Microsoft Word - Los medios y la universidad Palabra Clave 49 Número 3 · 1999 LOS MEDIOS Y LA UNIVERSIDAD: MATRIMONIO INDISOLUBLE La Universidad Católica de Chile ha entendido que si bien el éxito de la enseñanza del Periodismo radica, en principio, en la configuración de una sólida estructura docente, también se fundamenta en el serio, permanente y vigoroso trabajo con los medios de comunicación. Es perentorio, entonces, fortalecer los lazos existentes, pero aún frágiles, entre la academia y los medios. Silvia Pellegrini Ripamonti Es periodista de la Universidad Católica de Chile y tiene una especialización del Instituto de Ciencia Política Universidad de Heidelberg, Alemania. Decano de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica y miembro del Directorio de la Fundación Fullbright, el Centro de Extensión Universidad Católica de Chile y del Tribunal de Ética Publicitaria. Fue periodista del Diario Las Últimas Noticias, conductora y productora de programas del Canal 13 y productora y directora de programas de Televisión National de Chile. SILVIA PELLEGRINI Palabra Clave 50 Número 3 · 1999 a enseñanza del Periodismo se revela como uno de los temas de mayor importancia académica en el mundo de hoy. Esto se inserta en el marco de la enorme diversidad que está adquiriendo esa realidad segunda, casi un segundo mundo: el de la comunicación tecnológica de fines del milenio. Y ha tenido como resultado la creación de Facultades de Comunicación en muchas partes donde antes no existían, la orientación de esas facultades hacia formas de enseñanza tanto profesionales como analíticas, y la consiguiente revisión de los currículos y metodologías. A este primer diagnóstico se suma la variedad y diversidad de temas éticos vinculados con el rol actual de los medios de comunicación que han generado creciente inquietud en vastos sectores de la sociedad. Ejemplo de ello son los límites entre la vida pública y la vida privada (para hablar de una preocupación de la gente común y que muchos estiman llegó a su culminación con el reciente caso Clinton-Lewinsky), o los temas -también de gran importancia, pero menos expandidos- del aumento del individualismo, la pérdida de lazos en comunidades sociales y el debilitamiento de la democracia (debido al menor interés social por aquello que se ha dado en llamar «lo público», mientras que las diversiones o el deporte ocupan gran parte del tiempo de los medios, ya sea en emisión o en consumo). En esta realidad, y a diferencia de otras áreas académicas donde la tradición de enseñanza se extiende por milenios, la enseñanza del Periodismo aún se debate: • Entre ser considerada como tal o simplemente como un oficio; • Entre quienes creen que su enseñanza en planteles superiores es indispensable y entre quienes estiman que la vida es la mejor escuela; • Entre los que postulan que la personalidad de un periodista y su vocación deben formarse desde la salida de la secundaria (defensores del pregrado) o quienes piensan, por el contrario, que sólo luego de una sólida formación anterior puede entregarse herramientas periodísticas, de modo de «salvaguardar» un buen contenido (defensores del postgrado). L Los medios y la universidad: un matrimonio indisoluble Palabra Clave 51 Número 3 · 1999 Por último, pero sin duda no menos importante, esta la discusión sobre el sustento académico de la profesión y los «vaivenes» (y a veces problemas) que esto ha generado. Me refiero a su primitivo entronque con la Literatura (en el que reconoce su valor el Periodismo ensayista), su posterior vínculo con la Sociología (con sus énfasis en los efectos sociales y el afán de convertir al periodista en un «actor social comprometido»), sus coqueteos con la Filosofía (al reconocer parte de su origen en la retórica), etc. LAS PREMISAS Frente a la magnitud del problema, probablemente no hay una respuesta única y universalmente válida, ni premisas muy ampliamente aceptadas. Es así como la revisión del camino recorrido -sus aciertos y sus fallas- parece la mejor manera de exponer las bases para el futuro de la enseñanza del Periodismo y su relación con los medios. El punto de partida del análisis es considerar al Periodismo como una profesión, que -sin perder por ello las características vocacionales del oficio original, ni el romanticismo que ello conlleva-, supone hoy una serie de conocimientos técnicos, una variedad de acciones que tienen referentes entre los pares, una cantidad de condicionamientos éticos que los guían. Todos ellos justifican plenamente su inserción en la vida universitaria. A esta premisa, se suma el hecho de que el Periodismo comparte con la Medicina o el Derecho, las áreas profesionales de mayor conflicto social en el mundo de hoy. (A vía de ejemplo hay que considerar el gran número de seriales de televisión con alto contenido dramático que se refieren a realidades de estas tres profesiones). Pero el Periodismo es una profesión «sui generis», una profesión que se inserta en un mundo especialmente resguardado por la libertad, concebida hoy como la más plena libertad de expresión y pilar de todas las otras libertades sociales. Por tanto - a diferencia de las otras dos áreas a las que hice referencia- la profesión periodística no puede exigir un resguardo de un campo propio en la que otras personas no puedan participar. SILVIA PELLEGRINI Palabra Clave 52 Número 3 · 1999 Por ello, la justificación de la profesión periodística y de su inserción en la enseñanza universitaria no está en la determinación de un sector excluyente de trabajo en los medios de comunicación, sino en la necesidad social de generar profesionales que trabajen en los medios, con un alto grado de conciencia y saber, de modo que su acción distinga al profesional universitario de quien no lo es. El planteamiento anterior es una concepción del profesional universitario acorde con el futuro y con la realidad de los tiempos y que se aleja, en algunos aspectos, de la concepción tradicional de «profesional». En la década del 60, la Sociología definía una profesión como aquella actividad humana en la que existe: • una base cognitiva común (cuerpo de conocimientos, procedimientos de enseñanza), • un control sobre el mercado de trabajo (competencia sólo entre profesionales), • un reconocimiento social (el público los reconoce como capaces de esa función), • y una cultura propia (metas, formas de vida profesional, estándares, normas, recompensas). A fines del siglo, casi 40 años después, los criterios de base cognitiva común, reconocimiento social y cultura propia se han afianzado como tales y no cabe duda de que pueden ser fácilmente aplicados al Periodismo. El control sobre el mercado de trabajo, en cambio, ha mostrado su obsolescencia junto con todos los otros proteccionismos tan en boga en aquella época. Y no sólo en el caso del Periodismo, ya que nadie desconoce, por ejemplo, que el economista o el administrador de empresas es un profesional y sin embargo, no han podido ni pretendido a veces, que las gerencias de las empresas sean un área reservada para ellos. Los medios y la universidad: un matrimonio indisoluble Palabra Clave 53 Número 3 · 1999 Pero de esta unión primigenia entre profesión y control del área, es que nace el temor de las empresas de reconocer en el periodista a un profesional; y es también en ese concepto obsoleto que se sustenta la actitud casi sindical que han adoptado muchos colegios profesionales en nuestro continente. Se agrega a ello que en numerosas ocasiones los defensores de esta antigua forma de profesionalismo tienen fuertes reticencias contra la empresa, el mercado y la ganancia o se proclaman como los únicos orientados hacia un objetivo social válido. La profesión moderna, en cambio, se justifica en un conocimiento adecuado, sistemático y consciente del área social en la cual se inserta, y no en la conservación de dudosos privilegios. Este es un tema de largo análisis cuyos márgenes exceden las posibilidades de espacio de esta presentación, pero que es necesario al menos nombrar porque su mala interpretación ha incidido en un cierto tradicional desentendimiento entre los medios y los periodistas, entre las empresas y los profesionales, así como quienes los forman: las universidades. Este es un desacuerdo que el mundo de hoy requiere dar por superado ya que entre la enseñanza universitaria del Periodismo y los medios existe una unidad inseparable, un lazo siempre creciente. Parece ya evidente que ambas realidades se requieren mutuamente. En la universidad a la que pertenezco, el paso académico inicial en esa dirección se dió a comienzos de la década de los ochenta, y consistió en dos elementos fundamentales: • El diagnóstico de que la enseñanza del Periodismo sustentada sólo en el camino teórico estaba produciendo un divorcio entre los periodistas y los medios, que se manifestaba en una incapacidad de los egresados de trabajar adecuadamente y en una creciente dificultad de encontrar trabajo. Y que ello redundaba en un debilitamiento de los pilares claves de la cultura periodística y la acción académica. • El convencimiento de que en el amplio mundo de la comunicación y la libertad de expresión existía un aspecto profesional que no limitaba la libertad de los demás, sino que la acrecentaba. Más aún que sin esa acción profesional periodística había riesgos serios de SILVIA PELLEGRINI Palabra Clave 54 Número 3 · 1999 inestabilidades sociales permanentes, de esas que tan bien conocemos en nuestro continente latinoamericano. Se trataba de distinguir, dentro de la comunicación y sus inmensos márgenes, el rol de un fenómeno con características diferentes, al que llamamos información social, concebida -en síntesis- como «elaborar una imagen mediada, de hechos comprobables, que impliquen alguna modificación en la vida social y que cuyo conocimiento permita mayor libertad individual y social». Considerar que el periodista profesional tiene como misión informar a la sociedad de modo que permita la adecuada formación de opinión propia es una concepción que no considera la libertad de expresión como un privilegio propio, sino como un deber de acrecentarla a través de suministrar al cuerpo social elementos que les son indispensables para generar un adecuado equilibrio de poderes y la generación de opinión. Los periodistas no se conciben como los únicos informadores sino como los únicos que «profesan» esa actividad; es decir que se comprometen ante la sociedad a efectuarla dentro de una cultura y una ética propia de la profesión y que la liga indisolublemente a la búsqueda de la verdad. Un trabajo académico sobre la división de áreas en la comunicación social realizada a través de los medios de comunicación, sirve de sustento teórico a este planteamiento. Se trata de mirar la comunicación mediada como dividida en tres áreas de carácter muy diferente entre sí: • el área entretenida (de recreación, de uso de tiempo libre) • el área informativa (prensa, servicios, información comercial) • el área persuasiva (propaganda, opinión, comentarios, foros, críticas, relaciones públicas) Esas áreas, a pesar de producirse incluso en un mismo medio de comunicación, significan importantes diferencias en todos los elementos claves del proceso informativo: emisor, medio, mensaje, receptor. Pero, más aún permite terminar con el vago concepto de «comunicador social» para reconocer al interior de los medios de comunicación áreas de trabajo Los medios y la universidad: un matrimonio indisoluble Palabra Clave 55 Número 3 · 1999 muy diversas, con intenciones y efectos distintos, una de las cuales es el Periodismo cuya principal importancia social y la más específica es el sostenimiento de los principios básicos de una democracia. Así, a juicio del equipo que ha trabajado en los últimos años en estas materias en la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica de Chile, el Periodismo profesional tiene su justificación académica en el proceso de transmisión de información y no en sus efectos. Es decir, tiene pretensiones de un área académica propia destinada a fijar parámetros adecuados en la elaboración de los mensajes informativos y más aún insertar este trabajo en la labor directa que estaban realizando los medios informativos y de prensa. La labor académica, entonces, se considera como directamente vinculada con el trabajo de los medios en una cooperación tan estrecha y clara como la que vincula a los médicos al hospital o los abogados a los tribunales. Desde esta perspectiva no puede considerarse al trabajo profesional académico como desvinculado de los órganos sociales que les dan vida, pero tampoco sometidos a ellos, sino en un trabajo de mutuo aporte, comprensión y mejoramiento. Ello lleva a consecuencias de muy diversa índole. Por ejemplo: 1. La generación de una «doble» planta académica: un número reducido de profesores de jornada completa, idealmente con el grado de doctor, al que se suma un número de profesionales de los medios, que acude por horas a dictar clases para mantener en el alumno un adecuado equilibrio entre un quehacer profesional y la reflexión sobre el mismo. Más aún se pensaron algunos requisitos adicionales para los profesores de planta: • el que tuvieran alguna experiencia profesional y la mantuvieran, como una línea menor de su actividad. • el que su grado académico se hubiera obtenido fuera del país, para evitar los riesgos del «in breading». • el contratar gente joven que comparta esta visión académica, con el compromiso de salir a especializarse en el lugar del mundo donde su área de trabajo tuviera un mayor desarrollo. SILVIA PELLEGRINI Palabra Clave 56 Número 3 · 1999 2. La existencia de una Unidad Académica adicional a la Escuela de Periodismo llamada el Centro de Estudios de la Prensa, que trabaja directamente con los medios proporcionándoles perfeccionamiento a su personal, asesoría en remodelaciones de sus diarios y creación de nuevas secciones o revistas, ya sea a través del trabajo de los propios profesores o de la ubicación y traída al país del especialista correspondiente. Hoy el Centro de Estudios de la Prensa tiene convenio con las mayores entidades del país e incluso algunas del extranjero. Entre otros proyectos del Centro de Estudios de la Prensa de la Escuela de Periodismo, están: • la elaboración de manuales de estilo. • seminarios de evaluación interna de varios medios de prensa y televisión. • cursos cerrados para distintos medios sobre los temas que requiera su propio desarrollo. 3. La generación, desde hace nueve años, de una revista sobre Periodismo, con temas relacionados con el trabajo profesional, llamada «Cuadernos de Información». La revista forma parte de todas las colecciones de los medios de comunicación del país. Se distribuyen 3.000 ejemplares gratuitamente y su costo es enteramente absorbido por publicidad de los medios chilenos, lo que indica que ellos estiman que se está cubriendo adecuadamente el mundo profesional, con una perspectiva académica. LA LEGITIMACIÓN El trabajo en estos casi veinte años desde el comienzo de la década del ochenta y la variación desde la escuela de características sociologistas de la década de los setenta a la actual legitimación profesional no ha sido fácil. Muchas veces los medios desconfiaron de la capacidad de la universidad para no sólo adaptarse sino estar a la vanguardia del conocimiento en el campo periodístico. En este camino hay hitos importantes. El primero, ya señalado, es la formación de profesores vinculados a otras realidades, la incorporación Los medios y la universidad: un matrimonio indisoluble Palabra Clave 57 Número 3 · 1999 de buenos profesionales como profesores asociados, la revisión de las materias de enseñanza. El segundo se refiere a los alumnos y tomó algo más de tiempo. Entender esto requiere conocer algunos breves antecedentes sobre la educación superior chilena. Existe un sistema universitario muy vasto, en el que coexisten universidades de más de cien años y gran complejidad de acción, con universidades privadas nuevas que recién se están iniciando en el mundo académico y cuya labor es principalmente docente. Pero hay un indicador común llamado Prueba de Aptitud Académica que rinden todos los alumnos al terminar sus estudios secundarios. La selección que los alumnos hacen de la universidad en la que quieren estudiar es un buen parámetro de medición de su calidad académica, de sus logros y de su prestigio social. La situación de la U.C. es privilegiada: 50 por ciento de los 100 mejores puntajes y casi 60 por ciento de los mil mejores puntajes de cada año eligen estudiar en esta Universidad. Y Periodismo ha logrado también una situación de excepción: todos nuestros alumnos están entre los mil mejores puntajes nacionales y tenemos 10 o más veces la cantidad de postulantes que podemos atender. Es excepcional que un buen alumno que quiera estudiar Periodismo seleccione su primera opción en otra universidad que no sea la Católica. Y todos nuestros ex alumnos están trabajando. Los alumnos y su resultado han sido claves en el cambio de nuestra relación con los medios. Ellos han probado que la Universidad sabe hacer buen Periodismo y enseñarlo. El tercer y último elemento tuvo su culminación apenas el año pasado: se trata de la acreditación recibida por la Acejmc (Accrediting Council on Journalism and Media Communications, de Estados Unidos). Pero la acreditación por sí misma sólo representa la «punta del iceberg» del elemento que sustenta la relación con los medios: el permanente autoanálisis. Los cursos se evalúan semestre a semestre. Cada dos años se hace una calificación de profesores, las prácticas de los alumnos son SILVIA PELLEGRINI Palabra Clave 58 Número 3 · 1999 revisadas por sus jefes en los medios y, finalmente, el equipo académico quiso medir sus capacidades por parámetros externos, ante una entidad de vasta experiencia en acreditación. EL MODELO En síntesis, el modelo académico que estamos aplicando tiene variantes y similitudes entre sus estudios de pre y postgrado. El primer elemento del pregrado es la existencia de un currículo flexible que tiene como principal objetivo formar alumnos como hombres cultos y capaces de manejar los métodos periodísticos, desde la habilidad oratoria hasta el manejo de Internet. La Escuela de Periodismo dicta los cursos profesionales, los otros (Histórica, Literatura, Política, Economía o la reciente incorporación de Matemáticas) son dictadas por la unidad académica correspondiente. Los alumnos, entonces tienen contacto desde esta enseñanza con distintos tipos de mentalidades, otros profesores y otros alumnos con los que deben competir de igual a igual. No hay «historia para periodistas» sino simplemente historia del siglo XX, por ejemplo. El currículo contiene cursos mínimos (de carácter obligatorio) y cursos optativos donde el alumno puede profundizar las áreas que sean de su interés, tanto si se trata de áreas mediales (prensa, radio, televisión, nuevos medios) o de contenido (ciencias, artes, derecho, etc.). Para estos últimos cursos se está poniendo en práctica, además, una modalidad nueva. Se trata de seleccionar un «paquete de cursos» en otras unidades académicas (como Medicina y Administración de Empresas, por ejemplo), a los que asisten los alumnos de periodismo bajo la tutoría de un profesor del área correspondiente. Luego toman otro curso final a cargo de un periodista donde ponen en práctica profesional los conocimientos adquiridos. Finalmente, bajo este concepto de apertura de la profesión, hemos preparado un currículo de dos años para licenciados provenientes de otras áreas que quieran estudiar Periodismo. Los medios y la universidad: un matrimonio indisoluble Palabra Clave 59 Número 3 · 1999 El pregrado ha sido definido como la preparación de profesionales cultos capaces de desempeñarse en los medios. El postgrado periodístico en cambio apunta a la decisión en los medios y mantiene la característica de apertura hacia otras realidades y áreas. Ese postgrado es en dirección y edición periodística, requiere de año y medio de dedicación y durante ese tiempo los alumnos tienen las tardes libres para volver a su trabajo en los medios. El máster termina con un proyecto concreto y en esta ocasión han sido invitados a participar cinco profesores extranjeros provenientes de Estados Unidos, Europa e Israel. También tenemos alumnos de otros países. Ese mágister está abierto a profesionales de cualquier especialidad, de preferencia con experiencia de trabajo en los medios. Si no la tienen, se les indican ciertas lecturas o cursos de nivelación, según el caso. Y las características profesionales de estos estudios han logrado que algunos medios de comunicación ofrezcan becas a los alumnos. LA FACULTAD La relación con los medios y la orientación profesional de los estudios ha sido clave en el proceso de desarrollo de la Facultad de Comunicaciones. Así proyecta abrir a la brevedad (entre 1999 y el año 2000), otros 3 magísteres: • en Comunicación y Educación • en Comunicación Organizacional y Pública • en Creación de Proyectos Mediales A estos me referiré muy brevemente para señalar sólo algunas de sus características, ya que no dependen de la Escuela de Periodismo sino de una nueva unidad académica dependiente de la Facultad de Comunicaciones llamada Instituto de Estudios Mediales y destinada al postgrado y la investigación. La primera de esas características es que el trabajo es pluridisciplinario en una forma de organización bastante especial y que es compartida por varias unidades académicas, en el convencimiento de que SILVIA PELLEGRINI Palabra Clave 60 Número 3 · 1999 la realidad comunicacional en los medios es tan compleja que sólo puede ser abordada desde una perspectiva multidisciplinaria. La segunda es que una proporción muy importante de su investigación es aplicada a la realidad de los medios. Por último quisiera decir que se trata nuevamente de un proyecto abierto a distintos enfoques del quehacer académico, y que incluye a personas que trabajan tanto en el país como en el extranjero con su objetivo principal focalizado en la calidad futura de los medios de comunicación. CONCLUSIONES En síntesis creo que el futuro de la enseñanza del Periodismo y su relación con los medios puede resumirse en las siguientes premisas: El Periodismo constituye un área académica de gran importancia en el mundo de hoy y del futuro. La inmensa variedad de estímulos informativos y comunicacionales a las que estará expuesto el ciudadano común le harán requerir de un profesional que ponga a su disposición información ordenada en base a su relevancia social. Ese profesional tiene características claras y complejas (en especial el que se trate de un hombre culto, abierto y responsable) que harán que su formación académica sea muy deseable, tanto para los medios que lo contraten, como para el público. De su acción depende una parte importante de la libertad personal y social. La enseñanza del Periodismo tiene que ser creativa en sus formas. Debe: • incluir un fuerte contingente profesional que pueda ser probado en la acción casi inmediata de sus egresados en los medios. • asumir una amplia reflexión sobre el quehacer del propio profesional y el de los medios, • estar abierta a aportes de otras disciplinas, puesto que quien se desempeña en esta profesión tiene una doble calidad de generalista- especialista. Los medios y la universidad: un matrimonio indisoluble Palabra Clave 61 Número 3 · 1999 • preparar de profesionales capaces de hacer y pensar su quehacer. • ofrecer un lugar donde el conocimiento técnico, tecnológico y ético- deontológico esté actualizado, disponible y accesible. • ser una instancia de reflexión sobre su propio trabajo y soluciones creativas al entorno cambiante y amenazador que la velocidad tecnológica y los cambios culturales suponen para ellos.