Microsoft Word - El periodismo 8 ___Libros___________ Palabra-Clave 177 Número 8 · 2003 El periodismo más allá de los informes oficiales Título: Autor: Editorial: Año: El emperador Ryszard Kapuscinski Anagrama 2002 Ryszard Kapuscinski, de nacionalidad polaca, es uno de los grandes periodistas de finales del siglo XX y comienzos del XXI, que ha merecido numerosos premios, entre ellos, el Príncipe de Asturias en Comunicación, año 2003. El mérito de Kapuscinski reside en hacer un periodismo que va más allá de los informes oficiales y de los datos numéricos. A Kapuscinski le interesa más abordar el pueblo, la gente del común y la naturaleza humana y luego se luce en una excelente redacción y un gran respeto a la verdad. En este libro, titulado El emperador, Kapuscinski recoge los testimonios de numerosos etíopes que vivieron, para su fortuna o desgracia, según como se la vea, cerca del emperador Haile Selasie I de Etiopía (1892-1975) durante su reinado desde el año 1930 hasta el golpe de Estado del 12 de septiembre de 1974, y su fallecimiento en 1975. La mayor parte de ellos disfrutaron de la vida en Palacio, o tomaron parte en el gobierno, pero simultáneamente de las excentricidades, locuras y arbitra- riedades de un hombre que se creía superior a los demás, descendiente del Rey Salomón, y con ese título, un trono obtenido no legítimamente y un gobierno tiránico -aunque con un parlamento-, se aprovechaba para vivir en medio de lujos, mientras explotaba a su pueblo, que se moría de hambre y toda su corte sobrevivía en un régimen de terror. Kapuscinski, cumpliendo la solicitud de los informantes, que a pesar del tiempo transcurrido saben que corren peligro por haber tomado parte en ese gobierno infame, no habla de ninguno de ellos -solo pone sus iniciales-, los deja hablar y contar las inverosímiles historias de una corte imperial en un país hambriento, descalzo, ignorante y miserable. Y detrás de cada relato de esos cortesanos o militares o sirvientes se descubre la naturaleza humana y sus miserias: la ambición, la avaricia, la vanidad en grado superlativo, el orgullo, el egoísmo, el silencio ante el dolor ajeno y la irresponsabilidad en los cargos de gobierno. Leer este libro es entender que la pobreza, subdesarrollo, analfabetismo y hambre de Etiopía, no son sino el fruto del nepotismo, egoísmo y politiquería de los gobernantes de ese país, que se pusieron una venda para no ver, mientras se aprovecharon de las comodidades de la vida en palacio, mientras gozaban del favoritismo del emperador. Favoritismo que era frágil y los mantenía en vilo porque podían perderlo por cualquier capricho y el temor era permanente, por la posi- bilidad de caer en desgracia, pero que los hizo cómplices de crueldades e injusticias. Palabra-Clave 178 Número 8 · 2003 A finales de los años 60 y en los 70 las fotos de los hambrientos etíopes fueron uno de los argumentos que presentaron al mundo los partidarios del control natal y los que aseguraban que el mundo estaba superpoblado y sin alimentos. La mentira no podía ser mayor: el hambre de Etiopia, como se puede colegir de la lectura de este libro, eran los impuestos a los campesinos, la falta de apoyo del gobierno y los celos de los gobernantes que no dejaban que llegara la ayuda humanitaria y de alimentos de otros países. Por algo la Santa Sede ha dicho, y la FAO igualmente ha corroborado que el mundo produce seis veces más alimentos de los que se necesitan para alimentar a toda la humanidad y el problema es político, por las reglas de distribución y las injusticias. MARCELA URIBE VILLEGAS Docente Facultad de Comunicación Social y Periodismo Universidad de La Sabana