185 - 192 PAGINAS INICIALES.indd Recibido: 28/03/09 Aceptado: 23/10/09 Resumen El papel de las mujeres en el espacio público ha sido frena- do (o directamente excluido) en largas épocas históricas. Estando esa etapa en retroceso, la visibilidad del protago- nismo femenino resulta sustancial a la hora de afi anzar el auténtico cambio de tendencia. La visibilidad social de las mujeres es un requisito de justicia, un condicionante bási- co para la calidad de cualquier Estado democrático. En esa visibilidad social, la visualización que brinden los medios resultará decisiva. Sobre esas pesquisas se orienta este ar- tículo, que se desprende de un análisis comparativo entre diarios españoles de cobertura nacional y diarios regionales pertenecientes a Castilla y León (España). Los resultados cuantitativos son los que en este trabajo se presentan. Palabras clave: protagonismo femenino, muje- res, invisibilidad, tratamiento informativo, metodología cuantitativa. I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 Vo l u m e n 1 2 N ú m e r o 2 D i c i e m b r e d e 2 0 0 9 301 - 314 Abstract Women’s role in public life was curbed (or directly ex- cluded) throughout long periods in history. With that situation now subsiding, the visibility of women’s promi- nence and leadership is substantial when it comes to con- solidating and reinforcing a genuine change in tendency. Women’s social visibility is a requirement for justice and a basic condition for the quality of any democratic State. Vi- sualization provided by the media will be decisive to that social visibility. This article is guided by that search and is based on a comparative analysis of the Spanish daily newspapers with national circulation and those of a regio- nal nature, specifi cally in the regions of Castilla and León (Spain). Quantitative fi ndings are presented. Key words: Female prominence, women, invisibility, informative treatment, quantitative method. Mujeres, prensa e invisibilidad: la cuantifi cación de un olvido Women, the Press and Invisibility: Quantifi cation of an Oversight Óscar Sánchez-Alonso1 Nuria Quintana-Paz2 Juan F. Plaza3 1 Doctor en Comunicación. Profesor, Pontifi cia Universidad de Sala- manca, España. oscarsanchezalonso@gmail.com 2 Doctora en Comunicación. Profesora, Pontifi cia Universidad de Sala- manca, España. nquintanapa@upsa.es 3 Doctor en Comunicación. Profesor, Pontifi cia Universidad de Sala- manca, España. jplazasa@upsa.es I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 302 Mujeres, prensa e invisibilidad: la cuantifi cación de un olvido Introducción La visibilidad no es cuestión de jactancias, ni de presunciones ni vanaglorias. La visibilidad de las mujeres hace tangible su existencia y presencia social. Que las mujeres resulten visualizables en la esfera pública posibilita el justo protagonismo que les corresponde. Hablamos, pues, de justicia. Estamos hablando de una premisa sustancial en el razonable devenir cívico y democrático. El papel de la mujer en el espacio público ha sido frenado o, directamente, excluido y abortado en largas épocas históricas. El tiempo que vivimos presupone que ese papel no encuentra ya trabas; o no tantas como en épocas pasadas. Sin embar- go, además de que se afi ance ese protagonismo femenino en ámbitos que le habían sido tradicio- nalmente vetados, resulta necesario un requisito: que tal protagonismo sea, también, visualizable. Para alcanzar esa visibilidad, la contribución de los medios es indispensable. Y es aquí donde re- sulta pertinente la investigación de la que este artículo se sirve: “Las mujeres como protagonis- tas de la información en la prensa escrita: aná- lisis comparativo en los diarios nacionales y en los diarios locales de Castilla y León, España”. Este estudio, desarrollado durante 2007 y 2008, y fi nanciado por la Junta de Castilla y León4, nos permite pasar de las intuiciones a los resulta- dos empíricos y verifi cables. Precisamente, los datos cuantitativos serán los que alimenten el artículo que ahora nos ocupa. Camus acertó a relatarlo. Cuando nos presentó a aquel mendigo que estaba siendo inadvertido por el conjunto de viandantes, el escritor fran- cés daba pistas que resultan pertinentes para este artículo. 4 Referencia: PON02B07. Dentro de la trama que Albert Camus nos dibu- ja, nadie repara sobre la desgracia del indigente. Ni siquiera sobre su presencia. Los transeúntes pasaban a su lado sin prestarle la más mínima atención. ¿Maldad?, ¿vileza?, ¿perversión?: a qué responde ese comportamiento social del co- mún de la ciudadanía. El desposeído personaje lo explica: “La gente no es mala, es que no ve”. Como se desprende, en esa frase se encierra la importancia de la visibilidad, y la trascenden- cia que conlleva ser cómplices de tal opacidad: “[…] a pesar de que hoy tenemos instrumen- tos para estar informados de todo lo que pasa en los confi nes del mundo, no vemos. […] Este no ver me parece un pecado esencial, del que deri- van otros peores” (Savater, 2006, pp. 19-20). Extrapolemos estas inquietudes a esta otra tra- ma —mediática y de género— que aquí nos convoca. La importancia de acertar a ver, para encontrar aquello que hasta entonces no era vis- to, resulta bien palpable. Así, no puede extrañar la metáfora de las gafas violetas (Lienas, 2001; Va- rela, 2005, p. 18), como no sorprenderá —ligado a todo ello— el acento que la teoría de género sitúa sobre la toma de conciencia. En la reivin- dicación feminista, su discurso requiere de una participación no azarosa o casual, sino “cons- ciente” (De Miguel, 2002, p. 217). No existe con- cienciación posible que no pase, previamente, por la imprescindible, legítima y justa visualiza- ción que iremos en este artículo desgranando. Metodología La investigación de la que se desprende este ar- tículo repara sobre el protagonismo femenino en la prensa. Ese protagonismo mediático será El papel de la mujer en el espacio público ha sido frenado o, directamente, excluido y abortado en largas épocas históricas. 303 Vo l u m e n 1 2 N ú m e r o 2 D i c i e m b r e d e 2 0 0 9 Óscar Sánchez-Alonso, Nuria Quintana-Paz y Juan F. Plaza un buen indicio del protagonismo social que a las mujeres se les asigna. Dentro de toda esa huella mediática sobre la que planteamos las pesquisas, nuestra investigación quedó circunscrita a los géneros informativos y a la prensa escrita. De entre todas las cabeceras existentes en 2007, las seleccionadas se ajusta- ban a dos criterios: Todos los diarios nacionales españoles que contasen con una difusión superior a los 100.000 ejemplares (El País, El Mundo, Abc, El Periódico de Cataluña y La Vanguardia). El diario local más difundido en cada pro- vincia de Castilla y León (El Norte de Casti- lla, La Gaceta Regional de Salamanca, El Diario de León, El Diario de Ávila, El Diario Palen- tino, El Adelantado, El Diario de Burgos, La Opinión de Zamora y El Diario de Soria). En consecuencia, catorce publicaciones de 2007 (cinco y nueve) fueron sometidas al estudio. El azar determinó el fragmento temporal que nos permitiría la cata: entre todas las semanas del año, la 11 (del 12 al 18 de marzo de 2007) pasaba a focalizar nuestra atención. Desde esas coordenadas se abordó el reseñado protagonismo femenino. Si las metodologías cualitativa y cuantitativa integraban la investi- gación originaria, tan sólo los datos que brindó la segunda estarán presentes en este artículo. Habrá luego tiempo de desmenuzar esos re- sultados de manera pormenorizada, pero baste añadir un apunte: cerca de 13.000 noticias fue- ron analizadas, durante la apuntada semana, en el conjunto de los diarios descritos. De todas ellas, en menos de un 13 % las mujeres resulta- ban protagonistas. Convendrá añadir qué se ha entendido por “protagonismo”. La conceptualización de este término es la siguiente: Mujer o mujeres que aparezcan en los titu- lares (antetítulo, título o subtítulo). Mujer o mujeres que aparezcan en las foto- grafías que acompañan al texto. Mujer o mujeres que aparezcan en ambos espacios (titulares e imágenes). La infrarrepresentación de la mujer en el discurso mediático —y la consiguiente invisibilidad que ésta suscita— es una constante en la literatura científi ca que se ha acercado al tema. En la bi- bliografía española e internacional esa presencia tiende a oscilar en un abanico del 17-25% (Pla- za et ál., en edición). Incluso siendo el discurso publicitario el que ofrece porcentajes más altos de presencia femenina, en cuanto comenzamos a realizar algunas puntualizaciones o cribas a la hora buscar esa aparición de la mujer, comenza- mos a constatar cómo esa presencia protagónica desciende. La investigación de Berganza Conde y Del Hoyo Hurtado (2006) evidencia cómo si la presencia femenina en la publicidad audiovisual puede al- canzar el 36% (contemplando tanto la aparición visual como sonora), ya cuando la búsqueda se centra en el off de esa misma publicidad, la voz de la mujer aparece en un 22,9%, mientras que la del hombre se sitúa en un 77,1%. La conexión entre voz en off y autoridad son perceptibles. No La infrarrepresentación de la mujer en el discurso mediático —y la consiguiente invisibilidad que ésta suscita— es una constante en la literatura científi ca que se ha acercado al tema. En la bibliografía española e internacional esa presencia tiende a oscilar en un abanico del 17-25%. I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 304 Mujeres, prensa e invisibilidad: la cuantifi cación de un olvido puede pasarse por alto, pues, que esa confi an- za, ese crédito y esa legitimación se le brindan a una voz mayoritariamente masculina. Al echar la vista atrás, por ejemplo en la publicidad de los años ochenta, constatamos cómo “la voz de la autoridad (en un 95,8%) y los iconos de la autori- dad” sería aún más “abrumadoramente mascu- lina” (Peña-Marín y Frabett i, 1990, p. 126). Sobra decir, por cerrar el argumento, lo que supondría seguir remontándose en el tiempo. Del mismo modo, el protagonismo de la mujer en otros lenguajes y formatos mediáticos acu- sará la merma de forma notable. Sirvan estos diagnósticos como contextualización: La representación de las mujeres en los prin- cipales informativos de televisión y radio: en informativos radiofónicos de referencia, el 85% de las personas mencionadas son hombres, frente al 15% de mujeres (López Díez, 2005, p. 16). Así mismo, en informa- tivos audiovisuales de mayor seguimiento e infl uencia, el 79% de las personas men- cionadas son hombres, mientras que el 21% son mujeres (p. 39). La representación de prescriptores adoles- centes en revistas: en las revistas destina- das a un público adolescente, los varones famosos encuentran una presencia del 73%, mientras que las famosas se sitúan en un le- jano 27% (Plaza, 2005)5. La representación que ya va advirtiéndose en los nuevos medios: enmarcados ya en una coyuntura sociocultural distinta, y en época de mayor protagonismo femenino, podría presumirse —a priori— que estos nuevos medios se desenvolverían con otros hábitos profesionales, y sin prejuicios o ata- duras de las que pudieran adolecer medios más convencionales. Investigaciones como la dirigida por Ruth Mateos de Cabo6 ven- drían a subrayar cómo ciertas pautas no se modifi can simplemente por haber pasado del analógico al digital. El estudio sobre diarios digitales de referencia en el ámbito español muestra cuál es el nombre priorita- rio de las noticias de Internet: el 82% de esos nombres propios son de varones, mientras que el restante 18% pertenece a las mujeres. La representación de la mujer en el contexto internacional, por lo que a la información se refi ere, tampoco llega en dirección radi- calmente contraria a lo observado en el es- cenario español. Coordinado por Margaret Gallagher (2005), el Proyecto de Monitoreo Global de Medios (GMMP) es una refe- rencia innegable para el tema que estamos abordando. Además de su volumen y co- bertura (en el último estudio se han compu- tado datos relativos a 76 países), cuenta con la ventaja de ser un estudio que presenta continuidad en el tiempo (ya han sido pre- sentados tres informes: 1995, 2000 y 2005). El último de estos informes nos ofrece una nítida conclusión: el 79% de las personas que aparecen en las noticias son hombres. Un elocuente y desolador 21% corresponde, en consecuencia, a las mujeres. d lt fi El estudio sobre diarios digitales de referencia en el ámbito español muestra cuál es el nombre prioritario de las noticias de Internet: el 82% de esos nombres propios son de varones, mientras que el restante 18% pertenece a las mujeres. 5 En relación con estas publicaciones, y con el discurso no inocente que proyectan, pertinente resulta, también, la obra de Menéndez (2005). 6 El informe, presentado en diciembre de 2006, fue promovido y fi nan- ciado por la Comunidad de Madrid (Dirección General de la Mujer de la Consejería de Empleo y Mujer). Además de la mencionada direc- tora, Ruth Mateos de Cabo, el equipo investigador ha estado consti- tuido por profesorado ligado a las universidades San Pablo Ceu, Rey Juan Carlos, Carlos III y Pontifi cia Comillas. Cfr. htt p://www.univer- sia.es/portada/actualidad/noticia_actualidad.jsp?noticia=91455 305 Vo l u m e n 1 2 N ú m e r o 2 D i c i e m b r e d e 2 0 0 9 Óscar Sánchez-Alonso, Nuria Quintana-Paz y Juan F. Plaza La persistencia de ciertas convenciones y estereotipos que se resisten a desaparecer: la edad y el atractivo físico de las presenta- doras de informativos en España son ras- gos que muestran algunas particularidades respecto a la tendencia apuntada en otros países. Si en la televisión estadounidense las mujeres que son referencia en los infor- mativos superan los 50 años, si en la tele- visión francesa se asiste al envejecimiento de profesionales como Lawrence Ferrari7, en las televisiones generalistas y autonó- micas españolas, atendiendo a la compara- tiva entre ellos y ellas, “está claro que se opta por mujeres guapas, jóvenes y tele- génicas, mientras que a los varones se les perdonan canas, arrugas y todo lo demás” (Corisco, 2009, enero 10). Más allá de esas particularidades (subrayar en unos casos la juventud o, por el contrario, intentar atemperarla como signo de crédito, rigor y profesionalidad), estamos ante una misma tentación: el cliché arquetípico que parece imponerse al juicio estrictamente profesio- nal sobre estas o aquellas presentadoras. Estereotipos, a su vez, que contrastan con las exigencias a las que serían sometidos sus homólogos varones. Puesto que la incorporación de la mujer al es- pacio público ha sido mayor y más completa que lo que estos indicios arrojan, parece sen- sato suponer que el discurso mediático no ha recogido —y no ha proyectado— la dimensión de ese cambio. El lastre democrático que conlleva esa infrarre- presentación de la mujer resulta fácilmente per- ceptible. Si el papel de los medios es sustancial en la higiene y salud del correspondiente sistema democrático, constatar que los medios no han visualizado el protagonismo de la mujer permite verifi car un insondable menoscabo democrático. Siguiendo en esa pesquisa, reparemos ahora so- bre un ámbito (el político, el institucional) bien signifi cativo a la hora de dilucidar el protagonis- mo de la mujer en la esfera pública. En tanto que los ámbitos político e institucional guardan estrecha conexión mediática, observar el peso de la mujer en esas áreas permite testar, de manera privilegiada, la visualización o el os- curecimiento por parte de los medios. La “individualidad independiente”, de la que nos habla Hernando Gonzalo (2008, p. 64), se- ría la nueva identidad que estarían encarnando las mujeres: una identidad que las estaría lle- vando a tomar mayores posiciones de poder, y que representaría el único modo de individua- lidad que posibilitaría relaciones entre iguales. La cara adversa de esta individualidad también existe: está construida “sobre la base de la con- tradicción” (2008, pp. 64-70). Se conjuga este dato con la también enunciada “feminización de las élites” (Delgado y Jerez, 2008, p. 58). Una acuñación que marcaría un cambio de tendencia y supondría la constatación de un “proceso”. Un proceso abierto que está lejos, eso sí, de quedar culminado. Y por faltar, incluso aún falta que las ciencias sociales sumi- nistren estudios sobre mujeres en cargos electos, 7 Fuese, como se especuló, mediante el proaging (cirugía encaminada a envejecer los rasgos, antítesis del antiaging), fuese tan sólo mediante reajustes más externos (modifi caciones en maquillaje, peluquería y vestuario), el propósito iba dirigido en una misma dirección: cargar de años a esta presentadora estrella de la televisión francesa (conocida la vedett e de Canal Plus), y mermarle glamour, juventud y exuberancia. 3 Si el papel de los medios es sustancial en la higiene y salud del correspondiente sistema democrático, constatar que los medios no han visualizado el protagonismo de la mujer permite verifi car un insondable menoscabo democrático. I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 306 Mujeres, prensa e invisibilidad: la cuantifi cación de un olvido en puestos de representación política. Las demo- cracias nórdicas europeas —en consonancia con sus más asentadas políticas de género— supo- nen una excepción a este respecto. En el caso es- pañol, a partir de los años noventa será cuando comience a ensancharse esa bibliografía. El carácter esencial y prioritario que los Parla- mentos cumplen en las democracias liberales explica que reparar sobre sus integrantes sea —debiera ser— una toma de temperatura a la política en cuestión. En este sentido, y por lo que supone para la visibilidad de la mujer en la polí- tica, abordemos mínimamente esa composición de las asambleas legislativas. Es indudable que la visualización femenina de la política llegaría, en primer término, ante la mujer que alcanza la jefatura de Estado o de Gobierno8. Pero más allá de ese personalismo presidencial, quienes integren las Cámaras don- de está representada la soberanía popular nos estará brindando información provechosa. No obstante, más allá del repaso numérico y com- parativo que no podemos ahora agotar, cerre- mos este apartado con un dato de interés para la refl exión, y pertinente en nuestro estudio. En España, “el número de diputadas ha aumen- tado ininterrumpidamente desde 1986 hasta 2008”, situándose en el “grupo de países con una mayor proporción de parlamentarias” (Delga- do y Jerez, 2008, p. 74). Pero demos algún paso más. En 1986, tres de cada cuatro personas en- cuestadas percibían necesario que las mujeres lograsen mayor protagonismo en la vida política (Mujeres de Europa, 15 de mayo a 15 de junio de 1986). Ese mismo año —por encuesta del Insti- tuto de la Mujer— encontramos que un 47% de los varones españoles y casi un 40% de las muje- res expresaban su acuerdo con que, a la hora de votar, un hombre les inspiraba mayor confi anza que una mujer (Uriarte y Elizondo, 1997, p. 69). Y en 2005 —a través del Eurobarómetro (estudio 63.1)— constatamos que dos de cada cinco per- sonas encuestadas coincidían con la afi rmación de que los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres. Hemos optado por recoger estas cifras por lo que ayudan —a nuestro parecer— a completar la visión de un mismo fenómeno. Ese “proceso” con el que arrancábamos el epígrafe, esa “femi- nización de las élites” a la que aludíamos, se ve en nuestro país ratifi cada por datos como los re- señados: un creciente aumento en el número de parlamentarias. Pero asimismo, datos como los suministrados por el Instituto de la Mujer o por el Eurobarómetro nos obligarían a avistar otra realidad que convive con la anterior. Esta segun- da realidad, referente a la percepción que existe sobre el liderazgo femenino y sobre la confi anza que suscita una mujer protagonista en la esfera pública, evidencia una distancia muy conside- rable con otras culturas políticas. En el caso de los países nórdicos a los que tam- bién nos hemos referido, afi rmaciones en las que se apunte que el hombre merece mayor confi anza Es indudable que la visualización femenina de la política llegaría, en primer término, ante la mujer que alcanza la jefatura de Estado o de Gobierno. Pero más allá de ese personalismo presidencial, quienes integren las Cámaras donde está representada la soberanía popular nos estará brindando información provechosa. 8 En 2008 (Unión Interparlamentaria), entre las mujeres que des- empeñan la presidencia o las funciones de primer ministro cabría enumerar a Angela Merkel (Alemania), Mary McAleese (Irlanda), Cristina Fernández (Argentina), Michelle Bachelet (Chile), Khaela Zia (Bangladesh), Gloria Macapagal (Filipinas), Tarja K. Halonen (Finlandia), Vaira Vike-Freiberga (Letonia), Ellen Jonson-Sirleaf (Li- beria), Luisa Diogo (Mozambique), María Do Carmo Silveira (Santo Tomé y Príncipe). 307 Vo l u m e n 1 2 N ú m e r o 2 D i c i e m b r e d e 2 0 0 9 Óscar Sánchez-Alonso, Nuria Quintana-Paz y Juan F. Plaza que la mujer o que encarna un mejor liderazgo resul- tarían inconcebibles para la gran mayoría de la ciudadanía. Puesto que la cultura política brota también de una socialización, de una costumbre, de una normalizada convivencia con los hechos, nos ha parecido pertinente conectar estas varia- bles con nuestro estudio: con el protagonismo de la mujer en el ámbito público (de donde no pueden desligarse, lógicamente, ni la política ni el liderazgo femenino), y con la visibilidad u ocultación con que tal protagonismo es proyec- tado por los medios. Resultados Para el tema que acapara nuestra investigación (el protagonismo de las mujeres en la informa- ción que brindan signifi cativos diarios), resulta obvia la centralidad otorgada a titulares e imá- genes. Ambos elementos son pórticos esenciales para el acceso al resto de la información. Recur- sos defi nitorios para dilucidar el itinerario de lo real que cada medio esboza. Imprescindibles baremos, en consecuencia, para calibrar esa car- ga protagónica que nos concita. Las noticias recogidas en nuestra muestra fue- ron 12.551, extraídas durante una semana de las cabeceras que han sido descritas. De ese total, tan sólo 1.603 (un 12,77%) nos presentaron a mujeres como protagonistas de la información (fi gura 1). Figura 1. Mujeres protagonistas de la información. De esas 12.551 noticias, los diarios de cobertu- ra nacional nos ofrecen 3.666 casos (86,1%) en los que las mujeres no son protagonistas. Una ausencia que contrasta con esos reducidos 591 casos (13,9%) en los que sí aparece tal protago- nismo. Las cifras no son menos clarividentes cuando pasamos a fi jarnos en las publicaciones locales: 7.282 casos en los que las mujeres no son proyectadas como protagonistas (87,8%), frente a esos 1.012 casos en los que las mujeres sí fi gu- ran como protagonistas (12,2%). El Chi-cuadrado (p. <0,01) nos permite corroborar que estos datos son estadísticamente signifi cati- vos. Resulta posible extrapolarlos y podríamos estar ante cualquier otra semana o periodo de análisis, y seguiríamos encontrándonos resulta- dos equiparables (tabla 1). Ya indicamos cómo ese protagonismo de las mujeres nos llegaba por tres cauces: su apari- ción en los titulares, en las imágenes y en ambos recursos. Incidamos algo más en esos derroteros constatando, también aquí, cómo el Chi-cuadra- do vuelve a permitirnos la fi abilidad estadística, y la consiguiente extrapolación. Convendrá añadir que las categorías de análi- sis no son excluyentes (nos podemos encontrar a una mujer individual y a un hombre indivi- dual que son coprotagonistas de una noticia), y añadiremos algunas descripciones. Las mu- jeres en el texto siempre aparecen menos que D 12 551 i i l di i d b Las mujeres en el texto siempre aparecen menos que los varones: tanto de forma individual como de manera colectiva. Es decir, de las 12.551, el protagonismo de la mujer individual alcanza en el texto casi un 8%, mientras que el protagonismo del hombre individual se sitúa a un distante porcentaje: el 30,7%. I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 308 Mujeres, prensa e invisibilidad: la cuantifi cación de un olvido En los periódicos locales, la presencia de muje- res protagonistas es dispar: del 15,8% (El Norte de Castilla) al 8,5% (El Diario de Ávila) existe una notable horquilla, oscilación menos acentuada que la ofrecida por los periódicos de cobertu- ra estatal. Entre éstos, Abc es el que acapara una mayor presencia de mujeres protagonis- tas (15,4%), mientras que El País ofrece el me- nor porcentaje (12,4%). Ni en la franja alta (El Periódico de Cataluña, 15,0%) ni en la franja baja (La Vanguardia, 13,4%, El Mundo, 12,9%) existen grandes distancias (fi gura 2). Tabla 1. Protagonismo en diarios nacionales y locales Tabla 2. Protagonismo en texto y fotografías Diario Nacional Local Recuento % Diario Recuento % Diario 3666 86,1% 7282 87,8% 591 13,9% 1012 12,2% 4257 100,0% 8294 100,0% Mujer No Protagonista Si Total los varones: tanto de forma individual como de manera colectiva. Es decir, de las 12.551, el protagonismo de la mujer individual alcanza en el texto casi un 8%, mientras que el protago- nismo del hombre individual se sitúa a un dis- tante porcentaje: el 30,7%. Los resultados son similares a lo que sucede en las fotografías: en ellas, la mujer individual aparece en un 7,5%, mientras que el hombre individual asciende a un 24,3% (tabla 2). Casos Total de noticias (12.551) (%) Texto: protagonismo mujer individual 989 7,9 Texto: protagonismo hombre individual 3850 30,7 Texto: protagonismo mujer colectivo 145 1,2 Texto: protagonismo hombre colectivo 435 3,5 Texto: protagonismo otros 7574 60,4 Foto: protagonismo mujer individual 944 7,5 Foto: protagonismo hombre individual 3049 24,3 Foto: protagonismo mujer colectivo 123 1,0 Foto: protagonismo hombre colectivo 402 3,2 Foto: protagonismo otros 1853 14,8 309 Vo l u m e n 1 2 N ú m e r o 2 D i c i e m b r e d e 2 0 0 9 Óscar Sánchez-Alonso, Nuria Quintana-Paz y Juan F. Plaza Acorde con nuestro objeto de estudio, el resul- tado global nos interesa más que esos datos circunscritos a cada publicación. Han de ser estu- dios posteriores los que arrojen más luz compa- rativa entre unas cabeceras y otras. No obstante, y como pauta para futuras investigaciones, que- dan ahí reseñables indicadores. Por ejemplo, éste: las diferencias en la línea editorial no permiten extraer ningún dato conclusivo en relación con el protagonismo femenino. Los posicionamien- tos ideológicos con los que se tiende a etiquetar a las cabeceras (catalogándolas de conservadoras, liberales, socialdemócratas…; diagnosticándo- las como más o menos proclives a los postula- dos nacionalistas de una u otra naturaleza) no nos brindan causalidad alguna en relación con nuestro tema. A su vez, si atendiésemos a la distribución nacio- nal / local, nos encontraríamos con los datos de la tabla 3. Estamos aludiendo a diarios españo- les de cobertura estatal (hayan sido editados en Madrid o Barcelona), y a diarios locales castella- no-leoneses. Es decir, no nos estamos refi riendo a cabeceras de cobertura autonómica9, sino que aludimos a la cabecera local que es líder en cada una de las provincias de Castilla y León. Así las cosas, el protagonismo de la mujer indi- vidual, tanto en texto como en fotografía (TMI y FMI) se sitúa muy lejos respecto al protagonis- mo masculino (THI y FHI). De nuevo aquí, esa desproporción no lleva asociada una particula- ridad decisoria, sino que vuelve a presentar un carácter transversal. Es decir, si antes observába- mos cómo no existían relaciones de causalidad entre unas líneas editoriales u otras, tampoco habrá una causalidad local / nacional que en- cierre claves sobre el relegado protagonismo de las mujeres. Figura 2. Protagonismo en diarios nacionales y locales. 9 Tan sólo El Norte de Castilla presentaría ese rasgo. I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 310 Mujeres, prensa e invisibilidad: la cuantifi cación de un olvido En el texto, y por lo que a las publicaciones nacionales se refi ere, la mujer individual es protagonista en un 8,6% frente al 35,7% del protagonismo masculino. Si miramos a las pu- blicaciones locales, encontraremos una despro- porción de 7,5% por 28,1%. Ahondando en esos protagonismos individuales, referidos ahora a la fotografía, las publicaciones nacionales presentarán un 9,5% de protagonis- mo femenino frente a un 29,2% de protagonismo masculino. Y si seguimos con las fotos pero la comparativa la realizamos ahora en las publica- ciones locales, la desproporción 6,5% / 21,8% no deja de ser notoria. En la tabla 4 encontramos la comparativa Mu- jer / Hombre a lo largo de las secciones de los diarios. Por entresacar algunos datos signifi ca- tivos, la sección “Deportes” representa un pro- tagonismo únicamente masculino próximo al 70% (66,96%), frente a un protagonismo única- mente femenino que se queda reducido a poco más del 5%. Esta tendencia incluso se agrava si pensamos en los “Suplementos deportivos” que acompañan a las jornadas de mayor relevancia noticiosa en este campo: 79,67% (sólo hombres) por 3,25% (sólo mujeres). Especialmente destacados se muestran también los desequilibrios en las secciones “Economía” (23,18%, sólo hombres, por 2,72%, sólo mujeres) y “Toros” (78,64%, sólo hombres, por un rotun- do 0,00% de noticias protagonizadas por mujer o mujeres en exclusiva). Tabla 3. Protagonismo en diarios nacionales y locales. Texto y fotografía TMI THI TMC THC FMI FHI FMC FHC (%) (%) (%) (%) (%) (%) (%) (%) El Norte de Castilla 11,5 35,4 1,1 0,2 8,9 28,5 0,8 1,4 ABC 8,8 31,4 1,6 6,8 10,1 22,0 2,3 10,7 El Periódico de Cataluña 10,4 37,3 1,1 0,3 9,6 28,5 0,4 0,1 La Vanguardia 6,8 27,9 1,4 6,8 8,5 35,1 0,6 1,7 La Opinión de Zamora 8,0 25,3 0,7 9,7 6,9 23,3 0,7 0,5 El Mundo 8,1 41,4 1,1 1,1 10,9 30,6 0,3 0,1 El Adelantado (Segovia) 7,0 26,0 0,9 7,0 7,7 15,3 2,6 18,0 El Diario de León 6,5 25,4 1,2 10,2 7,6 22,6 0,7 2,8 El País 8,3 39,3 1,3 0,7 7,9 29,8 0,4 0,3 El Diario de Soria 6,6 20,9 1,7 7,2 6,0 16,3 1,2 2,7 El Diario de Burgos 6,9 29,9 0,7 0,3 6,5 23,9 1,1 1,3 El Diario Palentino 8,3 28,1 1,2 0,5 6,4 21,7 0,7 0,2 La Gaceta (Salamanca) 7,2 31,3 1,4 1,3 5,3 20,0 1,8 6,1 El Diario de Ávila 5,2 23,8 1,0 2,6 3,5 19,7 0,5 3,5 Total 7,9 30,7 1,2 3,5 7,5 24,3 1,0 3,2 311 Vo l u m e n 1 2 N ú m e r o 2 D i c i e m b r e d e 2 0 0 9 Óscar Sánchez-Alonso, Nuria Quintana-Paz y Juan F. Plaza Los porcentajes apuntados se ubican en secciones que, todas ellas, están por encima del centenar de noticias. También será el caso, lógicamente, de “Portadas” y “Contraportadas”. Ambos es- pacios, de especial relevancia dentro de una pu- blicación, sí brindan un matiz: las mujeres que protagonizan la portada (6,49%) son casi tres veces menos que las que protagonizan la con- traportada (24,05%). Convenciones periodísticas circunscriben las contraportadas a entrevistas y noticias que intentan apartarse de —otra con- vención— lo que habitualmente se conoce como información dura. Es decir, siendo las contrapor- tadas aquella ubicación propicia para el tono li- gero y distendido de la información, para el lado amable y anecdótico de la actualidad, no deja de ser curioso que sean estas contraportadas donde la mujer se muestra bastante más protagonista que en el caso de las portadas (especialmente fo- calizadas a esa información que, se supone, pre- senta un tono más serio, crudo y relevante). Esta anotación que extraemos de los resultados ofrecidos por portadas y contraportadas encuen- tra su continuidad en el conjunto de los diarios. Secciones que también suelen prestarse para esa faceta más afable y liviana (como habitualmente son concebidas “Sociedad”, “Cultura” y “Vida / Ocio / Gente”) son, curiosamente, aquéllas de mayor protagonismo femenino. Por el contrario, en secciones habituales de esa descrita informa- ción dura (como suelen entenderse las secciones “Nacional /España”, “Internacional /Mundo” o la aludida “Economía”) se acrecienta el desnivel entre los protagonismos masculino-femenino. Obsérvense, en la tabla adjunta, los porcentajes que evidencian lo apuntado. Conclusiones Los protagonismos suponen presencia. Pres- cindir de esos protagonismos conlleva invisibi- lidad, y la invisibilidad suscita olvido. Por ello el título de este artículo que ahora nos dispone- mos a cerrar. Tabla 4. Protagonismo de hombres y mujeres por secciones Protagonismo por Sólo Sólo sección % hombre mujer Salud y bienestar 0,00 75,00 Sin califi car 66,67 Contraportada 39,24 24,05 Necrológicas / Obituarios 79,31 20,69 Vida / Ocio / Gente 37,44 19,91 Sociedad 31,50 15,16 Religión 33,33 14,29 Naturaleza 14,29 14,29 Cultura 51,95 13,73 A fondo 23,08 11,54 Educación / Ciencia 13,27 11,22 Suplemento Cultura 46,77 9,68 Regional / Autonomía 27,65 9,51 / Provincia Local 24,72 9,47 Sucesos 43,43 9,09 Nacional / España 47,41 8,18 Tema del día 43,90 7,32 Comunicación 35,88 7,25 Portada 34,83 6,49 Internacional / Mundo 49,73 6,42 Deportes 66,96 5,24 Suplemento Local 32,75 4,68 Suplemento Campo 27,59 3,45 Suplemento Deportes 79,67 3,25 Suplemento Motor 12,50 3,13 Suplemento Economía 27,95 3,11 Economía 23,18 2,72 Toros 78,64 0,00 Desarrollo 0,00 0,00 I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 312 Mujeres, prensa e invisibilidad: la cuantifi cación de un olvido Más en concreto. Los protagonismos informa- tivos suponen presencia social. Implican exis- tencia y relevancia dentro de un marco cultural concreto. No son detalles menores. Cuando el protagonismo estudiado se ciñe a la actualidad y se centra en el género femenino, como es el caso, corroborar el estado de ese protagonismo supondrá acercarse a la proyección (mediática, social, histórica, cultural, cívica, política…) que alcanzan las mujeres contemporáneas. Los resultados que se han presentado no son fruto de sospechas ni intuiciones proféticas. Aquello que pueda concluirse respecto al prota- gonismo femenino en la prensa escrita, y aquello que pueda concluirse respecto a su visibilidad / invisibilidad en la sociedad de nuestro tiempo son vertientes que no tienen por qué presumir- se: pueden ser constatadas. Si a lo largo de estas páginas hemos cuantifi cado un olvido (o un recuerdo parcial y limitado de las mujeres, notablemente inferior al recuerdo hegemónico de los hombres), ello ha sido posi- ble en tanto que partimos de una investigación empírica y verifi cable. Sus resultados cuantita- tivos son, precisamente, sobre los que aquí he- mos reparado. En este último punto ligado a la conclusión, va- mos a tratar de evitar reiteraciones innecesarias. Nos conformaremos con sintetizar, eso sí, tres últimas lecturas: Protagonismo, no mera presencia. El escaso 13% en el que hemos cifrado el protagonismo informativo de las mujeres viene a redun- dar en tendencias formuladas en estudios precedentes. No obstante, ese 13% sí marca cierto salto (porcentaje inferior al ofrecido por investigaciones anteriores), y denota el rasgo diferencial de nuestra investigación (había sido más habitual estudiar la “pre- sencia”; mientras que nuestro estudio abor- da el “protagonismo” informativo de las mujeres). Así pues, cuando estamos yendo más allá de la mera presencia testimonial, anecdótica y secundaria; cuando estamos afrontando a las mujeres protagonistas en la prensa escrita, las cifras merman respecto a las que desprendían estudios previos. Los cambios socioculturales resultan más complicados que la mera transformación legal. Se ha constatado cómo algunas sec- ciones son más proclives al protagonismo de la mujer. Esas secciones vienen a coin- cidir con aquellas que se prestan a conteni- dos y tratamientos más laxos y edulcorados (“Contraportada”, “Sociedad”, “Cultura”, “Vida / Ocio / Gente”). Frente a ellas, exis- ten otras secciones donde el protagonismo de los hombres se acentúa aún más (“Porta- da”, “Deporte”, “Economía”, “Internacio- nal”, “Nacional”), y los porcentajes vuelven a mostrar un desequilibrio incontestable. Hasta ahí, investigaciones previas también habían venido a subrayar esa dicotomía entre información dura e información lige- ra. No obstante, un dato que sí introduce ciertas novedades es la signifi cativa irrup- ción de las mujeres en “Nacional”. Algunas políticas de género y un mayor número de ministras10 ayudarían a ese repunte: así, un cambio legal o una directriz asumida conlleva su repercusión (algo tangible en ese relato noticioso de la sección “Nacio- 10 La existencia de un Gobierno paritario (al menos por lo que respecta a ese escalafón máximo de las carteras ministeriales) vendría a facili- tar esa información con mayor protagonismo femenino. Los protagonismos informativos suponen presencia social. Implican existencia y relevancia dentro de un marco cultural concreto. No son detalles menores. 313 Vo l u m e n 1 2 N ú m e r o 2 D i c i e m b r e d e 2 0 0 9 Óscar Sánchez-Alonso, Nuria Quintana-Paz y Juan F. Plaza nal”), sin que sea inmediata ni en la mis- ma proporción una transformación de tipo estructural. Es decir, sin desmerecer esas modifi caciones puntuales, y sin negar que también esos cambios pueden ser antesala de otras transformaciones de mayor alcan- ce, lo constatable es que el cambio cultural y sistémico requiere de más tiempo. Al limitado protagonismo femenino que brinda la prensa escrita no es fácil colocar- le etiquetas. Expliquémonos. Si ese prota- gonismo femenino se sitúa muy lejos del masculino, como ha podido avalarse, no existen diferencias notorias entre las publi- caciones de cobertura estatal y las locales. Y tampoco se encuentran causalidades en la línea editorial de las cabeceras: los supues- tos postulados ideológicos de tales o cuales publicaciones no permiten asociar una ma- yor o menor visualización del protagonismo femenino. Asimismo, otra constatación, el protagonismo de las mujeres individuales es equiparable en los titulares y en las imáge- nes (no llega al 8% en ninguno de los casos). De modo que ese protagonismo femenino que hemos venido trabajando presenta rasgos sufi cientemente transversales como para no ajustarse a rótulos simplifi cadores o que pretendan explicar los fenómenos en exclusiva. No hay lugar para más. Estas últimas indica- ciones que han sido esbozadas podrán comple- mentarse —y ser desglosadas junto a cifras y porcentajes pormenorizados— con el epígrafe “Resultados”, y la consiguiente descripción y análisis de los mismos. Algunas aportaciones, y algunas añadiduras respecto a estudios precedentes, han quedado ya expuestas. A su vez, también algunas pistas quizá pudieran servir a futuras investigaciones que deseen, en estos terrenos, emprender tam- bién su recorrido. Si algo de ese logro se alcan- zara, también ése sería un necesario combate frente a la aún amenazante invisibilidad (infor- mativa / social) de las mujeres. También desde las ciencias sociales habrá de seguir llegando ese justo espaldarazo al protagonismo femeni- no. 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