438 Martha Dalila Mendez-Ruiz1 Gerardo Abdiel Ortiz-Moreno2 Ivett Adriana Eligio-Tejada3 Brenda Guadalupe Yáñez-Castillo4 Miguel Ángel Villegas-Pantoja5 Percepción del riesgo y consumo de alcohol en adolescentes de preparatoria 1 orcid.org/0000-0002-4527-0296. Facultad de Enfermería, Universidad Autónoma de Tamaulipas, México. mdmendez@docentes.uat.edu.mx 2 orcid.org/0000-0002-0167-9209. Facultad de Enfermería, Universidad Autónoma de Tamaulipas, México. 3 orcid.org/0000-0001-7078-7564. Facultad de Enfermería, Universidad Autónoma de Tamaulipas, México. 4 orcid.org/0000-0002-3203-8156. Facultad de Enfermería, Universidad Autónoma de Tamaulipas, México. bgyanez@docentes.uat.edu.mx 5 http://orcid.org/0000-0001-9917-8439. Universidad Autónoma de Tamaulipas, México. mapantoja@uat.edu.mx Recibiddo: 22/07/2018 Enviado a pares: 17/08/2018 Aceptado por pares: 09/09/2018 Aprobado: 26/09/2018 DOI: 10.5294/aqui.2018.18.4.6 Para citar este artigo / Para citar este artículo / To reference this article Méndez-Ruíz MD, Ortiz-Moreno GA, Eligio-Tejada IA, Yáñez-Castillo BG, Villegas-Pantoja MA. Percepción de riesgo y consumo de alcohol en adolescentes mexicanos de preparatoria. Aquichan 2018; 18(4): 438-448. DOI: 10.5294/aqui.2018.18.4.6 RESUMEN Objetivos: determinar la relación entre la percepción del riesgo frente a las bebidas alcohólicas y el consumo de alcohol en adoles- centes mexicanos e identificar la prevalencia de consumo de alcohol, el nivel de percepción de riesgo y los patrones de consumo de alcohol según el sexo. Materiales y métodos: estudio cuantitativo de corte transversal y diseño correlacional, con una muestra probabilística de 251 adolescentes de Nuevo Laredo, México, en 2017. Se utilizó una cédula de datos personales, el Cuestionario de Percepción de Riesgo hacia el Consumo de Alcohol y el Alcohol Use Disorders Identification Test (AUDIT) o Prueba de Identificación de Trastornos Relacionados con el Consumo de Alcohol. Resultados: un mayor nivel de percepción del riesgo frente al alcohol se relacionó con un menor consumo de dicha sustancia (rs = –.235, p <.001). La mayoría de los adolescentes consumieron alcohol alguna vez en la vida (59,0 %) y en el último año (51,8 %). La percepción del riesgo y los patrones de consumo de alcohol no fueron significativamente diferentes según el sexo. Con- clusiones: los hallazgos indican vulnerabilidad frente a la adicción al alcohol en la población de estudio. Se invita a profundizar, mediante redes de trabajo multidisciplinario, en los niveles de percepción sobre los riesgos del uso de drogas, con miras a contribuir a la producción de conocimientos que guíen acciones preventivas dirigidas a hombres y mujeres adolescentes. PALABRAS CLAVE (fuente: DeCS) Percepción; riesgo; consumo de bebidas alcohólicas; adolescente; prevención primaria. AÑO 18 - VOL. 18 Nº 4 - CHÍA, COLOMBIA - DICIEMBRE 2018 l 438-448 Temática: promoción y prevención. Aporte a la disciplina: el complejo fenómeno del consumo de drogas ha sido estudiado por disciplinas como la psicología, la sociología, la antropología y, en las últimas décadas, la enfermería, la cual lo aborda desde una perspectiva holística. Este estudio provee información estadística actualizada sobre la percepción del riesgo que tienen los consumidores —actuales y potenciales— de alcohol, en especial los adolescentes. Dicha información tiene un precedente en la frontera norte de México, zona históricamente afectada por el consumo de sustancias. Así, los hallazgos pueden servir de apoyo en la toma de decisiones respecto al enfoque de los programas preventivos de enfermería, en particular de aquellos desarrollados en áreas geográficas con elevado consumo de sustancias, por lo cual se enfatiza en el establecimiento de redes de trabajo y desarrollo de estrategias para profundizar en la comprensión de las percepciones sobre los riesgos del uso de drogas. http://orcid.org/0000-0002-4527-0296 http://orcid.org/0000-0002-0167-9209 http://orcid.org/0000-0001-7078-7564 http://orcid.org/0000-0002-3203-8156 http://orcid.org/0000-0001-9917-8439 mailto:mapantoja@uat.edu.mx http://dx.doi.org/10.5294/aqui.2018.18.4.6 http://dx.doi.org/10.5294/aqui.2018.18.4.6 439 Percepción del riesgo y consumo de alcohol en adolescentes de preparatoria l Martha Dalila Mendez-Ruiz y otros AÑO 18 - VOL. 18 Nº 4 - CHÍA, COLOMBIA - DICIEMBRE 2018 l 438-448 Risk perception and alcohol consumption in high school adolescents ABSTRACT Objectives: To determine the relationship between alcohol-related risk perception and alcohol use in Mexican adolescents and to identify alcohol use prevalence, risk perception level and alcohol use patterns by sex. Materials and methods: Cross-sectional quanti- tative study with correlational design using a probabilistic sample of 251 teenagers from Nuevo Laredo, Mexico, in 2017. A personal data card, the Alcohol Use Risk Perception Questionnaire and the Alcohol Use Disorders Identification Test (AUDIT) were employed. Results: A higher alcohol-related risk perception level was associated with lower use of this substance (rs = –.235, p <.001). The majority of adolescents used alcohol sometime in their lives (59.0 %) and in the last year (51.8 %). Risk perception and alcohol use patterns were not significantly different by sex. Conclusions: Findings suggest vulnerability to alcohol addiction in the study population. It is advisable to delve, through multidisciplinary research networks, into levels of perception of the risks of drug use to contribute to the production of knowledge that guides preventive actions for teenage men and women. KEYWORDS (SourCe: DeCS) Perception; risk; alcohol drinking; adolescent; primary prevention. 440 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 - eISSN 2027-5374 Percepção do risco e uso de álcool em adolescentes do ensino médio RESUMO Objetivos: determinar a relação entre a percepção de risco para bebidas alcoólicas e o consumo de álcool em adolescentes mexica- nos. Também foi proposto identificar a prevalência do uso de álcool, determinar o risco percebido em relação ao álcool e os padrões de uso de álcool de acordo com o sexo. Materiais e método: uma amostra probabilística de 251 adolescentes de Nuevo Laredo, México, foi selecionada em 2017. Utilizou-se um registro de dados sociodemográficos, o Questionário de Percepção de Risco de Álcool e o AUDIT. Resultados: maiores níveis de percepção de risco sobre o uso de álcool foram relacionados ao menor consumo dessa substância (rs = –.235, p <.001). A maioria dos participantes ingeriu álcool pelo menos uma vez na vida (59%) e no último ano (51,8%). Não houve dife- renças significativas entre a pontuação de percepção de risco e padrões de uso de álcool de acordo com sexo. Conclusões: os resultados indicam vulnerabilidade à dependência de álcool na população estudada. É feito um convite à colaboração em redes de trabalho multidisci- plinares, para aprofundar o estudo do risco percebido em relação ao uso de drogas, a fim de contribuir para a produção de conhecimentos que orientem ações preventivas direcionadas a adolescentes. PALAVRAS-CHAVE (fonte: DeCS) Percepção; risco; consumo de bebidas alcoólicas; adolescente; prevenção primária. AÑO 18 - VOL. 18 Nº 4 - CHÍA, COLOMBIA - DICIEMBRE 2018 l 438-448 441 Percepción del riesgo y consumo de alcohol en adolescentes de preparatoria l Martha Dalila Mendez-Ruiz y otros Introducción Los efectos psicoactivos producidos por el consumo de bebi- das alcohólicas se deben a la presencia de etanol, sustancia que modifica las funciones cognitivas, perceptivas y motoras del ser humano, y a la cual se atribuye el potencial adictivo de dichas bebidas. Por esta propiedad, el consumo de alcohol se ha con- vertido en un problema de salud pública, ubicado dentro de los cinco principales factores de riesgo para contraer una enferme- dad, discapacidad o muerte (1). Si bien el problema puede afectar a cualquier persona, existen algunos segmentos de la población que resultan de especial interés por parte de los profesionales de la salud; uno de estos es el de los adolescentes. El consumo de alcohol en etapas tempranas de la vida conlle- va riesgos para la salud, tanto a corto como a largo plazo, en los ámbitos físico, psicológico y social (1). A pesar de esto, en la ado- lescencia es un problema en constante incremento (2). En 2014, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó que el 24,8 % de los adolescentes en el mundo consumía alcohol, principalmente por ser una sustancia de fácil acceso en casa, a tal grado de que el 16,0 % llegó a tener un problema de adicción antes de llegar a la adultez. Esta problemática es más notoria en Europa y en Amé- rica, donde se presentan los mayores porcentajes de adolescen- tes consumidores de alcohol (1,3 %). Al respecto, se estima que el 36,4 % de los adolescentes del continente americano (entre 15 y 19 años de edad) presentan episodios de consumo excesivo de alcohol, después de los europeos. En el caso de México, en 2017 se estimó que el 39,8 % de los adolescentes entre 12 y 17 años consumió alcohol alguna vez en la vida, y, de estos, el 8,3 % presentó un consumo excesivo en el último mes. Desafortunadamente, más de la mitad (61,5 %) em- pezó a consumir alcohol antes de los 17 años (4). Esta tendencia hacia el incremento ha motivado el desarrollo de diversos estu- dios e iniciativas gubernamentales para combatir el problema. Sin embargo, una razón que podría estar detrás de la escalada en las prevalencias del consumo de alcohol es la percepción que los adolescentes tienen sobre los riesgos que dicha acción conlleva. La percepción del riesgo se define como aquellos juicios o intuiciones que se tienen sobre la peligrosidad de una situación. Desde la sociología y la antropología, la percepción del riesgo tie- ne sus orígenes en factores sociales y culturales (como el círculo social y las tradiciones), mientras que desde el punto de vista de la psicología, se trata de estrategias mentales que las personas emplean para dar sentido a situaciones inciertas (5). Respecto a las drogas, la percepción del riesgo es un factor importante para prevenir las adicciones: las hipótesis apuntan a que cuando la población tiene una mayor percepción de resultar dañada, es más probable que no consuma (6). Un estudio realizado en los Estados Unidos demostró que una percepción del riesgo mayor por parte de los adolescentes sobre distintas drogas generaba un consumo menor de aquellas (7). En España y en México se encontró que los adolescentes perciben el consumo de alcohol como poco perjudicial y, en ocasiones, como una forma de socialización con sus pares. Esto podría motivar su consumo, a pesar de las advertencias (8-10). Este panorama denota una falta de comprensión del problema y, por consiguiente, una inasistencia por parte de los profesiona- les sanitarios, pues a pesar de las restricciones de acceso, consu- mo y venta de alcohol (11), el uso de bebidas alcohólicas continúa aumentando. En la región, los datos recientes sobre los niveles de percepción del riesgo frente al alcohol son escasos, especialmen- te en adolescentes de ciertas áreas geográficas. Por ejemplo, no hay antecedentes sobre la población de Nuevo Laredo, una zona ubicada en el noreste de México, conocida por el elevado con- sumo y comercio de sustancias ilícitas. Esto supone un área de interés para el desarrollo de estrategias contra las adicciones, ya que el alcohol es una droga de inicio que facilita el posterior consumo de sustancias ilegales. Además, la percepción del riesgo puede cambiar según los factores sociales y contextuales, lo cual amerita una constante evaluación de esta variable (5). Se espera que el estudio de este fenómeno permita orientar las estrategias preventivas de la enfermería para aumentar el ni- vel de percepción del riesgo y, con ello, prevenir o reducir el con- sumo de alcohol en los adolescentes. Con base en la información expuesta, se formuló la siguiente pregunta de investigación: ¿cuál es la relación entre la percepción del riesgo y el consumo de alco- hol en adolescentes de Nuevo Laredo, México? Además, se con- sideró pertinente formular los siguientes objetivos específicos: 1) identificar el nivel de percepción del riesgo frente al consumo de alcohol según el sexo; 2) identificar la prevalencia global, lápsica, actual e instantánea del consumo de alcohol; 3) identificar los pa- trones de consumo de alcohol según el sexo. 442 AÑO 18 - VOL. 18 Nº 4 - CHÍA, COLOMBIA - DICIEMBRE 2018 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 - eISSN 2027-5374 Metodología Diseño del estudio, muestra y muestreo Se desarrolló un estudio cuantitativo, de corte transversal y diseño correlacional (12), que se realizó durante el año 2017. La población estuvo conformada por 500 alumnos de segundo semes- tre de una preparatoria pública de Nuevo Laredo, Tamaulipas, Mé- xico. Se utilizó un muestreo probabilístico donde se seleccionaron al azar cinco conglomerados de 50 alumnos aproximadamente. De esta manera, la muestra final estuvo conformada por n = 251. El tamaño muestral se calculó a través de G*Power versión 3.1, y fue suficiente para ejecutar pruebas de correlación bivariada, considerando una probabilidad de error α del 5 %, potencia (1 – β) del 89 % y detección de un tamaño de efecto mediano (ρ = .02). Instrumentos Se empleó una cédula de datos personales y de prevalencia del consumo de alcohol y dos instrumentos de autoinforme. El pri- mero fue el Cuestionario de Percepción de Riesgo hacia el Con- sumo de Alcohol, adaptado del cuestionario de Uribe, Verdugo y Zacarías para la población mexicana (13). Dentro de la adaptación solo se utilizaron los reactivos del primer apartado del cuestiona- rio original, que corresponde a la percepción de riesgo del consu- mo de alcohol, con previa autorización del autor. El instrumento adaptado constó de 22 ítems con opción de respuesta tipo Likert de cinco anclas (1 = Totalmente en desacuerdo, 2 = En des- acuerdo, 3 = Nada de acuerdo, 4 = De acuerdo, 5 = Totalmente de acuerdo). Cada pregunta aporta a un puntaje global que oscila entre 22 y 110 puntos. Dado que no se cuenta con puntos de corte para clasificar la percepción del riesgo, se realizó el siguiente procedimiento: las puntuaciones ubicadas a más de una desviación estándar por encima de la media se consideraron percepción de riesgo alta; aquellas ubicadas a más de una desviación estándar por de- bajo del promedio se les denominó percepción de riesgo baja. Los casos que se encontraron dentro de una desviación están- dar alrededor de la media se clasificaron como percepción de riesgo moderado. El instrumento registró un coeficiente Alfa de Cronbach aceptable (0,82). El segundo instrumento utilizado fue la Prueba de Identifica- ción de Desórdenes por Uso de Alcohol (AUDIT, en inglés), di- señado para detectar los patrones de uso de alcohol (14). Este cuestionario se compone por 10 ítems de opción múltiple que exa- minan el consumo excesivo de alcohol. El AUDIT tiene 3 dominios: Los reactivos 1 a 3 (dominio de consumo riesgoso) determinan la cantidad y la frecuencia de consumo de alcohol; los reactivos 4 a 6 (dominio de síntomas de dependencia) determinan situaciones de pérdida de control sobre el consumo, aumento de la relevancia del consumo y uso matutino de alcohol, y los reactivos 7 a 10 (dominio de consumo perjudicial) permiten determinar posibles daños relacionados con el consumo de alcohol. La escala total oscila entre 0 y 40 puntos, donde una mayor puntuación sugiere un mayor nivel de riesgo por el consumo de alcohol. La OMS establece que las personas con puntuaciones menores a 8 se consideran casos con riesgo de problemas rela- cionados con el alcohol (es decir, existe un consumo riesgoso de esta sustancia), mientras que puntuaciones mayores o iguales a 8 constituyen casos de consumo perjudicial de dicha sustancia. Las puntuaciones iguales o mayores a 20 sugieren un consumo perjudicial, pero también demandan una evaluación diagnóstica ante una posible dependencia. El instrumento registró una confia- bilidad aceptable (α = 0,84). Procedimientos Para iniciar la recolección de datos, se solicitaron las listas de los grupos por semestre para realizar la selección aleatoria, con previa autorización de la institución educativa. Posteriormen- te se visitó a los grupos seleccionados para invitarlos a participar en el estudio y explicarles los objetivos, los instrumentos y el tiempo requerido para contestarlos, así como el lugar y la fecha de su aplicación. Consideraciones éticas Se contó con la autorización de las comisiones de Ética e In- vestigación de la Facultad de Enfermería de la Universidad Autó- noma de Tamaulipas, y en todo momento el estudio se apegó al reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investiga- ción para la Salud (15), para asegurar la protección de los dere- chos de los participantes, así como su confidencialidad y libertad de participación. Por ser aquellos menores de edad, se redactó un consentimiento informado para los padres de familia o tuto- res y un asentimiento informado para los alumnos. Al finalizar el estudio, se les agradeció a los adolescentes por su participación y se les brindó una breve charla sobre las consecuencias del con- sumo de alcohol. 443 Percepción del riesgo y consumo de alcohol en adolescentes de preparatoria l Martha Dalila Mendez-Ruiz y otros Plan de análisis de datos Los análisis se efectuaron mediante el paquete estadístico SPSS versión 22.0 para Mac OSX. Para responder a los objetivos del estudio, se utilizó una estadística descriptiva (frecuencias, proporciones, medidas de tendencia central y de dispersión) y una estadística inferencial no paramétrica, debido a que las va- riables no reportaron normalidad en la distribución de los datos (coeficiente de correlación de Spearman y prueba Chi cuadrado). Para identificar la distribución de los datos, se empleó la prueba Kolmogórov-Smirnov con corrección de Lilliefors. Resultados Con respecto a las características sociodemográficas de la muestra, predominó el sexo masculino (57,4 %), y la media de edad fue de 15,34 años (Mdn = 15, DE = 0,5). Por otra parte, el 88,0 % de los adolescentes se dedicaba únicamente a estudiar al momen- to de contestar los instrumentos. Sobre el consumo de alcohol, el promedio de edad de inicio en las mujeres fue de 13,73 años (Mdn = 14,0, DE = 1,85), y en los hombres fue de 13,31 años (Mdn = 14,0, DE = 2,29). Por otra parte, las mujeres consumieron en pro- medio 2,16 bebidas estándar (Mdn = 1,0, DE = 1,78), mientras que los hombres consumieron 2,94 bebidas estándar (Mdn = 2,0, DE = 2,75) en un día típico. Respecto al primer objetivo específico, el cual señala identi- ficar el nivel de percepción del riesgo hacia el consumo de alco- hol según el sexo, la mayoría de los participantes contaban con una percepción del riesgo moderada hacia el consumo de alcohol, como se muestra en la tabla 1. Aunque se registró una tendencia en las mujeres a percibir un mayor riesgo, la prueba Chi cuadrado no mostró diferencias estadísticamente significativas entre tales porcentajes (χ2 = 1,660, p = .234). Tabla 1. Nivel de percepción del riesgo hacia el consumo de alcohol en adolescentes Respecto al segundo objetivo específico (identificar la pre- valencia global, lápsica, actual e instantánea del consumo de alcohol), se identificó que más de la mitad de los adolescentes ha consumido alcohol alguna vez en la vida (59,0 %), seguida de quienes han consumido en el último año (51,8 %, tabla 2). Tabla 2. Prevalencia global, lápsica, actual e instantánea del consumo de alcohol en adolescentes Variables Total Hombres Mujeres f % f % f % Percepción del riesgo baja 34 13,5 21 14,6 13 12,1 Percepción del riesgo moderada 174 69,3 102 70,8 72 67,3 Percepción del riesgo alta 43 17,1 21 14,6 22 20,6 Nota: ƒ = frecuencias, % = porcentajes, n = 251. Fuente: elaboración propia. Variables Sí No IC 95 % f % f % LI LS Alguna vez en la vida (prevalencia global) 148 59,0 103 41,0 52,8 65,0 En el último año (prevalencia lápsica) 130 51,8 121 48,2 45,5 58,0 En el último mes (prevalencia actual) 61 24,3 190 75,7 18,9 29,6 En la última semana (prevalencia instantánea) 25 10,4 226 89,6 6,5 14,1 Nota: ƒ = frecuencias, % = porcentajes, IC 95 % = intervalo de confianza al 95 %, LI = límite inferior, LC = límite superior, n = 251. Fuente: elaboración propia. El tercer objetivo específico fue identificar los patrones de consumo de alcohol según el sexo. La mayor parte de los partici- pantes tuvo un mismo patrón de consumo riesgoso de alcohol (es decir, puntuaciones menores a ocho), seguida por los participan- tes abstemios y quienes tuvieron un consumo perjudicial. En nin- gún patrón de consumo se registraron diferencias significativas según el sexo (p > .05). Tabla 3. Patrones de consumo de alcohol en adolescentes de preparatoria Variable Total Hombres Mujeres f % f % f % Abstemios 103 41,0 66 45,8 37 34,6 Consumo riesgoso de alcohol 132 52,6 67 46,5 65 60,7 Consumo perjudicial 15 6,0 11 7,6 4 3,7 Consumo perjudicial y probable dependencia 1 0,4 0 0,0 1 0,9 Nota: ƒ = frecuencias, % = porcentajes, n = 251. Fuente: elaboración propia. 444 AÑO 18 - VOL. 18 Nº 4 - CHÍA, COLOMBIA - DICIEMBRE 2018 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 - eISSN 2027-5374 Respecto al objetivo general del presente estudio, al calcu- lar el coeficiente de correlación de Spearman, se encontró una relación significativa y negativa, de intensidad moderada, entre la puntuación de la percepción del riesgo y el puntaje total del AUDIT (rs = –.235, p = .001). Esto indica que a mayor percepción del riesgo hacia el consumo de alcohol, menor es la implicación con dicha sustancia en los adolescentes. De forma similar, se de- tectó otra correlación significativa entre el puntaje de la percep- ción del riesgo hacia el alcohol y la puntuación del dominio del consumo del riesgo del AUDIT (rs = –.241, p = .003). Discusión En este estudio se observó que los hombres iniciaron el con- sumo de alcohol a los 13,31 años de edad, y las mujeres, a los 13,73. Los resultados sugieren un inicio más temprano que el reportado en la literatura (4), donde se menciona que el prome- dio nacional de edad de inicio en el consumo de alcohol en los hombres es de 16,7 años, y de 19,2 en las mujeres. La edad de inicio también fue ligeramente inferior a la que se presenta en otros países, como Colombia (14,1 años) (16) y Ecuador (13,83 años) (7). Esto significa que la población estudiada presenta un riesgo mayor de consumir alcohol. Respecto a la cantidad consumida, los resultados difieren de los detectados en una investigación realizada en el norte de Mé- xico (18). En la citada publicación, los varones consumían 4,33 bebidas alcohólicas estándar por ocasión, mientras que las muje- res reportaron 2,24 bebidas. Al respecto, las diferencias que se muestran en este estudio son menos acusadas (2,94 versus 2,16, respectivamente); las mujeres tienen un nivel de consumo cerca- no al de los hombres de su misma edad, por lo que se encuentran en las mismas condiciones de vulnerabilidad para desarrollar pa- tologías y adquirir hábitos de vida no saludables (19). En cuanto al primer objetivo específico, prevaleció la percep- ción del riesgo moderada hacia el consumo de alcohol (69,3 % de la muestra). Aunque el ideal del profesional sanitario es que la población tenga una elevada percepción del riesgo, se puede decir que los hallazgos son superiores a lo encontrado en otras investigaciones. Por ejemplo, en un estudio realizado en Estados Unidos (20), los adolescentes tenían una percepción más baja de las consecuencias negativas producidas por el consumo de bebi- das alcohólicas (Mdn = 31,49, DE = 31,70, Mínimo = 0 y Máximo = 100). En el caso de México, algunos análisis han documentado (4, 21) que los adolescentes que no han consumido alcohol repor- tan una mayor percepción del riesgo en comparación de sus pares que sí lo consumen. Sin embargo, en tales casos no se calcularon niveles de percepción del riesgo. Las puntuaciones encontradas pueden responder a diferen- tes aspectos, como la tolerancia social y la violencia experimen- tada en la región. Algunos datos (4) indican que los adolescentes que consumen alcohol tienen más familiares que se muestran tolerantes hacia el consumo frecuente de alcohol (7,2 % de los hombres y 7,6 % de las mujeres) frente aquellos que no consu- men (3,1 % de los hombres y 1,8 % de las mujeres). También se ha determinado que hay una elevada tolerancia por parte de los amigos, pues los adolescentes que consumen alcohol tienen altas proporciones de pares tolerantes al consumo (41,9 % de los hombres y 40,8 % de las mujeres). Por otra parte, la violencia en relación con el narcotráfico po- dría tener efectos sobre la percepción del riesgo. Un estudio de- sarrollado en Tamaulipas, México (22) puntualizó que los jóvenes tienen presente que quienes compran o consumen sustancias se arriesgan a presenciar eventos peligrosos. De este modo, su per- cepción del riesgo les prevendría ante posibles consecuencias. Sin embargo, no se puede negar que la percepción del riesgo sobre el alcohol dista de ser elevada. Esto también puede expli- carse por la naturaleza de la adolescencia, pues en esta etapa persisten creencias de invulnerabilidad, ya que la mayoría consi- dera que las consecuencias de las conductas no saludables solo ocurren a terceros (23). En relación con el segundo objetivo, prevaleció el consumo de alcohol alguna vez en la vida (59,0 %). Esta cifra supera la media nacional (4) y podría deberse a la influencia y presión por parte de los pares para encajar en un determinado círculo social, así como por el deseo de tener experiencias nuevas a su corta edad (18). Por su parte, las desigualdades y la falta de oportu- nidades también pueden provocar reacciones negativas, porque las conductas de riesgo se muestran como una forma de escapar de sus problemas (23). Respecto al tercer objetivo específico, no se encontraron di- ferencias significativas entre los patrones de consumo de alcohol según el sexo. Esto podría tener una explicación en lo señalado por Fernández, Dema y Fontanil (24), quienes en su estudio cuali- tativo en adolescentes españoles documentaron que los cambios 445 Percepción del riesgo y consumo de alcohol en adolescentes de preparatoria l Martha Dalila Mendez-Ruiz y otros en las pautas de consumo entre ambos sexos podrían responder a una ruptura con el sistema tradicional de género, en el cual las mujeres pasan de un sistema con dominancia masculina hacia una participación en prácticas tradicionalmente reservadas para los varones. Asimismo, el uso de alcohol podría constituir un medio de empoderamiento femenino utilizado para contribuir a la construc- ción de su identidad. Además, como en este estudio los adolescen- tes provienen de una región limítrofe con los Estados Unidos, es posible que los estereotipos de la sociedad mexicana que limita- ban el acceso de las mujeres a las bebidas alcohólicas —como el marianismo y el familismo (25)— estén perdiendo fuerza. Fernández et al. puntualizaron que la implicación con el alco- hol se asocia a ciertos periodos de desarrollo (24). Así, la gene- ralización del consumo riesgoso en las mujeres se presenta en la adolescencia tardía (entre los 16 y los 18 años), es decir, en un periodo donde se normaliza el consumo de alcohol asociado con una actitud transgresora. De forma diferente, en la juventud (entre los 19 y los 24 años) desaparece ese deseo de transgre- sión a través del consumo excesivo y comienza una transición de vuelta a los roles de género tradicionales. Esto también podría explicar los resultados, ya que la mayor parte de la muestra se encontraba próxima a iniciar la adolescencia tardía (promedio de edad: 15,34 años). Dichos resultados obligan al personal de enfermería a dedicar atención a la población femenina, pues es más vulnerable a los efectos tóxicos orgánicos inducidos por el alcohol. La razón de esto es que la mujer posee una mayor proporción de tejido adipo- so que de agua (el alcohol es hidrosoluble), por lo cual existe una menor actividad gástrica de χ-alcohol-deshidrogenasa, mayor oxidación hepática y menor vaciado gástrico de alcohol (26-27). Finalmente, en respuesta al objetivo general, se observó que ante una mayor percepción del riesgo hacia el consumo de alcohol, menor es el consumo de dicha sustancia (rs = –.235, p < .001). Los resultados coinciden con una investigación (21) llevada a cabo en adolescentes de Monterrey, México, donde se reportó una correla- ción negativa y significativa entre dichas variables, aunque de casi el doble de intensidad (rs = –.418, p < .001). Esto indica que es más probable que los adolescentes que consumen alcohol en ba- jas cantidades presenten una alta percepción del riesgo, y vicever- sa. La diferencia de intensidad entre los estudios resulta llamativa, pues ambas investigaciones se realizaron en el norte de México, con el mismo segmento de edades e instrumento de medición. Una explicación de esta condición puede surgir desde la litera- tura clásica. Aunque la percepción del riesgo se modifica median- te la reflexión de nuestras conductas (5), también está mediada por factores externos sociales y culturales. En este sentido, las mediciones demuestran la asociación entre la percepción del ries- go y una conducta (uso de alcohol), pero ciertos aspectos sociales externos (como proceder de un Estado con elevadas prevalencias de uso de sustancias, con mayor oportunidad de experimentar violencia y consecuencias sociales asociadas a las drogas) (22) podrían modificar las variables medidas. Por otro lado, las correlaciones significativas y la percepción del riesgo moderada hacia el consumo de alcohol conllevan a desarrollar investigaciones sobre las razones que promueven el uso de sustancias, teniendo en cuenta las características de las áreas geográficas. Es importante diseñar estrategias preventivas que puedan ser utilizadas por la enfermería para orientar a la co- munidad, especialmente a los adolescentes durante la educación secundaria, dado que es la edad de inicio de consumo de alcohol. El Modelo de Creencias de Salud de Rosenstock podría ser de utilidad (28), debido a que se fundamenta en la explicación de conductas saludables (como mantenerse alejado del uso de sus- tancias) en función de las creencias de las personas sobre acon- tecimientos relacionados a su salud. Para modificar la percepción del riesgo, interactúan la vulnerabilidad percibida por el sujeto (entre mayor es el riesgo que percibe de enfermar, mayor es la conducta saludable que adopta), la gravedad de las consecuencias de la conducta (ante repercusiones más serias, más sencillo re- sultará adoptar una conducta saludable), así como los beneficios y los costos de adoptar conductas saludables (ante menos barreras y más beneficios, la persona se motivará a mantenerse sana). Seguir estos lineamientos con recursos disponibles en inter- net (como ilustraciones gráficas, videos o testimonios) permite desarrollar estrategias costo-efectivas para aumentar la percep- ción del riesgo de los adolescentes y, así, reducir su involucra- miento con sustancias adictivas. Una ventaja de que el personal de enfermería se comprometa con la administración y el desarro- llo de estrategias preventivas es su amplia presencia en el primer nivel de atención (29), que es precisamente donde se pueden lle- var a cabo intervenciones preventivas. No obstante, hay que considerar el trabajo conjunto con otras disciplinas, con el objetivo de lograr el bienestar del individuo me- 446 AÑO 18 - VOL. 18 Nº 4 - CHÍA, COLOMBIA - DICIEMBRE 2018 AQUICHAN - ISSN 1657-5997 - eISSN 2027-5374 diante un enfoque integral. Asimismo, la difusión de los hallazgos de investigación en ámbitos locales y regionales, para que puedan ser replicados y utilizados en otras latitudes. En este sentido, la forma- ción y la participación en redes de trabajo e investigación pueden ser herramientas útiles para la reducción del consumo de drogas. Limitaciones Dada la naturaleza transversal del estudio, los resultados deben interpretarse con cautela, sin realizar inferencias de cau- salidad; toda hipótesis generada ha de confirmarse mediante estudios experimentales. Asimismo, el defecto inherente a los ins- trumentos de autoinforme radica en que los participantes podrían no ser del todo sinceros al responder. Una opción para mejorar la comprensión del fenómeno podría ser recurrir a abordajes cuali- tativos mediante entrevistas, para obtener información adicional. Por otra parte, las diferencias culturales pueden limitar la generalización de los hallazgos. Por ejemplo, los motivos que pro- pician la percepción del riesgo y el consumo de alcohol en los indi- viduos del estudio podrían no ser del todo comparables con los de otras poblaciones, como en la citada investigación desarrollada en Monterrey (21), pues entre las dos poblaciones hay algunas diferencias culturales y geográficas que suscitan una reflexión: Nuevo Laredo es una zona fronteriza, con un tamaño poblacional casi diez veces menor que el de Monterrey, ubicada dentro de una entidad federativa con menores índices de salud y educación (30), y con serios problemas de narcotráfico y violencia (22). Conclusión Según la muestra, un mayor nivel de percepción del riesgo hacia el consumo de alcohol se relaciona con un menor uso de dicha sustancia. La mayoría de los adolescentes ha consumido alcohol alguna vez en la vida, refirió tener una percepción del riesgo moderada y presenta un consumo riesgoso de alcohol, sin diferencias estadísticamente significativas según el sexo. Los hallazgos invitan a colaborar en redes de trabajo para in- vestigar con mayor profundidad las percepciones sobre los riesgos del uso de drogas, de modo que se produzcan conocimientos que permitan orientar futuras intervenciones multidisciplinares para aumentar la percepción del riesgo sobre las sustancias adictivas, en especial entre los adolescentes de educación secundaria, donde se ubicó el promedio de edad de inicio del consumo de alcohol. Por otra parte, dado que las prevalencias del consumo de alcohol no tu- vieron diferencias significativas entre ambos sexos, es preciso diri- girse a hombres y a mujeres por igual, en lugar de priorizar el sexo masculino, que solía presentar un mayor consumo de sustancias. Conflicto de intereses: ninguno declarado. Referencias 1. Organización Mundial de la Salud. Global Status Report on Alcohol and Health 2014 [Internet]. Ginebra: OMS; 2014. Disponible en: http://www.who.int/substance_abuse/publications/alcohol_2014/en/ 2. 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