un valor asociado a la estadística de prueba de 3,065 y un valor p de 0,003, se encon- tró evidencia estadística suficiente para ser aceptada la afirmación hecha en la hipótesis nula; es decir, existe evidencia suficiente para concluir que el promedio de las diferencias de las puntuaciones de la dimensión paciencia entre la posprue- ba y la preprueba del grupo experimental es distinto del promedio de las diferen- cias de estas puntuaciones, pero entre la posprueba y la preprueba del grupo de control. Ahora, dado que la media de las diferencias entre la posprueba y la pre- prueba del grupo experimental es mayor (4,73) que la media de las diferencias del grupo control (1,26), se concluye que el programa “Cuidando al cuidador” aumen- tó significativamente el nivel de paciencia de los cuidadores. Discusión de los resultados Características generales y del cuidado de los participantes del estudio Varios estudios (2-8) han señalado que la mayoría de cuidadores familiares son mujeres, debido a sus múltiples y tra- dicionales roles ejercidos en la familia y en la sociedad. Aunque la tendencia en la participación por género es menor para los hombres, estos se están vinculando cada vez más al cuidado, lo cual se mani- fiesta en 8% para el presente estudio. A partir de los estilos de vida de las socie- dades desarrolladas, es posible encontrar jóvenes entre 36 y 59 años que cuidan a personas mayores y están comprometidos por lazos afectivos y filiales. La presente investigación reportó que el 43% tiene estudios hasta primaria, el 39% hasta bachillerato, el 35% son solteros, el 32% son casados, el 69% se ocupa de labores en el hogar, el 61% pertenecen a los estratos 1 y 2, el 83% desarrolla su labor a partir del diagnós- tico, la mayoría (82%) tiene experiencia superior a tres años, el 51% relacionan ser cuidadores únicos y el 38% cuida to- das las 24 horas del día. Varios estudios han señalado que la mayoría de cuidadores familiares son mujeres, debido a sus múltiples y tradicionales roles ejercidos en la familia y en la sociedad. Aunque la tendencia en la participación por género es menor para los hombres, estos se están vinculando cada vez más al cuidado. 90 AÑO 9 - VOL. 9 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2009 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 El cuidar a un familiar enfermo com- porta pérdida de autoridad e identidad (4) y generalmente afecta la calidad de vida del cuidador e impacta su bienestar y su salud (9); el afrontar el cuidado puede es- tar motivado como respuesta de agradeci- miento hacia el enfermo o como una obli- gación cultural. De alguna manera, los bajos niveles educativo y económico repercuten en el desarrollo cognitivo y en la suplencia de necesidades básicas familiares, y se presume que los recursos familiares des- tinados a las necesidades básicas y a los requerimientos del enfermo no son cubier- tos en su totalidad. Pinto y Sánchez (10) in- forman que el cambio de rol y las finanzas pueden impactar la familia y, por tanto, se presentan situaciones no solo personales y emocionales sino también financieras que interfieren en la calidad del cuidado. Los estilos de vida se modifican, los roles cambian. Generalmente existe un cuidador principal que asume la función operativa e instrumental; a su lado aparecen otros cuidadores clasificados como de apoyo o disponibles, pretenciosos y eximidos, los cuales desarrollan un cuidado indirecto y algunas veces pueden entorpecer el cuida- do ofrecido por el cuidador principal (10). En cuanto a la apreciación de las horas ofrecidas en el cuidado, su significado de- pende del compromiso adquirido, del tipo de enfermedad, de la capacidad de socia- lización, de la vigilancia ofrecida y de la sobrecarga percibida en la ejecución del cuidado. Discusión de los resultados en la preprueba y posprueba de los grupos de control y experimental En la medición general de la habilidad de cuidado, el 57% de los cuidadores del estudio obtuvieron alta puntuación, influida por los registros de las puntuaciones altas para las dimensiones de conocimiento y pa- ciencia, lo que significa que cuentan con un nivel óptimo para cuidar, pero solo en es- tas dos dimensiones, porque la dimensión de valor registró puntajes bajos. Estudios como los de Rojas (6), Díaz (7) y Barre- ra y cols. (11) señalan comportamientos similares en otros grupos de cuidadores donde el valor se ve afectado, lo que de- nota carencias para afrontar el cuidado; se puede presumir que, respecto al valor, a los cuidadores se les dificulta ejecutar tareas dirigidas a su familiar cuando este se encuentra deprimido, sienten intran- quilidad permanente, les resulta difícil entender cómo se sienten otros cuando no experimentan situaciones de cuidado si- milar o se les dificulta pedir ayuda para no desviarse de su rutina diaria. Aparentemen- te, el temor a dejar solo a quien se cuida lo acrecienta la incertidumbre ante lo desco- nocido, además los cuidadores se abstienen de generar compromisos futuros. Algunos estudios, como los de Galvis (12) y Barrera et ál. (13), evidencian que una habilidad de cuidado deficiente es un problema que tiende a impactar la salud pública. Respecto al valor, los resultados señalan que los cuidadores familiares ca- recen de un valor óptimo para la habilidad de cuidado, lo cual influye negativamente en el desarrollo de la fuerza necesaria para afrontar el cuidado. Bayes (14) co- menta que es posible que se presenten en el cuidador sentimientos de impotencia y desesperanza que podrían evitarse gene- rando actividades que controlen factores estresantes (11-14). Ahora bien, en la preprueba, ambos grupos obtuvieron puntajes similares tan- to en el CAI general como en cada una de El cuidar a un familiar enfermo comporta pérdida de autoridad e identidad y generalmente afecta la calidad de vida del cuidador e impacta su bienestar y su salud. 91 Cuidando al cuidador: efectos de un programa educativo Juan Carlos Díaz-Álvarez, María Victoria Rojas-Martínez sus dimensiones, pero en la posprueba la variación fue más significativa para el grupo experimental, pues los resultados del CAI general señalan un aumento favo- rable de 9 puntos para la alta habilidad de cuidado y un decremento de 9 puntos para la baja habilidad de cuidado, lo cual signi- fica que una vez aplicada la intervención en el grupo experimental del programa “Cuidando al cuidador”, nueve personas incrementaron su habilidad para cuidar. Para la dimensión de conocimiento, las cinco personas que calificaron bajo en la preprueba, una vez hecha la interven- ción de enfermería, pasaron a reportar en la posprueba un alto conocimiento; situa- ción similar ocurrida para la dimensión de paciencia, pues de dos personas reporta- das con baja paciencia en la preprueba, en la posprueba incrementaron en tal ha- bilidad, puntuando alto en tal dimensión. Es muy importante señalar que ni en la preprueba ni en la posprueba del grupo experimental hubo variación significativa para la dimensión de valor, pues los mayo- res puntajes se ubicaron en un nivel bajo, lo que implica que el programa no surtió los efectos esperados para incrementar el valor en los participantes del grupo expe- rimental, pero respecto al conocimiento y a la paciencia los resultados del programa sí fueron óptimos. En el grupo de control los resulta- dos similares, en la preprueba como en la posprueba, indican que no es posible incrementar las habilidades de cuidado relacionadas con las dimensiones de co- nocimiento, valor y paciencia sin ejecutar una intervención dirigida a estos aspectos, a pesar de que en este grupo se estableció un programa para fortalecer aspectos ope- rativos e instrumentales para el cuidado. Conclusiones Basándose en los hallazgos genera- les y en cada uno de los elementos que constituyen el estudio, se concluye lo si- guiente: Estadísticamente se pudieron compa- rar y evaluar los cambios esperados en los grupos experimental y control, a pesar de las diferencias encontradas en las distin- tas variables sociodemográficas relativas al cuidado; el grupo experimental mostró mayores ventajas respecto a su nivel edu- cativo, estrato socioeconómico, parentes- co con el enfermo crónico a quien se cuida y, muy especialmente, en relación con la condición de no ser únicos cuidadores; el 69% del grupo control y el 30% del gru- po experimental son cuidadores únicos. Igualmente, la intervención en el grupo ex- perimental fue favorable en las dimensio- nes de conocimiento y paciencia, pues sus puntajes se incrementaron en niveles altos, pero en la dimensión de valor los puntajes no mostraron cambios significativos ni en la preprueba ni en la posprueba. En el pre- sente estudio, los cuidadores, en general, antes de cualquier intervención, iniciaron con un conocimiento y paciencia favorables y suficientes, mientras que el valor fue la dimensión de habilidad de cuidado menos adecuada y la evaluada por ellos con menos suficiencia. Consistentemente, los resultados reve- laron que la dimensión del valor fue insen- sible tanto a la intervención (grupo experi- mental) como al efecto del tiempo (grupo de control), mientras que las dimensiones del conocimiento y la paciencia fueron sen- sibles en un 100% al programa “Cuidando al cuidador”, según lo reveló la inspección de las frecuencias. Así también, conforme con las expectativas del diseño investiga- Generalmente existe un cuidador principal que asume la función operativa e instrumental; a su lado aparecen otros cuidadores clasificados como de apoyo o disponibles. 92 AÑO 9 - VOL. 9 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2009 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 tivo, se encontró estabilidad en el grupo de control considerando las dos mediciones. Las observaciones precedentes, ba- sadas en la inspección visual, tuvieron respaldo estadístico, puesto que el tra- tamiento matemático reveló que la infor- mación empleada constituyó evidencia suficiente para concluir que el programa “Cuidando al cuidador” mejoró no solo la habilidad de cuidado general, sino también la habilidad en las dimensiones del valor, del conocimiento y de la paciencia de los participantes del grupo experimental. De todas maneras, la insensibilidad apa- rente de la dimensión del valor junto con la producción de datos atípicos (y extremos) sugieren la necesidad de atender posibles problemas metodológicos relacionados tan- to con las condiciones mismas de aplicación como con las características o bien concep- tuales o bien metodológicas (de confiabili- dad y validez) del CAI como instrumento para la medición de la habilidad de cuidado. La red de apoyo familiar y social debe ser analizada y trabajada en cada uno de los cuidadores, debido a que la mayoría no cuenta con un apoyo consistente; esto los hace susceptibles al buen afrontamiento de las situaciones que se presentan en el proceso de cronicidad. REFERENCIAS 1. Nkongho, Nogozi. The Caring Inventory. Strickland O, Waltz C. Measurement of Nursing Outcomes 1999; FORU. 2. Mateo Inmaculada, García Calvente María del Mar. Reducir el estrés del cuidador mejora la calidad de su trabajo. Escuela Andaluza de Salud Pública; 1999. [Sitio en internet]. 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