03. Un sueŒo Un sueño hecho realidad 7 ño de 1987. En los estatutos fundacionales de la Univer- sidad de La Sabana se dispone la creación del Programa de Ciencias de la Salud. El Consejo Superior decide que se debe iniciar el estudio de factibilidad del Programa de Enfermería. Eran épocas complejas, pues las di- rectivas educativas nacionales conside- raban que el país no requería de nuevos programas académicos, y menos en el área de la salud; sin embargo, la decisión del Consejo se acata, y se inicia todo el proceso de programación de la propues- ta, para solicitarle al Icfes la autorización de la apertura del nuevo programa. El Programa de Enfermería debería ser novedoso, con planteamientos curri- culares modernos, actualizados, compe- titivos, y que estuvieran orientados a la formación de un profesional de la enfer- mería con una base humanística muy só- lida, conocimientos profundos de su saber específico, con capacidad y moti- vación para el servicio, investigador, líder, educador, y con una formación ética só- lida y gran responsabilidad en el desem- peño de sus funciones profesionales. Definidos los principios enumerados, se requería, no menos difícil, por cierto, conseguir a la o las personas que con sus conocimientos, prestigio y desempeño ético aceptaran el reto de estructurar el Programa de Enfermería, de modo que pudiera ser aprobado por el Icfes para la formación del personal de enfermería. Se entrevistaron varias personas y se tocaron distintas puertas, y fue recomen- Eduardo Borda Camacho AÑO 1 - Nº 1 • BOGOTA, COLOMBIA - OCTUBRE 2001 REVISTA AQUICHAN - ISSN 1657-5997 8 dada una enfermera egresada de la Universidad Javeriana, santandereana, con experiencia desarrollada en la Uni- versidad Industrial de Santander y con una excelente hoja de vida. Se citó para entrevista, y llegó una mujer pequeña, joven, franca, de hablar y razonar inteligente, optimista, y con una carac- terística que demostró, desde el inicio de la entrevista, su temple de carácter, deci- dida, con voluntad, que no se amilanó ante la propuesta audaz que se le estaba haciendo. Esta candidata, Leonor Pardo, propuesta por la enfermera Inés Durana, persona reconocida en el medio nacional de enfermeras, fue acogida por el Consejo Superior de la Universidad. Posteriormente es nombrada, y propone que se constituya su equipo de trabajo, el cual sirva de complemento y ayuda en la elaboración del documento para la aprobación del programa. Como se requería otra persona con las mismas ca- racterísticas de la licenciada Pardo, la candidata fue Lucía Restrepo, a quien se nombró, y posteriormente se integró María del Carmen de Giraldo, enfermera que tenía, además de los requisitos exi- gidos, un postgrado en educación, que complementaba e integraba, con una nueva faceta, el equipo gestor del pro- grama. Se debía trabajar según los requisitos exigidos por la ley 80 de 1980, sobre educación superior. Una de las primeras propuestas fue definir cuál de las nuevas escuelas ideo- lógicas de enfermería debía acogerse, que resultara compatible con los princi- pios filosóficos de la Universidad de La Sabana. Después de un profundo análisis y estudio, se estableció que debería ser la propuesta por sor Callista Roy, pues sus principios están basados en un humanis- mo cristiano, con proyección a la aten- ción integral del enfermo y preocu- pación grande por su recuperación e incorporación al medio familiar, laboral y social; así, bajo estos postulados, se decidió aceptarla. Esta nueva escuela corresponde a la enfermería de la edad atómica, del tercer milenio, con una enorme apertura en un campo laboral que requiere de los profe- sionales de enfermería. Florence Nightin- gale, revolucionaria en la concepción de la enfermera, dentro del concepto de modernización orientó la capacitación hacia la formación de enfermeras hospi- talarias y enfermeras instructoras, que además fueran docentes con un profun- do sentido humanístico para el cuidado de los pobres; asimismo, amplió el área de los conocimientos, y los orientó hacia la salud pública, la estadística, la admi- nistración hospitalaria y la sanidad mi- litar. Además de lo anterior, hoy en día se ofrecen a nuestras enfermeras más cam- pos laborales, como el manejo de unidades de cuidados intensivos, tanto de adultos como de niños, neumología, psiquiatría, cardiología y muchos más. Con estos antecedentes y los princi- pios de la escuela de Callista Roy, se inicia el estudio y elaboración del documento con los contenidos curriculares. Son tres largos años de preparación, con la ase- soría de varios grupos de enfermeras expertas en currículo, hasta que se ob- tiene la aprobación del Consejo Superior y la autorización para iniciar labores en el segundo semestre de 1991. Diez años después de la aprobación dada por el Icfes, el sueño del grupo gestor, Leonor Pardo, Lucía Restrepo y María del Carmen Giraldo, se convierte en una realidad, positiva, dinámica y con proyección de futuro, con importantes y decisivas aportaciones a la carrera de enfermería, a nivel nacional. Ahora se puede entregar a la sociedad un grupo de profesionales dignos, seriamente capacitados, éticos, con gran sentido de servicio, humanistas, preocupados por atender con cariño y afecto a los pacientes puestos a su cuidado. En esta fecha tan importante para la Universidad, la Facultad de Enfermería, sus directivas y personal docente nos uni- mos a su aniversario, y le deseamos ma- yores logros, desarrollos científicos e investigativos y una amplia proyección social; además, que junto con los otros miembros de los equipos de salud nos convirtamos en soporte imprescindible de la labor del médico, para que poda- mos lograr importantes y positivos avan- ces en la mejoría de nuestro pueblo colombiano. Deseámosle, como a los marinos, buen viento y buena mar.