77 Sara Barrios-Casas1 Tatiana Paravic-Klijn2 Aplicación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado 1 Doctora en Enfermería. Universidad de La Frontera, Temuco, Chile. sbarrios@ufro.cl 2 Doctora en Enfermería. Académica, Universidad de Concepción, Facultad de Medicina, Departamento de Enfermería, Concepción, Chile. tparavic@udec.cl Recibido: 10 de septiembre de 2010 Aceptado: 23 de marzo de 2011 RESUMEN La violencia es un fenómeno que involucra a seres humanos en diversas circunstancias y entornos, afectando la salud, el desarrollo social y económico de sectores de la población y a instituciones sanitarias. Investigación cuantitativa descriptiva correlacional transversal, cuyos objetivos fueron: validar los factores del modelo de Chappell y Di Martino en los usuarios hospitalizados, medir la violencia que estos perciben hacia ellos y construir una escala para medir violencia en el contexto hospitalario. La muestra no probabilística estuvo conformada por 510 usuarios hospitalizados durante el 2008, a quienes previo consentimiento informado se les aplicó el instrumento, que fue confeccionado y validado por las autoras. Entre los resultados se encontró que al aplicar la escala de percepción de violencia, el 100 % de los usuarios manifestaron percibir violencia en las diversas dimensiones. Las variables significativas en la percepción de violencia fueron: edad, sexo, previsión, situación laboral, ingreso familiar, calidad de atención, antecedentes de violencia en la adultez, consumo de alcohol, agente agresor, recursos humanos y físicos. Se concluye que el modelo interactivo de violencia laboral de Chappell y Di Martino tiene aplicación en los usuarios en ambientes hospitalarios, ya que las variables que componen los factores también se presentan en estos contextos de salud. PALABRAS CLAVE Derechos de los pacientes, violencia, atención de salud, validación, enfermería. (Fuente: DeCS). AÑO 11 - VOL. 11 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2011 l 77-93 78 AÑO 11 - VOL. 11 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2011 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 Application of the Chappell and Di Martino Model of Violence at Work to Hospitalized Users ABSTRACT Violence is a phenomenon that affects human beings in different circumstances and surroundings, influencing health, the social and economic development of population groups, and health-care institutions. Method: A descriptive, correlational, cross-sectional, quantitati- ve study was done to validate the factors of the Chappell and Di Martino model in hospitalized users, to measure the violence they perceive as being directed towards them, and to construct a scale for measuring violence in the hospital context. It featured a non-probability sample comprised of 510 hospital users in 2008, who gave prior informed consent to application of the instrument, which was designed and validated by the authors. In terms of the results, application of the violence perception scale showed 100% of the users indicated ha- ving perceived violence in various dimensions. The significant variables in violence perception were age, gender, sensation, job situation, family income, quality of care, history of violence in adulthood, alcohol consumption, aggressor agent, and human and fiscal resources. It was concluded Chappell and Di Martino’s interactive model of violence at work is applicable to users in hospital environments, since the variables that comprise the factors also are found in these health-care contexts. KEY WORDS Patient’s rights, violence-health care, validation, nursing (Source: DeCS). Aplicação do modelo de violência no trabalho de Chappell e Di Martino adaptado para o usuário hospitalizado RESUMO A violência, um fenômeno que envolve seres humanos em várias circunstâncias e ambientes, afeta a saúde, o desenvolvimento social e econômico de setores da população, e as instituições de saúde. Método: pesquisa quantitativa descritiva, transversal, correlacional, cujos objetivos foram: validar os fatores do modelo de Carvalho e Di Martino nos pacientes hospitalizados, medir a violência percebida contra eles e construir uma escala para medir a violência no hospital. A amostra não aleatória constou de 510 pacientes internados em 2008. Depois assinar o consentimento informado, se lhes aplicou o instrumento elaborado e validado pelas autoras. Os resultados mostraram que ao aplicar a escala de percepção da violência, 100% dos usuários percebem a violência expressa em várias dimensões. As variáveis 79 Aplicación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado l Sara Barrios-Casas, Tatiana Paravic-Klijn significativas na percepção da violência foram: idade, sexo, segurança social, situação de emprego, renda familiar, qualidade de atendi- mento, história de violência na fase adulta, consumo de álcool, agente agressor, recursos humanos e físicos. Concluímos que o modelo interativo de violência no trabalho de Chappell e Di Martino pode aplicar-se aos usuários em ambientes hospitalares, porque as variáveis que compõem os fatores também se acham nestes contextos de saúde. PALAVRAS-CHAVE Direitos dos doentes, violência, atendimento de saúde, validação, enfermagem. (Fonte: DeCS). 80 AÑO 11 - VOL. 11 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2011 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 Introducción La violencia se ha convertido en un problema para la salud pública debido a la magni- tud que ha alcanzado en las últimas décadas. Millones de personas mueren cada año por causas atribuibles a este fenómeno, y la mortalidad representa solo la parte más visible, ya que por cada muerte violenta se producen cientos de lesiones de diversa gravedad (1). Por tanto, el estudio de la violencia interesa por su efecto deletéreo en las condiciones generales de salud y bienestar de la población (2). De todos los cambios del estado de salud debidos a las variaciones de las condiciones del medioambiente que se produjeron a lo largo del siglo XX, uno de los más complejos y profundos ha sido el aumento de la violencia (3). Tanto desde el punto de vista individual, como desde la perspectiva de la salud pública, su carga ha experimentado un incremento espectacular, que afecta no solo el bienestar de los perjudicados, sino también a los ser- vicios de la atención en salud que deben prestar cuidados y tratamientos. El hospital, además de ofrecer atención sanitaria, se constituye en un sistema social complejo y delicado, en el cual la presencia de multiplicidad de personas con distintos ro- les, como profesionales, técnicos, pacientes, alumnos, familiares, entre otros, conforman una red interactiva que puede inducir a desarrollar o modificar actitudes (4) que pueden llevar a hechos violentos. En dicha realidad, los pacientes receptores de los servicios sanitarios pueden ser vio- lentados a través de variadas manifestaciones que vulneran sus derechos, los que muchas veces no son solamente ignorados por los dispensadores de la atención de salud, sino también por los mismos usuarios. Es una atención que ha priorizado la tecnificación y los conocimientos teóricos que, aunque son elementos importantes en la atención en salud, no son suficientes si se vulneran los derechos a una atención basada en el trato humano, lo que permite otorgar ciertamente no sólo una mejor atención, sino un cuidado más digno (5). En esta realidad, la enfermera y el equipo de salud tienen un papel trascendental en la promoción de los ambientes libres de violencia (6). Diversos autores señalan que la violencia la constituyen incidentes en donde se abusa de las personas a través de amenazas y conductas ofensivas en diferentes circunstancias (7, 8). Di Martino et al. (9) la definen como una forma negativa de conducta en la relación entre dos o más personas, caracterizada por agresividad con daños en la seguridad, la salud y el bienestar de empleados en su lugar de trabajo. Para efectos de esta investigación, el referente teórico es el modelo de violencia la- boral de Chapell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado (10), que esquematiza los factores de riesgo que pueden desencadenar un episodio de algún tipo de violencia, ya sean estos factores individuales, sociales o ambientales, que se encuentran presentes en mayor o menor cantidad en una situación de violencia que provienen del agresor o victima- rio, de la víctima y del medioambiente en que se desarrollan las acciones. 81 Aplicación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado l Sara Barrios-Casas, Tatiana Paravic-Klijn A través de este modelo se puede observar el fenómeno de la violencia, comprender su naturaleza polifacética y el alcance global que genera en la socie- dad, involucrando a las instituciones de salud, en donde hay interacción de diver- sos agentes (usuarios, equipo de salud, familia), factores individuales (biodemo- gráficos, salud, personales) y laborales de riesgo (ambientales, institucionales, grupos de vulnerabilidad). La interacción de estos factores podría tener consecuen- cias en la víctima, y la institución de salud en la cual se encuentra hospitalizado el usuario puede influenciar diversas formas en el proceso de salud / enfermedad, así como presentar disminución en la calidad de la atención, un ambiente de estrés y una evaluación negativa por parte de los usuarios (ver anexo, figura 1). Conocer la situación de violencia per- cibida por los pacientes en los diversos contextos de atención en salud, y abordar esta problemática constituye una necesi- dad en que la enfermera debe intervenir creando estrategias para evitar este fe- nómeno, implicando a todos los agentes que participan en las instituciones de salud (equipo de salud, usuarios, autori- dades), en un esfuerzo coordinado de to- dos; asimismo, se debe apoyar y fomentar el desarrollo de hábitos saludables para todos los trabajadores, que incluya la creación de oportunidades para generar, mantener y reforzar cambios de compor- tamiento (11) que ayuden al trabajo con los usuarios. Además, realizar promoción de ambientes saludables y prevención de los factores relacionados con la violencia para promover su erradicación, ya que se ha ido perpetrando en la sociedad y en las instituciones de salud. En este marco, esta investigación tie- ne como objetivos validar los factores del modelo de Chappell y Di Martino, describir la percepción de violencia de los usuarios hospitalizados en los servicios de cirugía y medicina de un hospital público de la Región de La Araucanía, y construir una escala para medir violencia en el contexto hospitalario. Sujeto y método Diseño cuantitativo, descriptivo correla- cional transversal, cuya unidad de análisis fueron los usuarios hospitalizados de los servicios de medicina y cirugía. La muestra fue intencionada no probabilística (error de un 4,2 % y nivel de confianza de 95 %): 510 usuarios hospitalizados (88 del servicio de medicina y 422 de cirugía) de un hospital pú- blico de la Región de La Araucanía de Chile durante el 2008. Los datos fueron recolectados con el instrumento Percepción de Violencia en Usuarios Hospitalizados (elaborado y validado por las autoras), que consta de cuatro partes: a) antecedentes generales y de salud; b) escala de percepción de vio- lencia compuesta por los cuatro aspectos de violencia: psicológica, física, sexual e institucional; c) otros antecedentes; d) antecedentes personales de riesgo, cuyas características psicométricas se realiza- ron a través de los siguientes pasos: 1) análisis descriptivo de las respuestas ob- tenidas del total de la escala constituida por 48 ítems que dieron como resultados promedios de 1,01 a 4,25 como valores mínimos y máximos respectivamente, con una desviación estándar entre 0,125 y 1,435; 2) correlación interítems por cada dimensión, en donde se observaron los tipos de relaciones que se producían en- tre cada ítem; 3) análisis factorial explo- ratorio; 4) análisis de fiabilidad a través del alfa de Cronbach (0,74) y en las di- mensiones de violencia psicológica (0,77), violencia física (0,6578), violencia sexual (0,70) y violencia institucional (0,64); 5) eliminación de ítems posterior al análisis factorial; 6) la versión final del Instru- mento da un alfa de Cronbach de 0,75, quedando constituida en cada dimensión: violencia psicológica (16 ítems, alfa: 0,78), violencia física (5 ítems, alfa: 0,68), violen- cia sexual (5 ítems, alfa: 0,73), violencia institucional (10 ítems, alfa: 0,64); 7) va- lidez de criterio, que se realizó entre los valores finales de la escala de percepción de violencia de la Parte B del instrumento con la pregunta directa de si ha percibido violencia, resultando significativa en las dimensiones: psicológica (p: 0,000), física (0,038), sexual (0,050) y en la escala en su conjunto, sumando las cuatro dimensio- nes un valor p: 0,008. El estudio consideró todos los aspec- tos éticos, solicitando la autorización en los comités de ética del Hospital y del Ser- vicio de Salud; a los usuarios, previo a la recolección de los datos, se les aplicó un consentimiento informado, donde se les informaron los objetivos, los beneficios y que podían dejar de contestar el instru- mento cuando ellos lo desearan. Para el análisis de los datos se creó una base electrónica y luego se analizó en el programa SPSS.12. Se aplicó estadística descriptiva para determinar el perfil de la muestra, como distribución de frecuen- cias, media y desviación estándar; para establecer asociación de variables se uti- lizó x2; para el análisis inferencial se tra- bajó con las pruebas de t-student y Anova según el tipo de variable y para probar el modelo teórico se aplicó regresión logísti- ca. El nivel de significación utilizado en las pruebas estadísticas fue de un 5 %. 82 AÑO 11 - VOL. 11 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2011 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 Resultados Las variables que se encontraron con diferencia estadísticamente significativa respecto al servicio de hospitalización fue- ron: edad, sexo, localidad de residencia, previsión y escolaridad (ver anexo, tabla 1). La enfermedad preexistente, el número de hospitalizaciones anteriores, la causa de hospitalización actual y la ayuda requerida fueron las variables que se encontraron con diferencia estadísticamente significa- tiva respecto al servicio de hospitalización (ver anexo, tabla 2). En un bajo porcentaje los usuarios identificaron a los agentes agresores; en el servicio de cirugía señalaron al médi- co, la enfermera, el técnico paramédico, el auxiliar de aseo y los estudiantes de medicina, mientras que en medicina dos usuarios señalan como agresor a la en- fermera; sin embargo, estos valores no son estadísticamente significativos (ver anexo, tabla 3). Además, se considera- ron otros agentes de salud en los que los usuarios no reconocieron violentadores: nutricionista, asistente social, alumnos de carreras de la salud (enfermería, nutri- ción, otras), familiares. Entre las variables que resultaron sig- nificativas se encuentra el horario de per- cepción de violencia y las expectativas en la atención hospitalaria, siendo la variable de preocupación por el usuario la que tiene el mayor porcentaje (ver anexo, tabla 4). En el caso de la relación de la per- cepción de violencia se encontraron dife- rencias significativas en las variables: 1) grupos etarios en la dimensión psicológica entre los grupos de adulto joven y adulto maduro (p: 0,046); en la dimensión fí- sica entre los adultos jóvenes-maduros (p: 0,013), adultos jóvenes-mayores (p: 0,000) y adulto maduro-mayor (p: 0,023); en la dimensión sexual entre los adultos jóvenes-mayor (p: 0,026). 2) Previsión en todas las dimensiones, específicamente en la psicológica entre los cotizantes del Fondo Nacional de Salud (Fonasa)-sin previsión (p: 0,005) y cotizante Isapre- sin previsión (p: 0,042); en la dimensión física entre los cotizantes de Fonasa-sin previsión (p: 0,002) y cotizante Isapre-sin previsión (p: 0,048); y estado civil en la di- mensión institucional (ver anexo, tabla 5). Las variables que resultaron con dife- rencias fueron: 1) escolaridad en las di- mensiones de violencia psicológica entre los grupos con estudios básicos-medios (p: 0,015) y estudios básicos-superiores (p: 0,033); dimensión física: sin estudios-es- tudios básicos (p: 0,002), sin estudios-estu- dios medios (p: 0,000), y sin estudios-es- tudios superiores (p: 0,000), e institucional entre estudios básicos-medios (p: 0,003). 2) Situación laboral, en la dimensión físi- ca, entre los grupos de trabajador activo- jubilado (p: 0,000) y jubilado-dueña de casa (p: 0,031), y en la dimensión sexual entre el trabajador activo-jubilado (p: 0,001) y jubilado-dueña de casa (p: 0,004). 3) Ingre- so familiar en las dimensiones de violen- cia física entre los usuarios con ingresos bajos (menor a $159.000) – medios (entre $159.001 y $300.000) (p: 0,004), e ingresos mayores (entre $300.001 y $600.000) (p: 0,025); dimensión sexual entre ingresos medios e ingresos mayores (p: 0,000) (ver anexo, tabla 6). En cuanto a la percepción de violencia y los antecedentes de salud, solo se encon- traron relaciones estadísticamente signi- ficativas en la variable de hospitalización anterior en la dimensión institucional, y en la variable de ayuda requerida por los usua- rios durante su hospitalización en la dimen- sión de violencia sexual (ver anexo, tabla 7). En relación con las agresiones per- cibidas por los usuarios hospitalizados durante la niñez, se observó relación sig- nificativa en la dimensión de violencia ins- titucional (ver anexo, tabla 8). Al relacionar el consumo de drogas lí- citas e ilícitas, y la percepción de violencia de los usuarios, en el caso del alcohol, se observaron relaciones estadísticamente significativa en la dimensión de violencia psicológica, sexual e institucional; en el consumo de tabaco, en la dimensión de violencia física (ver anexo, tabla 9). Al realizar la regresión múltiple, en las variables que resultaron significativas en los factores individuales de riesgo del Modelo de Chapell y Di Martino que influ- yen en la percepción de violencia en las di- versas dimensiones, se encuentra que en la violencia psicológica están: edad, sexo, previsión de salud, situación laboral, ingre- so familiar y la calidad en la atención; en la dimensión física resultaron significativas las variables anteriores más los anteceden- tes de violencia en la adultez, y en la violen- cia sexual, todas las variables anteriores más el consumo de alcohol. En el caso de los factores laborales de riesgo, son importantes en todas las dimensiones el agente agresor, los recur- sos humanos y físicos. Además, en esta percepción de violencia influye la inexis- tencia de recursos humanos, físicos e in- fraestructura en la atención. Discusión y conclusión La violencia es un problema de salud pública porque afecta de manera grave la salud y el desarrollo social y económico 83 Aplicación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado l Sara Barrios-Casas, Tatiana Paravic-Klijn de amplios sectores de la población (12), amenaza el desarrollo de los pueblos, la calidad de vida, las condiciones de salud y el bienestar de la población (13). La vio- lencia es un comportamiento no deseado, pero cualquier individuo puede ser víctima de esta en algún momento de su vida, la mayoría de las veces esta violencia es provocada a través de palabras o accio- nes (14), y es una forma de relación social que tiene implícito el ejercicio del poder (15). Un tipo de violencia es la hospitala- ria, los pacientes receptores de los servi- cios sanitarios pueden ser violentados por variadas manifestaciones que vulneran sus derechos, que muchas veces no son solamente ignorados por los dispensado- res de la atención de salud, sino también por los mismos usuarios (5). Al aplicar la escala de percepción de violencia, el 100% de los usuarios manifes- taron percibirla en las diversas dimensiones (psicológica, física, sexual e institucional). Esta investigación encontró relacio- nes entre las dimensiones psicológica, física y sexual de la violencia y la variable edad, en donde el grupo de los adultos jó- venes percibió mayor violencia, razón que se debería a que este grupo etario, por su menor experiencia, es más sensible a situaciones nuevas como lo es la violen- cia, experiencia que seguramente no han vivido de la manera como lo han hecho los adultos mayores. Respecto a la situación previsional, estudios realizados en servicios depen- dientes del sistema público muestran que los pacientes atendidos preferentemente pertenecen al Fondo Nacional de Salud (Fonasa) A y B (tramos de salud más defi- citarios previsionalmente en donde están adscritas las personas con bajos ingresos económicos). Dichos segmentos previsiona- les representan en La Araucanía al 87,2 %, lo que se explica por la alta marginalidad de la población regional (16). En esta in- vestigación, los resultados muestran que los usuarios que pertenecen a Fonasa A y B percibieron mayor violencia que aque- llos de los grupos Fonasa C y D y de otros sistemas previsionales, lo que plantea un desafío a los agentes encargados de la gestión de la salud en Chile, en el senti- do de que la población más desprotegida de la sociedad en el ámbito previsional no tenga que sufrir violencia en las institucio- nes de salud. Al respecto, Fonasa (17) se- ñala que los pacientes deben recibir aten- ción de salud sin discriminación, ya sea en lo racial, religioso, político, económico, previsional, de tal manera que la atención no debe ser supeditada a alguna de esas condiciones. En la Región de La Araucanía exis- te casi un tercio de población mapuche (29,5 %); en Chile los indígenas corres- ponden al 4,6 % de la población total, de estos el 87,3 % son mapuches y se ubican en primer lugar en la Región de La Arauca- nía (18). En relación con la variable etnia, se encontró que el 27,1 % de los usuarios eran mapuches, sin embargo, no resultó significativa con la percepción de violen- cia, a pesar de que en el contexto social está bastante arraigada la discriminación y falta de equidad hacia esta etnia (19). Al relacionar la escolaridad con la percepción de violencia se encontró que los usuarios con enseñanza media son los que percibieron mayormente la violencia en sus cuatro dimensiones. Vizcarra et al. (20) señalan la relación entre el nivel educacional y la violencia, y encontraron que las mujeres con más alto nivel edu- cacional tienen mayor conciencia de sus La violencia es un problema de salud pública porque afecta de manera grave la salud y el desarrollo social y económico de amplios sectores de la población, amenaza el desarrollo de los pueblos, la calidad de vida, las condiciones de salud y el bienestar de la población. 84 AÑO 11 - VOL. 11 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2011 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 derechos. Asimismo, los pacientes sin edu- cación, o con un nivel básico de instrucción, no reconocen o no posee el capital lingüís- tico para dar a conocer su descontento y exigir el derecho a una mejor atención. El número de hospitalizaciones previas a la actual señaladas por los usuarios in- dica que el 44,7 % ha estado internado en un establecimiento hospitalario, por lo que tendrían una vivencia previa respecto a ello, lo que significaría que pueden estar más acostumbrados a las actitudes violentas por parte del personal, no dándoles la im- portancia que estos hechos ameritan. Por otro lado, diversos autores identi- fican al alcohol y al tabaco como un factor desencadenante de violencia (21, 22). Así, el uso del tabaco, el alcohol y otras drogas constituye un serio problema de salud a nivel mundial por sus nefastos efectos en todas las áreas de las personas y su en- torno (23), incluidas las instituciones que conforman la sociedad (24, 25, 26). Al res- pecto, la ONU y la OMS caracterizan este fenómeno como una problemática que afecta negativamente a la humanidad en su conjunto y a los individuos consumido- res en sus roles sociales, económicos y de salud (26, 27). Además, en los usuarios hospitalizados que consumen drogas líci- tas e ilícitas, como el alcohol y el tabaco, al estar internados se produce un síndro- me de deprivación ya que estos, por su estatus de pacientes, dejan de consumir estas sustancias, situación que los deja más vulnerables a percibir violencia o ser perpetradores de este fenómeno, por la irritabilidad, ansiedad, dolores muscula- res, temblores, insomnio, pesadillas, en- tre otros síntomas, que presentan. El usuario hospitalizado se encuentra en un ambiente extraño, en el que no iden- tifica los roles de los distintos miembros del equipo de salud, sumado a que en estas instituciones hospitalarias se dan las relaciones jerárquicas, los pacientes fueron capaces de identificar solo en un bajo porcentaje al agente agresor; sin embargo, a la que señalaron como agen- te agresora en ambos servicios fue a la enfermera; profesional que debe otorgar el cuidado de los pacientes hospitaliza- dos y debe liderar a los equipos de salud brindando una atención libre de violencia dado que, además, es la profesional que permanece las 24 horas con el usuario, brindándole atenciones, interactuando con él y su familia, por lo que le es más fácil a los pacientes identificarla. Al respecto, Yela (25) refiere que la relación profesional sanitario-paciente es de poder; en un lado se encuentran el sa- ber y el poder, y en el otro la ignorancia, el desarraigo y la dependencia. El paciente está en una situación de vulnerabilidad por el hecho de estar enfermo, especialmente el hospitalizado, porque además se alteran sus relaciones familiares, laborales, es despla- zado de su territorio vital a otro descono- cido y complejo, y pasa a tener un papel pasivo, dependiente de personas extrañas. Todo ello le va a producir cambios emocio- nales intensos que alteran su autoestima, y los sentimientos de pertenencia, seguridad e identidad, lo que puede ser la causa de la pérdida del sentido del control físico o psicológico. Por lo expuesto, y porque la relación profesional sanitario-paciente es asimétrica y jerárquica pueden convertir al paciente en víctima de actos considera- dos agresivos o violentos. Uno de los factores que podría explicar que los funcionarios ejerzan violencia sería el estrés laboral. Diversos autores señalan que este es identificado como el motivo más frecuente para ejercer violencia, es así que los actos agresivos surgen con mayor facilidad en entornos sometidos a El usuario hospitalizado se encuentra en un ambiente extraño, en el que no identifica los roles de los distintos miembros del equipo de salud. 85 Aplicación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado l Sara Barrios-Casas, Tatiana Paravic-Klijn estrés que se genera en parte porque los pacientes tienen necesidades insatisfe- chas que exigen ser solucionadas por los funcionarios de la salud, quienes no siem- pre pueden satisfacerlas (10, 28, 29, 30). El sistema crea necesidades de servi- cios sanitarios colocando a los trabajadores en situaciones a veces imposibles, en don- de la institución no proporciona los medios necesarios para la atención satisfactoria. El paciente ha pasado a ser un consumidor de servicios sanitarios, y la relación pro- fesional-paciente se ha convertido en una relación entre proveedores de servicios y consumidores, generando insatisfacción en las dos partes (25). Al realizar la regresión múltiple, las variables modeladas señalan que los usuarios que perciben mayor violencia son: jóvenes, mujeres, personas que per- tenecen al Fondo Nacional de Salud (Fo- nasa), estado civil soltero o casado, que su situación laboral sea trabajador activo, con un ingreso familiar mínimo (menor a $159.000), con hospitalizaciones previas, que posea antecedentes de consumo de alcohol, y de violencia en la infancia y en la adultez. Se concluye que los factores del mo- delo interactivo de violencia laboral de Chapell y Di Martino (10), adaptado a un modelo de violencia en usuarios hospita- lizados, tiene aplicación en los ambientes hospitalarios, ya que los factores que componen este modelo también se pre- sentan en estos contextos de salud, por lo que se valida su uso. Asimismo, se valida el instrumento construido para medir la percepción de violencia, que cumple con las condiciones psicométricas para su aplicación. De esta manera, como señalan Cha- ppell y Di Martino (10), es importante que el problema de la violencia se repudie, se haga visible, se instale como cuestión pú- blica y se discutan estrategias concretas de acción para atenderla, tales como el fomento de una buena comunicación en- tre todos los actores comprometidos en la atención en salud, respetando la dig- nidad de los pacientes, promoviendo la equidad en la atención y dando a conocer los resultados de estas y otras investiga- ciones relacionadas con la temática de la violencia. En este aspecto, la enfermera tiene las herramientas para intervenir creando estrategias a fin de evitar la violencia en el contexto de salud, implicando a todos los agentes que participan en las institu- ciones de salud (equipo de salud, usua- rios, autoridades), ya que se requiere el esfuerzo coordinado de todos estos acto- res; asimismo, se debe apoyar y fomentar el desarrollo de hábitos saludables para todos los trabajadores, que incluyan la creación de oportunidades para generar, mantener y reforzar cambios de compor- tamiento que ayuden al trabajo con los usuarios. Además, se deben promover ambientes saludables y prevención de los factores relacionados con la violencia. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Gómez B, Ramírez V. XXI ¿Otro siglo violento? Es- paña: Editorial Díaz Santos; 2005. 2. Filho A. la violencia y la salud pública. Revista Pa- namericana de salud Pública 2005; 5 (4/5): 219-21. 3. Organización Mundial de la Salud (OMS). Report on Global Violence and Health. 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Anexo 88 AÑO 11 - VOL. 11 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2011 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 Variables biosociodemográficas - salud Usuarios Usuarios p medicina cirugía n % n % Edad Adulto joven 24 27,3 156 37,0 0,046 rango: 15-86 Adulto maduro 30 34,1 156 37,0 sd: 18,3, Media: 51,9 Adulto mayor 34 38,6 110 26,1 Sexo Mujer 60 68,2 210 49,8 0,020 Hombre 28 31,8 212 50,2 Localidad de residencia Temuco 44 50,0 152 36,0 0,021 Padre Las Casas 4 4,5 28 6,6 Lautaro 0 0 30 7,1 Vilcun 2 2,3 20 4,7 Otras 38 43,2 192 45,5 Previsión FONASA 62 70,4 354 83,9 0,035 Isapre 2 2,3 4 0,9 Sin previsión 24 27,3 64 15,2 Etnia Mapuche 20 22,7 118 28,0 0,477 No mapuche 68 77,3 304 72,1 Estado civil Soltero 22 25,0 120 28,4 0,129 Casado 42 47,7 232 55,0 Separado/Divorciado 4 4,5 18 4,3 Viudo 20 22,7 52 12,3 Escolaridad Sin escolaridad 0 0 32 7,6 0,003 rango: 0-20 Básica 46 52,3 164 43,6 sd,: 4,39 Media 30 34,1 156 37,0 Media: 8,2 Superior 12 13,6 50 11,8 Situación laboral Trabajador activo 22 25,0 134 31,8 0,102 Cesante 6 6,8 44 10,4 Jubilado 18 20,5 86 20,4 Dueña de casa 40 45,5 134 31,8 Otro 2 2,3 24 5,7 Ingreso familiar mensual < a $159.000 64 72,7 264 62,6 0,303 (en pesos chilenos: $), $159.001 - $300.000 14 15,9 98 23,2 rango: $0 - $1.500.000 $300.001 - $600.000 10 11,4 60 14,2 sd: 187.541.76; Media: 178.411.76 N° personas por hogar Entre 1 y 4 58 65,9 256 60,7 0,498 rango: 1-13; sd: 1,89; Más de 5 30 34,1 166 39,3 Media: 4,0 Fuente: Validación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado. Tesis doctoral. Universidad de Concepción, Chile. n servicio de cirugía: 422; n servicio de medicina: 88 Tabla 1. Perfil biosociodemográfico de los usuarios de los servicios de cirugía y medicina 89 Aplicación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado l Sara Barrios-Casas, Tatiana Paravic-Klijn Variables salud Usuarios Usuarios p medicina cirugía n % n % Enfermedad preexistente No presenta 24 27,3 158 37,4 0.003 Pat. Sist. Endocrino 12 13,6 86 20,4 Pat. Sist. Cardiovascular 32 36,4 88 20,9 Otras 20 22,7 90 21,4 N° hospitalizaciones 0 40 45,5 240 56,9 0,002 anteriores 1 14 15,9 104 24,6 rango: 0-10 2 y más 32 36,3 78 18,4 sd: 1,68; Media: 1 Causa hospitalizaciones No presenta 42 47,7 240 56,9 0,311 anteriores Pat. Sist. Digestivo 10 11,4 34 8,1 Otras 36 40,9 148 35,1 Causa de hospitalización Pat. Sist. Digestivo 12 13,6 184 43,6 0,000 actual Pat. Sist. Cardiovascular 18 20,5 54 12,8 Pat. Sist. Tegumentario 6 6,8 54 12,8 Pat. Sist. Respiratorio 6 6,8 44 10,4 Otras 46 52,3 86 20,4 No. días de hospitalización 2 a 6 días 58 65,9 228 54,0 0,114 actual 7 a 12 días 16 18,2 112 26,5 rango: 2-90 13 y más días 14 15,9 82 19,4 sd: 10,9; Media: 9 Ayuda requerida No 32 36,4 204 48,3 0,046 SÍ 56 63,6 218 51,7 n servicio de cirugía: 422; n servicio de medicina: 88 Fuente: Validación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado. Tesis doctoral. Universidad de Concepción, Chile. Tabla 2. Perfil de salud de los usuarios de los servicios de cirugía y medicina Fuente: Validación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado. Tesis doctoral. Universidad de Concepción, Chile. Tabla 3. Frecuencia de respuestas positivas relacionadas con los agentes agresores de violencia de los servicios de cirugía y medicina Agentes agresores Usuarios medicina Usuarios cirugía p n: 88 n: 422 f % f % Médico 0 0 10 2,4 0,223 Enfermera 2 2,3 6 1,4 0,632 Técnico paramédico 0 0 14 3,3 0,143 Auxiliar de aseo 0 0 4 0,9 0,468 Alumno de medicina 0 0 4 0,9 0,468 90 AÑO 11 - VOL. 11 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2011 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 Fuente: Validación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado. Tesis doctoral. Universidad de Concepción, Chile. Tabla 4. Frecuencia de razones, horario de percepción de violencia y expectativas en la atención hospitalaria de los usuarios. Usuarios Usuarios p medicina cirugía f % f % Razones de Percepción No percibe 80 90,9 364 86,2 0,147 de violencia Por culpa del usuario 0 0 14 3,3 Por personal de edad 0 0 4 0,9 Falta de paciencia del personal 0 0 8 1,9 Sobrecarga de trabajo del personal 6 6,8 10 2,3 Discriminación hacia los usuarios de escasos recursos 0 0 4 0,9 Personal con problemas personales 2 2,3 14 3,3 Falta de comunicación con los usuarios 0 0 4 0,9 Horario de percepción No percibe 80 90,9 364 86,2 0,020 de violencia Todo horario 0 0 24 5,7 08 a 12 horas 1 1,1 9 2,1 12 a 20 horas 5 5,7 5 1,2 20 a 08 horas 2 2,3 20 4,7 Expectativas en la atención Preocupación por el usuario 82 93,1 363 86,1 0,003 hospitalaria Existencia de recursos físicos y materiales 0 0 36 8,5 Existencia de recursos humanos suficientes 6 6,8 23 5,5 91 Aplicación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado l Sara Barrios-Casas, Tatiana Paravic-Klijn Tabla 5. Percepción de violencia en sus diversas dimensiones según grupos etarios, previsión, etnia y estado civil. Valores obtenidos a través de la prueba de análisis de varianza (anova). Fuente: Validación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado. Tesis doctoral. Universidad de Concepción, Chile. Variable Dimensión p Grupos etarios Psicológica 0,050 Física 0,000 Sexual 0,026 Institucional 0,786 Previsión Psicológica 0,001 Física 0,000 Sexual 0,039 Institucional 0,033 Etnia Psicológica 0,125 Física 0,395 Sexual 0,720 Institucional 0,094 Estado Civil Psicológica 0,358 Física 0,772 Sexual 0,738 Institucional 0,050 Valores obtenidos a través de la prueba de análisis de varianza (Anova) Fuente: Validación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado. Tesis doctoral. Universidad de Concepción, Chile. Tabla 6. Percepción de violencia en sus diversas dimensiones según escolaridad, situación laboral e ingreso familiar de los usuarios hospitalizados. Variable Dimensión p Escolaridad Psicológica 0,000 Física 0,000 Sexual 0,080 Institucional 0,003 Situación laboral Psicológica 0,178 Física 0,001 Sexual 0,001 Institucional 0,360 Ingreso familiar Psicológica 0,953 Física 0,001 Sexual 0,000 Institucional 0,495 92 AÑO 11 - VOL. 11 Nº 1 - CHÍA, COLOMBIA - ABRIL 2011 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 Tabla 7. Percepción de violencia en sus diversas dimensiones según la enfermedad preexistente, hospitalización en los últimos cinco años y ayuda requerida de los usuarios hospitalizados. Valores obtenidos a través de la prueba de t-student. 1: Valor asumido sobre varianzas iguales; 2: Valor asumido sobre varianzas diferentes Fuente: Validación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado. Tesis doctoral. Universidad de Concepción, Chile. Variable Dimensión Existencia n Media Desviación p de típ. variable Enfermedad preexistente Psicológica No 182 13,65 11,782 0,2941 Sí 328 13,33 11,847 Física No 182 14,78 16,669 0,3251 Sí 328 16,37 17,888 Sexual No 182 14,56 18,532 0,3201 Sí 328 12,93 17,284 Institucional No 182 26,04 10,343 0,1921 Sí 328 24,86 9,573 Hospitalización en los últimos cinco años Psicológica No 280 13,05 11,217 0,4031 Sí 230 13,93 12,508 Física No 280 15,93 17,399 0,8591 Sí 230 15,65 17,577 Sexual No 280 12,64 16,618 0,2302 Sí 230 14,57 18,999 Institucional No 280 27,14 9,830 0,0001 Sí 230 23,01 9,434 Ayuda requerida Psicológica No 236 13,39 11,189 0,9201 Sí 274 13,49 12,346 Física No 236 16,95 18,669 0,1701 Sí 274 14,82 16,323 Sexual No 236 15,64 20,343 0,0121 Sí 274 11,68 14,939 Institucional No 236 25,96 10,028 0,1461 Sí 274 24,69 9,694 93 Aplicación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado l Sara Barrios-Casas, Tatiana Paravic-Klijn Tabla 8. Percepción de violencia de los usuarios según si la ha sufrido durante diferentes etapas de su vida. Valores obtenidos a través de la prueba de t-student. 1: Valor asumido sobre varianzas iguales; 2: Valor asumido sobre varianzas distintas Fuente: Validación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado. Tesis doctoral. Universidad de Concepción, Chile. Variable Dimensión Violencia n Media Desviación típ. p Violencia en la infancia Psicológica No 378 13,69 12,427 0,3732 Sí 132 12,74 9,853 Física No 378 16,53 17,946 0,0912 Sí 132 13,71 15,879 Sexual No 378 13,76 18,250 0,5951 Sí 132 12,80 16,231 Institucional No 378 25,82 9,956 0,0361 Sí 132 23,73 9,449 Violencia en la adultez Psicológica No 412 13,53 12,064 0,7311 Sí 98 13,07 10,745 Física No 412 15,83 17,649 0,9551 Sí 98 15,71 16,746 Sexual No 412 12,96 17,494 0,1521 Sí 98 15,82 18,649 Institucional No 412 25,56 9,804 0,1811 Sí 98 24,08 10,060 Tabla 9. Percepción de violencia de los usuarios en sus diversas dimensiones según consumo de alcohol, tabaco y drogas ilícitas. Variable Dimensión Consumo n Media Desviación típ. p de Drogas Consumo de alcohol Psicológica No 286 12,40 12,234 0,0241 Sí 224 14,77 11,138 Física No 286 16,26 18,030 0,5032 Sí 224 15,22 16,733 Sexual No 286 11,68 16,157 0,0102 Sí 224 15,85 19,361 Institucional No 286 23,93 10,486 0,0001 Sí 224 27,00 8,725 Consumo de tabaco Psicológica No 416 13,12 11,778 0,1881 Sí 94 14,89 11,923 Física No 416 16,44 18,092 0,0432 Sí 94 12,98 14,091 Sexual No 416 13,49 17,915 0,9481 Sí 94 13,62 17,029 Institucional No 416 25,22 9,873 0,7621 Sí 94 25,56 9,854 Consumo de drogas Psicológica No 506 13,43 11,800 0,8121 ilícitas Sí 4 14,84 15,336 Física No 506 15,83 17,517 0,7041 Sí 4 12,50 8,660 Sexual No 506 13,36 17,558 0,3152 Sí 4 32,50 31,754 Institucional No 506 25,25 9,881 0,4051 Sí 4 29,38 6,495 Valores obtenidos a través de la prueba de t-student. 1: Valor asumido sobre varianzas iguales; 2: Valor asumido sobre varianzas distintas. Fuente: Validación del modelo de violencia laboral de Chappell y Di Martino adaptado al usuario hospitalizado. Tesis doctoral. Universidad de Concepción, Chile.