147 - 154 PAGINAS INICIALES.indd 1 Doctor en Ciencias de la Información. Profesor, Universidad de Na- varra, Pamplona, España. astabernero@unav.es 2 Doctor en Comunicación Pública. Profesor, Facultad de Comunica- ción, Universidad de Navarra, Pamplona, España. Director de inves- tigación del Centro Internacional de las Empresas de Comunicación, Madrid, España. jpartero@unav.es Recibido: 21/10/08 Aceptado: 04/11/08 I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 Vo l u m e n 1 1 N ú m e r o 2 D i c i e m b r e d e 2 0 0 8 Competencia entre televisiones públicas y televisiones privadas en el mercado europeo Competition between Public and Private Television in the European Market Alfonso Sánchez-Tabernero1 Juan Pablo Artero2 Resumen La televisión en Europa nació como monopolio público. En los años ochenta se produjo un proceso de desregula- ción que permitió el nacimiento de los canales privados. Desde 2000 han surgido nuevos canales comerciales con variados modelos de negocio: de pago y gratuitos, gene- ralistas y especializados, y locales, regionales, nacionales o internacionales. Como consecuencia, en la mayor parte de los países de la Unión Europea los canales públicos ya no obtienen más de un tercio de la audiencia total. En este artículo se estudian los problemas económicos que genera esa pérdida de cuota de mercado, y las opciones de los canales públicos para hacer compatible la elaboración de programaciones atractivas con el cumplimiento de su fun- ción de servicio público. Palabras clave: televisión pública, televisión priva- da, mercado europeo, competencia, concentración. Abstract Television originated in Europe as a public monopoly. However, deregulation in the eighties made way for the birth of private channels. New commercial channels have emerged since 2000, based on a variety of business mo- dels: pay and free, generalist and specialized, and local, regional, national or international. As a result, the public channels in most countries in the European Union now have no more than a third of the total audience. The ar- ticle examines the economic problems generated by this loss of market share and the options public channels have to make the development of a ractive programs compa- tible with observance of their function in terms of public service. Key words: public television, private television, Euro- pean market, competition, concentration 343 - 354 I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 344 Competencia entre televisiones públicas y televisiones privadas en el mercado europeo Nacimiento y desarrollo de la televisión pública La televisión pública nació en Europa con la fi nalidad de poner a disposición de los ciuda- danos un nuevo medio de información y en- tretenimiento (Paulu, 1974; Conseil Superieur de l’Audiovisuel, 1992). Desde sus orígenes, el Viejo Continente se distanció del “modelo ame- ricano”, que confi ó en la iniciativa privada para desarrollar ese servicio. En Estados Unidos se estableció una estricta regulación antimonopo- lio para evitar una excesiva concentración de poder e infl uencia política en un reducido gru- po de empresas (Noam, 1991; Blumler, 1992; La Porte et ál., 2001). Sin embargo, los gobiernos europeos considera- ron que tanto la calidad del servicio televisivo como el pluralismo informativo quedaban mejor garantizados mediante los monopolios públicos que se establecieron en cada país. En parte, esta percepción se apoyaba en una limitación tecno- lógica: el único sistema de distribución de seña- les –las ondas hertzianas– implicaba una escasez de ofertas. La “solución europea” consistió en introducir garantías de pluralidad o “neutrali- dad informativa” en los estatutos que regulaban la actividad de las televisiones públicas. En la práctica, la pretendida neutralidad fue más respetada en los países del Norte de Euro- pa, con larga tradición democrática, que en el Sur, donde existieron regímenes dictatoriales hasta mediados de los años setenta (Moragas y Prado, 2000; Artero, 2008). Por ejemplo, todavía hoy en Italia, España, Portugal y Grecia, los par- tidos que ganan las elecciones ejercen un con- trol decisivo en la orientación de los programas informativos; aunque esta situación es criticada por la mayoría de los ciudadanos, aún pesa más la historia reciente que la voluntad de los espec- tadores. En el extremo contrario, la BBC cons- tituye el paradigma de televisión pública que goza de indudable independencia del gobierno (Scriven y Lecomte, 1999). En todo caso, el sistema de monopolios públicos de ámbito nacional se mantuvo en Europa has- ta 1974. Ese año sólo tres países europeos –Gran Bretaña, Finlandia y Luxemburgo– disponían de canales privados. Las tres excepciones tenían ra- zones distintas: a) la peculiaridad institucional de Gran Bretaña –siempre con la vista pues- ta a la vez en el Viejo Continente y en Estados Unidos– había favorecido el nacimiento de la Independent Television en 1954; b) la reducida dimensión del mercado luxemburgués llevó al gobierno a conceder un monopolio privado a la compañía CLT, fundada ese mismo año; c) y, en Finlandia, se estableció en 1957 MTV Oy, la tercera cadena comercial europea, que no contó con una licencia de explotación hasta 1993 (Jyr- kiäinen y Sauri, 2001). A partir de 1974 se produjo en toda Europa una “desregulación” del sector, que permitió el na- cimiento de canales privados. El proceso fue muy variado: en Italia comenzó ese año con la aparición de canales privados en régimen de “alegalidad”. En los años ochenta, en muchos países se aprobaron las respectivas leyes de te- levisión privada. En Francia se privatizó en 1987 el primer canal público –TF1– que por entonces superaba el 40% de cuota de mercado. Desde sus orígenes, el Viejo Continente se distanció del “modelo americano”, que confi ó en la iniciativa privada para desarrollar ese servicio. En Estados Unidos se estableció una estricta regulación antimonopolio para evitar una excesiva concentración de poder e infl uencia política en un reducido grupo de empresas. 345 Vo l u m e n 1 1 N ú m e r o 2 D i c i e m b r e d e 2 0 0 8 Alfonso Sánchez-Tabernero, Juan Pablo Artero La “desregulación” ha sido consecuencia de va- rios factores (Moragas y Garitaonaindía, 1995; Croteau y Hoynes, 2001); en primer término, el desarrollo del cable y del satélite ha invalidado el argumento teórico sobre el que se basaba la existencia de monopolios públicos: la escasez de frecuencias disponibles; en segundo lugar, los años ochenta y noventa se han caracterizado por el auge del pensamiento liberal, la globali- zación y la apertura de mercados a inversores extranjeros; por otra parte, el público conside- raba insufi ciente la oferta pública, consistente en dos o tres canales que no competían entre sí; fi nalmente, los propietarios de empresas de comunicación aprovecharon esta última circuns- tancia para reclamar a los gobiernos la liberali- zación del mercado televisivo. En los años noventa, el ritmo de lanzamiento de nuevos canales fue extraordinario. Según un informe de Screen Digest (2000), en esa década Europa pasó de 100 canales privados de ámbito nacional o regional, a 1000, lo que suponía la aparición de 100 nuevos canales privados cada año. Todas las grandes empresas de comunica- ción privadas han dirigido buena parte de sus inversiones hacia la industria audiovisual, tan- to para diversifi car sus activos como para to- mar posiciones en un sector con claro potencial de desarrollo. Los canales públicos y la libre competencia El actual mercado de la televisión en Europa se caracteriza por la existencia en cada país de ofer- tas variadas: dos o tres canales públicos de ámbi- to nacional; entre dos y cuatro canales privados con vocación de liderazgo; y multitud de canales regionales, locales y de contenido especializado, que se dirigen a nichos geográfi cos, demográfi - cos o de afi nidades comunes. En este nuevo contexto competitivo, los canales públicos europeos se están enfrentando a tres desafíos que hacen referencia al control político, a la fi nanciación y a los contenidos. Como ve- remos, estos tres aspectos están profundamente interrelacionados. Desde el punto de vista político, se plantea el problema de la dependencia y del control edito- rial (Woldt y Dries, 1998). Una de las crisis que atraviesan de modo cíclico las televisiones pú- blicas europeas proviene de la difi cultad de cla- rifi car a quién corresponde tomar las decisiones claves en esas empresas. Existe el riesgo de que los gobiernos de cada país utilicen los canales públicos con un fi n partidista y no en benefi cio de los ciudadanos. El segundo desafío se refi ere al ámbito econó- mico y fi nanciero. Tradicionalmente, los canales públicos se han fi nanciado a través de impues- tos directos (“licence fee” en Gran Bretaña, “rede- vance” en Francia, etc.) o mediante subvenciones públicas. Sin embargo, el incremento del núme- ro de canales en cada mercado ha originado una infl ación del precio de los programas más po- pulares (Hoskins et ál., 1997). A las empresas públicas de televisión les re- sultaba muy complicado hacer frente a ese in- cremento de costes mediante una mayor canti- dad de fondos públicos, puesto que los países europeos se encontraban en una fase de rigor presupuestario para cumplir las condiciones de convergencia del tratado de Maastrich, requisi- Todavía hoy en Italia, España, Portugal y Grecia, los partidos que ganan las elecciones ejercen un control decisivo en la orientación de los programas informativos; aunque esta situación es criticada por la mayoría de los ciudadanos, aún pesa más la historia reciente que la voluntad de los espectadores. I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 346 Competencia entre televisiones públicas y televisiones privadas en el mercado europeo to indispensable para formar parte del grupo de países que adoptaban como moneda el euro. Una segunda opción consistía en elaborar pa- rrillas de programación más baratas: en este sentido, es signifi cativo que en más de la mitad de Europa los derechos de retransmisión de la UEFA Champions League, y de las ligas de fút- bol nacionales hayan migrado en los últimos quince años de los canales públicos a los priva- dos, ya sean de pago o abiertos. Otras televisiones públicas han buscado fuentes alternativas de ingresos, como la venta de series y otros programas, el merchandising, las alianzas con compañías telefónicas, o el lanzamiento de canales que operan de modo análogo a las em- presas comerciales. Tal vez la BBC constituya también en este terreno un modelo particular- mente exitoso. En la Unión Europea se producen variaciones muy relevantes tanto en el origen como en la cuantía de los ingresos de las televisiones pú- blicas: las circunstancias de cada mercado, y las tradiciones y sistemas legales de ámbito nacio- nal explican la ausencia de un sistema homo- géneo. Como refl eja la tabla 1, a comienzos de siglo se mantenían grandes diferencias en los gastos per cápita de cada país. Tabla 1 Financiación de las televisiones públicas, en euros por habitante (2000) (No se incluyen los ingresos comerciales) País Subvenciones Tasas Otras ayudas Total ayudas públicas (pagadas por públicas por habitante usuarios) Alemania 3,9 73,6 0 77,5 Austria 1,3 45,5 0 46,8 Bélgica 0,5 34,9 0 35,4 Dinamarca 0 78,7 0 78,7 España 7,3 0 0,1 7,4 Finlandia 0,2 53,8 9,3 63,3 Francia 2,3 34,4 0 36,7 Gran Bretaña 6,7 60,7 0,2 67,6 Grecia 0,7 0 18,3 19 Holanda 25,6 0 0 25,6 Irlanda 0 22,3 0 22,3 Italia 0,1 22,7 1,2 24 Portugal 0 4,4 0 4,4 Suecia 0 70,6 0 70,6 Algunos países han decidido “relajar” las nor- mas que prohibían o establecían límites estrictos a la publicidad en canales públicos. Italia, Francia y España han seguido ese proceso: en 2002, los canales públicos de cobertura nacional en esos países obtenían mediante la publicidad un 37, 52 y 64% de sus ingresos totales respectivamente (European Audiovisual Observatory, 2003). Fuente: European Audiovisual Observatory (EAO) (2003). 347 Vo l u m e n 1 1 N ú m e r o 2 D i c i e m b r e d e 2 0 0 8 Alfonso Sánchez-Tabernero, Juan Pablo Artero Esta última decisión –favorecer la progresiva comercialización de los canales públicos– causa problemas legales (European Parliament, 2000). En varias ocasiones, empresas privadas de televi- sión han denunciado ante la Comisión Europea a las televisiones públicas por competencia desleal: a juicio de los demandantes, mediante la “doble fi nanciación” (fondos públicos y publicidad) las compañías públicas están en unas condiciones de superioridad frente a las empresas privadas. La Comisión Europea (2001) ha respondido a las demandas de las televisiones privadas con cierta ambigüedad, por lo que en los próximos años se planteará de nuevo esta controversia. El tercer problema al que se enfrentan las tele- visiones públicas se refi ere a los contenidos. En este terreno, las dos opciones extremas serían las siguientes: a) Mantener el carácter “generalista”, con una programación popular, que necesariamente se parecerá a la oferta de los canales comer- ciales. La debilidad de este planteamiento consiste en que se emplean fondos públicos para una poner a disposición de los ciuda- danos unos contenidos que ya ofrecen los canales privados. b) Evolucionar hacia una programación que complemente la oferta de los canales pri- vados, siguiendo el modelo de la PBS nor- teamericana. Sin embargo, esta decisión implica en cierto modo convertir en “irre- levantes” los canales públicos (Blake et ál., 1999), y perder la capacidad que hoy tienen de aunar alto nivel de consumo y mayor presencia de programas informativos, cul- turales y educativos que los canales priva- dos (García Avilés y León, 2002). Entre ambos extremos existen opciones inter- medias, que tratan de benefi ciarse de las ven- tajas y neutralizar los inconvenientes de los dos modelos de programación. Los canales líderes En 1990, las empresas públicas dominaban el pa- norama televisivo europeo. Pero, como muestran las tablas 2 y 3, la cuota de mercado de las tele- visiones públicas referida a la audiencia tiende a disminuir, a la vez que se consolidan grandes compañías privadas de ámbito internacional. En todos los países, desde 1990 se produjo un descenso de las cuotas de mercado de las compa- ñías públicas, excepto en Bélgica, Francia e Italia. Esa tendencia se ha atenuado en el siglo XXI; en el periodo 2000-2006 han aumentado su parti- cipación en el mercado cinco cadenas públicas: VRT en Bélgica (del 31 al 38,3%), YLE en Finlan- dia (del 42,3 al 43,8%), ERT en Grecia (del 12 al 16,1%), RTÉ en Irlanda (del 36 al 41,5%), RTP en Portugal (del 28,5 al 29,9%) y otros canales –como BBC, ARD o ZDF– se han mantenido o han expe- rimentado descensos poco signifi cativos. En el sector privado la tendencia tampoco ha sido unívoca: entre 2000 y 2006 se han fortaleci- do las compañías líderes de Dinamarca e Irlan- da, pero han disminuido su posición relativa en el mercado las principales empresas privadas en los demás mercados nacionales. En 2006, por primera vez una compañía –RTL Group– fue líder en tres países: Alemania, Austria y Holan- da. Otra empresa –Mediaset– es líder en Italia y en España, en este segundo caso gracias a su participación mayoritaria en Telecinco. En varias ocasiones, empresas privadas de televisión han denunciado ante la Comisión Europea a las televisiones públicas por competencia desleal: a juicio de los demandantes, mediante la “doble fi nanciación” (fondos públicos y publicidad) las compañías públicas están en unas condiciones de superioridad frente a las empresas privadas. I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 348 Competencia entre televisiones públicas y televisiones privadas en el mercado europeo Fuente: elaboración propia, con datos de EAO (2003). Tabla 2 Cuotas de mercado de las empresas de TV públicas País 2000 2003 2006 Nombre % Nombre % Nombre % Alemania ARD/ZDF3 43,6 ARD/ZDF 43 ARD/ZDF 41,3 Austria ORF 56,5 ORF 53,3 ORF 51,7 Bélgica VRT 31 VRT 36 VRT 38,3 Dinamarca TV Danmark 36 TV Danmark 38 DR 32,4 España RTVE 32,4 RTVE 32 RTVE 23,1 Finlandia YLE 42,3 YLE 43,5 YLE 43,8 Francia FT 40,7 FT 39,6 FT 37 Gran Bretaña BBC 38 BBC 37,3 BBC 38,1 Grecia ERT 12 ERT 14 ERT 16,6 Holanda NOS 39,5 NOS 37,6 NOS 32,8 Irlanda RTÉ 36 RTÉ 34,3 RTÉ 41,5 Italia RAI 47,6 RAI 46,4 RAI 43,6 Portugal RTP 28,5 RTP 23,6 RTP 29,9 Suecia STV 47 STV 43 STV 37,3 Fuente: elaboración propia, con datos de EAO (2003). Tabla 3 Cuotas de mercado de las empresas de TV privadas País 2000 2003 2006 Nombre % Nombre % Nombre % Alemania Kirch Group 25,1 RTL Group 26,9 RTL Group 19,2 Austria Pro7Sat1 13,9 Pro7Sat1 13,1 RTL Group 9,3 Bélgica VMM 33,4 VMM 32 VMM 28 Dinamarca MTG 13 MTG 11 TV2 40 España Tele5 22,3 Tele5 20,2 Tele5 21,2 Finlandia MTV Oy 40,9 MTV Oy 40,7 MTV Oy 29,2 Francia TF1 33,4 TF1 32,7 TF1 31,6 Gran Bretaña ITV 1 30 ITV 1 22,7 ITV 1 19,7 Grecia Antenna TV 27,04 Antenna TV 31,94 Mega 18,8 Holanda HMG 27,4 HMG 27,4 RTL Group 23,1 Irlanda TV3 8 TV3 10,7 TV3 12,3 Italia Mediaset 42,6 Mediaset 42,9 Mediaset 40,3 Portugal SIC 48,1 SIC 35,3 TVI 30 Suecia TV4 27 TV4 25 TV4 25,6 3 ARD y ZDF son tratadas como un único ente público por KEK, que es una de las principales autoridades reguladoras de la televisión alemana. 349 Vo l u m e n 1 1 N ú m e r o 2 D i c i e m b r e d e 2 0 0 8 Alfonso Sánchez-Tabernero, Juan Pablo Artero Si analizamos los datos del periodo 2000-2006 referidos a canales en vez de empresas (tablas 4 y 5), comprobamos que casi todos los canales han perdido audiencia, como consecuencia de la aparición de nuevos competidores. En todos los países han aparecido canales “de nicho” desde el punto de vista a) geográfi co (ofertas locales), b) temático (canales deportivos, musi- cales, educativos, de cine, etc.), o c) demográfi co (infantiles, juveniles, etc.). Sin embargo, en la mayor parte de los mercados nacionales conti- núan existiendo ofertas de carácter “generalis- ta”, que conservan cuotas de audiencia cerca- nas o superiores al 25%. Tabla 4 Evolución de la audiencia de los canales públicos Fuente: elaboración propia, con datos de EAO (2003). País 2000 2003 2006 Nombre % Nombre % Nombre % Alemania ARD1 13,7 ARD1 14 ARD1 14,2 Austria ORF2 32,9 ORF2 30 ORF2 30,6 Bélgica TV1 23,3 EEN 27,9 EEN 28,7 Dinamarca TV2 36 TV2 36 DR1 27,7 España TVE1 24,4 TVE1 24,7 TVE1 18,3 Finlandia YLE1 22,6 YLE1 23 YLE1 23,8 Francia FT2 22 FT2 20,8 FT2 19,2 Gran Bretaña BBC 1 30 BBC 1 26 BBC 1 22,8 Grecia ET1 6,4 ET1 6,1 NET 10,1 Holanda Ned 2 17,4 Ned 2 17 Ned 2 13,5 Irlanda RTÉ1 25,4 RTÉ1 24,1 RTÉ1 25,5 Italia RAI1 22,8 RAI1 23,7 RAI1 23 Portugal RTP1 28,5 RTP1 23,6 RTP1 24,5 Suecia STV2 25 STV2 27 STV1 21,8 La fragmentación de la audiencia favoreció que se produjeran operaciones de concentración en el sector privado, en la medida en que la legisla- ción lo permitía. Una de las peculiaridades del mercado europeo procede de la heterogeneidad de su marco legal; basta con citar dos casos ex- tremos: en Italia, una compañía (Mediaset) pue- de ser propietaria del 100% de los tres grandes canales privados, mientras que en Francia y Es- paña hasta 2003 ninguna empresa podía poseer más del 50% de un solo canal. El incremento y la creciente diversidad de la oferta han modifi cado el tipo de competencia del sector: se ha pasado de la lucha por la au- diencia entre canales generalistas públicos y privados en los años noventa, a la acumulación de puntos de rating (GRP) a través de varios ca- nales –generalistas y de nicho– que son propie- dad de la misma empresa (Dimmick, 2003). En el siguiente apartado se valorará cómo ha afec- tado este fenómeno el grado de concentración de los mercados europeos. I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 350 Competencia entre televisiones públicas y televisiones privadas en el mercado europeo Grado de concentración de los mercados La evolución del origen de los ingresos de la in- dustria de la televisión refl eja la profunda trans- formación del mercado europeo y la pérdida de infl uencia de los canales públicos. A comienzos de los años ochenta, la mayor parte de la fi nan- ciación del sector televisivo de la UE provenía del canon. Diez años más tarde, la facturación publicitaria ya había superado al canon como fuente de ingresos del sector (Foster, 1992). Al concluir el año 2002, la publicidad representaba el 42% de los ingresos totales, el canon el 30%, y las cuotas de los abonados a canales de pago el 28% (Comisión del Mercado de las Telecomuni- caciones, 2003). El incremento de la facturación a través de las cuotas de los abonados es conse- cuencia del crecimiento del número de hogares de la UE suscritos (de 45 millones en 1996 a 70,7 millones en 2003) y, en menor medida, de un leve crecimiento del Average Revenue Per User (ARPU) en el mismo periodo. Desde el punto de vista de la fi nanciación, exis- te un cierto equilibrio de fuerzas entre canales públicos, comerciales y de pago. Sin embargo, si nos fi jamos en la audiencia, los canales comer- ciales y públicos de carácter generalista domi- nan el mercado. La evolución cronológica del grado de concen- tración se puede resumir en las siguientes fases: a) hasta fi nales de los años setenta: monopolios públicos; b) hasta 1985: monopolios levemen- te erosionados por canales privados; c) hasta 1995: lucha por el liderazgo entre canales gene- ralistas; d) hasta la actualidad: fragmentación de la audiencia y, de manera simultánea, ope- raciones de concentración en el sector privado, de modo que un grupo de empresas privadas posee varios canales de televisión en uno o en más países europeos. Tabla 5 Evolución de la audiencia de los canales privados Fuente: elaboración propia, con datos de EAO (2003). País 2000 2003 2006 Nombre % Nombre % Nombre % Alemania RTL 14,2 RTL 15,4 RTL 12,8 Austria RTL 6,2 RTL 5,9 SAT.1 5 Bélgica VTM 28,1 VTM 26,4 VTM 21,3 Dinamarca TV3 13 TV3 11 TV2 34,2 España Tele5 22,3 Tele5 20,2 Tele5 21,2 Finlandia MTV3 40,4 MTV3 39,1 MTV3 29,2 Francia TF1 33,4 TF1 32,7 TF1 31,6 Gran Bretaña ITV 1 30 ITV 1 22,7 ITV 1 19,7 Grecia ANT1 21,8 ANT1 23,1 Mega 18,8 Holanda RTL4 14,9 RTL4 17,1 RTL4 13,6 Irlanda TV3 8 TV3 10,7 TV3 12,3 Italia Canale5 21,2 Canale5 22,6 Canale5 21 Portugal SIC 48,1 SIC 35,3 TVI 30 Suecia TV4 23 TV4 25 TV4 22,2 351 Vo l u m e n 1 1 N ú m e r o 2 D i c i e m b r e d e 2 0 0 8 Alfonso Sánchez-Tabernero, Juan Pablo Artero 4 Este sistema calcula el grado de concentración sumando los por- centajes de mercado de las empresas elevados al cuadrado; así, en una situación monopolística existiría una compañía con el 100% del mercado y el máximo IHH posible: 10.000. En cambio, si hubiese cin- Para medir el grado de concentración actual del sector y el peso relativo de las principales em- presas públicas y privadas de cada país se ha empleado el Índice de Herfi ndahl Hirschman (IHH). Este sistema calcula el grado de concen- tración sumando los porcentajes de mercado elevados al cuadrado de todos los operadores del sector en cada mercado4: constituye un pro- cedimiento de evaluación que permite hacer comparaciones por países. Para determinar qué canales pertenecen a una empresa no se establece un porcentaje determi- nado de participación en el capital, sino que se sigue el concepto de “control efectivo” utilizado por la Unión Europea (Consejo de la Comisión Europea, 1989). Es decir, con una participación muy pequeña en el capital –por ejemplo, un 5% de las acciones del canal de televisión– una compañía puede ejercer una infl uencia decisiva en el nombramiento de los gestores y en otras decisiones estratégicas. La tabla 6 muestra la evolución del grado de concentración de los mercados europeos de te- levisión entre 2000 y 2006. Como se ha indicado, la base del análisis es la audiencia obtenida y no los ingresos de los canales. Salvo excepciones, se observa un leve descenso del índice de con- centración de los mercados. Tabla 6 Evolución del IHH en los países de la UE Fuentes: Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra. Datos sobre número de hogares: The Media Map 2006. co compañías de televisión y cada una de ellas lograse el 20% de la audiencia, el IHH sería 2.000 (resultado de sumar cinco veces 20 al cuadrado). Como muestra la tabla 6, la mayoría de los mercados tele- visivos de Europa oscilan entre un IHH de 2.200 y 3.400. País Nº de hogares IHH, 2000 IHH, 2003 IHH, 2006 (miles) Alemania 36.175 3.185 3.140 2.257 Austria 3.200 3.626 3.376 2.579 Bélgica (fl amenca) 2.650 2.464 2.859 2.406 Bélgica (francesa) 2.090 1.511 1.670 1.234 Dinamarca 2.498 2.634 2.782 2.736 España 12.130 2.322 2.207 1.640 Finlandia 1.999 3.594 3.665 2.936 Francia 22.800 2.124 2.054 2.537 Gran Bretaña 24.200 2.756 2.551 2.086 Grecia 3.350 1.677 1.551 1.381 Holanda 6.415 2.527 2.549 1.770 Irlanda 1.172 2.437 2.347 2.042 Italia 20.695 4.143 4.081 3.534 Portugal 3.120 3.806 3.354 2.480 Suecia 4.030 3.176 2.834 2.231 I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 352 Competencia entre televisiones públicas y televisiones privadas en el mercado europeo Los países con mayor índice de concentración corresponden a dos modelos posibles: a) tardía liberalización del marco legal, por lo que una o dos compañías públicas de televisión conser- van una posición hegemónica en sus mercados, como sucede en Austria; b) países con una libe- ralización relativamente temprana, pero con un marco legal que no pone excesivas trabas a las operaciones de concentración en el sector priva- do (Italia y, en menor medida, Alemania). En los mercados menos concentrados –como el área francesa de Bélgica, España, Grecia y Ho- landa– el sector privado se encuentra notable- mente fragmentado; además, en algunos casos se ha producido una disminución progresiva de la cuota de mercado de los canales públicos. Para cualquier canal –público o privado– el es- cenario ideal consiste en disponer de una alta cuota en un mercado poco concentrado (y, por tanto, con rivales relativamente débiles), como sucede en Francia con TF1: esa posición ga- rantiza dominio del mercado publicitario. En cambio, si el líder alcanza una cuota de merca- do baja –por ejemplo, inferior al 25%–, cuanto mayor sea la fragmentación, menos segura es la posición del líder y más se desplaza el poder de negociación hacia las agencias publicitarias y centrales de compra. El incremento del número de canales no ha be- nefi ciado sólo al sector publicitario: también ha incrementado el poder de negociación de los su- ministradores de productos populares y de los propietarios de derechos. En situación de mo- nopolio televisivo, los productores de películas y programas de televisión, y los propietarios de los derechos de los campeonatos de fútbol ven- dían a precios muy bajos (Bustamante, 1999). La competencia ha ocasionado una extraordinaria infl ación de los precios de esos contenidos. Sin embargo, una excesiva fragmentación del mercado sería menos conveniente para produc- tores y propietarios de derechos, porque en ese escenario ninguna empresa de televisión dispon- dría de recursos sufi cientes para mantener los precios actuales. Por ese motivo, a los producto- res les interesa mantener una situación de com- petencia abierta, pero con un grupo de empresas fuertes en cada mercado; para asegurar que esa situación se consigue o, donde ya existe, se man- tiene, su estrategia de ventas va dirigida no sólo a vender al mayor precio, sino a favorecer una competencia sufi ciente pero no excesiva. Escenarios de futuro Se ha analizado el tipo de competencia estableci- da en el sector televisivo europeo en las últimas décadas, a partir del cambio de rol y la infl uencia de los canales públicos, y del desarrollo del sec- tor privado. Con el fi n de prepararse para la com- petencia futura, las empresas deben determinar los escenarios probables de los próximos años. Una cuestión clave consiste en intuir si el índi- ce de concentración de los mercados con menor IHH va a crecer, de modo que evolucionen ha- cia los modelos alemán e italiano, con uno o dos grandes operadores públicos y otros tantos de carácter privado. En ese escenario habría lugar para muchos canales de nicho, pero todos ellos con una audiencia muy reducida, de modo que no competirían con los canales generalistas ni por las cuotas de mercado de audiencia ni por atraer a las grandes campañas publicitarias. Para cualquier canal –público o privado– el escenario ideal consiste en disponer de una alta cuota en un mercado poco concentrado (y, por tanto, con rivales relativamente débiles), como sucede en Francia con TF1: esa posición garantiza dominio del mercado publicitario. 353 Vo l u m e n 1 1 N ú m e r o 2 D i c i e m b r e d e 2 0 0 8 Alfonso Sánchez-Tabernero, Juan Pablo Artero Esa incógnita depende de la evolución del mar- co legal: la lógica económica favorece las ope- raciones de concentración, cuyo límite tiende a ser el que establecen los legisladores. Las leyes restrictivas se justifi can para proteger la varie- dad de canales informativos independientes; en sentido contrario, la mayor permisividad en el campo de la concentración favorece la capaci- dad competitiva de las empresas (Sánchez-Ta- bernero y Carvajal, 2002; Gustafson, 2006; Ad- vertising Association, 2007). Aunque no se puede determinar cómo va a evo- lucionar la legislación, existe un factor que da mayores posibilidades de éxito a la apuesta más permisiva: a la Comisión de la Unión Europea le preocupa gravemente el desequilibrio entre exportaciones e importaciones de productos au- diovisuales entre Europa y Estados Unidos, que ha alcanzado una proporción de 1 a 10 (Euro- pean Audiovisual Observatory, 2003). La Comi- sión es consciente de que el modo más efectivo de corregir ese desequilibrio consiste en favore- cer el crecimiento de la dimensión de las com- pañías europeas. Por tanto, pese al incremento de canales de televisión, probablemente en los próximos años no se producirá una desconcen- tración signifi cativa del mercado europeo: exis- tirán más posibilidades de realizar operaciones de concentración en el sector privado. La legislación comunitaria establece las “reglas del juego” generales, pero cada país establece sus disposiciones particulares. En el terreno audiovi- sual, los países menos poblados tenderán a per- mitir mayores HHI, porque cuanto menor es el mercado, mayor es la cuota necesaria para alcan- zar el umbral de rentabilidad y para favorecer el desarrollo de compañías altamente competitivas. La segunda cuestión clave en la confi guración del mercado audiovisual de la próxima década se refi ere a los estatutos de las televisiones pú- blicas, que determinan el tipo de contenidos y su modelo de fi nanciación. En este terreno las previsiones son más difíciles: no existen líneas de fuerza homogéneas, y las decisiones de los gobiernos nacionales dependen en buena medi- da de las coyunturas electorales. En todo caso, hay dos fuentes de fi nanciación que probablemente no van a crecer de modo signifi cativo: las tasas que abonan los propieta- rios de televisores y las subvenciones públicas. En ese escenario, las cadenas públicas tendrían que elegir entre ser más comerciales o establecer estrategias de repliegue, con una programación más de nicho, con menos personal, y renuncian- do a la posición hegemónica que hasta ahora han conservado. Se trata, por tanto, de un momento de cambio, tal vez con más incertidumbres que certezas. En este nuevo contexto competitivo, para las compañías de televisión, públicas y privadas, tan importante va a ser su acierto en las apues- tas estratégicas como su capacidad de detectar errores y rectifi car el rumbo con rapidez. 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