02. El rol de la en. (16 a 20) AÑO 3 - Nº 3 • BOGOTÁ, COLOMBIA - OCTUBRE 2003 16 RESUMEN El desarrollo de las teorías de enfermería ha cambiado irrever- siblemente el desarrollo de la ciencia de la enfermería. La teoría ha contribuido no solo a definir las competencias profesionales, sino también al desarrollo de su cuerpo de conocimientos, los cuales reflejan lo que es específico de la profesión: su enfoque en la per- sona, su comportamiento y el significado de sus experiencias, considerados de manera holística. Por lo tanto, las transacciones biopsicosocioculturales y espirituales del ser humano son centrales a la disciplina de la enfermería. Este trabajo presenta una visión de la enfermería que analiza los conceptos fundamentales de ser humano, salud-enfermedad, en- torno y enfermería. El desarrollo teórico también ha ayudado al en- tendimiento y aceptación de la complejidad de la enfermería y la inevitabilidad de sus múltiples teorías. El pluralismo paradigmático del desarrollo de la disciplina refleja la diversidad de su enfoque, la persona, la diversidad de sus interacciones en la salud y en la en- fermedad, y la diversidad de las intervenciones de enfermería. PALABRAS CLAVE: Ser humano, enfermería, salud, enfermedad y teorías. ABSTRACT The development of nursing theories has changed the development of nursing science. The theory has contributed not only to define pro- fessional competencies, but also to the development of knowledge, which reflects specific aspects of the profession: its focus on the person, its behavior and the meaning of its experiences, considered in a holis- tic way. In consequence, the bio psycho socio cultural and spiritual transactions of the human being are the center of nursing discipline. This work presents a nursing view, analyzing main concepts of the human being, health-disease, environment and nursing. The theoreti- cal development helped also to the comprehension and acceptation of nursing and its multiple theories. The paradigmatic pluralism of the development of the discipline shows the diversity of its focus, the per- son, different interactions in health and disease and different nursing interventions. KEY WORDS: Human being, nursery, health, pathology and theories. Adelaida Zabalegui Yárnoz R.N., Ph.D., Directora de la Facultad de Enfermería, Universidad Internacional de Cataluña. Barcelona, España El rol del profesional en enfermería 17 a naturaleza del ser humano consiste en un grupo de rasgos dinámicos que unen a los seres humanos de todos los tiem- pos. El ser humano está constantemente en proceso de autocreación, y su último objetivo es el describir y entender el mundo que le rodea y, al mismo tiempo, hacerlo más sensible a los ideales de la persona, utilizando su característica es- pecífica: la racionalidad. Las acciones del ser humano son res- ponsables en el sentido de que él elige intencionadamente entre las diversas opciones. Por otra parte, la persona está en constante interacción con su entorno y con otras personas para conseguir su objetivo. El ser humano actúa con base en su experiencia, manifestando sus ca- pacidades de funcionar efectiva y eficaz- mente, afrontar y adaptarse a la vida. Cada persona tiene su propia “reali- dad”, basada en sus experiencias. Cada uno interpreta y le da su propio signifi- cado a la realidad, con una relación de interdependencia entre las experiencias vividas. Para Maslow (4), cada persona tiene una jerarquía de necesidades que debe ser satisfecha, y el poder para cam- biar el mundo de acuerdo con sus intereses. El estudio histórico de la evolución de la naturaleza humana nos da la pers- pectiva necesaria para poner en contex- to y enfocar los problemas asociados a la existencia del ser humano. Es obvia la necesidad de conocer nuestra propia historia, nuestra evolución cultural, so- cial, política y económica, la evolución de las acciones, costumbres y creencias del ser humano, y las teorías filosóficas que han moldeado las relaciones entre los seres humanos. El entender las causas de los cambios en el pasado nos capaci- tará para afrontar mejor los retos del pre- sente y para que nuestra contribución al bienestar de las generaciones futuras sea más eficaz. Si analizamos la historia, podemos identificar diferentes conceptos de sa- lud. Por ejemplo, para las teóricas de la enfermería, como Orem (1971), la salud se define como un estado dinámico de integridad de la estructura y función. Roy (10) enfatiza la necesidad de la con- tinua adaptación a los estresores del en- torno interno o externo. Newman (7) contempla la salud como una conciencia en expansión. Watson (11) define la sa- lud como la congruencia entre la auto- percepción y la vida diaria de la persona. La capacidad de realizar funciones inde- pendientes es la visión del concepto de salud para Virginia Henderson (2). Para la Organización Mundial de la Salud (12), por otra parte, este concepto se define como un estado de completo bie- nestar físico, mental y social, y no sola- mente la ausencia de enfermedad. La autora ve la salud como un estilo de vida dinámico satisfactorio, que in- cluye una adaptación al entorno satisfac- toria y un estado de libertad de las alte- raciones fisiológicas, psicológicas o de comportamiento que entendemos co- mo molestas o perturbadoras. La salud nunca es completa o absoluta, pero re- presenta un objetivo deseado. La obten- ción de este objetivo es el eje de las in- tervenciones de enfermería para preve- nir la pérdida, promover o restaurar la autonomía de las personas desde el es- tado de restricción que representa la enfermedad. En general, el concepto de enferme- dad se define como una limitación con- creta del ser humano, pero que varía de- pendiendo de los valores personales, que están influenciados por las caracte- rísticas del individuo y de su entorno. Las La persona está en constante interacción con su entorno y con otras personas para conseguir su objetivo. REVISTA AQUICHAN - ISSN 1657-5997 AÑO 3 - Nº 3 • BOGOTÁ, COLOMBIA - OCTUBRE 2003 18 personas, con sus antecedentes caracte- rísticos, ven la enfermedad y la salud de diferentes maneras y, consecuentemen- te, existe una variabilidad de comporta- mientos en sus acciones hacia la salud. Las características individuales, como edad, género, origen étnico, antece- dentes genéticos, nivel intelectual y motivación, valores éticos y sociocultu- rales, que varían entre personas y a lo largo del tiempo, han demostrado su in- fluencia en las respuestas fisiológicas y en el comportamiento humano hacia la adaptación al entorno. Se reconoce tan- to la influencia genética como la del en- torno, en relación con el comportamien- to humano (5). Los factores del entorno, que in- fluencian la manera como las personas perciben y centran sus acciones en rela- ción con la salud, los podemos clasificar en tres grupos: el entorno físico, los pa- trones culturales y los patrones sociales. Estos factores han sido agrupados de di- ferentes maneras, dependiendo del inte- rés específico de la autora, así como desde el punto de vista de la relación enfermero-cliente o de los principios del sistema de salud pública. El entorno físico incluye las variables físicas, químicas y biológicas que in- fluencian la salud humana. El entorno deseable proporciona una gran variedad de estímulos compatibles, que son necesarios para el desarrollo mental y fí- sico. Además, también provee lo indis- pensable para satisfacer las necesidades básicas o fundamentales, como agua, alimentos, etc. Los peligros potenciales de las actividades humanas, como dese- chos, contaminación o destrucción de materiales tóxicos de labores industria- les, como asbestos, monóxido de carbo- no o derrames de petróleo, son el prin- cipal centro de atención, ya que están claramente identificados como factores negativos relacionados con la exposi- ción a toxicidad (6). Entre los patrones culturales encon- tramos la religión, la organización fami- liar, el lenguaje, el uso de medicamen- tos, el cuidado de los niños y de los an- cianos, los hábitos alimentarios, etc. Dentro de estos patrones podemos identificar una amplia variedad de con- ceptos, que tienen significado saludable para unos, mientras que no es así para otros. Los patrones sociales, como el nivel de educación, el estatus socioeconómi- co, el empleo y los patrones de relación entre las personas, influencian significa- tivamente la accesibilidad al cuidado de la salud y la capacidad de tomar decisio- nes informadas. En algunos de los patro- nes culturales o sociales se han podido identificar factores de riesgo para enfer- medades específicas. Por ejemplo, el estrés, la obesidad, la falta de ejercicio físico y el consumo de tabaco se han relacionado con las enfermedades car- diovasculares. A pesar de que el aban- dono de estos hábitos requiere cambios lentos de conducta, y en algunos casos son muy difíciles al enfrentarse a los valores específicos de grupos sociales determinados, los resultados de la activi- dad de enfermería son muy satisfacto- rios y generan mejoras significativas en los niveles de salud de la población. El papel de los valores grupales y personales en el entendimiento de la sa- lud y la enfermedad es un tema central en la práctica del cuidado de la salud. La enfermería, al igual que otras profesio- nes de la salud, debe asegurarse de que se consideran justamente los valores de cada persona y que no se abuse de sus derechos y privilegios. Los valores defi- nen la salud-enfermedad y establecen funciones sociales, como la de paciente o enfermera, y además interconectan estas funciones con las expectativas es- tructuradas, como los derechos y las obligaciones. ¿Cuál es la función del profesional en enfermería en el sistema actual de cuidado de la salud? ¿Y cuál debe ser el ámbito de la intervención en nuestra in- teracción con el cliente y su entorno? El Consejo Internacional de Enfermería, co- mo la más antigua organización profe- sional internacional, ha clasificado las funciones fundamentales de la enferme- ría en cuatro áreas: promover la salud, prevenir la enfermedad, restaurar la sa- lud y aliviar el sufrimiento. Esta organiza- ción apolítica reúne personas de diferen- tes países, con un interés profesional y un propósito común de desarrollo de la enfermería a nivel internacional (3). La enfermería se ha autoidentificado como una profesión humanista, que se adhiere a una filosofía básica centrada Los factores del entorno han sido agrupados de diferentes maneras, dependiendo del interés específico de la autora, así como del punto de vista de la relación enfermera-cliente o de los principios del sistema de salud pública. ¿Cuál es la función del profesional en enfermería en el sistema actual de cuidado de la salud? ¿Y cuál debe ser el ámbito de la intervención en nuestra interacción con el cliente y su entorno? El rol del profesional en enfermería 19 en el ser humano y su interacción con el entorno, donde la persona elige, se au- todetermina y es un ser activo. El objeti- vo de la enfermería debe ser, esencial- mente, para el beneficio del paciente, y su trabajo debe estar centrado en él. Desde el punto de vista de la autora, las intervenciones de enfermería se pue- den clasificar principalmente en cuatro categorías, que afrontan las demandas del cliente: 1) cuidado; 2) competencia; 3) servicios de información y asistencia jurídica, y 4) conexión. El objetivo del cuidado debe ser promover el proceso de aprendizaje que permita al paciente ser activo en su rehabilitación o promo- ción de su propia salud, mediante cam- bios en sus hábitos o transformando las condiciones ambientales que le afectan. La función de la enfermera, como cuida- dora, implica la participación activa en la promoción, mantenimiento y recupera- ción de la salud, mediante medidas pre- ventivas para evitar la aparición de la en- fermedad, su progresión o prevenir se- cuelas asegurando la continuidad del cuidado. Esta cuidadora debe estar abierta a las percepciones y preocupa- ciones del paciente y su familia, ser mo- ralmente responsable, estar dedicada como profesional y permanecer dispues- ta para escuchar, dialogar y responder en situaciones holísticas complejas. Ade- más, debe estar basada en la evidencia empírica existente. El profesional en enfermería compe- tente es aquel que utiliza sus cono- cimientos, habilidades y actitudes para emitir juicios clínicos, solucionar proble- mas y realizar tareas costo-eficaces. La función de la enfermería, al igual que la de otras profesiones de la salud, debe incluir la información y educación del cliente sobre la salud, para que él pueda elegir entre las diversas opciones po- sibles, una vez considerados los distintos riesgos y beneficios de cada alternativa. Esta función de educación se está con- virtiendo en prioritaria, ya que la ten- dencia del cuidado de la salud se centra en el cliente, como centro de la atención y como persona que toma la decisión del tratamiento y el tipo de cuidado que se va a realizar. Además, el profesional en enfer- mería debe ser la conexión o unión en- tre los profesionales de la salud, el pa- ciente y su familia. Esta función tiene por objetivo la integración de los esfuer- zos y la prevención de la fragmentación de los servicios de salud asociada a la es- pecialización. Es la enfermera quien crea relaciones, mediante el reconocimiento mutuo enfermera-paciente, conociendo sus percepciones y necesidades, y nego- ciando el cuidado para alcanzar los ob- jetivos propuestos en el plan de cuida- dos holísticos. Como V. Henderson (2) dijo, la en- fermera debe conocer qué es lo que el enfermo necesita. Debemos colaborar con nuestros pacientes en la identifica- ción de sus necesidades (físicas, menta- les, emocionales, socioculturales y espiri- tuales) y en el desarrollo de soluciones. La enfermería, desde su comienzo, ha reconocido la importancia de la inter- vención familiar en el cuidado del pa- ciente para promover la salud. Esta ne- cesidad de intervención debe expandir- se a otros grupos, comunidades, organi- zaciones, colegios, etc. Para alcanzar el equilibrio entre la persona y el entorno, debemos reconocer la importancia de los sistemas de apoyo social y los aspec- tos holísticos del cuidado físico, social, económico, político, espiritual y cultural. La enfermería debe participar en la búsqueda de medios para lograr la po- tenciación de la salud comunitaria. Actualmente, las enfermedades predo- minantes son principalmente alteracio- nes debilitantes crónicas, en donde la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad se reconocen como estrategias efectivas. Se puede decir que la mayor parte de las muertes son el re- sultado de enfermedades coronarias, cáncer e infartos cerebrales. Así, la enfer- mería debe intentar anticiparse a las si- tuaciones que surgen y prevenir aquellas que dan lugar a riesgos para la salud. Para alcanzar los objetivos anterior- mente mencionados, la enfermera debe: • Conocer qué es lo mejor para el paciente. • Responder a las necesidades del paciente. • Ser técnicamente competente, científicamente conocedora, práctica- mente responsable y emocionalmente capaz de afrontar las situaciones de cri- sis en el cuidado de la salud. • Ser competente en habilidades de comunicación y tener la capacidad de explicar la fundamentación empírica y filosófica de sus acciones en relación con el cuidado del paciente. • Ser capaz de controlar las situacio- nes del paciente, con actividades y con el manejo de sus propias emociones. • Reconocer que en cualquier mo- mento una persona puede necesitar ayuda de otra. La enfermera(o) puede requerir ayuda para el mantenimiento o desarrollo de habilidades, para el auto- conocimiento o la comprensión de otros. • Potenciar la dignidad y el valor de las personas. • Enfatizar y apoyar la contribución REVISTA AQUICHAN - ISSN 1657-5997 AÑO 3 - Nº 3 • BOGOTÁ, COLOMBIA - OCTUBRE 2003 20 del paciente y la familia al cuidado y a la adaptación. Cuando la enfermería surge como profesión, en el siglo XIX, Florence Nightingale (1859) (8) procuró no solo establecerla con unos fundamentos fir- mes sobre conocimientos científicos, si- no también identificar e insistir sobre el comportamiento ético de la enfermería. Posteriormente, en 1980, la Asociación Americana de Enfermería define la fun- ción independiente de la profesión co- mo el diagnóstico y tratamiento de las respuestas humanas a problemas de sa- lud reales o potenciales. A medida que comenzamos el siglo XXI, surgen preguntas sobre la di- rección hacia donde la profesión se mueve. En este nuevo contexto, la in- vestigación de enfermería es necesaria para ser profesionales competentes den- tro de la compleja realidad del sistema actual de cuidado de la salud. Esta com- plejidad deriva del envejecimiento de la población, la disminución de las estan- cias hospitalarias, con un aumento del grado de gravedad de los pacientes in- gresados, el progreso de la tecnología y los cambios sociales en el ámbito fami- liar. El análisis de la función de la enfer- mera en la planificación, realización y evaluación de la investigación, la divul- gación de resultados y la aplicación en la práctica, proporcionan las bases para entender el rápido crecimiento de la in- vestigación de enfermería en el cuidado del paciente oncológico. Creemos que es importante definir la enfermería como una ciencia, en el sentido de adquisición de conocimien- tos mediante la observación y la experi- mentación, y la práctica basada en la evidencia científica. Asimismo, la enfermería es un arte y una filosofía, compatibles con la visión científica. En la actualidad, el modelo de cuidado es fun- damentalmente biomédico, centrado en la enfermedad, y deja poco espacio para las dimensiones sociales, psicológicas, culturales y espirituales de la salud. La enorme inversión existente y pre- vista en tecnología, para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, favo- rece la tendencia hacia un cuidado impersonal y mecánico. El cambio nece- sario debe enfatizar el análisis de los valores sociales, culturales y personales de los seres humanos, y la función que ellos desempeñan en el análisis de la salud, como variables determinantes de intervenciones preventivas y terapéuti- cas. Por otra parte, en el desarrollo de nuestra función como enfermeros, exis- ten aspectos relacionados con la teoría y la práctica, que resultan problemáticos y necesitan ser solucionados; estos son la separación crónica de la teoría y la prác- tica, y la realidad frente al ideal de la enfermería. Por lo tanto, debemos hacer un esfuerzo por alcanzar un objetivo importante: la práctica y la teoría de la enfermería deben unificarse y ambas fundamentarse firmemente en la reali- dad, en la evidencia científica y en el desarrollo de la humanidad. BIBLIOGRAFÍA 1. American Nurses Association. Nursing: A social policy statement, Kansas City, MO, Autor, 1980. 2. Henderson, V. The nature of nursing, New York, McMillan, 1955. 3. Kelly, L. Y., & Joel, L. A. Dimensions of professional nursing, 8thed., New York, McGraw-Hill, 1999. 4. Maslow, A. H. Motivation and personality, 2nd ed., New York, Harper & Row, 1970. 5. McGue, M. “Nature-nurture and intelligence”, Nature, 340: 507- 508,1989. 6. Miller, A., & Miller, M. Options for health and health care, New York, John Willey and Sons, 1981. 7. Newman, M. A. “Theory for nursing practice”, Nursing Science Quarterly, 7 (4): 153-157, 1994. 8. Nightingale, F. N. Notes on nursing: What it is and what it is not?, Philadelphia, J. B. Lippincott (documento original publicado en 1859),1992. 9. Orem, D. E. Modelo de Orem: Conceptos de enfermería en la práctica, 4ª ed., Barcelona, Masson-Salvat, 1993. 10. Roy, C., y Andrews, A. The Roy adaptation model, 2nd ed., Stamford, CT, Appleton & Lange, 1999. 11. Watson, J. Nursing: The philosophy and science of caring, Boulder, CO, University Press, 1985. 12. World Health Organization. Constitution of the World Health Orga- nization, Chronicles of WHO, 1: 1-2, 1947.