9 Niveles.p65 REVISTA AQUICHAN - ISSN 1657-5997 AÑO 5 - VOL. 5 Nº 1 (5) • CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 200572 AÑO 5 - VOL. 5 Nº 1 (5) - 72-85 - CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 2005 Martha V. Whetsell1, Keville Frederickson2, Paulina Aguilera3, Juan Luis Maya4 Recibido: 26 de julio de 2005 Aprobado: 16 de agosto de 2005 RESUMEN Este estudio investigó la relación entre niveles de bienestar espiritual y fortaleza relacionada con la salud en una población mexicana de adultos mayores de 65 años. El proyecto se basó en el Modelo de Adaptación de Roy, el Modelo de Pollock (fortaleza relacionada con la salud) y el de Reed (bienestar espiritual). El diseño fue descriptivo correlacional, la muestra fue probabilística y se hizo al azar. La muestra (n=160) tuvo un nivel de significancia de 0,05 para una diferencia media de 1,6, un efecto de tamaño y potencia de 80. Los instrumentos fueron la Escala de Fortaleza Relacionada con la Salud, y la de Bienestar Espiritual, y presenta- ron un Alfa de 0,801 y 0,973 respectivamente. Se utilizó la Regre- sión Lineal Múltiple para investigar el efecto de las variables demográficas sobre el bienestar espiritual. La edad media de los sujetos fue de 73,9 (DE=4,3), el 62,5% fueron mujeres. El coefi- ciente de correlación entre el bienestar espiritual y la fortaleza relacionada con la salud fue significativo, los niveles más altos de bienestar espiritual tienen niveles igualmente elevados de fortale- za relacionada con la salud. El sexo, la edad, la educación y el estado civil mostraron una relación positiva con los niveles de bienestar espiritual (p<,005). Las mujeres mostraron un nivel mayor de bienestar espiritual que los hombres. PALABRAS CLAVE Adultos mayores, nivel de bienestar espiritual, fortaleza relacionada con salud. 1 RN, ARNP, PhD; profesora, Facultad de Enfermería Universidad Autónoma de Tamaulipas, México. marwhet@att.net.mx 2 RN, EdD; FAAN; profesora y directora de programas de posgrado, Facultad de Enfermería, Lehman College, Universidad Autónoma de Nueva York, Bronx, EE. UU. tomassons@aol.com 3 Profesora de tiempo completo, Campus Tampico. Universidad Autónoma de Tamaulipas, México. paguiler@aut.edu.mx 4 Enfermero e investigador, Instituto Mexicano de Seguro Social UMF No. 28, México. pueriles@gmail.com ABSTRACT This study investigated the relationship between the levels of Spiritual Well-being and the levels of Health Related Hardiness in Mexican population of abuts 65 years and older. The framework was based on the Roy adaptation model, Pollock�s, Health Related Hardiness and Spiritual Well-being of Reed. The design was descriptive co relational, the sampling was probabilistic random. The sample (n=160) had a level of significance of 0.05 for a mean difference of medium 1.6, a size effect and a potency of 80. The instruments were the Health Related Hardiness Scale, with an Alpha of 0.801 and the Spiritual Well Being with an Alpha of 0.973. Multiple Linear Regression was used to investigate the effect of the demographic variables on the Spiritual Well-being. The mean age of the subjects was of 73.9 (DE=4.3) 62.5% were females. The Correlation Coefficient between Spiritual Well-being and Health Related Hardiness was r. 684 p<.05, meaning that higher levels of Spiritual Well-being have higher levels of Health Related Hardiness. Sex, age, education, and marital status showed a positive correlation with the levels of Spiritual Well Being (p<.005). The women showed a higher level of Spiritual Well-being than the males. KEY WORDS Elderly persons, level of spiritual well-being, health related hardiness. relacionados con la salud en adultos mayores Niveles de bienestar espiritual y de fortaleza relacionados con la salud en adultos mayores 73 INTRODUCCIÓN a población de personas de edad avanzada en América Latina, y especialmente en México, está aumentando en forma rápida. El censo de 2000 reportó un crecimiento explosivo en la población mexicana. Actualmente hay 6 millones de personas de edad avanzada que viven en este país (65 años y mayores), y se reporta que diariamente 491 personas han entrado a formar parte de este grupo; la proyección actual es que para el año 2050, ésta será de 17 millones de personas. Además, se ha calculado que en América Latina el 43% de las personas con edad avanzada y las mujeres que están viviendo en las zonas urbanas hoy en día afrontan un estrés muy alto, por estar sufriendo la pérdida de miembros de la familia debido a la inestabilidad política, la guerrilla, las enfermedades crónicas y los problemas económicos. El envejecimiento en México representa una carga extra, ya que los cambios socioculturales modifican la estructura familiar, la cual no cuenta con medios y condiciones aptos para los mayores de edad. La capacidad de esta población para adaptarse a estos problemas se basará en la habilidad para evitar la institucionalización y hospitalización, con el fin de tener una buena calidad de vida (1). Selye, en su libro The Stress of Life, hace énfasis en que no son los estímulos estresantes en sí mismos, sino la reacción a dichos estímulos, lo que tiene un efecto negativo en nuestros cuerpos (2). En las últimas cuatro décadas, al tratar de descubrir la manera cómo la mente puede ayudar a una persona a comprender el origen de su estrés y así reducirlo, los investiga- dores han buscado en las fuentes de la medicina tradicional que han sido utilizadas en la curación. Dichas técnicas, como la meditación y el yoga, entre otras, han ayudado a tranqui- lizar el espíritu y la mente, han aumentado el bienestar espiritual e interactúan con el cuerpo para su curación. Basados en las premisas anteriores, estos investigadores creen que el bienestar espiritual podría representar un papel muy importante en la promoción de la salud del individuo. En 1859 Nightingale creyó en el componente espiritual de la vida humana (3). Watson opinó que la espiritualidad era un aspecto esencial que influía en las condiciones emocionales y físicas de la persona (4). Reed y Peri están de acuerdo en que existe una conexión entre una espiritualidad fuerte y una mejoría en la salud mental, con la habilidad para afrontar el estrés de una enfermedad y el duelo (5, 6). Carson y Green encontraron que la espiritualidad estaba positivamente unida con la fortaleza en víctimas de VIH (7). El concepto de fortaleza, como lo define Kobasa, sugiere una �constelación de caracterís- ticas de la personalidad que funcionan como un medio de resistencia ante los eventos desencadenantes del estrés de la vida� (8, 9). La estructura de la personalidad está formada por tres características principales: �control, reto y compromiso�; las tres, que son una com- binación del conocimiento, la emoción y la acción, son ideales tanto para sobrevivir, como para enriquecer el desarrollo de la vida. Pollock fue la primera en introducir una escala de fortaleza relacionada con la Salud (Health Related Hardiness Scale-HRHS, en la disciplina de enfermería). Pollock probó la HRHS en estudiantes de enfermería graduados usando una encuesta de 48 preguntas (10). Con base en los resultados iniciales, se agregaron tres preguntas para un total de 51. Se computarizó un índice de interés que indicó que por lo menos era necesario tener octavo grado de educa- REVISTA AQUICHAN - ISSN 1657-5997 AÑO 5 - VOL. 5 Nº 1 (5) • CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 200574 ción para esta escala (11). En 1990, Pollock probó la escala en 200 pacientes con en- fermedades crónicas tales como la escle- rosis múltiple, hipertensión, artritis reumatoide y diabetes mellitus. El resulta- do del estudio mostró que las personas con diabetes mellitus eran más fuertes que aquellas con artritis (10). Éste es otro fac- tor importante que tiene una influencia en la calidad de vida de hombres y mujeres de edad avanzada. Revisión de literatura y marco teórico Considerando el número de personas de edad avanzada en América Latina, es importante tener en cuenta la forma de dar apoyo y cuidado adecuado a estos hom- bres y mujeres, para asegurar una mayor calidad y dignidad en sus vidas. Con este ideal en mente, los conceptos de bienes- tar espiritual y fortaleza relacionada con la salud han sido investigados como facto- res especialmente favorables para un en- vejecimiento exitoso. La creencia de que hay una conexión entre el cuerpo y la mente no es nueva, pero ha recibido mayor atención a medida que los investigadores en salud estudian los síntomas psicosomáticos; las uniones entre la mente y el sistema inmune; esta medicina mente-cuerpo nos permite con- siderar la interconexión posible de bienes- tar espiritual y fortaleza relacionada con la salud y cómo éstas contribuyen a la salud de los mayores y la calidad de sus vidas (12). Convertirse en anciano puede signifi- car muchas cosas para cada individuo, ya que contiene varios factores: la carga genética, el ambiente en que se vive, los factores físicos, sociales, económicos y emocionales, entre otros (13). Sin embar- go, volverse anciano es incuestiona- blemente un proceso de cambio constante e irreversible. La salud física, la pérdida de los seres queridos, el retiro forzoso, la si- tuación económica y el grado de indepen- dencia en todas las áreas, son elementos fundamentales para tener en cuenta cuan- do se mide el bienestar de las personas de edad avanzada. Como se mencionó, de acuerdo con Selye, lo que afecta esencialmente la vida de cualquier persona y determina su cali- dad no son tanto los factores de estrés en sí mismos sino la forma como la persona reacciona ante éste, y su habilidad para adaptarse al cambio (2). Selye definió el estrés como una res- puesta no específica del cuerpo a cualquier demanda hecha a éste, bien sea una ame- naza, un reto o cambios que requieren adaptación. Él pensó en la conexión del cuerpo y la mente en la reacción al estrés y subrayó la habilidad para reaccionar ante el estímulo como responsable del deseo de una salud duradera (2). También ase- veró que gran parte del envejecimiento fi- siológico (opuesto al cronológico), resulta del uso y abuso del cuerpo, y consideró que la espiritualidad, en la medida en que induce una actitud relajada hacia lo que sucede y cuando sucede, puede resultar en una reacción favorable. Estas reaccio- nes, a su vez, permiten que la fortaleza sea un canal de bienestar espiritual que hace que el individuo no fije su atención en los factores negativos desencadenantes del estrés �tal como el causado por la pre- ocupación que en sí misma en un factor desencadenante del estrés autoimpues- to� (2), aliviándolo. Considerando que la gente de edad avanzada a menudo está bajo estrés debi- do a que ha sufrido serias pérdidas, está sola o enferma, tiene sentido pensar, como lo hace Selye, que lo que marca la diferen- cia en la calidad de vida es la forma en la cual ellos reaccionan y se adaptan a estos cambios mayores, los cuales pueden de- pender o estar influenciados por su siste- ma de creencias y valores. Considerando que la gente de edad avanzada a menudo está bajo estrés debido a que ha sufrido serias pérdidas, está sola o enferma, tiene sentido pensar, como lo hace Selye, que lo que marca la diferencia en la calidad de vida es la forma en la cual ellos reaccionan y se adaptan a estos cambios mayores, los cuales pueden depender o estar influenciados por su sistema de creencias y valores. Niveles de bienestar espiritual y de fortaleza relacionados con la salud en adultos mayores 75 Existe también una fortaleza personal. Frankl ha sugerido la relación entre la es- piritualidad y las reacciones positivas a los factores desencadenantes del estrés (14). Este autor considera la habilidad para encontrar un significado existencial y espiritual a la vida a pesar de los factores importantes que desencadenan el estrés, como un indicador de la habilidad para permanecer mental y físicamente sano a pesar de las situaciones de conflicto. Carson y Green estudiaron esta relación en in- dividuos con VIH y SIDA, y encontraron también una relación importante (7). Si esta relación entre la espiritualidad y u n a r e a c ción positiva a los factores desencadenantes del estrés fuera encon- trada entre la gente de edad avanzada, entonces estimular el bienestar espiritual sería un medio viable para hacer de la fortaleza la habilidad que conserve la salud a pesar de la presencia de factores desencadenantes del estrés. Definición de fortaleza La palabra fortaleza parece originarse en el campo agrícola. Fortaleza, literalmen- te, significa �ser capaz de resistir a las con- diciones adversas del clima� (15). El término se usó a fin de describir la calidad de la cosecha para superar las condiciones desfavorables del clima. Kobasa adaptó la definición de fortale- za en 1979 para incluir la personalidad que actúa como un buffer contra el estrés que afecta el cuerpo (9). Webster define la for- taleza en relación con los seres humanos, como la condición de resistir la fatiga o la capacidad de tolerancia y sufrimiento (16). Estudios anteriores que consideraron el concepto de fortaleza en lo relativo a la salud, aparecieron de nuevo después del popular término de estrés y el estudio de la enfermedad, a finales de 1970. La psicó- loga Susan Kobasa explica por qué algu- nas personas permanecen sanas cuando están en prisión, mientras otras no, lo que demuestra una personalidad fuerte (9). Al conceptualizar la fortaleza, Kobasa pudo trabajar sobre el fenómeno de la psicolo- gía existencial y sobre los trabajos de Hans Selye. El modelo de Selye de la respuesta general a la adaptación (GAS, por sus si- glas en inglés) establece que �los eventos positivos y negativos, los menores y los graves, evocan esfuerzos de adaptación incompletos tanto en el tipo como en la duración, disminuyen la resistencia del cuerpo y aumentan la probabilidad de la enfermedad� (2). Kobasa, y sobre todo Selye, reconocieron que algunos organis- mos humanos están �constituidos de tal forma que manejan el estrés sin riesgo� (17-19). Kobasa y Selye entienden las conexio- nes de la mediación del estrés y de la en- fermedad como �la forma específica en la cual cada individuo reacciona al estrés� (2, 9). Basándose en el enunciado ante- rior, Kobasa desarrolló la teoría de la for- taleza. Más tarde Pollock, una enfermera, re- finó los conceptos de Kobasa sobre con- trol, compromiso y retos para que fueran más específicos sobre el tema de la salud. Ella definió el control como �el manejo de la autoconfianza necesaria para interpre- tar y valorar los elementos que producen estrés�. Esto significa que no todo el estrés es prevenible (11). El compromiso es para el individuo que está motivado y tiene interés en promover su salud, haciéndole la competencia a los factores que producen estrés. Las perso- nas comprometidas son aquellas que tie- nen una visión positiva hacia la salud (11). El reto, que es el último concepto de Pollock, se refiere a un estímulo emocionante y no a una amenaza. La gente que se siente positiva con los cambios los percibe como El compromiso es para el individuo que está motivado y tiene interés en promover su salud, haciéndole la competencia a los factores que producen estrés. Las personas comprometidas son aquellas que tienen una visión positiva hacia la salud. REVISTA AQUICHAN - ISSN 1657-5997 AÑO 5 - VOL. 5 Nº 1 (5) • CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 200576 crecimiento. Los individuos expresan con- fianza en sí mismos al ser capaces de afron- tar los factores que producen estrés. Los retos relacionados con la salud reflejan una actitud de total confianza hacia la forma de afrontar los cambios (11). Conceptos sobre la fortaleza La teoría de sentido de coherencia (SOC) se relaciona con el concepto de for- taleza. De acuerdo con esto, �SOC es un elemento importante del estrés/distrés continuo de la salud� (20, 21). Esta teoría tiene tres componentes: 1) comprensión, 2) manejo, 3) significado. Las personas que tienen un SOC fuerte cuentan con un puntaje alto en los tres componentes (21). Comprensión es �el alcance que tiene una persona para percibir el estímulo, derivado del ambiente interno o exter- no, dándole sentido cognitivo�. La perso- na con un SOC alto verá que los factores que producen estrés son predecibles y explicables (21-24). El manejo en la teoría SOC se refiere a la percepción de recursos adecuados para afrontar las necesidades producidas por el estrés o el estímulo (21-24). La persona con un incentivo alto de manejo no se senti- rá amenazada por los elementos que produ- cen estrés. Cuando éstos se presentan, la persona es capaz de afrontar la situación. El último componente de la teoría SOC es el significado. Éste identifica la impor- tancia de estar implicado �como partici- pante en el proceso de moldear el destino y las experiencias diarias� (21). Este componente es similar al compromiso d e Kobasa, quien lo describe como �involucrarse profundamente consigo mis- mo� (9). El concepto de Kobasa sobre la fortaleza y el componente de SOC están muy entrelazados. Las dos teorías tienen aspectos similares y diferentes (25). Lee amplía el concepto de fortaleza para incluir cuatro componentes de la per- sonalidad: resistencia, fuerza, audacia y control. De los cuatro, uno se refiere a los tres componentes de Kobasa. El primer componente es la resistencia, que es la firmeza fisiológica y psicológica para con- tinuar. El segundo es la fortaleza, que significa la habilidad para resistir el estrés, la fuerza y las penas. El tercer com- ponente es la audacia, que implica coraje, interés y valentía. El último componente es el control, que es la habilidad de tener autoridad (26). Pollock desarrolló la primera escala fortaleza relacionada con la salud (HRHS, por sus siglas en inglés) (11). Este instru- mento se usó para medir la fortaleza per- sonal en individuos que presentaban problemas de salud existentes o potencia- les. La escala inicial de HRHS tenía 48 reactivos con una escala de Likert de 6 pun- tos, compuesta a su vez de tres catego- rías: �control, reto y compromiso� (27). La mayor diferencia entre la definición de for- taleza de Kobasa y la de Pollock, es que la segunda está relacionada específicamente con la salud (11, 28). Fortaleza, mujeres y hombres de edad avanzada Mangani estudió la relación entre for- taleza, autopercepción de salud y activi- dad entre adultos mayores con actividades independientes (29). Su muestra estaba formada por 115 individuos, entre hombres y mujeres mayores no institucionalizados, con edades entre 60 y 90 años, que vivían en el área de Nueva York. La edad prome- dio fue de 71,89, el moda 74, y la media 72. Había 85, número que coincidía con la tasa para la edad del grupo en dicha área de Nueva York. Estas mujeres recibieron los 36 reactivos abreviados de la escala de fortaleza, una valoración de salud dada por Comprensión es �el alcance que tiene una persona para percibir el estímulo, derivado del ambiente interno o externo, dándole sentido cognitivo�. La persona con un sentido de coherencia alto verá que los factores que producen estrés son predecibles y explicables. Niveles de bienestar espiritual y de fortaleza relacionados con la salud en adultos mayores 77 cada una de ellas y una sobre actividad. Los resultados obtenidos apoyaron la hi- pótesis de que los adultos mayores con niveles más altos de actividad tenían nive- les más altos de fortaleza. Estos resulta- dos también mostraron que aquéllos con una cifra alta en los dos instrumentos, te- nían un nivel de actividad más alto que aquéllos con una cifra alta en un solo ins- trumento (19). Es interesante notar que cuando se analizan los datos de control, compromiso y reto, los dos primeros están correlacio- nados con niveles más altos de actividad, mientras que el reto no lo está. Magnani postuló que el reto puede ser menos im- portante para los mayores de edad que para los jóvenes (29). Predicción de fortaleza Si la fortaleza es un factor importante para determinar si una persona maneja efectivamente el estrés (adaptándose), entonces es importante entender sus an- tecedentes. Kobasa cree que la fortaleza en el individuo está influenciada por varias experiencias de su niñez, tales como reci- bir aprobación y admiración por lo que se hace, estímulo y apoyo por tener la capaci- dad de utilizar símbolos, imaginación y jui- cio, y tener modelos que defienden la fortaleza (17-19, 30, 31). Antonovsky defiende una teoría de orientación �salutogénica�, que es similar a la fortaleza (21). Cree que la persona- lidad salutogénica tiene la habilidad de permanecer física y psicológicamente sa- ludable a pesar de tener factores significa- tivos que desencadenen estrés. Sus tres elementos �significado, comprensión y fle- xibilidad� corresponden al control, com- promiso y reto de Kobasa. Sin embargo, no son conceptos idénticos. El significado y el compromiso son muy similares, ya que los dos reflejan la visión de la vida como algo que tiene sentido y valor personal. La flexibilidad y el control se refieren a los recursos disponibles para ayudar a afrontar los cambios en la vida, y al sentimiento de su influencia en los even- tos de ésta. La mayor diferencia está entre el reto y la comprensión, donde el primero se refiere a considerar el cambio como algo esperado y bueno, y el segundo a la per- cepción del estímulo como algo que tiene sentido. Antonovsky opina que el componente más importante de una personalidad salutogénica es el sentido de coherencia o una creencia básica de que el ambiente interno y externo son predecibles y/o explicables, y que las cosas saldrán tan bien como razonablemente se puede es- perar. Antonosky y Kobasa creen que sus elementos están moldeados por las expe- riencias caracterizadas por la participación en la configuración de los resultados, el éxito y el fracaso, y la consistencia (31). Frankl, un psiquiatra que estuvo preso en los campos de concentración nazis, con- sideró el deseo de dar significado como un ingrediente esencial de una vida sana. Él creyó que el significado de la vida podría encontrarse creando algo, experimen- tando algo, encontrando a alguien, o teniendo una relación consciente con el sufrimiento. Opinó que la clave para ser capaz de manejar la propia vida en forma satisfactoria y exitosa era descubrir lo que hace que ésta tenga significado. Una vez se descubre y se entiende este aspecto, se puede vivir en armonía (14). Esto permiti- rá enfrentar el sufrimiento y las dificulta- des con tolerancia. Espiritualidad La investigación sobre saneamiento holístico ha hecho énfasis en la importan- cia de establecer los aspectos espirituales como esenciales para la curación de enfer- medades y el manejo de la salud. Los pro- Kobasa cree que la fortaleza en el individuo está influenciada por varias experiencias de su niñez, tales como recibir aprobación y admiración por lo que se hace, estímulo y apoyo por tener la capacidad de utilizar símbolos, imaginación y juicio, y tener modelos que defienden la fortaleza. REVISTA AQUICHAN - ISSN 1657-5997 AÑO 5 - VOL. 5 Nº 1 (5) • CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 200578 fesionales médicos han tratado de com- prender el concepto de bienestar espiri- tual y su relación con la salud para la adaptación a la enfermedad y al proceso de envejecimiento. Enfermería, por ejem- plo, como una disciplina holística, ha en- tendido la importancia de la espiritualidad en el proceso de curación. Emblen analizó las definiciones de bien- estar espiritual en la literatura de enfer- mería (32). Éstas parten de considerar la espiritualidad como un principio vivificante en la vida (33, 34) haciendo énfasis en una relación trascendental con Dios u otros seres inmateriales (35). Emblen concluyó que la falta de una definición unificada so- bre espiritualidad para enfermería obsta- culiza la investigación y el desarrollo de intervenciones espirituales por parte de las enfermeras. Burkhardt usó la palabra �espirituali- dad� como un concepto que connota un proceso y como tal es más útil para enfer- mería. Ella definió espiritualidad como �el misterio revelado por medio de una inter- conexión armoniosa que nace de la forta- leza íntima� (36). En el intento por definir espiritualidad. Reed, quien hizo varios es- tudios de investigación clínica sobre la re- lación del bienestar espiritual y la salud, describe la espiritualidad como la inclina- ción por encontrar significado en la vida por medio de un sentido de interrelación con algo mayor, que trasciende el yo y lo fortalece. Esta interrelación puede ser ex- perimentada en forma intrapersonal, interpersonal o transpersonal (5, 37-40). Goddard, usando un análisis filosófico del concepto, propone una definición de espiritualidad como una energía integra- dora que es capaz de producir armonía in- terna y holística, que combina cuerpo, mente y espíritu. Algunos atributos de la espiritualidad que Goddard identifica son la corporeidad, la vitalidad y la fortaleza (41). En 1981, la Conferencia de la Casa Blanca sobre Envejecimiento recomendó que la investigación sobre este tema in- cluyera la relación entre los aspectos reli- giosos, el bienestar espiritual, la longevidad y la calidad de vida de la gente de edad avanzada. Varios estudios de enfermería han investigado esta relación. Hungelman llevó a cabo un estudio cua- litativo para determinar los componentes del bienestar espiritual (42) utilizando una teoría fundamental; 31 participantes con edades entre 65 y 85 años fueron entrevis- tados y se observaron durante 150 horas. El estudio tuvo tres categorías relativas al vínculo: 1) a otro último; 2) a otros y la naturaleza; a sí mismo, y 3) en relación con el tiempo; percepción y aceptación del pasado, presente y futuro de cada uno. La teoría que unificó todo lo anterior fue la interconexión armónica. Este estudio pre- paró el camino del método para explorar el bienestar espiritual. Trice llevó a cabo un estudio cualitati- vo para entender qué experiencias vitales tenían significado para las personas an- cianas (43). Los participantes fueron 9 mujeres y 2 hombres con edades entre 65 y 87 años. A cada participante se le pidió que describiera las experiencias y los sentimientos que daban significado a su vida. Los temas comunes que resultaron estaban conectados con las experiencias relacionadas con la preocupación por otros. Esto coincide con un sentido de bien- estar espiritual, y el significado y la habili- dad para relacionarse con otros de forma trascendente. Otro hallazgo fue la satis- facción que recibieron los participantes al compartir estas experiencias. Williams informa sobre visitas a siete personas ancianas con el fin de discutir si la espiritualidad los ha ayudado a ellos y a sus cuidadores (44). Estos temas se reco- lectaron anecdóticamente en su artículo. No se reportó un método para el análisis cualitativo, por lo tanto, los resultados son menos confiables. La espiritualidad se manifiesta como hacer oración, ayudar a Burkhardt usó la palabra �espiritualidad� como un concepto que connota un proceso y como tal es más útil para enfermería. Ella definió espiritualidad como �el misterio revelado por medio de una interconexión armoniosa que nace de la fortaleza íntima�. Niveles de bienestar espiritual y de fortaleza relacionados con la salud en adultos mayores 79 otros, siendo reportada como útil para to- dos los participantes; éstos expresaron sa- tisfacción con la interacción y sugirieron que discusiones similares entre las enfer- meras y los clientes podrían tener un efec- to benéfico en los dos grupos. Reed estudió la autotrascendencia y la salud mental en individuos con edades entre 80 y 100 años. Una muestra de 55 personas ancianas que estaban viviendo en la comunidad, con edades entre 80 y 97, participaron en el estudio (5). Se utili- zó la escala de autotrascendencia (STS, por sus siglas en inglés), compuesta por 15 ítems para medir una visión más amplia de sí mismo en experiencias interpersona- les, intrapersonales y temporales. La prueba de fiabilidad del instrumento fue de 95. Se utilizó una entrevista semies- tructurada que permitió a los participan- tes describir su enfoque en cosas diferentes a ellos mismos, las perspectivas sobre sus cambios físicos y las perspectivas de su pasado, presente y futuro. La salud mental se midió con la Escala de Depresión del Centro de Estudios Epidemiológicos, y la Escala de Sintomatología de Salud Men- tal. El análisis matriz de la entrevista cua- litativa obtuvo cuatro categorías: 1) generalidad: ayuda a otros y participación de la familia; 2) introyección: aprendizaje a través de los años y pasatiempos, viajes y trabajo en el hogar; 3) integración tem- poral: sentimientos sobre el pasado, pre- sente y futuro; 4) trascendencia del cuerpo. Las correlaciones entre el STS y las dos medidas de salud mental fueron significa- tivas. Esto fue respaldado en el análisis de la matriz. Se aplicó la escala de perspectiva es- piritual (SPS, por sus siglas en inglés) de Reed (1997), y el índice de experiencias espirituales en la versión del autotest, y Inspirit-R9 (45). En este estudio se desarrolló la inter- vención de enfermería para el Inventario de Cuidado Espiritual (NISCI) a fin de me- dir la importancia de las intervenciones de enfermería. Se encontró una correlación positiva entre el STS, el SPS y el Inspirit: los ítems preferidos en el NISCI fueron aquellos diri- gidos hacia una actitud de cuidado, respe- to por las creencias religiosas, ayuda a sentirse esperanzado, escucha, y dar privacidad a la actividad espiritual. Los me- nos preferidos fueron las intervenciones, que incluyeron rezar con la persona y dis- cutir ideas sobre Dios. Este fue un hallazgo interesante que según Bauer y Barron po- dría estar relacionado con el sentimiento de que el papel de la enfermera no es par- ticipar con el individuo en aspectos priva- dos de su vida (46). Espiritualidad y salud relacionada con fortaleza Carson y Green estudiaron la relación entre la espiritualidad y la fortaleza en un grupo de 100 personas VIH positivas o que tenían diagnóstico de sida (7). Se les apli- có la escala del bienestar espiritual (47) y la encuesta de los puntos de vista perso- nales, desarrollada por Kobasa y colabora- dores en el Instituto de Fortaleza (48). Hubo una correlación positiva entre fortaleza y bienestar espiritual, encontrando que el bienestar espiritual predice la fortaleza y sugiere que la enfermera debe promover y estimular la espiritualidad entre personas VIH positivas como una forma de promover el bienestar. Materiales y métodos Esta investigación se guió por el Mo- delo de Adaptación de Roy. En este estu- dio el estímulo focal es el envejecimiento, que afecta a la persona en sus cuatro mo- dalidades. Los cambios psicológicos de la edad incluyen la pérdida sensorial, la dis- Goddard, usando un análisis filosófico del concepto, propone una definición de espiritualidad como una energía integradora que es capaz de producir armonía interna y holística, que combina cuerpo, mente y espíritu. Algunos atributos de la espiritualidad que Goddard identifica son la corporeidad, la vitalidad y la fortaleza. REVISTA AQUICHAN - ISSN 1657-5997 AÑO 5 - VOL. 5 Nº 1 (5) • CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 200580 minución de la lubricación de las membra- nas mucosas y la pérdida de la densidad de los huesos. La función del rol incluye cambios o pérdida de los roles ocupacionales y fami- liares. La interdependencia está amena- zada por la muerte o por la enfermedad de la pareja o de los amigos, y los cambios geográficos. El autoconcepto está afecta- do por la edad. Algunos estímulos focales, tales como una enfermedad aguda o la pobreza, pueden afectar a la persona di- rectamente. Otros estímulos focales del en- vejecimiento son inevitables, por lo tanto, la ayuda a la adaptación debe estar enfo- cada a la identificación de los estímulos contextuales positivos. La presente investigación es la prime- ra fase de un programa de estudios que evaluarán la hipótesis de que la salud re- lacionada con la fortaleza y el bienestar espiritual representan factores importan- tes en la adaptación al envejecimiento. Diseño y muestra Se utilizó un diseño de estudio des- criptivo correlacional. La muestra estaba conformada por 160 adultos, mujeres y hombres, con edades entre 60 y 85 años, que vivían en una zona urbana de México. A todos se les pidió que contestaran tres cuestionarios, la escala de fortaleza rela- cionada con salud, la escala de bienestar espiritual y la encuesta demográfica. El cri- terio para excluir sujetos fue que no tuvie- ran demencia. El acercamiento a los participantes se hizo en forma individual o colectiva. Se les dio una explicación del estudio y se les preguntó si estaban interesados en parti- cipar. A los que estaban interesados se les pidió firmar una carta de consentimiento informado y se les dijo que podían retirar- se del estudio cuando quisieran. Análisis de datos Después de obtener la información, ésta fue procesada en el programa esta- dístico SPSS versión 13 (49). El análisis de datos se realizó en dos etapas: en la primera se obtuvieron estadísticas porcentuales y descriptivas, además del coeficiente de Alpha de Cronbach de los instrumentos. Se aplicó la prueba de Kolmogorov-Smirnov para verificar la nor- malidad de las variables, previo a ello se obtuvieron los índices de los instrumen- tos. Posteriormente, en la segunda etapa, se realizaron estadísticas no paramétricas debido a que los datos no mostraron nor- malidad en su distribución: se realizó co- rrelación binaria. Resultados Los datos que se muestran a continua- ción corresponden a características sociodemográficas de los participantes en el estudio. El cuadro 1 muestra que la mayoría de la población en estudio está en una edad que oscila entre 71 y 74 años de edad y que la mayor proporción la ocupa el sexo femenino. El cuadro 2 indica que los participan- tes tienen una mayor educación en prima- ria. La mayor proporción respecto a religión corresponde a la católica. Un poco más del 60% se encuentran actualmente casados. CUADRO 1. Características sociodemográficas de la población en estudio (edad y sexo) Grupos de edad N % 65-70 25 15,6 71-74 96 60,0 75-85 39 24,4 Sexo N % Masculino 60 37,5 Femenino 100 62,5 n=160 Edad Media 73,9 DE 4,3 Min 65 Max 85 Mediana 74,0 Niveles de bienestar espiritual y de fortaleza relacionados con la salud en adultos mayores 81 Confiabilidad de los instrumentos El cuadro 3 muestra que los dos instru- mentos obtuvieron una consistencia inter- na aceptable. Matriz de correlación En el cuadro 4 se observa que la espi- ritualidad se relaciona positivamente con fortaleza, sexo, edad, educación y religión, y de forma negativa con estado civil y sala- rio. También se observa que la fortaleza se relaciona de forma positiva con espiritua- lidad, sexo edad, educación y religión así como de forma negativa con estado civil. Discusión Este estudio mostró una relación posi- tiva entre los niveles de bienestar espiri- tual y los de la fortaleza relacionada con la salud en una población de personas en edad avanzada que vivían en la zona urbana de la república mexicana. Esta relación coin- cide con los estudios mencionados en la literatura que mostraron cómo la fortaleza relacionada con la salud y el bienestar es- piritual, actuando en conjunto, tuvieron efectos positivos en los individuos que es- taban afrontando diferentes situaciones con estrés (Pollock, Kobasa, Maddi y Khan, Reed). El análisis de esta relación puede ayudar a comprender mejor el impacto que tienen estas dos características de la per- sonalidad en la vida de los ancianos y pue- de ser usado para guiar el desarrollo de intervenciones de enfermería. Los análisis de la relación entre los fac- tores demográficos y los del bienestar es- piritual son importantes. Esto puede sugerir que las circunstancias de vida no tienen un efecto negativo en sus prácticas espiritua- les. La calidad de vida de los ancianos en México �y probablemente en América La- tina� es multidimensional, ya que son multiculturales. Los caminos para obtener una óptima calidad de vida durante el en- vejecimiento se basan en la percepción e intervención en la salud física y psicológi- ca del anciano. En este estudio se ha dis- cutido que la salud relacionada con la CUADRO 2. Características sociodemográficas de la población en estudio (educación, religión y estado civil) Escolaridad N % Primaria 100 62,5 Media superior 18 11,3 Universidad 2 1,3 Sin educación 40 25,0 Religión Católico 143 89,4 Otro 17 10,6 Estado civil Casado 104 65, Soltero 56 35,0 n=160 REVISTA AQUICHAN - ISSN 1657-5997 AÑO 5 - VOL. 5 Nº 1 (5) • CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 200582 CUADRO 4. Correlación de Spearman de las variables espiritualidad, fortaleza, sexo, edad, educación, religión, estado civil y salario. Correlación de variables 1 2 3 4 5 6 7 8 1. Espiritualidad 1.000 2. Fortaleza .684 1.000 .000 3. Sexo .657 .617 1.000 .000 .000 4. Edad .265 .310 .584 1.000 .001 .000 .000 5. Educación .312 .457 .195 .304 1.000 .000 .000 .013 .000 6. Religión -.188 -.197 -.278 -.181 .028 1.000 .017 .013 .000 .022 .724 7. Estado civil -.405 -.362 -.677 -.768 -.158 .172 1.000 .000 .000 .000 .000 .045 .029 8. Salario -.227 -.100 -.470 -.666 -.301 .073 .456 1.000 .004 .211 .000 .000 .000 .363 .000 CUADRO 3. Consistencia interna de los instrumentos Instrumento Reactivos Alpha de Cronbach Cuestionario de espiritualidad 10 0,973 Cuestionario de fortaleza (SHRHS) 34 0,801 Total 44 0,916 n=160 Niveles de bienestar espiritual y de fortaleza relacionados con la salud en adultos mayores 83 fortaleza y el bienestar espiritual son di- mensiones significativas que ayudan a mantener saludables a los ancianos. Dado que no es posible dar una definición de bienestar espiritual que satisfaga a todos, es importante educarlos en el desarrollo de una fortaleza relacionada con su salud y bienestar espiritual a fin de mejorar sus vidas, lo cual significa básicamente esti- mularlos para que desarrollen actitudes de autocuidado y cuidado a otros. Implicaciones teóricas y conexiones Este estudio confirma que la fortaleza relacionada con la salud y el bienestar es- piritual se pueden clasificar como estímu- los contextuales positivos. La presencia de la fortaleza relacionada con la salud es una característica significativa que contribuye al bienestar de los ancianos, y a la adapta- ción a los cambios de la vejez. Entre más alto sea el nivel de fortaleza relacionada con la salud que posea el anciano, más podrá cuidar de sí mismo. También, nive- les altos de bienestar espiritual para esta población significan que la cercanía con Dios muestra el camino para lograr la adap- tación ante los retos del envejecimiento (percepción del ambiente como fuente de oportunidades y no de obstáculos). Implicaciones para enfermería Los resultados de este estudio tam- bién tienen implicaciones para la práctica, la educación y la investigación. Práctica de enfermería Para la práctica de enfermería geron- tológica, la fortaleza relacionada con la salud y el bienestar espiritual parecen ser dimensiones significativas que ayudan a la adaptación al cambio que se produce du- rante la transición de adultos mayores a ancianos. El cuestionario de la fortaleza relacionada con la salud parece ser un ins- trumento apropiado para la medición de este concepto en la población mexicana. Ejemplo: si se descubre que un individuo tiene niveles bajos de fortaleza relaciona- da con la salud, las intervenciones especí- ficas de enfermería pueden ser utilizadas con la finalidad de incrementar su forta- leza relacionada con la salud. Pollock propuso que una instrucción basada en el concepto de fortaleza puede promover el cuidado óptimo de la salud o la adapta- ción a enfermedades crónicas. En este as- pecto el rol de enfermería está dirigido en identificar o apoyar al anciano a desarro- llar prácticas de salud apropiadas para obtener una fortaleza de salud que lo ayu- de a mantener una adaptación positiva fren- te a la situación en la que se encuentra. Para la población de ancianos mexica- nos, el bienestar espiritual, o cercanía con Dios, muestra el camino para predecir la adaptación a los retos del envejecimiento. En este sentido, el rol de enfermería es facilitar apoyo para que esta población pueda mantener sus prácticas religiosas. Educación en enfermería Los resultados de este estudio tienen implicaciones para la educación de ancia- nos y cuidadores de la salud. La educación en enfermería se debe enfocar en desarro- llar estrategias para enseñar a los ancia- nos cómo mantenerse independientes no obstante las limitaciones que poseen. En- señándoles cómo mantenerse saludables, se puede generar una población que no dependa excesivamente de cuidados hos- pitalarios y, por ende, conlleve menores costos y mayores beneficios a la socie- dad, la comunidad y las instituciones de salud (50). Con la creación de nuevos programas de maestría y doctorado en enfermería, en los últimos años nuestra ciencia ha cam- biado radicalmente en Latinoamérica. La forma de educar a nuevas generaciones para el futuro debe estar basada en la in- vestigación científica del conocimiento pro- pio de enfermería, a fin de desarrollar programas de educación que respondan a las necesidades de nuestras sociedades y de nuestro tiempo. Investigación en enfermería Existen en América Latina áreas muy fértiles para investigaciones en fortaleza relacionada con la salud y bienestar espi- ritual, como problemas de enfermedades crónicas, cáncer en poblaciones femeninas, obesidad, enfermedades cardiovasculares, sobrevivientes de abuso y rapto, entre otras. Es necesario realizar estas investi- gaciones para conocer y aprender cómo estas poblaciones sobreviven y se recupe- ran. Los resultados nos enseñarán cómo desarrollar intervenciones basadas en la fortaleza relacionada con la salud y el bien- estar espiritual para ayudar a nuestros clientes a adaptarse a los cambios nece- sarios para confrontar sus condiciones. La contribución de los conceptos de la fortaleza relacionada con la salud y el bien- estar espiritual es y ha sido un importante hallazgo para nuestra ciencia. La impor- tancia del entendimiento de estas carac- terísticas de la personalidad (reto, control, compromiso) nos ayudará a entender cómo funcionan en un medio de resistencia a los efectos de los múltiples problemas que confrontan a los ancianos. REVISTA AQUICHAN - ISSN 1657-5997 AÑO 5 - VOL. 5 Nº 1 (5) • CHÍA, COLOMBIA - OCTUBRE 200584 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Ruiz S. Envejecen en México 491 personas al día. Reforma 2002:8A. 2. Selye H. The stress of life. New York McGraw Hill; 1975. 3. Nightingale F. Notes on Nursing: What it is and what it is not. London; 1859. 4. Watson J. Nursing: human science and human care: a theory of nursing. Norwalk, CT: Appleton-Century-Crofts; 1985. 5. Reed PG. Self-transcendence and mental health in older adults. Nursing Research 1991;4(3):5-11. 6. Peri TA. Promoting spirituality in persons with acquired immunodeficiency syndrome: A Nursing Intervention. Holisitc Nursing Practice 1995;10(1):68-76. 7. Carson VB, Green H. Spiritual well-bein: a predictor of hardiness in patients with acquired immunodeficiency syndrome. J Prof Nurs 1992;8(4):209-220. 8. Bigbee JL. Hardiness: a new perspective in health promotion. Nurse Practitioner 1985;10(11):51-56. 9. Kobasa SC. Stressful life events, personality and health: an inquiry into hardiness. Journal of Personality and Social Psychology 1979;37:1-11. 10. Pollock SE. Adaptation to cronic illness: physiological and psychosocial adaptation. Nursing Research 1986;35(2):90- 95. 11. Pollock SE, Duffy ME. The health related hardiness scale: development and psychometric analysis. Nursing Research 1990;39(4):218-222. 12. Achterberg S. NIH, n.d. 1992.SUU. 13. Ors MA, Laguna PA. Reflexiones sobre el envejecimiento y la calidad de vida. Retrieved march 21; 2002. 14. Frankl VE. Man´s Search for Meaning. New York: Washington Square Press; 1984. 15. Low J. The concept of hardiness: A brief but critical commentary. Journal of Advanced Nursing 1996;24:588-590. 16. Charlton L, Lut WD. Webster´s New World Thesaurus; 2005. 17. Kobasa SC. Commitment and coping in stress resistance among lawyers. Journal of Personality and Social Psychology 1982;42(4):707-717. 18. Kobasa SC, Maddi SR, Courington S. Personality and constitution as mediators in the stress-illness relationship. Journal of Health and Social Behavior 1982;22:368-378. 19. Kobasa SC, Maddi SR, Puccetti MC. Personality and exercise as buffers in the stress-illness relationship. Journal of Behavioral Medicine 1982;5(4):391-404. 20. Antonovsky A. Health, stress and coping: New perpectives on mental and physical well-being. San Francisco: Jossey- Bass; 1979. 21. Antonovsky A. Unraveling the mystery of Health. San Fran- cisco, CA: Jossey-Bass Inc; 1987. 22. Brown JS, McCreedy M. The hale elderly: health behavior and its correlates. Research in Nursing and Health 1986;9:317- 329. 23. Branch LG, Jette AM. Personal health practices and mortality among the elder. American Journal of Public Health 1984;74:1126-1129. 24. Allred KD, Smith TW. Tha hardy personality: cognitive and physiological responses to evaluative threat. Journal of Personality and Social Psychology 1989;56:257-266. 25. Sullivan GC. Towards clarification of convergent concepts: Sense of coherence, will to meaning, locus of control, learned helplessness and hardiness. Journal of Advanced Nursing 1993;18:1772-1778. 26. Lee HJ. Analysis of concept: Hardiness. Oncology Nursing Forum 1983;10(4):32-35. 27. Pollock SE, Christian BJ, Sands D. Responses Chronic illness: Analysis of psychological and physiological adaptation. Nursing Research 1990;39:300-304. 28. Rhodewalt F, Zone JB. Appraisal of life change, depression and illness in hardy and non-hardy women. Journal of Personality and Social Psychology 1989;56:81-88. Niveles de bienestar espiritual y de fortaleza relacionados con la salud en adultos mayores 85 29. Magnani LE. Hardiness, self-perceived health, and activity among independently functioning older adults. Scholarly Inquiry for Nursing Practice. An International Journal 1990;4(3):171-184. 30. Kobasa SC, Maddi SR, Kahn S. Hardiness and health: A prospective study. Journal of Personality and Social Psychology 1982;42(1):168-177. 31. Schlosser MB. Stress, coping, hardiness, and health-protective behavior. Dissertation Abstracts International 1986;46,11:4028-B. 32. Emblen JD. Religion and spirituality defined according to current use in nursing literature. J Prof Nurs 1992;8 (1):41-47. 33. Dickinson SC. The search for spiritual meaning. Am J Nurs 1975;75(10):1789-1794. 34. Dombeck M, Karl J. Spiritual issues in mental health care. Journal of Religion and Health 1987;26:183-197. 35. Stoll RI. The essence of spirituality. In: V.B Carson, ed. Spiritual Dimensions of Nursing Practice 1989;4-23. 36. Burkhardt MA. Spirituality: An Analysis of the Concept. Holistic Nursing Practitioner 1989;3(3):69-77. 37. Reed PG. Developmental resources and depression in the elderly. Nursing Research 1986;35:368-374. 38. Reed PG. An emenging paradigm for the investigation of spirituality in nursing. Research in Nursing and Health 1992;15:349-357. 39. Reed PG. Self transcendence and mental health in older adults. Journal of Nursing Research 1989;11(2):143-163. 40. Reed PG. Spirituality and well-being in terminally-ill hospitalized adults. Research in Nursing and Health 1987;10:335-344. 41. Goddard NC. Spirituality as integrative energy: A philosophical analysis as requisite precursor to holistic nursing practive. Journal of Advanced Nursing 1995;22:808-815. 42. Hungelmann J, Kenkel-Ross E, Klassen L, Stollenwerk RM. Spiritual well-being in older adults: Harmonious interconnectedness. Journal of Religion and Health 1985;24:147-153. 43. Trice LB. Meaningful life experiences to the elderly. Journal of Nursing Scholarship 1990;22(4):248-251. 44. Williams ME. Spirituality of the elderly. Perspectives; 1991:8- 10. 45. Kass JD, Friedman R, Lesserman J, Zuttermeister PC, Benson H. Health outcomes and a new index of spiritual experience (Inspirit). Journal Study of Religion 1991;30:203-211. 46. Bauer T, Barran C. Nursing Interventions for Spiritual Care:preferences of the community-based elderly. Holistic Nursing 1995;13(3):268-269. 47. Ellison CW. Spiritual well-being: Conceptualization and measurement. Journal of Psychology and Theology 1983;11 (4):330-340. 48. Kobasa SC, Maddi SR, Puccetti MC, Zola MA. Effectiveness of hardiness, exercise, and social support as resources against illness. Journal of Psychomatic Research 1985;29 (5):525- 533. 49. SPSS. Statiscal Package for the Social Sciencies Versión 13;2003. 50. Resnick B. Motivating older adults to engage in self-care. Patient Care for the Nurse Practitioner 2001;4(9):13-19.