convergencia.p65 Te m as d e po rta da Convergencia tecnológica y privatizaciones en el hipersector de la información europeo: concentración y formación de grandes grupos multimedia PEDRO ANTONIO ROJO VILLADA Recibido: 29/04/2005 Aceptado: 10/05/2005 Resumen Las Nuevas Tecnologías de la Información (NTI) constituyen uno de los principales cen- tros de atención por parte de las grandes for- tunas empresariales. Tal interés surge desde el instante en que toman conciencia de la imposibilidad de aislar las sofisticadas con- vergencias tecnológicas del impacto de los mensajes, cada vez más abundantes. En el grueso de las NTI ocupan el segmento estre- lla las aplicadas a la producción y difusión audiovisuales, caracterizadas por la búsque- da de sistemas de acceso instantáneo a la in- formación, reduciendo al mínimo las limita- ciones de la estructura lineal de la cinta de vídeo, y desarrollando sistemas de compren- sión más eficaces en la utilización de grandes volúmenes informativos. Palabras clave: convergencia tecnológica, liberalización, autopistas de la información, grupos multimedia. The New Information Technologies (NIT) constitute one of the main points of interest and targets of the major business and entrepreneurial fortunes. Such interest arises from the very first minute they realize their impossibility of isolating the sophisticated technological convergences from the impact of the more and more abundant messages. In the main bunch of the NIT, the �star segment� is occupied by those applied to audiovisual production and diffusion, characterized by the search of systems of instantaneous access to information, thus reducing to a minimum the limitations of the videotape lineal structure and developing more efficient comprehension methods in the use of large informative volumes. Key words: Technological convergence, liberalization, information highways, multimedia groups. PEDRO ANTONIO ROJO VILLADA Doctor en ciencias de la información (periodismo); magíster en dirección y admi- nistración de empresas (MBA); magíster en diseño gráfico y experto universitario en dirección europea de comunicación de empresas. En el ámbito profesional ha desempeñado labores de marketing en el sector de las telecomunicaciones y de comunicación en la oficina del Parlamento Europeo, en Madrid. Actualmente es profesor de tecnología de la información en el área de periodismo, en la Facultad de Comunicación y Documentación de la Universidad de Murcia, aunque también ha impartido, en otras universidades, diferentes asignaturas en otras áreas: teoría y técnica de las relaciones públicas; gestión de las relaciones públicas; estrategias de las relaciones públicas y comercio electrónico (área de publicidad y relaciones públicas); producción periodística (área de periodismo) y comunicación y nuevas tecnologías (área de comunicación audiovisual). También es autor de numerosos artículos en revistas especializadas, de capítulos de libros y de monografías sobre comunicación. Correo electrónico: parojo@um.es CP31Número 12 • 2005 Pedro Antonio Rojo Villada Introducción Escasos asuntos concitan más grado de espectacularidad que enfrentarse al análisis del origen y desarrollo de la concentración de la comunicación en los países más desarrollados tecnológicamente entre los años 1980-1998, marcados por la velocidad de sus gestaciones, merced a la interjección informática-entrete- nimiento-telecomunicaciones, las cuales inducen una sorprendente revolución de la información o de los �multimedia�, particularmente en los terrenos de la producción y distribución audiovisuales, junto al requerimiento inexcusable de inéditas estrategias de liderato corporativo (Crandall, 1989: 171). El capitalismo y la tecnología conquistaron al planeta y crearon una civiliza- ción mundial. De tal suerte que el capitalismo pasa a convertirse en la propia sociedad. El capitalismo se impuso en todo el oeste y el norte de Europa hacia 1850. En otros cincuenta años se propagó a todo el mundo habitado (Masuda, 1984: 18). Ni el capitalismo ni las innovaciones técnicas eran algo nuevo. Lo nuevo fue la velocidad de su difusión y su alcance mundial en todas las culturas, las clases sociales y la geografía. Esa celeridad y ese alcance fueron los que convirtieron a los avances técnicos en la Revolución Industrial, y al capitalismo en el Capitalismo. ¿Quién conforma o quién tiene el poder de los pujantes conglomerados comunicativos existentes? El impacto de los sectores involucrados en la ex- presión �sociedad de la información� es inmenso: informática, telefonía, elec- trónica de consumo, medios de comunicación y servicios de entretenimiento (cine, música, video, etc.). Los líderes tecnológicos concentran la industria de la comunicación Hasta hace unas décadas, la sociedad mantenía un modelo de desarrollo económico fundamentado en la exis- tencia de sólidas infraestructuras es- tables en el tiempo: carreteras, auto- pistas, puertos, presas, entre otras, que una vez construidas requerían poco mantenimiento y prácticamente CP32 Número 12 • 2005 Convergencia tecnológica y privatizaciones en el hipersector de la información europeo ninguna actualización, y que represen- taban a una sociedad de carácter marcadamente industrial La influencia que ha tenido la tecno- logía en la evolución de nuestro en- torno ha forzado un modelo de ca- racterísticas diferentes a las anteriores, basado en el conocimiento y cimen- tado en las telecomunicaciones, que ha venido a llamarse Sociedad de la Información. En este nuevo mode- lo la actividad humana y la economía mundial están sustentadas en sistemas y tecnologías complejas, en constan- te evolución y actualización (Strachey, 1974: 67). La actividad diaria está basada en la circulación y el tratamien- to de ingentes cantidades de infor- mación digital que circulan por redes de cobertura mundial a la velocidad de la luz. Tradicionalmente, la explotación de los servicios de telecomunicación, el audiovisual y la informática cons- tituían sectores de actividad distin- tos cada uno de ellos, con regula- ciones específicas. Los avances en microelectrónica, en software y en digitalización de las señales (texto, voz e imagen) y su transporte han iniciado un proceso de convergen- cia tecnológica en sectores que te- nían en común el actuar sobre la misma materia prima (la informa- ción) y hacer uso intensivo de re- des de comunicaciones. En este con- texto, la internet se convirtió en el paradigma de esta convergencia (Nora, 1997: 96). En paralelo con la evolución de la tecnología se inició un proceso de li- beralización de las telecomunicacio- nes, una lenta pero inexorable mar- cha de apertura hacia la competencia en sectores tradicionalmente explo- tados en monopolio. Ambos desarrollos, enmarcados en un proceso general de globalización, competencia y difusión acelerada de equipamientos y servicios TIC (Tec- nologías de la Información y la Co- municación), que caracteriza el cam- bio de siglo, están produciendo la paulatina reestructuración de los mer- cados y de su regulación (Thurow, 1996: 122). La fusión entre las industrias de tec- nologías de la información, audiovisual y de telecomunicaciones se convierte en la veta de oro de fabulosos nego- cios, conglomerados voraces que de- sarrollan planes operativos de produc- ción y venta para asegurar el ritmo de crecimiento e inundar el mercado a fin de ganar cuantiosas sumas de di- nero en las sucesivas operaciones fi- nancieras y, en el caso de las autopistas de la información, asegurar rentables �peajes� (Gerstein, 1987: 71). CP33Número 12 • 2005 Pedro Antonio Rojo Villada Sus magnates y las organizaciones, llamados a sobrevivir y crecer sin cesar, están obligados a vivir en pie de guerra y practicar toda suerte de golpes de efecto financieros. En esa fiebre de �megafusiones� no son extraños el caos y el desconcierto reinantes entre usuarios de produc- tos audiovisuales, cada vez más in- defensos, ya que puede ocurrir que hoy nos propongan un producto o un sistema que mañana desaparez- ca por una compra, fusión o ab- sorción de compañías. Entonces, cabe preguntar, ¿quién se atreve a adoptar una tecnología que en poco tiempo puede dejar de desarrollar- se, no por obsolescencia técnica, sino por la decisión del consejo de ad- ministración de una gran compañía (Joshino y Rangan, 1996: 63). En el hipersector de la información se ha producido una especie de ca- rrera de contactos multinacionales entre compañías, con el fin de reali- zar fusiones, absorcio- nes, compras y uniones a riesgo, que permitan lograr posiciones pre- ponderantes en el nego- cio audiovisual y de di- fusión (Castells, 1997: 333). Además, tales ries- gos, o mejor incerti- dumbres, están llamados a multiplicarse, tras determinadas uniones estratégicas en la línea de re- unir en escasas manos los focos de decisión tecnológica mundial, y de aglutinar en las mismas manos las dos fases esenciales del producto infor- mático (hardware y software). En esta dinámica, donde se inserta el difícil papel de los magnates, no se pueden soslayar los acuciantes reque- rimientos que también pesan sobre los políticos, del descubrimiento y ensayo de nuevas formas de operar. Parlamentos y gobiernos están obli- gados a actuar de forma inteligente ante los grandes conglomerados comunicativos para, en medio de las lógicas garantías democráticas, pro- piciar el desarrollo de la liberación de las telecomunicaciones y sus manifes- taciones en el ámbito específico de la libertad de expresión. Contemplada en su conjunto, la con- vergencia de las tres industrias, resulta- do de la interjección de la informática avanzada (en las dos fases citadas), del en- tretenimiento (video, cine y televisión), y de la co- municación propiamente dicha (mediática), asustan en cuanto a sus magnitu- des; máximo contem- plando los requerimientos La fusión entre las industrias de tecnologías de la información, audiovisual y de telecomunicaciones se convierte en la veta de oro de fabulosos negocios. CP34 Número 12 • 2005 Convergencia tecnológica y privatizaciones en el hipersector de la información europeo de los gestores de redes, empresas editoriales, periodistas, proveedores y la inmensidad de consumidores dis- puestos ahora a pagar para recibir en casa todo tipo de distracciones a tra- vés de las redes de telecomunicación. Por eso en toda Europa comunitaria hoy en día, el ímpetu liberalizador, característico de la revolución de las telecomunicaciones, traumatiza las es- trategias comerciales y políticas, para terminar exponiendo a la ciudadanía a increíbles formas de vida (AA.VV., 1982: 93). En una primera acometi- da la Europa de los monopolios es- tatales de Radio Televisión Españo- la, RTVE, y las corporaciones públi- cas de telecomunicación, se resiente; pero poco a poco, a medida que se acerca el año 1988, se destruyen ba- rreras y la iniciativa privada avanza. Ante todo, los escenarios demuestran cómo unos acontecimientos están moldeados por otros que han tenido lugar en momentos anteriores. La ex- periencia puede ser valiosa porque nos movemos en una era de ensayo-error (aciertos-desaciertos), de saltos atrás. De momento, por ejemplo, millones de europeos tienen acceso a la televi- sión digital vía satélite. A la cabeza va Canal+ Francia �que inició sus emi- siones en abril de 1996� (Maña, 2000: 39). Imbuidos de este enfoque puede ser comprensible la inquietud de los expertos (filósofos, sociólogos y psi- cólogos) ante el impacto cruzado de la generación de las innovaciones tec- nológicas punteras, debido a su vir- tualidad para satisfacer la demanda de �nuevos tipos� de comunicación, ca- paces de estimular y consolidar �nue- vos comportamientos� individuales o colectivos y, de paso, modificar los modelos de funcionamiento de la so- ciedad tradicional (Mattelart, 1993:43). Un impacto así de cruzado es lógico que maneje operadores de cable, em- presas de telefonía y compañías informáticas, e impulse con vigor lo que ya hace tres décadas Marshall McLuhan denominó �aldea global de las telecomunicaciones�, la cual estos días ha conseguido, en el decir de varios tecnólogos, que millones de personas vivan atrapadas dentro de celdas de una enrevesada �tela de ara- ña�, por encima de desiertos, cordi- lleras y océanos, aunque �he aquí lo más doloroso�, excesivas veces en cir- cunstancias de indefensión, expuestos al bombardeo de la �artificialidad� mediante mensajes alienantes, muy dis- tantes de cuanto realmente sucede en la vida ordinaria de cada aldea. Ésta es la encrucijada. Encontrar una síntesis. Los magnates mundiales, más sensibles que nadie a ello, empiezan a trabajar en ella, porque va a ser muy rentable �si aciertan�, concitar una CP35Número 12 • 2005 Pedro Antonio Rojo Villada �nueva relación� con los nuevos usuarios. Esta encrucijada temeraria obliga a hacer dos preguntas: ¿hasta dónde pueden llegar los nuevos ti- pos de comunicación?, ¿contribuirán a extender el bienestar para todos o, por el contrario, a acentuar las dife- rencias entre países ricos y países po- bres? (Castells, 1990: 50). Las autopistas empiezan a demandar grandes redes de telecomunicaciones y multimedia capaces de digerir el vértigo adquirido por las NTI, aun- que no el subsiguiente desconcierto de los responsables políticos a la hora de entenderlas. Éstas, en la praxis, empiezan a resultar tan valiosas para el ciudadano europeo que hasta se predica con una nueva infraestructu- ra de la información naciente, la cual será a la economía nacional de la dé- cada de los noventa lo que supuso la infraestructura del transporte a la eco- nomía de mediados del siglo XX (li- bro autopistas de la información). Telecomunicaciones digitales, fibras ópticas y nuevos sistemas de satélites de alta capacidad están modificando a ritmo acelerado la calidad y el sen- tido de una vida más bien propia del tercer milenio, requerido eso sí de una reflexión precoz sobre su evolución: ¿quién controlará el crecimiento des- orbitado de tales redes?, ¿qué mar- gen de maniobra tendrán las nacio- nes en un ciberespacio competitivo y no localizable?, y por fin, ¿será previ- sible el establecimiento de una demo- cracia virtual? El término integración se ha enten- dido normalmente como concentra- ción o fusión de medios (Sánchez, 1993: 74). Se refiere a la propiedad y el control de los medios, compañías, operadores, servicios y contenidos por parte de unos pocos dueños, mediante la fusión o la compra de las propiedades. Es la aceleración del concepto de monopolio de los me- dios. Existen tres tipos de integración: a) Vertical: significa la propiedad, compra o control de compa- ñías y empresas situadas en al- gún punto de la cadena de producción, distribución y auxiliares. Supone el control del transporte y el contenido. Este tipo de integración se evita por medio de la regulación. b) Horizontal: significa la propie- dad, compra o control de compañías y empresas situadas en el mismo nivel de la cadena de producción (unión vía digital y canal satélite digital). c) Transversal: propiedad, compra o control de compañías y em- presas situadas en el mismo ni- vel de la cadena de producción, CP36 Número 12 • 2005 Convergencia tecnológica y privatizaciones en el hipersector de la información europeo pero pertenecientes a otro sis- tema de distribución de con- tenidos (una compañía de te- lecomunicaciones compra un operador de TV). Estos tipos de integración se han ace- lerado con la desregulación de los úl- timos años, y están originando serios problemas de salud democrática, debido a que la información que re- cibe la sociedad está controlada. El resultado de la integración horizon- tal y vertical son los conglomerados multimedia. Otra acepción del térmi- no integración tiene que ver con la convergencia tecnológica y la coope- ración periodística que se da en las redacciones donde se producen con- tenidos para varios medios (Miguel, 1993: 249). Retraso europeo frente a Estados Unidos Mientras que Estados Unidos dispone de recursos suficientes para terminar la configuración de la legislación que posibilite sus condiciones, el viejo conti- nente, por el contrario, sigue siendo víctima de las divisiones y la ausencia de normalización audiovisual. En los países de la Unión Europea hay, al menos, media docena de sistemas distintos de conexión a las redes eléctricas naciona- les, y otros tantos modelos entre los ordenadores y las líneas telefónicas terres- tres, con lo que no hay manera alguna de salir de la parálisis y conseguir de una vez la �armonización técnica� y la �normalización� comunitarias. A la hora de buscar soluciones a esa crisis operativa de la industria audiovisual europea uno de los documentos que es necesario a estudiar es el Informe Bangemann, el cual tiene su origen en la Cumbre Europea (Comisión Euro- pea, 1994: 116) que solicitó su preparación en Corfú al comisario de industria, Martín Bangemann, y un grupo de personalidades relevantes. El grupo había terminado el documento titulado: Europa y la sociedad global de la información, normalmente conocido como �Informe Bangemann� (Comisión Europea, 1996: 63). Entre los participantes parece clara una hipótesis central: �necesitamos superautopistas electrónicas europeas, por tanto tenemos que liberalizar�. Sin embargo, el cómo liberalizar se aleja bastante del consenso. Los miembros del grupo manifiestan diversos y controvertidos criterios, y por eso al final alum- bran análisis plurales. En concreto, los interrogantes fundamentales del Informe CP37Número 12 • 2005 Pedro Antonio Rojo Villada son: ¿cómo la plena liberalización puede conciliarse con el objetivo funda- mental de la Unión Europea, que es crear un mercado único homogéneo?, ¿cómo pueden asegurarse condiciones de acceso al mercado bien equilibra- das? y, finalmente, ¿qué se entiende por liberalización? (Comisión Europea, 1997: 149). El impulso de la liberalización entraña el riesgo de incrementar la fragmenta- ción del mercado, sin disfrutar de la economía de escala disponible en otros lugares. Entonces, ésta tendría que ser contrapesada por medidas que impidan que el mercado europeo multimedia se rompa en demasiados pequeños pe- dazos. Una fórmula idónea si se desea evitar la fragmentación del mercado sin impedir la innovación y el progreso técnico podría ser estandarizar no sólo una tecnología sino una pequeña selección de tecnologías a partir de la cual la elección sería libre pero preceptiva (European Commission, 1997: 63). En otras palabras, las licencias para nuevas redes y servicios se otorgarían bajo la condición de que quien recibe la licencia respete el uso obligatorio de una tecnología acorde con la etiqueta �Estándar europeo�. La dispersión de �modelos audiovisuales� en el mercado europeo La desaparición de fronteras econó- micas y de barreras a la importación/ exportación de tecnología están pro- duciendo enormes economías de es- cala. Existen tres grupos de tecnolo- gías que ya están teniendo y tendrán en el futuro un fuerte impacto en el hipersector: • Las nuevas tecnologías de ac- ceso (fijas y móviles). • Las redes IP. • La televisión digital. El efecto combinado de estos gru- pos de tecnologías es la llamada convergencia entre telecomunicacio- nes, audiovisual e internet. Precisamen- te, la internet es un ejemplo paradig- mático de convergencia (Parlamento Europeo, 2000: 32). Su crecimiento pone en cuestión la estructura de los mercados de voz y datos tradicionales al proponer una plataforma global común para prestar todos los servicios de telecomunicación imaginables. Cada poco tiempo se multiplica la capacidad de transmisión de las re- des: la multiplexación, la fibra óptica y el despliegue de bucle de abonado reducirán los costes y aumentarán la CP38 Número 12 • 2005 Convergencia tecnológica y privatizaciones en el hipersector de la información europeo capacidad de las redes fijas. El des- pliegue de redes de acceso inalámbrico de banda ancha aumentará la compe- tencia en el segmento de las comuni- caciones empresariales. El despliegue de la televisión digital convertirá al te- levisor en la plataforma ideal para popularizar el acceso a la sociedad de la información. El despliegue de la tercera generación de móviles (UMTS, Universal Mobile Telecommunication System), implica la conjunción de los dos conceptos que más éxito han te- nido en el pasado: internet + telefonía móvil (Comisión Europea, 1997: 149). Un primer paso decisivo, como ins- trumento de colaboración entre com- pañías europeas, es la creación del Foro de Comunicaciones Avanzadas para la Europa del año 2000 (Ace 2000 Forum). British Telecom, Deutsche Telekom, France Telecom, Stet y Te- lefónica Española, son compañías que a su vez han destinado casi 100.000 millones de pesetas a nuevas redes pi- loto paneu-ropeas de fibra óptica, que probarán nuevos equipos y aplicacio- nes (Linares, 1995: 124). Así preten- den iniciar una tasa precomercial de nuevos servicios relacionados con el envío instantáneo de voz, datos e imá- genes, y la conexión de ordenadores distintos entre sí. No obstante, todavía se encuentran en fase de aplicación los avances tec- nológicos precisos, y los criterios que se adaptarán tendrán que contar con las propuestas de los usuarios y la in- dustria suministradora de equipos. Por su parte, los operadores se pro- ponen fomentar, particularmente, las aplicaciones a las administraciones públicas, la banca, las publicaciones, la industria, la investigación y el ocio (Linares, 1995: 136.). En el trasfondo lo que está pasando es el eterno problema europeo de la dispersión de modelos, tan distante de Estados Unidos, donde no exis- te. Se sufrió con la televisión, y ahora que se ha operado el nuevo maridaje televisión-ordenador, es previsible su recrudecimiento en cuanto podría obstaculizar no ya la construcción de las autopistas de la información, sino hasta las carreteras de la comunica- ción. El comisario hubo de recono- cer ante los invitados que las redes europeas están mal integradas. Presumiblemente, semejante des- ventaja dificulta el objeto esencial buscado por la comisión de acuer- dos en el marco regulador en pro del acceso universal a las autopis- tas, la ulterior estrategia para el de- sarrollo de las infraestructuras, y la base común sobre los contenidos culturales y sociales de la sociedad d e l a i n f o r m a c i ó n ( Te z a n o s y López, 1997: 258). CP39Número 12 • 2005 Pedro Antonio Rojo Villada Esta preocupación la vive la Comi- sión Europea de una manera trepi- dante, como lo demuestra su reno- vado afán de abrir los mercados de las telecomunicaciones, lo cual le lle- varía a mediados de julio de 1995, a presentar dos propuestas de impor- tantes directivos preparadas escrupu- losamente los meses anteriores con objeto de forzar a los gobiernos de la Unión Europea a la liberalización del sector antes de 1998 (Comisión Europea, 1993: 42). La primera pro- puesta giraba en torno a la liberaliza- ción de todos los servicios de tele- comunicaciones antes de 1998, y es- taba liderada por Karel van Miert, co- misario europeo de la competencia, y la segunda proponía la creación de un marco de armonización para la interconexión de las telecomunicacio- nes, asegurando el servicio universal y la oportunidad mutua de redes (Co- misión Europea, 1997:141), obra de Martin Bangemann. El sello distintivo del sistema de te- levisión de la Unión Europea es la convivencia de un sistema dual de operadores privados y públicos de televisión. Los Estados miembros son libres para determinar la impor- tancia respectiva del sector privado y público, mientras que la Unión Eu- ropea recomienda una clara defini- ción de las actividades de servicio público y un alto grado de trans- parencia. Los principales objetivos de la Unión Europea en materia audio- visual son los siguientes: • Preservar la identidad cultu- ral y lingüística de los países europeos. • Establecer un mercado euro- peo de servicios audiovisuales. • Desarrollar una fuerte indus- tria de contenidos para com- petir a nivel mundial. Los Estados miembros son compe- tentes para subvencionar el servicio público de televisión, en la medida en que dicha subvención: • Vaya destinada al servicio pú- blico, definido y organizado por cada Estado miembro. • No altere las condiciones del mercado y la competencia en el ámbito comunitario. La directiva de televisión sin fronte- ras se basa en la imposición de un tiempo de transmisión de contenidos procedentes de países comunitarios. También intenta promocionar las in- versiones para la producción de con- tenidos europeos frente a los norte- americanos. Las autoridades de la competencia velan por el pluralismo en los medios, controlando los pro- cesos de concentración empresarial (Comisión Europea, 1989: 88). CP40 Número 12 • 2005 Convergencia tecnológica y privatizaciones en el hipersector de la información europeo Respuesta de los grandes empresarios de la comunicación a los monopolios estatales En la década de los setenta irrumpen los primeros destellos de la contestación a los monopolios estatales de telecomunicación, radio y televisión, junto a la de las subvenciones a la prensa, químicamente puras, que suponen el máximo grado interventor en la vida económica y social en determinados países occi- dentales, columna vertebral de una convivencia de talante socialdemócrata inspirada en unas sensibilidades públicas, antitéticas a las estrategias competiti- vas estadounidenses. Dicha contestación irrumpe a raíz de la aparición del satélite y demás �nuevos media�. Ya no queda más remedio que destruir los decodificadores, acceder a la publicidad, abrirse a determinados grados de liberalización. Alguna parte del cambio de mentalidad de los directivos de los monopolios tiene que ver con grupos multinacionales de telecomunicación en vías de constitución en la industria digital, donde sonó la alarma ante los riesgos de concentración que acarrearía la introducción del sistema digital audiovisual, respecto del cual se defendió el libre acceso a las redes y a los sistemas de control de acceso (Infante, 1998: 17). Las televisiones públicas no dudaron en plantear el combate contra �la vulga- ridad y la brutalidad� que campeaban en las programaciones. Mucho les pre- ocupaba intensificar su cooperación principalmente en programas juveniles, documentales y de animación. En definitiva, mantener y promover progra- mas de calidad. En su ánimo estaba aún latente el gran problema de Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, y que existía por razones poderosas. Efectivamen- te, los fundamentos de la existencia de los monopolios electrónicos estatales datan de esa época, mucho antes por tanto de que se escucharan los primeros anuncios de la creación de autopistas de la información. Pero a pesar del rosario de limitaciones detectadas es de justicia puntualizar que el movimiento liberalizador ganaría terreno en los últimos años a la Europa de los monopolios, tanto los de radio y televisión aludidos como los de las tele- comunicaciones, mereciendo en los últimos resaltar la desregulación británica, CP41Número 12 • 2005 Pedro Antonio Rojo Villada que consiguió desde Londres las comunicaciones más baratas de Europa (Crandall, 1989: 69). La liberalización de las telecomunicaciones ha provocado la paulatina desapa- rición de los monopolios y la llegada de nuevos operadores �entrantes� de telecomunicaciones. Por otro lado, avanza inexorablemente la privatización de los operadores de telecomunicaciones nacionales establecidos, lo que les per- mite ganar independencia de sus respectivos gobiernos y más libertad a la hora de fijar tarifas y otro tipo de estrategias. Los dos factores fomentan una tendencia hacia entornos menos regulados que propician la aparición de mul- titud de iniciativas para crear nuevos servicios. El marco regulador es un ele- mento clave de este proceso (Urgoiti, 1999: 116). La forma en que se regulen las infraestructuras y los servicios definirá dónde se encuentra en la cadena de valor el mayor valor agregado, y qué agente está mejor posicionado para obtenerlo. Hasta ahora había cadenas de valor específicas en los distintos segmentos de actividad. El re- gulador dirige y modula la velocidad del proce- so liberalizador. Las decisiones del regulador se han dirigido en una primera fase hacia la apertura de las redes existentes, al ser éstas el eslabón de la cadena de valor más difícil de desplegar por las elevadas inversiones que requieren. La introducción de competencia en los servicios, en cambio, es más rápida, pues éstos se despliegan con las redes existentes. Según Gretel (2000: 329), las tareas primordiales y más conflictivas del regulador han sido: • La regulación del acceso al mercado de los nuevos operadores mediante unas reglas sencillas y claras que recojan sus derechos y obligaciones (títulos habilitantes). • Que no existan límites en cuanto al número salvo en caso de utiliza- ción de recursos escasos (espectro, derechos de paso y numera- ción). • El establecimiento de las condiciones de interconexión de forma rápida y razonable para todos. Alguna parte del cambio de mentalidad de los directivos de los monopolios tiene que ver con grupos multinacionales de telecomunicación en vías de constitución en la industria digital. CP42 Número 12 • 2005 Convergencia tecnológica y privatizaciones en el hipersector de la información europeo En Europa los organismos reguladores de cada país han sido los principales responsables de promover este proceso. Sin embargo, se aprecia un creciente movimiento de implicación en la regulación de entidades supranacionales y/o mundiales �la Comisión Europea y la Organización Mundial del Comercio (OMC)�. En el hipersector de la información coexisten regulaciones muy distintas para las telecomunicaciones, el sector audiovisual y la internet. Ello hace que las nuevas aplicaciones y servicios cuya producción incorpora simul- táneamente elementos de los tres sectores (servicios convergentes) se encuen- tren con una regulación inadecuada (Gretel, 2000: 415). La digitalización de los contenidos permite su almacenamiento, procesamien- to y replicación posterior de forma ilimitada, por lo que los derechos de propiedad intelectual pueden quedar en entredicho. Reconocida la importan- cia de los contenidos en el despliegue de la Sociedad de la Información, si éstos no se protegen los proveedores de contenidos no se animarán a desa- rrollarlos (Linares y Ortiz, 1995: 82). Las autopistas de la información propician la concentración en la industria de la comunicación Las autopistas de la información, o de la comunicación, autopistas electrónicas o inteligentes mejor, �superautopistas�, o �infopistas�, concepto relativamente cercano �de la época Clinton�, en cuanto redes de comunicación con capacidad de transmisión hasta mil veces superior a las actuales, vienen a suponer un reactivo de gran calado en la socie- dad de la información: una revolu- ción de la revolución desbordada aunque se mantiene el esquema ini- cial de avance progresivo hacia el logro del feed-back continuo entre emisores y receptores (Huidobro, 1993: 41). Éstas surgen cuando se decide que las grandes interconexiones de trans- misiones de datos pueden ser objeto de cauce e intereses comerciales, fun- damentalmente para la industria audiovisual; el concepto de autopista de la información pasa a ser recogi- do por los programas marco de In- vestigación y Desarrollo (I+D) de la Unión Europea para el nuevo siglo. La estructura física que por antono- masia soportará estas autopistas va a ser la fibra óptica, vulgarmente cono- cida como �cable del futuro�, debi- do a su relativa atenuación, protección contra las interferencias y ancho de CP43Número 12 • 2005 Pedro Antonio Rojo Villada banda prácticamente ilimitado, que supera incluso el Shielded Twisted Pair (STP), idóneo desde hace tiempo en el cableado estructurado y con interferencias mínimas (Tanembaun, 1997: 199). Tan claro liderato tecno- lógico es el causante de que se hayan empezado en este trienio a invertir bi- llones de dólares para hacer llegar la prodigiosa fibra a los hogares y em- presas de los países europeos, al per- mitir el acceso a servicios de redes digitales de sistemas integrados de banda ancha (RDSI-BA), propician- do el funcionamiento del video interactivo y las bibliotecas multimedia. Sin embargo, para crear la infraes- tructura requerida ha sido necesario desembolsar cuantiosas cifras de di- nero en el �asfalto�, en las redes de fibra óptica. En el comienzo del nuevo siglo el comercio no sólo dis- currirá sobre las autopistas de asfal- to, sino sobre las autopistas de la in- formación, las cuales vehicularán este tipo de flujos en vez de personas o mercancías, razón por la que son promocionadas por la Unión Eu- ropea en sus programas. En la actualidad ya existen bastantes autopistas de la información, y no transcurre un día sin que tengamos alguna nueva en preparación o pues- ta en funcionamiento. Lo difícil, sin embargo, es configurar su papel, dotarlas de contenido y, en conse- cuencia, crear nuevos servicios. No obstante, desde el inicio se tropieza con un serio inconveniente: la caren- cia de un acuerdo acerca de los ser- vicios. En el viejo continente pesa muchísimo el lastre de las prácticas monopolísticas de sus operadores, y el control estatal sobre las redes y la seguridad de las comunicaciones (Tanembaun, 1997: 218). Hay otro rasgo de las autopistas dig- no de ser destacado, y es que con su puesta en funcionamiento deberá ponerse al día, desde el punto de vis- ta tecnológico, el conjunto de las lí- neas telefónicas. Los mayores opera- dores de telecomunicación europeos se han comprometido a desarrollar en un año una red piloto de banda ancha que supere las virtualidades actualmente operativas en el mundo. En este debate de tanta proyección, donde las nuevas superautopistas es- tán llamadas a permitir el dibujo de la utopía de una sociedad más infor- mada y descentralizada, lo importante es acertar en la dificultad de predecir los plazos de la transformación del mundo audiovisual. Esta tarea requi- rió del concurso de legisladores, au- toridades reguladoras y empresarios; para responder inicialmente a ella Clinton y Al Gore le dieron impulso desde Estados Unidos mediante la CP44 Número 12 • 2005 Convergencia tecnológica y privatizaciones en el hipersector de la información europeo puesta en funcionamiento de su in- fraestructura mundial de información (IMI), capaz de dar la vuelta al globo con supercarriles de información por los que toda persona pueda transitar (Mattelart, 1993: 76). Sus mentores propusieron la promo- ción del funcionamiento de la demo- cracia al realzar la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones, esperando que ésta sea en definitiva la clave del crecimiento para las eco- nomías nacionales e internacionales. Clave porque buscaba dos factores decisivos: reducción de costes y ra- pidez en la creación de redes tecnoló- gicas, ambos verdaderos catalizadores del sector industrial que deberá ser el artífice de la citada infraestructura. La economía de las redes ha cam- biado de tal suerte que la opera- ción del mercado privado compe- titivo puede construir una gran par- te de la infraestructura de redes. Por eso la construcción de autopistas de la información; en esta ocasión no se trata sólo de la movilización de cuantiosas sumas de dólares para construir nuevas infraestructuras, sino de instrumentar recursos hu- manos y capacidad de investigación para asegurar que el conjunto de las redes existentes se interconecten y se beneficien entre sí de las aplica- ciones (Gretel, 2000a: 840). En el fondo, un planteamiento típicamen- te liberal donde la iniciativa priva- da ha de jugar la mejor carta. La internet se convierte en la más rentable y transitada autopista de la información La �red de redes� estadounidense de conexión de ordenadores internet (International Network of Computers), fue creada en 1959 por el Departa- mento de Defensa para favorecer sus comunicaciones internas y conectar al Pentágono con las investigaciones militares desarrolladas por universidades y grandes corporaciones industriales. Después, las redes de correo y servicios electrónicos como CompuServe y America Online se conectaron a ellas con- virtiéndose así en la mayor y más transitada autopista de la información, y en un exponente más del cambio frecuente de los ámbitos militar fundacional al científico y académico (Gretel, 2000a: 852.). Dentro del esquema diferencial de interconexión de este sistema, el control del flujo y de errores corresponde a los equipos que establecen la conexión, puesto que si surge un error en cualquier �encaminador� o red conectada, el resto de las redes debe seguir funcionando con carácter independiente. CP45Número 12 • 2005 Pedro Antonio Rojo Villada En la Unión Europea la Comisión, ansiosa de que antes de fin de siglo los servicios nacionales de correos perdieran parte de sus monopolios, aprobó el 26 de julio de 1995 una propuesta de directiva garantizando en primicia, en el ámbito comunicativo, el mantenimiento de un servicio universal, al mismo tiempo que la apertura parcial y progresiva del sector de correos de la Unión Europea a la competencia. El régimen de monopolio solamente sobrevivirá para el envío de cartas físicas (Gretel, 2000a: 328). Con esta propuesta liberalizadora los países miembros daban el visto bueno al inicio de un proceso global de privatización decisivo. Hasta el año 1993 el desorden imperante en la internet suponía un verdadero calvario para los usuarios, pero desde entonces se produjo un cambio importante al ponerse en orden el ar- chivo con la creación de una especie de �subred�, denominada web (en inglés, telara- ña). Llegado ese instante, el usuario de la red dispuso de valiosas herramientas de trabajo, la mayoría de distribución gratuita, a la hora de localizar la información y el acceso a servido- res multimedia tipo WWW. Como el volumen de información contenida en la internet crecía sin cesar puesto que desde cualquier parte del mundo se podía acceder a múltiples datos que se encontraban en las bibliotecas, dialogar entre ordenadores, trans- ferir datos gráficos e imágenes, y hacer múltiples negocios, todo el mundo estaba interesado en enriquecerse por esta vía y solicitó el enganche. Entre los primeros negocios que así lo hicieron se encontraban los medios de comuni- cación, que podían poner en circulación dentro de la red no sólo sus conteni- dos, sino también sus archivos junto a determinados bancos de datos (nom- bres, fotografías, cuadros, perfiles, etc.) a cambio de cobrar una cuota a los usuarios según el tipo de servicio (Gretel, 2000a: 351). En vista de las ventajas ofrecidas por la internet, la red experimentó un verda- dero boom. Actualmente está de moda y cualquiera que abre un negocio incor- pora ya el número del correo electrónico y la dirección web. La onda operativa inicial en donde todo era gratuito está cambiando de raíz, porque ya las insti- tuciones públicas se han planteado cortar las subvenciones de conexión, y los La economía de las redes ha cambiado de tal suerte que la operación del mercado privado competitivo puede construir una gran parte de la infraestructura de redes. CP46 Número 12 • 2005 Convergencia tecnológica y privatizaciones en el hipersector de la información europeo medios de comunicación diseñan estrategias para el cobro de contenidos, con objeto de dar paso a la privatización absoluta de la red. Por otra parte, hay que entrar siempre a través de un proveedor el cual cobra los servicios y utiliza las líneas del operador telefónico, que ocasiona consecuentemente unos costes de utilización (Miguel, 1993: 240). La internet supone un modelo de negocio diferente, en la medida que implica un sistema técnico y métodos de tarifación distintos, presentando asimismo inmensas oportunidades en lo que a personalización �máximo grado de seg- mentación� se refiere. En la internet es posible adecuar perfectamente la ofer- ta a los deseos del consumidor, con servicios como la música o el video bajo demanda. Se trata de un cambio radical de paradigma: personalización en contraposición a la tradicional difusión masiva. Los grupos multimedia aprovechan la emergencia de las autopistas de la información en la Unión Europea Ya hemos dicho, al comienzo de este artículo, que escasos asuntos concitan más interés que enfrentarse al análisis del origen y desarrollo de las turbu- lencias tecnológicas en el intervalo 1980-1998, marcados por la especta- cular velocidad de sus gestaciones, derivadas de la interjección informá- tica-entretenimiento-mediática, las cua- les inducen una sorprendente revolu- ción de la infor mación o de los multimedia, particularmente en los terrenos de la producción y distribu- ción audiovisuales, acompañada del requerimiento inexcusable de inéditas estrategias de liderato corporativo en el sector. La informática avanza sin solución de continuidad en sus dos fases de hardware y software; el entretenimien- to, haciéndolo a expensas del prodi- gioso desarrollo de las técnicas de video, cine y distintas modalidades de televisión (sobre todo la digital, para el próximo trienio); y los medios de comunicación colectiva, integradores de ambas, bajo las especies de interactividad y globalización, fenó- menos posibilitadores de mensajes que alcanzan todo el planeta y elimi- nan las prácticas analógicas de ante- riores décadas. La originalidad de nuestra época reside en que la aten- ción se desplaza del conflicto a la información (Miguel, 1993: 257). La estrategia de las economías de es- cala tiende a concentrar en países �punteros� los grandes bancos de CP47Número 12 • 2005 Pedro Antonio Rojo Villada datos y la tecnología avanzada, ahondando en su diferencia con los menos desarrollados, excepción so- nora de algunos, antes tercermundis- tas, y ahora super-industrializados, del Extremo Oriente. El G-7, por otro lado, acomete el debate inédito del libre acceso de los ciudadanos a la sociedad de la información en el flamante contexto de las autopistas comunicativas, y la decidida volun- tad de impulsar proyectos interna- cionales deseosos de estimular re- des derivadas de la interjección expuesta. En este mundo multipolar de in- fluencia sorprendente interesa saber hasta qué extremo las turbulencias tecnológicas están provocando, a la vez, cambios en el Norte y en el Sur, aunque, eso sí, de diferente manera, y en medio del profundo temor de los países atrasados de perder no sólo la batalla de los so- portes sino también la de los con- tenidos. Parece evidente que los desequilibrios generan tensiones cí- clicas (Poissant y Godefroy, 1994: 59). Entre ellos, la conversión del mundo comunista al capitalismo ac- tual, el �despegue� de las industrias inteligentes (informatizadas, roboti- zadas) creadas por el hombre, los cambios demográficos, y la apari- ción de una economía verdadera- mente global. Del conjunto de tales factores nos interesa ahora el que aborda las Nuevas Tecnologías de la Informa- ción (NTI), lugar de encuentro de in- dustrias informáticas y telecomunica- ciones, siendo emblemáticas las apli- cadas a la producción y difusión audiovisuales, mencionadas antes. Estas tecnologías buscan sistemas de acceso instantáneo a la información, reduciendo al mínimo las limitacio- nes de la estructura lineal de la cinta de vídeo, y desarrollando sistemas de comprensión más eficaces en la utili- zación de grandes volúmenes infor- mativos. La aceleración actual es de tal magni- tud que penetra los principales po- ros de lo económico, social y políti- co, encontrándose en la base de la nueva sociedad, y su influencia crece. Este hecho nos permite delimitar un fenómeno de aceleración emergen- te, causante de aspectos disfuncionales ante la amenaza de alterar el ritmo de la vida humana. Curiosamente, el entendimiento entre enfoques capaces de ensamblar reque- rimientos tecnológicos y humano-so- ciales fragua la inquietud que lleva o los más enterados a preguntar sobre quién conforma o quién tiene el po- der de los pujantes conglomerados comunicativos (Poissant y Godefroy, 1994: 81). Dos incógnitas inmensas, CP48 Número 12 • 2005 Convergencia tecnológica y privatizaciones en el hipersector de la información europeo pues inmenso es el impacto de los sectores involucrados en la expresión �sociedad de la información�: infor- mática, telefonía, electrónica de con- sumo, medios de comunicación y servicios de entretenimiento (cine, música, video, entre otros). La carrera por el dominio de la in- formación y las redes es imparable, impulsada por la feroz competencia de empresas y líderes, pero a pesar de ello, he aquí lo estimulante, llena de ingentes oportunidades para quie- nes estén en condiciones de enfren- tar los nuevos desafíos y las normas a base de emplear nuevas estrategias y personalidades. Por elevación, los magnates mundiales, que encarnan el nuevo liderazgo corporativo, son los más obligados a sobrevivir y crecer sin cesar, y practicar toda suerte de negocios tecnológicos y golpes de efecto financieros. A raíz de la caída de los monopolios estatales sobre las redes y la acelera- ción tecnológica, las grandes empre- sas tecnológicas se lanzan a la conquista del mercado. En esa fiebre de megafusiones, con las subsiguien- tes rupturas sorpresa, no son extra- ños el caos y el desconcierto reinantes entre los usuarios de productos audiovisuales, de suyo cada vez más indefensos: puede ocurrir que hoy se proponga un producto, un sistema, que mañana haya desaparecido me- diante una compra, fusión o absor- ción de compañías. En vista de ello, ¿quién se atreve a adoptar una tecno- logía, que en poco tiempo puede dejar de desarrollarse, no por obsolescencia técnica, sino por la de- cisión del consejo de administración de una gran compañía? En el nuevo milenio estamos asis- tiendo al aumento de inesperadas alianzas entre grandes compañías, fe- nómeno que acarrea vincular socios de distintos países y abarcar una am- plia gama de funciones y activida- des (Tapscott, 1997: 174). A lo largo de los últimos años se ha pasado de la euforia en pos del sistema de te- levisión de alta definición (TVDA), a casi desecharla ante el elevado cos- te de los aparatos receptores. Los nuevos conglomerados de la comunicación, aparte de cebarse en el uso o no de las innovaciones tec- nológicas, extienden su ámbito a otras empresas ajenas al negocio de la comunicación. La liderada por Berlusconi, en Italia, persigue mate- rializar una nueva lógica empresarial, intentando vender la mayor parte de sus acciones por el deseo de avan- zar en sus negocios, adentrándose en las telecomunicaciones propia- mente dichas. Al disponer de la ex- periencia de su paso por negocios CP49Número 12 • 2005 Pedro Antonio Rojo Villada inmobiliarios, cinematográficos, televi-sivos y, en los últimos años, in- cluso el liderato político, puede serle atractivo dar el paso adelante del con- trol de redes. Se ha producido una especie de carrera de contactos mul- tinacionales entre compañías, con el fin de realizar fusiones, absorciones, compras y uniones a riesgo, que per- mitan lograr posiciones preponde- rantes en el negocio audiovisual y del broadcasting (Miguel, 1993: 162). Los subsiguientes riesgos, y las incer- tidumbres que los acompañan, están llamados a multiplicarse, tras la pro- fusión de uniones estratégicas, en la línea de concitar los focos de deci- sión tecnológica mundial, aunque la- mentablemente de espaldas a los res- tantes elementos de generación y uso del producto cibernético, como es el caso de aglutinar en las mismas ma- nos las dos fases esenciales del pro- ducto informático: hardware y soft- ware. En esta compleja dinámica, donde se anclan las diferentes extracciones y ta- lantes de los magnates del hipersector, no pueden hurtarse los acuciantes re- querimientos que también pesan so- bre los políticos, de descubrir y ensayar nuevas formas de operar. Parlamentos y gobiernos se ven obli- gados a actuar de forma inteligente respecto a los grandes conglomera- dos comunicativos para, en medio de las lógicas garantías democráticas, in- citar sus legítimos intereses, ya que impactan en la raíz del desarrollo de los países y, en la medida adecuada, acelerar la liberalización de las tele- comunicaciones y las manifestacio- nes puntuales de la libertad de expresión. El cúmulo de datos obtenidos descu- bre que la mejor manera de tomar el pulso de las revoluciones expuestas es la exploración de las motivaciones, los intereses y las preocupaciones de los magnates. La internet empieza a ser el mayor fenómeno de comunicación aparecido y la prospectiva avala su conversión en la base del intercambio de información que recibirá el alum- bramiento del tercer milenio. Encima, por ser tan valioso para los negocios y la formación, quien controle esta red tendrá en sus manos el control de la publicidad, soporte decisivo de la vida mediática. Una evolución así de fascinante ne- cesita del referente continuo de da- tos prospectivos sobre las NTI y los grupos comunicativos, y su enorme En el nuevo milenio estamos asistiendo al aumento de inesperadas alianzas entre grandes compañías, CP50 Número 12 • 2005 Convergencia tecnológica y privatizaciones en el hipersector de la información europeo poder y control de la sociedad, par- tiendo siempre de la distinción efectua- da al iniciarse la década de los ochenta (Miguel, 1993: 217), entre poder de in- formación y poder de comunicación. En esa época ya se podía intuir que el desarrollo tecnológico acelerado iba a demandar economías de escala a la hora de construir industrialmente unos ca- nales �elemento decisivo del proceso de comunicación� cada vez más sofisticados y unos líderes empresaria- les fuera de lo común. Fueron aquellas economías las que optimizaron las redes y, en paralelo, la multiplicación del alcance y penetración de mensajes en la sociedad de las in- formaciones, adjudicación cada vez más justificada, donde se hace imposi- ble aislar los fenómenos de gestación y eficacia del impacto tecnológico de aquéllos generales que atraviesa la hu- manidad, en cuanto que integran un mis- mo fenómeno. Quizás, en la anterior década fuera posible tipificar las rela- ciones medios-gobierno (Gretel, 2000b: 470) en términos de �modelo de intercambio�, donde ambos dan algo y reciben algo a cambio, influyen- do cada uno en el otro y no siendo ninguno totalmente independiente. Pero hoy el panorama ha cambiado. A raíz del fin de la Segunda Guerra Mundial, en algunos países europeos es aceptada como normal la prepo- tencia de los monopolios estatales de radio y televisión, aunque con dife- rencias significativas según cada talan- te democrático imperante (Gretel, 2000a: 481). Los avances en las tele- comunicaciones suavizan las relacio- nes y, poco a poco, su liquidación en las sociedades abiertas al avance liberalizador. Para entender la convergencia hay que comprender el comportamiento de los agentes del sector de las comuni- caciones, el telemático y el audiovisual, acudiendo al modelo de la cadena de valor. La cadena de valor prototipo de cualquiera de estos sectores inclu- ye a agentes de los siguientes grupos: • Producción de contenidos. • Acondicionamiento de servi- cios y contenidos. • Prestación de servicios. • Suministro de infraestructuras. • Ter minal (tanto hardware como software). • Usuario. Los agentes/empresas suelen estar presentes en uno o más elementos de la cadena de valor, y la convergencia les induce a estudiar la posibilidad de entrar en actividades distintas a las de su negocio tradicional. Las alianzas o fusiones horizontales se realizan para CP51Número 12 • 2005 Pedro Antonio Rojo Villada compartir riesgos y para reunir com- petencias complementarias. Las alian- zas o fusiones verticales se apoyan en la convergencia tecnológica para pe- netrar en otros segmentos de la cade- na de valor superior o crear economías de escala. Desde este punto de vista se considera que las alianzas o fusio- nes verticales constituyen el indicador más representativo de la respuesta de las empresas a la convergencia tecno- lógica (Gretel, 2002: 41). Se observa en el mercado una ten- dencia general hacia la consolidación de los grandes grupos. Las empresas audiovisuales, tanto las que se dedican a crear contenidos, canales y produc- toras, como las que los difunden, bus- can fortalecer sus posiciones. Entre las prácticas más comunes encontramos las integraciones, la internacionalización, ya sea con estrategias de naturaleza multinacional o transnacional, la diver- sificación por lanzamiento de nuevas actividades, y la más en boga: la ad- quisición. En su afán de crecer, objetivo perse- guido por todas las organizaciones, es común la integración vertical �con- seguir el dominio estando presente a lo largo de toda la cadena de valor asociada al negocio�, estrategia de- sarrollada por el grupo francés Ca- nal+, entre otros, así como la integración horizontal, ampliamente utilizada por operadores de teleco- municaciones, donde se refuerza la posición e influencia obteniendo una cuota de mercado en negocios antes diferenciados, y que la tendencia Posición ocupada por los grupos europeos en el �ranking mundial de grupos multimedia� (2001) Posición Compañía País Beneficios (millones $) 5 ARD Alemania 6.006 12 BBC Reino Unido 4.032 16 Canal + Francia 3.285 17 CLT-UFA Luxemburgo 3.275 18 Carlton Communications Reino Unido 3.108 19 BSkyB Reino Unido 2.943 22 RAI Italia 2.828 25 KirchGruppe Alemania 2.595 Fuente: Idate, marzo de 2001. CP52 Número 12 • 2005 Convergencia tecnológica y privatizaciones en el hipersector de la información europeo sinérgica actual ha unido. Un ejemplo sería telecomunicaciones y televisión, o prensa y audiovisual. En un mercado en el que el pez gran- de engulle al pequeño, se necesitan importantísimas inversiones económi- cas, respaldadas por complejas estra- tegias financieras. El continuo proceso de reestructuración y racionalización parece tener como último estadio la consolidación, dando como resulta- do un mercado cada vez más con- centrado. Algunos ejemplos de implemen- tación de las estrategias comentadas son el refuerzo, por parte de Canal+, de su posición, comprando uno de los principales operadores de tele- visión de pago de Europa occiden- tal, o la extensión de las operaciones de Vivendi-Universal a los sectores de la música y la internet para lle- gar a sus actuales y posibles futu- ros abonados, o la participación de operadores de telecomunicaciones dominantes �a quienes la presencia en el sector audiovisual les brinda la posibilidad de adquirir conoci- das firmas con las que abastecer de contenidos sus negocios en la internet� en plataformas digitales, etc. Ante la dificultad de abrirse ha- cia el exterior, otros grupos han op- tado por el lanzamiento de canales y programas paneuropeos, como por ejemplo los integrados por TF1, Kirch, BSkyB y Mediaset. Con la aparición de los primeros ca- nales temáticos, la llegada de canales codificados y la posterior modalidad de pago por ver, se abre un enorme potencial económico en el acceso individualizado al consumidor, la publicidad personalizada y los ingre- sos por pago por uso. La nueva eco- nomía de red obliga a los operadores a desarrollar una estrategia ofensiva y a la vez defensiva, para demostrar su presencia y valía en este nuevo mercado (Gretel, 2002: 65). Conclusión La convergencia de telecomunicaciones, radiotelevisión (broadcasting) y tecno- logías de la información puede visualizarse como un proceso evolutivo, que como tal varía con el tiempo, en el que se produce la aproximación entre sectores distintos, la mezcla e integración de los mismos y, eventualmente, la creación de elementos nuevos. La convergencia se basa, sin duda, en las posi- bilidades que ofrece la digitalización de las señales (voz, vídeo y datos) y de las tecnologías que las manejan. CP53Número 12 • 2005 Pedro Antonio Rojo Villada De esta manera se ha originado una convergencia tecnológica en la que con- fluyen las telecomunicaciones, la informática y el audiovisual. Por otro lado, la convergencia no hubiera sido posible sin un deseo de los poderes públicos de ir en esta dirección: fenómenos como la globalización, la liberalización o la desregulación han sido condiciones necesarias pero no suficientes, al igual que la tecnología, para que la convergencia empiece a cambiar el mapa de relacio- nes entre los sectores, e incluso a los propios sectores. En este entorno, los operadores de los respectivos sectores concentran sus esfuerzos en lograr el control sobre el acceso físico al usuario y sobre los contenidos a los que éste accede. En este entorno convergente, el medio o la red por la que se oferten los servicios será indiferente para los usuarios, que incluso comienzan a manejar terminales multiservicio. La convergencia crea nuevas formas de difusión de información que amenazan el pluralismo. El pluralismo o la diversidad de actores, sistemas, voces y contenidos en los medios sociales de comunicación se concibe como una muestra de salud de- mocrática y libertad. La diversidad de distribuidores/suministradores es la clave para el pluralismo, pero también hay otros factores determinantes: el tamaño y nivel económico del mercado/audiencia, el consumo de medios del mercado/audiencia, la regulación política y gestión de medios, y la diver- sidad de contenidos. No hay que olvidar aspectos claves para describir esta entrada de nuevos agentes interesados en el sector convergente que son consecuencia de proce- sos políticos, sociales y económicos como la liberalización de la economía, los reajustes de empresas públicas, las privatizaciones y las alianzas empresariales que cuentan con el beneplácito de la administración. La división digital significa la separación de la sociedad entre los que tienen acceso relevante a las TIC �sobre todo a la internet�, y los que lo tienen de manera insignificante o nula. La división digital es gradual, con múltiples situa- ciones de acceso a lo largo de todos los grupos sociales, culturales y étnicos. La división digital no se refiere solamente al hecho de tener o no tener el hardware, el software y la conexión necesarios para acceder a la internet, sino un conjunto de recursos tecnológicos, lingüísticos y sociales que conforman la CP54 Número 12 • 2005 Convergencia tecnológica y privatizaciones en el hipersector de la información europeo idea de un acceso sostenible y completo a las TIC desde cada comunidad: en vez de división digital se habla de tecnologías para la inclusión social. El obje- tivo se centra en que los grupos marginales participen plenamente en la socie- dad y controlen su destino. CP55Número 12 • 2005 Pedro Antonio Rojo Villada AA.VV. 1982. 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