Microsoft Word - Rabia 8 ___Libros___________ Palabra-Clave 178 Número 8 · 2003 Rabia, orgullo y tolerancia Titulo: Autor: Editorial: Año: La rabia y el orgullo Oriana Fallaci El Ateneo 2002 Esta obra es una diatriba en contra de los musulmanes, más especí- ficamente contra los funda- mentalistas, que la autora escribió en un arranque de estupor, luego dolor y simultáneamente rabia ante el ataque terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York. Es un libro dirigido a los italianos y europeos, escrito con el corazón desgarrado y en él la autora abre su alma y se deja llevar por deseos de venganza, no sólo por el hecho terrorista, sino por la presencia en aumento de miles de musulmanes de países del Oriente que han llegado a Europa y, aferrados a sus costumbres, no se han amoldado a Occidente, sino que han construido mezquitas y han ido invadiendo y -a su juicio- preparando la Guerra Santa, para exterminar todo lo que se oponga al Corán. En un lenguaje fluido, la autora evoca su pasado y el de sus padres, y enlaza en sus recuerdos los valores de la cultura occidental poniéndolos en contraste con los de los musulmanes, mientras deja ver sus amplios conocimientos de arte, literatura, e historia europea y americana. La autora pasa de los ataques a la religión musulmana, a los desprecios por sus logros -no le admite a los países musulmanes ninguno- y continúa con los ataques personales a Arafat, Hussein y Osama Ben Laden. Sus críticas no se quedan allí, sino que saltan a la Iglesia Católica, a los gobernantes europeos por permitir el ingreso de inmigrantes y al Papa por implorar paz y tolerancia. Los políticos italianos quedan tildados de veletas, los periodistas de cigarras. Es decir, en el libro no queda nadie bien parado: ni del pasado, ni del presente. Se nota cierta amargura, desencanto y pesimismo. El libro es un llamado al mundo a estar alerta y rechazar a los musulmanes y su Guerra Santa, pero sin fundamentar los errores y desaciertos de su religión. No sería extraño que el libro generara xenofobia y falta de tolerancia contra todo el que proceda de un país de Oriente. Defiende a Occidente, pero no alcanza a reconocer plenamente los valores de la cultura grecorromana y judeocristiana que hemos heredado, principalmente porque desde su postura atea no admite que la diferencia de Occidente con las otras culturas radica sobretodo en la concepción del hombre y de la libertad, fruto de las enseñanzas de Jesucristo. Finalmente, su crítica también va contra la actual educación, contra la familia y la sociedad occidental, Palabra-Clave 179 Número 8 · 2003 consumista, superficial, descono- cedora de su pasado, carente de cultura, y contra las democracias que proclaman los postulados de la revolución francesa: libertad, igualdad y fraternidad, pero que paradóji- camente no los viven. El libro invita a una reflexión sobre el verdadero sentido de la tolerancia, para descubrir si ella obliga a admitir costumbres aberrantes contra los derechos humanos, aceptadas por motivos religiosos o si los derechos humanos tienen un valor universal y, por tanto, hay que ser "intolerantes" cuando se trata de defender a las personas y su integridad. MARCELA URIBE VILLEGAS Docente Facultad de Comunicación Social y Periodismo Universidad de La Sabana