185 - 192 PAGINAS INICIALES.indd I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 Vo l u m e n 1 2 N ú m e r o 2 D i c i e m b r e d e 2 0 0 9 339 - 340 1 Doctor en Ciencias de la Información. Profesor, Universidad de Mur- cia, España. phellin@um.es Las bases teóricas de nuestra cultura tecnológica Pedro Hellín-Ortuño1 Fernando Ramón Contreras Medina Sociedad interconectada, cultura desconectada. Madrid: Biblioteca Nueva, 2008, 229 pp. acceso a las tecnologías. Como el propio Con- treras dice al inicio del libro: “Estas interpreta- ciones nacen y se detienen en el estudio de las dudas abiertas y apenas resueltas que la disci- plina sobre cultura y comunicación plantea en el fenómeno actual de choque entre culturas y mentalidades” (p. 9). Unidos a la expansión económica, como indus- tria mediática, los medios de comunicación han evolucionado en la dirección de convertirse en intérpretes en exclusiva del entorno humano. Las explicaciones sobre el mundo, en la actualidad, son mediáticas y los nuevos medios cambian de formato para ajustarse a un modelo universal que pueda ser comprendido y aceptado por la mayor parte de la población mundial. Así, los medios de comunicación se han convertido en las nuevas instituciones de sentido, a los que he- mos cedido la legitimidad para decidir la direc- ción de las actividades sociales e individuales, o lo que es lo mismo, “las tecnologías de la infor- mación promocionan el progreso social, cultural y económico en las sociedades occidentales. Los medios de comunicación, los órganos públicos y las corporaciones privadas sostienen que sólo es posible el progreso con un modelo económico basado en este orden tecnifi cado” (p. 39). El libro está estructurado en una introducción del propio autor, doce capítulos y una exten- Desde hace muchos años, el profesor Contre- ras viene refl exionando sobre la tecnología en su contexto sociocultural, utilizando para ello las tecnologías y técnicas de la comunicación, la semiótica, y la teoría de la cultura y el arte. De su ingente producción han quedado algunas obras de obligada referencia en esta área, como El Cibermundo. Dialéctica del discurso informático (1998), o Nuevas fronteras de la infografía. Análisis de la imagen por ordenador (2000). En esta ocasión, el autor ha ido más lejos y ha realizado una profunda refl exión fi losófi ca so- bre el papel de la tecnología en nuestra sociedad, partiendo de la idea de que en los sistemas de re- presentación de nuestra sociedad instrumental la identidad cultural es construida por medios digitales bajo el modelo de red de comunica- ción. De esta manera, la información fi losófi ca, científi ca o ideológica sirve a los discursos que imponen el sentido apoyándose en la infraes- tructura de estas redes. El desequilibrio mun- dial que provoca el desarrollo tecnológico del conocimiento aplasta a las culturas más débiles, porque les resulta muy difícil contrarrestar la fuerza de representación de estas tecnologías. Esta desigual batalla intercultural pone en serio riesgo de desaparición a las culturas con menor I S S N 0 1 2 2 - 8 2 8 5 340 Las bases teóricas de nuestra cultura tecnológica sa bibliografía, que incluye no sólo a los auto- res contemporáneos que piensan la tecnología desde una perspectiva cultural, sino también a los clásicos de la fi losofía, con los que va cons- truyendo un raciocinio que comienza con la idea de que el pragmatismo domina las actuaciones de las sociedades occidentales, las sociedades inter- conectadas, para pasar a describir el paradigma disyuntivo en las sociedades desconectadas, las menos avanzadas tecnológicamente. Desde ese punto comienza a relacionar ambas ideas, en lo que llama la desventura de la cultura científi ca desconectada. “La ciencia es función de su tiempo, tanto de sus ideales como en sus lo- gros” (p. 59). Y entra en la relación entre medios, ciencia y cultura describiendo la epistemología, el multiculturalismo y la sociedad tecnifi cada, lo que lo lleva a la descripción del pragmatismo político en la cultura desconectada y la construc- ción pragmática de la identidad cultural. “Existen fenómenos sociocomunicativos que pretenden establecer soluciones y salidas a la desigualdad social, a la injusticia y a la mise- ria cultural desde el comunitarismo social que aparentemente permite las redes mediáticas” (p. 101). Con esta rotundidad, Fernando Con- treras comienza a hablar del destino común de la interconexión, común, según él, a toda la hu- manidad. Pasa a describir cuál es la edifi cación epistémica de las culturas periféricas y el mode- lo neopragmático de biopoder en la cultura digi- tal, que “está ejerciendo de extensión del poder cultural en la era de la globalización” (p. 153). Este es el momento para desarrollar algunos de los temas clásicos de los estudios cultura- les: género e inmigración, pero con una visión aplicada a las desigualdades sociales circulando por las conexiones; y la confrontación entre la tradición occidental materialista y la cultura re- ligiosa, lo que permite acabar la lectura con una revisión crítica sobre los estudios de la cultura, los medios de comunicación y la innovación. De esta forma, el profesor Contreras, partien- do de un campo reducido como es el del es- tudio de las tecnologías de la comunicación, ha sabido construir un libro que se cuestiona su propia base teórica. Los estudios culturales están contextualizados como un producto de la posmodernidad y, a la vez, están comparados con otras formas de ver el mundo y entender la ciencia y la cultura, desde un conocimiento amplio y denso. En esta ocasión no hay ganadores ni vencidos, sólo el afán de comprender nuestro mundo, un mundo envuelto en un proceso de cambio de tal magnitud que nos provoca una tremenda incertidumbre.