Circuitos de precariedad de las cuidadoras bolivianas en España: Implicaciones familiares y supervivencias transnacionales Virginia FUENTES GUTIÉRREZ * Belén AGRELA ROMERO ** Resumen Partiendo de las implicaciones de género y familia en los procesos migratorios, indaga­ mos sobre el recrudecimiento de las condiciones de empleo provocado por la crisis eco­ nómica y su impacto diferencial sobre las mujeres bolivianas y sus familias en España. Se realizaron y analizaron entrevistas, ahondando en las desigualdades, así como en las estrategias de supervivencia transnacional a las se tienen que enfrentar. Los resultados muestran que la posterior llegada a España de las mujeres bolivianas condiciona sus mo­ dos de inserción socio­laboral. Se realizó una reflexión sobre cómo las propias familias ejercen de cuidadoras y soportes transnacionales a partir de complejas reacomodaciones familiares: separación familiar o retorno. Palabras clave: 1. migraciones, 2. familias migrantes, 3. cuidadoras bolivianas, 4. trabajo social transnacional, 5. España Precariousness Circuits of Bolivian Carers in Spain: Family Implications and Transnational Survivals Abstract Starting from current gender and family implications within migratory processes, we in­ quire into the recrudescence of labor market as a result of the economic crisis and its unequal impact on Bolivian women and their families in Spain. We analyze the interviews and we delve into the inequality processes and strategies of transnational survival which they are embarked. The findings show that the subsequent arrive to Spain of Bolivian women determine their labor and social insertion. We ref lect on how their own families are functioning as transnational care and support providers, through complex fam ily arrangements: family separation or return. Keywords: 1. migrations, 2. migrant families, 3. Bolivian carers, 4. transnational social work, 5. Spain Fecha de recepción: 22 de febrero de 2016. Fecha de aceptación: 22 de noviembre de 2016. MIGRACIONES INTERNACIONALES, VOL. 9, NÚM. 3, ENERO-JUNIO DE 2018 * Universidad de Jaén, España, vfuentes@ujaen.es ** Universidad de Jaén, España, bagrela@ujaen.es http://dx.doi.org/10.17428/rmi.v9i34.348 MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 121 2/2/18 12:42 PM [122] Introducción El reclutamiento de mujeres para trabajar en las zonas industrializa­ das, directamente relacionado con la globalización económica, no es un proceso migratorio neutral al género (Sassen, 2003). Mujeres y hombres no migran por los mismos motivos ni transitan por la mi­ gración de la misma manera, algo que puede explicarse en buena medida por el diferente papel social y económico que le es atribuido (Oso, 1998; Oso y Catarino, 2013). En el actual sistema de organiza­ ción socioeconómica, son básicamente las mujeres extranjeras quie­ nes emergen como el equivalente sistemático del proletariado. Una fuerza de traba jo que se desnacionaliza y que termina ocupándose de aquellas tareas, relacionadas de manera fundamental con lo do més tico y los cuidados, que trabajadores/as nacionales de un estatus medio pre ­ fieren delegar y salarizar. En países envejecidos como España, algunos cambios sociales como la mayor movilidad geográfica de las personas, la proliferación de nuevos modelos de familia y la liberación parcial de las mujeres respecto a su papel como cuidadoras naturales, han generado un desequi­ libro entre la demanda servicios personales y las posibilidades de proporcionarlo. Ante la insuficiencia de recursos públicos, el modelo familiar de provisión de cuidados se apoya en la contratación de una empleada doméstica de origen migrante que, como solución privada, ayuda a coadyuvar la carga de la atención en el hogar (Bettio, Sumo­ nazzi y Villa, 2006). La feminización de las migraciones responde a una demanda de tipo global de mujeres migrantes para realizar los trabajos más deva­ luados socialmente, que coinciden con los que las autóctonas ya no de­ sean (o no pueden) realizar y que los Estados no proporcionan para la cuestión de los cuidados. Estos procesos han dado lugar a la mundialización de las interac­ ciones sociales, de un lado, generando una demanda inusual de parte de familias del norte que, sintomáticamente, se vieron favorecidas por las carencias de las otras, provenientes del sur, que constituyen un con glomerado de mano de obra f lexible, adaptable y barata y que actualmente circula por el mercado mundial “sexuado” de ser­ vicios (Salazar, 2010, p. 34). MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 122 2/2/18 12:42 PM 123FUENTES - AGRELA / CIRCUITOS DE PRECARIEDAD DE LAS CUIDADOR AS BOLIVIANAS EN ESPAÑA Las mujeres migrantes se insertan en este tipo de espacios labora­ les (Gil y González, 2012), soportando sobremanera las condiciones de un sector escasamente protegido y, por ende, fuertemente preca­ rizado (Martínez, 2011, 2014). La coyuntura de la crisis económica y sus efectos desiguales en las condiciones de trabajo y desempleo de los migrantes es determinante para comprender la vulneración de dere­ chos a los que las mujeres migrantes y sus familias quedan expuestas. Con este trabajo se busca dar cuenta, desde una perspectiva de género, de las nuevas constricciones sociolaborales a las que las mu jeres migrantes se enfrentan como consecuencia de la crisis econó mica en España, así como los impactos familiares y estrategias transnaciona­ les que despliegan para desafiar las dificultades de superviven cia. A partir del estudio de caso de las migrantes bolivianas en Jaén (Espa ­ ña) y sus familias de origen, se analiza su papel como principales mantenedoras del proyecto migratorio. De la misma manera, se bus­ ca visibilizar sus logros y pérdidas en el conjunto de espacios laboral y familiar mos trando cómo siguen siendo las mujeres, en origen y desti­ no, quie nes posibilitan el sustento de la unidad doméstica. Lo ante­ rior se logra a través de dos ideas principales: 1) El contexto político y social en España que determina el tipo de empleo de cuidados al que las mujeres bolivianas quedan relega­ das. Se considera el impacto de la crisis en las condiciones de em­ pleo, así como sus diferencias res pec to al género y nacionalidad. 2) Las estrategias que las familias articulan para soportar las si­ tuaciones de vulnerabilidad y el rol de las mujeres bolivia nas como principales sostenedoras del grupo doméstico transnacional. Es de interés especial conocer las nego cia cio nes de género y generacio­ nales que se estable cen para mantener la migración (sobrecargas y renuncias). Son funda mental men te las mujeres, y no los hombres, quie nes se reafir man como la principal fuerza de trabajo en des­ tino. Se aborda para el caso de Jaén. MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 123 2/2/18 12:42 PM 124 MIGRACIONES INTERNACIONALES, VOL. 9, NÚM. 3, ENERO-JUNIO DE 2018 Marco de referencia Contextualización. Cuidado, inmigración y crisis La llegada de la crisis económica ha tenido efectos significativos en la capacidad adquisitiva de las familias españolas, lo que sin duda ha re ­ percutido en la posibilidad de externalizar tareas desprestigiadas rela­ cionadas con lo doméstico. Sin embargo, como constatan autoras como Parella (2003), el cambio de expectativas en las nuevas generacio nes de mujeres europeas, en lo que respecta a su rol tradicional como prin­ cipales encargadas del hogar familiar, también ha inf luido en que, a pesar de todo, se mantengan en España los niveles de demanda de este tipo de servicios. Se constata aquí que los mayores efectos en el desempleo masculi­ no como consecuencia de la recesión económica (Colectivo IOÉ, 2012) y su impacto en el sector de la construcción (gráfica 1), son también un dato relevante para comprender que, con las mujeres autóctonas como pilares económicos del hogar, se haya mantenido la compra parcial de servicios de proximidad realizados por otras mujeres. La contribu­ ción económica de las españolas a los hogares, aunque en algunos de los casos sea escasa, está permitiendo sortear los efectos de la crisis en las familias en las que el hombre asumía la proveeduría principal del hogar (Parella, 2013). El menor impacto del desempleo en las mujeres puede razonarse por el mayor deseo de permanecer fuera del espacio doméstico, aunque lo ocupen de manera parcial. Por igual, esto supone una estrategia provocada por la crisis, que permite a las familias espa­ ñolas mantener los ingresos que los hombres dejan de aportar. Con independencia de su inserción precaria durante estos años, queda constatada que la participación de las autóctonas en el merca­ do de trabajo no va acompañada de una mayor contribución de los hombres, ahora desempleados, en los espacios domésticos. De acuerdo con la última Encuesta de Empleo de Tiempo en España1 2009­2010 1 La Encuesta de Empleo del Tiempo (EET) en España tiene como objetivo princi­ pal obtener información primaria para conocer la dimensión del trabajo no remunerado realizado por los hogares, la distribución de las responsabilidades familiares del hogar, la participación de la población en actividades culturales y de ocio, y el empleo del tiempo de grupos sociales especiales (jóvenes, desempleados, ancianos, etc.). Los datos están basados en una muestra de más de 9 500 personas y es una encuesta no periódica. MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 124 2/2/18 12:42 PM 125FUENTES - AGRELA / CIRCUITOS DE PRECARIEDAD DE LAS CUIDADOR AS BOLIVIANAS EN ESPAÑA (INE, 2011), el 91.9 por ciento de las mujeres destinaban una media de 4 horas 29 minutos al cuidado del hogar y de la familia, mientras que los hombres dedicaban 2 horas y 32 minutos a estas tareas. Un reparto fuertemente desigual que no se ve modificado por la coyun­ tura de la crisis, donde las mujeres españolas continúan enfrentándose a dificul tades en el momento de compatibilizar su doble adscripción productiva/reproductiva. Los datos sirven para revelar que sin cam­ bios reales en la implicación efectiva de los hombres en tareas de tipo doméstico­familiar, la demanda de otras mujeres para que cubran aque llos trabajos más duros y en las condiciones más precarias, continúa siendo necesaria pese haber disminuido el ingreso de los hogares españoles. Gráfica 1. Evolución de los trabajadores españoles af iliados según sexo, 2007­2015 12 000 000 10 000 000 8 000 000 6 000 000 4 000 000 2 000 00 0 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 Hombres Mujeres Fuente: Elaboración propia con base en INE (2015). De una manera particular, en España, las mujeres migrantes cui ­ dadoras encajan con una necesidad de servicios específicos que no terminan encontrando cobertura ni por los recursos públicos habili­ tados, ni por buena parte de estas mujeres de las familias españolas con dificultades para compatibilizar empleo y hogar (Pérez, 2010). Con un claro interés hacia la contratación privada, las familias se topan con un mercado profesional poco adaptado a las necesidades MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 125 2/2/18 12:42 PM 126 MIGRACIONES INTERNACIONALES, VOL. 9, NÚM. 3, ENERO-JUNIO DE 2018 reales, además de costoso, que no permite cubrir el total de las nece­ sidades de cuidado, sobre todo aquellas de tipo intensivas. Tal como constató Martínez (2007, 2014), se sigue manteniendo la preferencia de las familias por la contratación de una cuidadora en el seno del servicio doméstico, justificada por las características propias del sector laboral, que permite una mayor f lexibilización de horarios, adecua­ ción en tiempo, multiplicidad de tareas y encargos, etc. En la mayoría de los casos, la posibilidad de vincular a una persona en un contrato bajo la modalidad de interna se plantea muy atractiva para las fami­ lias españolas por más de un motivo, entre otros: se caracteriza por­ que es intensiva, ya que garantiza el cuidado durante 24 horas; es barata, en comparación con los mismos servicios ofrecidos por em pre­ sas de Servicios Sociales; o se realiza en un contexto privado (el hogar) sin intermediarios mercantiles, lo que otorga más poder a las familias a la hora de negociar o, incluso, modificar las condiciones de trabajo pactadas inicialmente (Pérez y Martínez, 2014). Los datos de afiliación para el régimen de empleo doméstico2 re ­ velan evidencias sobre la presencia continua de las mujeres migran­ tes en este sector. Las contrataciones no han decrecido a consecuencia de la crisis económica sino, por el contrario, han aumentado en los últi ­ mos años pasando de 40 por ciento en 2004 a 56.25 por ciento en 2014. Sin embargo, este mantenimiento inesperado de la demanda de cuidadoras migrantes no ha ido acompañado de una mejora del sec­ tor, donde según estimaciones propias, las migrantes que trabajan de modo irregular alcanzan las 671 107 personas, casi la mitad de las empadronadas en edad laboral. Los datos recogidos permiten llegar a dos conclusiones: 1) que, pese a la coyuntura de la crisis económica, una parte importante de las mujeres migrantes mantienen su ocupación en el sector, cubrien­ do en cierto modo un espacio desechado por la población autócto­ na; 2) que las condiciones en las que se realiza el trabajo de cuidados continúan marcadas por la irregularidad e invisibilidad, recibiendo, tal y como afirma Carrasco (2014), salarios siempre inferiores al de 2 Se entiende por empleo doméstico el conjunto de tareas con base en el hogar (lim­ pieza, preparación de comida, cuidado de personas, etc.) que realiza una persona externa al hogar familiar, a partir de una relación asalariada. MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 126 2/2/18 12:42 PM 127FUENTES - AGRELA / CIRCUITOS DE PRECARIEDAD DE LAS CUIDADOR AS BOLIVIANAS EN ESPAÑA sus homólogos masculinos debido fundamentalmente al tipo de tra­ bajo que desarrollan. Cuadro 1. Mujeres migrantes empadronadas en edad laboral y en alta laboral a la seguridad social, 2015 Mujeres empadronadas en edad laboral (A) Mujeres Alta Laboral Seguridad Social (b) Tasas de ocupación mujeres (c=b/a) Estimación mujeres economía sumergida (100-c) Total 1 399 573 728 466 35.63 % 47.95 % Fuente: Elaboración propia a partir de la adaptación de Martínez (2007), y con datos del INE (2015, 2016). Visión utilitarista de la migración y del papel de las mujeres migrantes en la misma En los últimos años, las mujeres migrantes pasan de ocupar un papel invisible como improductivas, que en todo caso acompañan a los hom ­ bres en su migración, a considerárselas como exclusiva y fundamental fuerza de trabajo en destino (Pedone, Agrela y Gil, 2012). Sigue predo­ minando la justificación económica como única explicación de la inmigración en España y al mismo tiempo, existe la demanda de mano de obra en nichos laborales no cubiertos por trabajadores/as nacionales. Responde a un modelo caracterizado por la laboralización y el con ­ trol de entradas (Zápotocká, 2012), que se sustenta en la noción uti­ litarista para el Estado. Como señala Actis (2005), se exige a la familia inmigrante la obligación de su propio sostenimiento y de aportar eco ­ nómicamente al desarrollo del país o de conformar una unidad de consumo que requiera de la mínima inversión estatal. Además, se prac­ tica un modelo de selección de mano de obra que facilite la integración y no difiera mucho del ideario nacional­cultural. Para el caso de las mujeres inmigrantes, el empleo doméstico en el que se insertan en el país les exige una disponibilidad de tiempo que se plantea a menudo incompatible con la propia vida familiar. De manera habitual, se emplean en trabajos precarios y difícilmente con ­ ciliables, participando en la paradoja que supone ser la herramienta MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 127 2/2/18 12:42 PM 128 MIGRACIONES INTERNACIONALES, VOL. 9, NÚM. 3, ENERO-JUNIO DE 2018 de conciliación de los hogares autóctonos con personas dependientes y quedar privadas del derecho a (con) vivir en familia. En muy poco tiempo hemos pasado de la hipervisualización y priorización de la lle ­ ga da de las mujeres extranjeras como garantes de la integración y esta ­ bilidad familiar, a una situación actual en la que se niega el valor de la familia y de las mujeres en los procesos de incorporación (Agrela, 2002). Los argumentos políticos para potenciar el retorno y no per­ manencia de las personas extranjeras en España ha ido arrinconando, entre otras cuestiones, la atención a la situación de las mujeres y sus familias. La familia extranjera termina por ser vista como una carga para los Estados y, en ocasiones, las propias mujeres tienen que compa ­ ginar una muy precaria e intensiva situación laboral con el cuidado, sin apoyos institucionales o familiares. Como resultado, las unidades familiares se desterritorializan y se prolonga la formación de los llamados hogares transnacionales debido a los obstáculos legales, sociales y económicos que restringen la mi­ gración. Los estudios sobre cadenas mundiales de cuidado; que ya ha­ bían evidenciado lo insostenible de este tipo de organización so cial, por la cual, las familias del norte se benefician de la mano de obra del sur, revelan cómo se intensifican las desi gualdades y la so bre car­ ga so bre las extranjeras y sus familias y las formas de explotación de estas otras mujeres migrantes. Metodología Enfoque metodológico Esta investigación adopta un enfoque triangular, por el que se conside­ ra que determinados temas de estudio global, más si caben en la mi ­ gración, no pueden ser comprendidos si no es atendiendo al género, a los espacios sociales de referencia: origen y destino (enfoque transna­ cional), y al tiempo transcurrido (enfoque longitudinal). Atendiendo a las diferencias que hombres y mujeres bolivianas plan ­ tean a la hora de justificar su proyecto migratorio, así como las cir­ cunstancias vividas durante su transcurso, se busca ref lexionar, desde la perspectiva de género, sobre el impacto desigual de la crisis económica en el empleo según el género y la nacionalidad, dado lo etno es tratificado MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 128 2/2/18 12:42 PM 129FUENTES - AGRELA / CIRCUITOS DE PRECARIEDAD DE LAS CUIDADOR AS BOLIVIANAS EN ESPAÑA del mercado de trabajo en España. A partir de un aná li sis interseccio- nal (Ezquerra, 2008) se pone el acento en aquellas desi gual dades que van más allá de las de género, atendiendo a otras categorías como la clase, etnia, generación, situación familiar, etc., que se cruzan y super­ ponen según los casos. La recolección de datos de carácter multisituado (Marcus, 2001) es clave debido a la multiplicidad de conexiones, no solo físicas, de quie­ nes se mueven con mucha agilidad entre dos o más lugares (Mahler y Pessar, 2006). Entendemos que las migraciones siempre son familia­ res, en la medida en la que, con independencia de que se parti cipe direc­ tamente o no en la movilidad física, es un proceso que afecta a la reorganización familiar de quien se queda y de quien se marcha. Por último, el estudio tuvo claras aspiraciones de ser longitudi- nal, por lo que fueron producidos datos de forma sistemática y con­ tinuada entre 2009 y 2014. Dicho período se constituye clave en relación con el escenario de la crisis, permitiendo recoger los efectos de dicha coyuntura en las familias, así como las estrategias desple ga das para afrontarla. El objetivo, entre otros, ha sido considerar el papel que la familia ha tenido como sostén de la migración. Participantes y técnicas El análisis que presentamos se basa principalmente en la producción de datos primarios a partir de la realización de entrevistas exploratorias y semiestructuradas (método cualitativo). Este trabajo se basó sobre los siguientes perfiles: 1) Mujeres migrantes en Jaén (11) y recién retornadas (4). 2) Hombres migrantes (maridos o exparejas), tanto en origen (2) co mo en destino (3), en el caso de que asumieran un rol com prometido con respecto a la unidad doméstica. 3) Cuidadoras migrantes (11). Hermanas o hijas mayores son quienes asumen la labor principal de cuidado con respecto a los miem­ bros dependientes del hogar. 4) Técnicas/os de origen y destino que intervienen sobre la cues tión migratoria. En total fueron entrevistados 15 en destino y 12 en origen. MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 129 2/2/18 12:42 PM 130 MIGRACIONES INTERNACIONALES, VOL. 9, NÚM. 3, ENERO-JUNIO DE 2018 Contextualización del trabajo de campo El análisis se sitúa, de las constricciones laborales de las migrantes y sus estrategias familiares, a partir de la crisis económica en el contexto de Jaén (España), con mujeres bolivianas, por varios motivos: 1) La provincia de Jaén presenta las tasas de población mayor de 65 años más elevadas de toda la comunidad andaluza, 18.46 por ciento frente al 16.20 por ciento (INE, 2015), lo que habría propi­ ciado el asentamiento de mujeres inmigrantes dispuestas a tra­ bajar en este sector. 2) Su posterior llegada a España (fundamentalmente a partir de 2000), inf luye en su inserción más precaria al mercado segmentado­pre ca ­ rizado y, en consecuencia, en sus posibilidades de vida en familia. 3) La procedencia común de la mayoría de las mujeres bolivia nas en Jaén (procedentes de Santa Cruz de la Sierra), nos permite estu­ diar el fenómeno a nivel transnacional y rescatar los discursos de quienes sustentan el proyecto migratorio desde origen. Resultados La inserción de las mujeres bolivianas en el mercado de trabajo etnoestratificado. El caso de Jaén De entre las razones que han propiciado la etnización del mercado de trabajo y el surgimiento de nichos de empleo, se encuentran aquellas relacionadas con el posicionamiento previo que tienen las/os migran­ tes en la normativa de extranjería. Las políticas migratorias no son ajenas a la discriminación laboral de la que la mujer migrante es pro ­ tagonista (Martínez, 2007, 2014; Parella, 2003); es el propio Estado el que se sirve de la normativa para canalizar y seleccionar la entrada de mujeres inmigrantes contraponiendo sus derechos, de manera que ocupen determinados espacios laborales para los que son necesarias. No es casual que el empleo doméstico se configure como una de las modalidades de trabajo más precarias en España (Díaz, 2015). El empleo doméstico carga además con el estigma de conformarse como espacio análogo a las relaciones familiares, confinado a las mujeres, lo reali­ cen o no de manera salarizada. MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 130 2/2/18 12:42 PM 131FUENTES - AGRELA / CIRCUITOS DE PRECARIEDAD DE LAS CUIDADOR AS BOLIVIANAS EN ESPAÑA Considerar la posición que ocupan las mujeres bolivianas en el tra bajo de la asistencia nos obliga a visualizarla en relación con quienes también participan en este tipo de espacios. 1) Por un lado, las mujeres autóctonas, quienes asumen los tra bajos más nobles dentro del sector. Habitualmente su par ticipación tie­ ne lugar a través de su vinculación a empresas de Servicios Sociales bajo la contratación de auxiliar de ayuda a domicilio o, en el peor de los casos, como empleadas en régimen de externas. 2) Por otro lado, los empleos más duros y precarios dentro del mer­ cado quedan relegados a las mujeres extranjeras, recayendo sobre ellas los trabajos de menor prestigio social, los peor pagados y los que la población autóctona (familiares o empleadas españolas) no desean realizar. Diversas categorías, no sólo la del género, inf luyen en el lugar atribuido a unas mujeres y otras dentro de este ámbito. Los prejui­ cios en relación con la nacionalidad, la clase social, la etnia o incluso los rasgos fenotípicos son también importantes a la hora de jerarquizar quién ocupa qué tarea dentro de esta actividad (Parella, 2003). Para el caso concreto de Jaén, se observa por ejemplo cómo las migrantes bolivianas adquieren una posición privilegiada respecto a otras nacionalidades representativas como son la marroquí y la ruma­ na (Schramm, 2011). Las bolivianas son significadas como cariñosas, dóciles, educadas; mientras que las marroquíes son descritas, en algunos casos, como indisciplinadas y más diferentes en términos culturales. En el contexto de Jaén se advierte que esta preferencia se intensifica en la medida en que persiste una noción de cuidado tra­ dicional, que termina siendo descrito siempre como relaciones que se dan en el seno del hogar y que se tornan familiares. Factores sociales como el fuerte envejecimiento de la zona con 18.46 por ciento de po ­ blación adulta mayor de 65 años (el más grande de toda la comunidad andaluza), el proceso de emigración de población joven a otras ciuda ­ des españolas,3 así como la existencia de numerosos hogares unifamiliares 3 Según el Instituto Estadístico de Andalucía, Jaén es la única provincia que perderá población hasta 2035, teniendo la tasa de emigración más alta de toda Andalucía. Si se comparan los datos actuales –654 170 habitantes– con los de 2008 –en los que la po­ blación era de 667 438–, se observa ya el descenso. MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 131 2/2/18 12:42 PM 132 MIGRACIONES INTERNACIONALES, VOL. 9, NÚM. 3, ENERO-JUNIO DE 2018 o compuestos por varias personas dependientes, también in f luye en las particularidades de la selección (Agrela, 2012). Tiende a plantearse como una opción secundaria, cuando otros apoyos familiares fallan, favoreciendo el cuidado en el seno del hogar que evita la instituciona­ lización. Además, la contratación de mujeres extranjeras se torna una opción más adaptable y barata, controlando más di rec ta mente la im­ plicación emocional que se exige al trabajo de cuidados. Las institu­ ciones sociales explican que las predilecciones de unas mu jeres frente a otras, en el momento de la demanda, se camufla a me nudo en la afini­ dad cultural e idiomática que, por ejemplo, presentan las latinas frente a las rumanas, marroquíes o búlgaras. “Hay fa milias que no tienen nin­ gún problema de acoger en su casa a quien sea. Luego hay gente que no. Existe pero no hay nada sostenible del por qué no se quiere a la marro­ quí” (Alfonsa, comunicación personal, 2014). Como otras migrantes latinoamericanas, las mujeres bolivianas entrevistadas son conscientes igualmente de estas preferencias de las fa­ milias que parecen beneficiarles. “Dicen ‘tú no eres como otras per so nas’, me dice la gente. ‘Tú eres muy cariñosa y muy esto y muy lo otro’. Por eso de que somos de allí de Sudamérica […] la gente de aquí será lo mismo digo yo. No me creo más que nadie. Pero dicen que cariñosa” (María, comunicación personal, España, 2014). “Hay gente (re firién dose a los empleadores/as) que le dicen que se quite el pañuelo […]. Hay mucha gente que no quiere gente marroquí” (Jessica, comunicación per ­ sonal, España, 2014). Sin embargo, la supuesta discriminación positiva no ha frenado el proceso de estancamiento al que se enfrentan las bolivianas en Jaén, en aquellos espacios de empleo habitualmente confinados a las nue- vas migrantes. A consecuencia de la crisis económica, el trabajo como interna o pseudoexterna4 ha pasado de conformase como moda lidad de empleo inicial y transitoria para las migrantes sin docu men ta ción y recién llegadas, a única posibilidad de trabajo para nacionalidades, como la boliviana, que llegaron en la segunda etapa del f lujo migratorio (a partir de 2000). Posteriormente, en 2006, justo antes de la exigencia de visado para las/os ciudadanas/os extranjeras/os pro ce den tes de Bolivia, 4 Apelativo que es utilizado para designar al empleo de hogar de horario intensivo, sin pernocta. MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 132 2/2/18 12:42 PM 133FUENTES - AGRELA / CIRCUITOS DE PRECARIEDAD DE LAS CUIDADOR AS BOLIVIANAS EN ESPAÑA se aprecia una segunda entrada de mujeres. Como ellas mismas expli­ can, su inserción más tardía ha posibilitado sus opciones de empleo, pero sobre todo, ha dificultado sus opciones de movilidad laboral as­ cendente: “A nosotras nos ha tocado conformarnos. Porque hemos llegado en un momento muy malo, había trabajo, pero no mucho, y el que había ya estaba ocupado […]” (Liliana, comunicación personal, España, 2014). En Jaén son las mujeres bolivianas, junto con las marroquíes y ru ­ manas, quienes relevan en la cadena de externalización de los cuida­ dos a las ecuatorianas y colombianas. Ser herederas de la condición de favoritas por la supuesta afinidad cultural, no las exime del resto de las limitaciones de un mercado precarizado. Muestra de ello es su inmovilidad en el mercado; a pesar de que en su mayoría llevan más de cinco años instaladas en la provincia, no se han beneficiado de una rotación laboral o grandes mejoras en la contratación. La paralización de nuevos f lujos de llegada y el incremento en la vuelta al mercado de mujeres autóctonas que ocupan los espacios más reconocidos dentro del sector, ha mantenido su estancamiento en aquellos nichos más precarios que le dieron acceso al empleo remunerado. Los discursos de las mujeres bolivianas revelan sentimientos con ­ tradictorios en relación con el mantenimiento en la demanda de sus servicios y la merma de condiciones en la que ésta se produce. La crisis ha recrudecido las condiciones en las que se realizan los trabajos de cuidados, dando paso a nuevas formas de precarización. Desde las ins ­ tituciones, y también las propias migrantes, explican que empieza a ser común que las/os empleadoras/es negocien una reducción de salario con la(s) empleada(s) que va acompañada de un incremento en las funcio­ nes previas atribuidas; justificadas bajo el paraguas de la crisis eco ­ nómica, el desempleo y la supuesta merma en la capacidad adquisitiva de la familia contratante, buena parte de las migrantes terminan aceptando las nuevas condiciones impuestas, más que acordadas. De este modo lo relatan: “Ellos incumplen su palabra y se aprovechan. Más ahora con lo de la crisis que te dicen vete a plancharle a mi hermana en este ratito […] Es mucho lo que se aprovechan porque saben que no tenemos otra cosa” (Laura, comunicación personal, España, 2014). El recrudecimiento de las condiciones laborales provocado por la crisis, obliga, especialmente a las mujeres bolivianas, renunciar a la MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 133 2/2/18 12:42 PM 134 MIGRACIONES INTERNACIONALES, VOL. 9, NÚM. 3, ENERO-JUNIO DE 2018 es casa estabilidad adquirida hasta el momento. Con el objetivo final de seguir siendo competitivas en el mercado, frente a las extranje­ ras de otras nacionalidades o recién llegadas, las migrantes se rein­ sertan en las modalidades de empleo que les dieron acceso al mer cado y que durante tiempo había desechado, esto es: el trabajo como in­ terna o pseudoexterna. Estrategias femeninas para enfrentar la crisis y costos familiares: sobrecargas y renuncias Los datos, en relación con el mayor desempleo de hombres migrantes en comparación con mujeres, son evidencias importantes a la hora de considerar el tipo de estrategias desplegadas por las familias. Según Carrasco y García (2011) el fuerte desplome del sector de la construc­ ción agrandó la tasa de desempleo pasando de los 2 178 037 emplea­ dos en 2008 (precrisis) a los 1 570 410 en 2010 (crisis), impactando con más fuerza en los varones autóctonos y en los migrantes insertos en dicho sector. En el caso de Jaén se observa una fuerte caída en la demanda de trabajo para extranjeros con empleos dentro de sectores como la hostelería y construcción, por lo que los migrantes asenta­ dos quedan relegados a los trabajos agrícolas de temporada, como es el mercado del olivar. En esta coyuntura, las mujeres se reafirman en su papel de únicas sostenedoras de la unidad familiar, a costa de inten­ sificar las duras condiciones en que realizan sus trabajos. Como in­ dica una de las entrevistadas: “La mujer con mucha explotación por lo menos estamos manteniendo, traemos para comer, para alquiler, pero ellos no” (María, comunicación personal, España, 2016). Sobrecargas: las bolivianas como únicas sostenedoras del proyecto migratorio Cabe cuestionarse si la decisión de que sean las mujeres las que continúan la migración responde a una estrategia de tipo funcional (Fuen tes, 2014b), adaptada a la demanda de trabajo feminizado, o tiene también que ver con el rol sobrecargado al que las bolivianas parecen estar sometidas. Los discursos recabados nos permiten vi­ sualizar que, efectivamente, a las mujeres se le asigna en la sociedad MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 134 2/2/18 12:42 PM 135FUENTES - AGRELA / CIRCUITOS DE PRECARIEDAD DE LAS CUIDADOR AS BOLIVIANAS EN ESPAÑA de origen una doble función: productiva y reproductiva con respecto al hogar familiar y esto no acontece solo a partir de la migración. Aquí veo que son muchas las cosas que carga solo la mujer. El hombre bueno trae plata a la casa, pero en la mayoría de los temas cotidianos es ella quien carga sola la responsabilidad de las situaciones. Peor si se dan otros problemas de borrachera, un concepto de machismo muy malva­ do. Yo digo que hay mujeres que son admirables, mucha carga y muy solas también (Inés, comunicación personal, Bolivia, 2014). La migración femenina boliviana se instituye en buena medida como fórmula para escapar de ciertas situaciones de control, sobre­ carga de responsabilidad o incluso maltrato (Fuentes, 2014a). Sin em­ bargo, y muy a pesar de que se puede hablar de mejorar las cuotas de igualdad alcanzadas por las mujeres a partir de la migración, como pudiera ser un mayor poder de decisión o de percepción de libertad; se observa un reforzamiento en su papel como proveedora económica y remesadora respecto al hogar transnacional (Ladino y Gonzálvez, 2013). Aun así, este empoderamiento en lo económico así como en su papel productor dentro de la unidad doméstica, no parece ir acom­ pañado de mayores niveles de implicación masculina en las tareas doméstica o del hogar (Bastia y Busse, 2011). “Me cuesta con él por­ que se queja y no quiere, pero sabe que es lo que le toca porque yo estoy casi todo el día trabajando. Más bien veo a las niñas un rato en la no­ che” (Andrea, comunicación personal, España, 2014). Las mujeres que residen en Jaén, con quienes hemos dialogado, reclaman a menudo una mayor implicación de sus parejas en las tareas del hogar. Reforzadas por la coyuntura de la crisis, las mujeres se reafirman en su rol de proveedoras y lo hacen bajo nuevas fórmulas de desigualdad y precariedad que las someten aún más. En la medida en la que los hombres, cónyuges en destino o en muchos casos tam­ bién exparejas que quedan en origen, no se hacen cargo de la nueva situación, se intensifican las cargas económicas, físicas y emocionales. “Me he sacrificado mucho en mi país y también aquí, he trabajado duro porque muy poco me ha ayudado el padre de mis hijos” (María, co­ municación personal, España, 2014). Se observa que, en el mejor de los casos, los hombres están dis ­ puestos a desarrollar su faceta productiva a partir del despliegue de MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 135 2/2/18 12:42 PM 136 MIGRACIONES INTERNACIONALES, VOL. 9, NÚM. 3, ENERO-JUNIO DE 2018 nuevas estrategias, como la remigración o el retorno a origen en busca de opciones de empleo. Sin embargo, son pocos quienes asumen un papel comprometido, en origen y/o destino, involucrándose en los tra ­ bajos de cuidado. De entre los fragmentos rescatamos aquellos ma­ yoritarios que aluden a nuevas estrategias frente a la crisis que pasan por la intensificación del papel proveedor y de cuidado de la migrante mujer (siempre madre toda), y de la búsqueda de inserción laboral en otros contextos por parte de los migrantes hombres. “Mi marido está ahora en Francia. Está tratando de mirar allá. Pero hemos tenido pro­ blemas con eso porque si él se va yo me quedo aquí sola trabajando y con los niños pues es difícil” (Telma, comunicación personal, 2014). “Él ahora se va a retornar porque aquí solo encuentra trabajo en la acei ­ tuna. Va a ir a ver por qué dicen que allá está mejor la cosa” (An drea, comunicación personal, España, 2014). Las nuevas ausencias masculinas, las condiciones de trabajo exte­ nuantes a las que las mujeres se ven sometidas, así como las restriccio nes de la normativa de extranjería, permiten hablar de cierta utilización de las mujeres bolivianas en el contexto de la actual migración. Los frag­ mentos seleccionados evidencian que son ellas quienes cargan sobre sus espaldas la migración como proyecto que las involucra de manera in di ­ vidual y a sus familiares dependientes (en origen o desti no, descen­ dientes o ascendientes), sin contar con la ayuda del varón, y que, a pesar de todo, deciden mantener el proyecto migratorio en destino porque les otorga ciertas libertades parciales. Para ello, las bolivianas dicen aguantar toda clase de sacrificios personales que las compensa en pro del mantenimiento familiar, concepción que está relacionada en cómo las mujeres interiorizan las ideolo gías marianistas ya presentes en origen (Fuentes y Agrela, 2015; Stevens y Soler, 1974), en relación con la valorización de las mujeres y el papel responsable de las mis­ mas frente a la familia. En Bolivia se las instituye como madre toda que mantienen los hogares, entendido a partir de la consideración del “hombre ausente” (Fuentes, 2014a), noción que termina extrapo­ lándose y se va asumiendo en las dinámicas de géne ro dentro de los pro cesos migratorios. MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 136 2/2/18 12:42 PM 137FUENTES - AGRELA / CIRCUITOS DE PRECARIEDAD DE LAS CUIDADOR AS BOLIVIANAS EN ESPAÑA Renuncias: reajustes familiares con costes personales para las bolivianas Las mujeres migrantes jefas del hogar que tras un largo y complejo proceso han conseguido reagrupar a parte de sus hijos/as, con la crisis económica y dificultades de supervivencia en destino (en ausencia de familia o prestaciones públicas que lo compensen) ven ahora tam­ balear la convivencia familiar. Su reocupación en empleos de tipo intensivos y la necesidad de realizar de manera simultánea diferentes trabajos para obtener los mismos ingresos imposibilita la atención de la familia. El regreso a las modalidades de interna o pseudoexterna, o la obligación de complementar empleos como externa con la reali­ zación de horas extras en otros hogares, implica un extenuante es­ fuerzo en relación con la conciliación sobre su propia vida familiar (Fuentes, 2014a, 2014b). Las ausencias y el desgaste personal de la mujer para tratar de hacer conciliable lo irreconciliable son grandes ge ­ neradores de estrés y agotamiento físico que puede derivarle en proble ­ mas de salud. Incluso, si con su salida del país de origen las migrantes cargaron con la culpa de dejar atrás a sus hijas/os, al reagruparlos y no po der atenderlos como planificaron, cargan con el peso físico y emo­ cional por unos cuidados inadecuados. Con la situación de crisis, las (auto)culpabilizaciones se agudizan, bien sea por la prolongación de las situaciones de transnacionalismo familiar (porque no se reagrupan o se desagrupan) o por la insatisfacción e incapacidad para atender en destino. “Cuando llegaron ellos ya tuve que tomar solo medio tiempo, solo con el trabajo de la mañana. Y ahí estaba con ellos enseñándoles. Yo tenía que ir trabajando duro para que cuando vinieran estar más libre” (Elisa, comunicación personal, España, 2013). “Yo tuve que de­ jar el trabajo de la tarde y de la noche para cuidar de mis hijos, yo no podía dejar a mis hijos todo el tiempo solos […] Ellos por sí mismos no se pue den controlar bien, no hacen los deberes, llegan tarde a clase” (Clau dia, comunicación personal, España, 2014). El escaso apoyo que proporcionan los conyugues en destino, la limitada disposición de recursos que permitan contrarrestar la posible ausencia de las mujeres y el endurecimiento de las condiciones de empleo a las que se enfrentan como consecuencia de la crisis, obliga a las mujeres a repensar la idea inicial de reagrupar a otros miembros MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 137 2/2/18 12:42 PM 138 MIGRACIONES INTERNACIONALES, VOL. 9, NÚM. 3, ENERO-JUNIO DE 2018 de la familia que aún continúan en Bolivia. Surgen así estrategias que pudieran ser contrarias a las planificadas, como poner freno a la rea­ grupación o incluso propiciar la desagrupación familiar de los miem ­ bros dependientes en destino. Tres factores son señalados como con di cionantes claves a la hora de tomar esta compleja decisión que im ­ plica, habitualmente, el retorno de los menores a origen. 1) Las condiciones de trabajo intensas a las que son nuevamente sometidas como única opción para mantener algo de ingresos. Uno de los requisitos fundamentales para participar de los empleos en la modalidad de interna es, precisamente, no contar con cargas fami liares en destino. En este tipo de trabajos, como nos indican los técnicos/as en ­ trevistados, se otorga más valor a la disponibilidad que la mujer pre­ senta, que al hecho de contar con experiencia en el sector del cuidado: “Siempre que tengo una oferta lo pregunto, que si puede tra bajar con el hijo. No, no ¡qué barbaridad!, ellos quieren una mujer disponible para ellos. Entienden que los inmigrantes han venido para trabajar, sin más” (Manuela, comunicación personal, España, 2014). Debido a la crisis, estos requisitos se intensifican y son muchas las mujeres que renuncian a la vida en familia en el país destino como una maniobra para mantener sus opciones de empleos durante la crisis: “Y estaba con mi niña y más bien ella me dijo, tú podrías ser, pero cuan do tienes niña pequeña la verdad que no te aceptan para trabajar. Y ya ahí yo me animé a que tenía que llevarla a mi hija (se refiere a Bolivia) […] Y ella ya me dio el contrato de trabajo” (Veró nica, co­ municación personal, España, 2013). 2) La mayoría de las mujeres identifican como factores motiva­ dores de la desagrupación de los hijos/as en edad infantil, la ausencia de recursos de apoyo público o no gubernamental, sumado a la vigilancia institucional que recae sobre las maneras informales en las que tratan de resolver el cuidado de los menores (Fuentes, 2015). El temor a que los chicas/os sean retirados de su cargo está presente en la decisión de retorno de los hijos, así como la preocupación real de que éstos no puedan ser cuidados adecuadamente por las redes informales con las que cuentan en Jaén. La ausencia de responsabilidad paterna, incluso en el destino, es señalada también como elemento clave que motiva a las mujeres a la búsqueda de apoyos de cuidado transnacionales. “Yo tuve que dejar al niño con una familia conocida de mi iglesia. Muy MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 138 2/2/18 12:42 PM 139FUENTES - AGRELA / CIRCUITOS DE PRECARIEDAD DE LAS CUIDADOR AS BOLIVIANAS EN ESPAÑA buena gente pero yo tenía miedo de que me lo quitan los Servicios So ­ ciales si se enteran” (Josefa, comunicación personal, 2014). Porque si él (se refiere al padre de la niña, residente en Jaén) me hubiese echa do una mano, pues yo no me hubiese llevado a la niña a Boli­ via porque sabía que su padre se estaba haciendo cargo de ella, aunque no me ayu dara económicamente. Pero es que es una responsabilidad, imagí nate que se entera el Ayuntamiento y me la quitan, por eso de­ cidí retornarla (Claudia, comunicación personal, 2014). 3) La inexistencia de recursos (formales e informales) en el con­ texto de Jaén es compensada a menudo por una red de apoyo familiar conformada en el origen. Estos soportes están constituidos fundamen­ talmente por cadenas de mujeres en el marco de una familia extensa. Para el caso de las mujeres bolivianas este tipo de pactos femeninos son cruciales, más en un contexto de coyuntura adversa en el país des ­ tino. Cuando la migración se alarga en el tiempo, son comunes las pérdidas de apoyos informales en origen. Las mujeres cuidadoras de la familia en origen, entre las que destacan, en los últimos años, las hijas mayores. “Más bien ella me dijo mándela a la niña y así va a tra bajar de interna. Y yo también le digo a ella para que se comprometa ‘vos cuí ­ dela a la niña y yo te voy a pagar’. Ya es una ayuda también para ella, para que tenga sus cositas” (Verónica, comunicación personal, 2013). La desagrupación se presenta como un proceso complejo para las familias, con duros costes emocionales y sentimientos de pérdida cons ­ tantes. Ante la falta de otro tipo de opciones, las mujeres decidirán entre la combinación menos dolorosa a nivel familiar –freno en la llegada de nuevos miembros, retorno de menores, etcétera–, de ma­ nera que ésta le permita encajar nuevamente en un mercado laboral que empeora a consecuencia de la crisis. Conclusiones La crisis económica ha afectado negativamente la capacidad adqui­ sitiva de los hogares españoles que externalizaban servicios de cuida­ do; sin embargo, los mayores efectos sobre la destrucción de empleo mas culino ha favorecido la inserción de las mujeres autóctonas en el mer cado la boral. Esta situación de proveeduría femenina por parte MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 139 2/2/18 12:42 PM 140 MIGRACIONES INTERNACIONALES, VOL. 9, NÚM. 3, ENERO-JUNIO DE 2018 de las mujeres españolas, no ha ido acompañada de un reajuste de las funciones masculinas en relación con la mayor cobertura de tareas del hogar, ni de un aumento de los servicios públicos de atención a conciliación y de pendencia. Todo ello, ha favorecido el soste ni mien to de la deman da privada de cuidado, particular nicho laboral de mu­ jeres de origen extranjero. La presencia de mujeres bolivianas en España y en Jaén está rela­ cionada con una elevada demanda de mano de obra para trabajar en sectores como el de empleo doméstico y de cuidado, donde la oferta de mujeres autóctonas dispuestas a realizar este tipo de trabajo se plan ­ tea insuficiente. Esto se ref leja particularmente en el contexto de estu­ dio (Jaén), caracterizado por ser una de las regiones más envejecidas del país y por la persistencia de cuidados familiares que se combinan con otros modelos de atención cuasiformal. En este panorama, las mujeres bolivianas se erigen como cuidadoras idóneas dando el rele­ vo a migrantes de otras nacionalidades (ecuatoriana o colombiana), con más tiempo de asentamiento. Como consecuencia de su posterior llegada al país, las bolivianas heredan las modalidades más duras del trabajo como interna o pseudoexterna. Se insertan en un mer cado se­ gregado y etnificado de forma previa y bajo la coyuntura de crisis económica, sintiendo de manera muy particular la precariedad labo­ ral y la consecuente privación del derecho a su propia vida personal y/o familiar. La crisis económica pone de evidencia que son ellas, y no sus parejas, quienes se convierten en las mantenedoras del hogar familiar transnacional, sin que se produzcan cambios en relación con la participación de los hombres –migrantes o no– en las tareas repro­ ductivas. Mientras que los hombres optan, en el mejor de los casos, por desplegar estrategias productivas relacionadas con la remigración o retorno laboral, las mujeres se adecúan a las condiciones abusivas del mercado de trabajo con el soporte de otras mujeres, en muchos casos las hijas, quienes bajo nuevos acuerdos de reciprocidad desigual, des­ cargan a otros cuidadores previos en origen. En todo este proceso, las familias son determinantes. No sólo respecto a la toma de decisiones y a cómo les afecta directa e indirecta­ mente la crisis económica, sino porque se han erigido como el soporte fundamental para la supervivencia transnacional de las unidades domés­ ticas. Ahora las reciprocidades de apoyo y cuidado, físico­emo cional MIGRACIONES 34 Preliminar.indb 140 2/2/18 12:42 PM 141FUENTES - AGRELA / CIRCUITOS DE PRECARIEDAD DE LAS CUIDADOR AS BOLIVIANAS EN ESPAÑA pero cada vez más económico, f luyen en sentido inverso: de origen a destino. En buena medida, muchas de las mujeres bolivianas se man­ tienen en destino gracias a las familias en origen. El análisis de las estrategias de supervivencia familiar desplega­ das para el caso boliviano revela procesos de desigualdad a nivel micro, sobrecargas femeninas, pero también fases más amplias de expulsión o desfamiliarización por parte de los Estados receptores. Como ref le­ xiona Parreñas (2001); les beneficia a las sociedades industrializadas la existencia de familiares transnacionales o prácticas de maternidad transnacional porque pueden aprovecharse sutilmente de las ventajas de la mano de obra inmigrante sin asumir los costos de la reproducción. La vida familiar transnacional para los inmigrantes en España deja de ser una elección en la medida que esta se prolonga en el tiem po por ­ que se dif iculta su reunif icación o se incentiva su desagrupación. En concordancia con lo que apuntan autoras como Lagomarsino (2005), que las mujeres migrantes y sus familias hayan conseguido adaptarse a los requerimientos del mercado optando por formas de vida trans­ na cional, no debería servir de excusa, en el caso de las familias que son trans nacio nales, para que ciertas maniobras del Estado impidan o resten importancia a la vida en común. Referencias Actis, W. (2005). Ecuatorianos y ecuatorianas en España. Inserción (es) en un mercado de trabajo fuertemente precarizado. En G. Herrerra, M. C. Carrillo y A. Torres. (Edits.), La migración ecua - toriana: transnacionalismo, redes e identidades (pp. 169­201). Quito: FLACSO­Ecuador, Plan Migración Comunicación y Desarrollo. Agrela R., B. (2002). 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